Sábado
– Vas a venir a mi puta casa porque para desgracia nuestra, mi celo cayó en fin de semana.
– Bueno, realmente nunca hemos coincidido, siempre empiezo antes o después del tuyo, a pesar que ya tenemos unos meses con este trato todavía no se acostumbran nuestros cuerpos...
– Me vale 10 hectáreas de verga, le hablas a tu casa y dices que vas a estar en la mía.
– Oh, bueno, Fuyumi piensa que somos amigos, no creo que se extrañe.
– Bien, recoge tus cosas, te vas conmigo ahora mismo. Tendré que soportar a la bruja con sus preguntas jodidas y el viejo se va a infartar cuando le diga que me ayudarás con mi celo.
– ¿No lo saben?
– No es que vaya por ahí contándole a cada persona que conozco que follo contigo, ¿Sabes?
– ¿Hice mal en decirle a mi hermana entonces?
– ¡¿Qué?!
– Bueno, le dije que somos amigos y que me pediste ayuda durante tu celo, del mismo modo así me ayudas cuando soy yo el que entra en rutina. Es un acuerdo mutuo amistoso.
– ¡No somos amigos!
– ¿Entonces qué somos?
– ¡Rivales que follan! ¡Es todo!
– Tal vez, pero no creo que con esa descripción Fuyumi esté de acuerdo.
– ¡No tienes que decirle a alguien que estamos follando, idiota!
– Pero creo que sería lo indicado. Ahora iré contigo a tu casa para ayudarte, pero si fuese al revés supongo que me gustaría que en mi casa lo supieran para no tener las charlas incómodas en ese momento.
– ¡Cómo si yo fuese a ir a tu casa, bastardo!
– ¿No irías?
– Tengo cosas más importantes que hacer durante mis fines de semana que andar cuidándote.
– Entonces me disculpo, yo también tengo planes, debo ayudar a Fuyumi con la limpieza de la casa y luego ir a comprar al supermercado lo de esta semana, también le prometí a Natsuo que iría con él al cine, luego debo comprar flores para mamá y...
El rubio no le dejó terminar, le interrumpió abrazándose fuertemente a su brazo derecho, esperando transmitir el mensaje de "no me dejes". Todoroki sintió el aroma agridulce y notó el ceño fruncido y los ojos ligeramente brillantes por la humedad. Le dio ternura la imagen del omega.
– ¿Pasa algo, Bakugou?
– Ven a mi casa – Pidió el rubio, la voz baja pero sin dejar de sonar agresiva – Y es una orden, alfa.
– Estoy ocupado; pero ya que Midoriya se ofreció ayer, no crees que podrías considerar...
– ¡No lo quiero!
Los dos se quedaron en silencio nuevamente. Era de esos silencios incómodos que surgían luego de que alguno metiera la pata o dijese algo inapropiado. Bakugou no lo soltó, se aferró más, decidido a no dejarlo ir. Quería llevar a ese alfa a su casa y lo iba a llevar, a la fuerza si era necesario, no quería a otro más.
– Sería raro que lleve a Deku, no quiero tener nada que ver con el nerd. Ven a mi casa, sino luego te golpearé, más fuerte por cada hora que me dejaste solo – Amenazó. Todoroki finalmente soltó un suspiro, resignándose.
– Está bien, pero será solo por este fin de semana.
– ¡Pues claro que sí, imbécil! ¡Solo es porque es mi celo! ¡Sino ya te hubiera echado!
– Gracias por tus sinceras palabras.
Llegando a casa del rubio, Bakugou entró sin importancia mientras que Todoroki se quitó los zapatos y se disculpó por la intrusión. Masaru y Mitsuki se sorprendieron por la voz extra, dirigiendo sus ojos hacia la entrada.
– Buenas tardes, soy Todoroki Shouto.
– ¿Todoroki? ¿Cómo el...?
– Sí, el héroe Endeavour – Cortó el bicolor, no contento de hablar de ello – Soy su hijo.
– Iba a decir cómo el chico al que mi hijo pateó el trasero en su festival deportivo, pero supongo que esa descripción también te queda – Katsuki se tapó la boca para no reír ante la burla de su madre que dejó a Todoroki confundido.
– Oh, también soy ese chico.
– Sí lo sé, ¿Qué te trae por aquí? ¿Un amigo de Katsuki?
– ¡No es mi amigo, vieja bruja!
– En realidad vine porque Bakugou me lo pidió – La mujer arqueó una ceja confundida. El rubio intentó callar al alfa pero este fue más rápido – Cuando tiene su celo dice que le duele mucho, así que yo lo ayudo.
– ¿T-Tú? ¿Tú tocas a mi bebé cuando está con su...? – Masaru estaba que se desmayaba ante la revelación. Como alfa debía demostrar autoridad, pero la verdad es que ahora solo quería llorar ante la revelación de su hijo teniendo relaciones con alguien.
– ¡TE DIJE QUE NO ANDES GRITANDO NUESTROS ASUNTOS!
– Pensé que estaría bien que tus padres lo supieran.
– ¡Mocoso insolente, ¿Por qué no nos dijiste nada?! – Mitsuki levantó la mano, lista para golpear a su hijo. Cuál fue su sorpresa cuando golpeó una cabellera bicolor en su lugar.
– Lo siento, no sabía que esto causaría problemas – Ambos rubios veían estupefactos al alfa metido entre ellos – Pero lo apropiado es que lo sepan de nosotros. Estamos en un acuerdo mutuo de ayuda, para hacer que nuestras etapas de calor sean lo más breves posibles y poder concentrarnos en el trabajo de héroe.
– ¿Es por eso que lo trajiste a casa, Katsuki? ¿Para controlar tu celo? – El Bakugou menor se mordió el labio, pero asintió – Te pude haber comprado supresores y lo sabes.
– No me gustan, me dan dolor de cabeza y aumentan mi ciclo. Con el bastón de caramelo, en día y medio ya estoy como nuevo – Mitsuki siguió mirando al invitado con seriedad.
– ¿Y no se te ha pasado por la cabeza morder a mi hijo, verdad?
– No señora, Bakugou me dijo que no. Los acuerdos fueron simples, sin marcas y sin cachorros. Ambos estamos enfocados en la escuela, así que solo es ayuda específicamente para poder integrarnos de nuevo a las tareas escolares lo más pronto posible.
– Supongo que te quedarás... – Habló Masaru, en un hilo de voz.
– Así es, se quedará en mi habitación. No entren y si lo van a hacer, toquen primero y traigan comida. Si no les gusta el sonido sálganse, vean televisión o qué se yo, no me importa. Solo no me molesten – Y el omega subió, molesto, tirando a Todoroki del brazo.
– Tal vez fuiste muy grosero con...
– ¡Cállate y obedéceme!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top