Quarta-feira

Cuando es de mañana y Todoroki se despierta –de igual manera, de mala gana– para ir a trabajar, Bakugou se despierta con él. A pesar de que el bicolor le ha dicho mil veces que puede hacerse la dichosa malteada –que por alguna razón, el rubio no le ha explicado cómo– y comprar un desayuno en alguna tienda, el omega sigue necio y se levanta con él.

– ¡No confió en ti, Icyhot! ¡Seguramente comprarías comida chatarra! – Era la excusa.

Así que Katsuki le hacía la malteada, el desayuno y luego un bento mientras él se cambiaba y buscaba sus cosas para ir a trabajar el día entero sin compañía de su omega.

¿Dijo su omega? Discúlpenlo, ya no sabe ni lo que piensa.

– Bien, ya me voy – Se despide el bicolor luego de comer y guardar su almuerzo.

Bakugou lo mira ponerse los zapatos y cómo levanta la mano para tomar la manija de la puerta de entrada. Entonces hace lo de costumbre, le abraza de la espalda y le impregna su aroma. Todoroki permanece ahí, esperando a que el omega termine.

– Ya, lárgate – Es la señal, así que sale para irse.

Katsuki por otro lado, se queda en el departamento listo para comenzar sus labores domésticas como el omega de casa que aunque se niegue rotundamente, en el interior sabe que así es. Está listo para aspirar y trapear, limpiar las mesas, guardar la vajilla, lavar el baño, acomodar la cama, cocinar la cena y esperar a que el alfa regrese, etc.

En realidad no se queja, le gusta hacer ese tipo de cosas –sin que le presionen, claro, odiaba que su vieja bruja le obligara a limpiar. Él lo haría cuando tuviese ganas, ¿ok?– así que disfruta el primero de sus días libres antes de que comenzara a entrar por completo en celo.

Cuando está por limpiar la segunda habitación –que dado que ambos duermen en una, esa la adaptaron como un estudio de trabajo– tiene nota mental de revisar cada minúsculo rincón de las cosas que le pertenecían a Shouto. Así que entra, comienza a aspirar y desempolva lo que crea necesario.

– Nada aquí, nada acá. Te has portado bien, últimamente – Murmura como si Todoroki pudiese escucharle.

Bakugou nunca se consideró celoso; no tenía por qué estarlo. Pero la ira la carcomía cuando el bicolor veía hacia otro lado o siquiera consideraba ver porno. ¿Por qué mierda haría eso teniéndolo a él enfrente? Ni siquiera le dejaba ver los comerciales con carácter erótico que sus amigos omegas héroes hacían para alguna empresa.

Así que imaginen la furia que sintió cuando un día, mientras limpiaba ese lugar, sin querer apretó una tecla de la computadora de escritorio de Todoroki –la cual, solo estaba en modo suspensión– y le apareció el fondo de pantalla. Sintió un tic en el ojo y una sonrisa irritada le salió en la cara.

¿Así que tienes un fetiche con los trajes de conejito, no es así, idiota? – Había mencionado al aire.

El fondo de pantalla mostraba a omegas –tanto masculinos como femeninos– con el famoso traje de conejito playboy negro. A Bakugou le irritó, le enfadó e incluso tuvo que reprimirse las ganas de explotar la aspiradora debido a la fuerza con la que la apretaba.

No le enfrentó con gritos e insultos; con ese tipo de situaciones siempre atacaba de otro modo. Pidió un traje de conejito en línea y esperó pacientemente a que llegara. No le comentó nada al alfa pero hasta que llegó el paquete había permanecido irritado y alejado de él. Todoroki claramente se extrañó, pero por más que intentó hablarlo, nunca llegó a nada.

El rubio esperó a que el alfa se fuera y luego, cuando casi era la hora de regreso, se colocó el dichoso disfraz, las orejas, las medias, tacones –sí, también se compró eso–, y el resto del traje. Ya tenía la cena lista –soba, obvio, la favorita de Shouto– al igual que la bañera lista con agua calentita y burbujas.

Se quedó en la sala viendo su celular hasta que finalmente escuchó la manija de la puerta siendo usada para ingresar. Shouto entró y mientras se agachaba para quitarse los zapatos, saludó.

Estoy en casa – Katsuki hizo un puchero, aun no le había visto.

Bienvenido – Dijo mientras se acercaba a la entrada.

Cuando Todoroki comenzó a incorporarse y se percató que Bakugou llevaba tacones y medias, procedió a –casi como escena de película– subir la mirada lentamente por el cuerpo del omega, obligando a su cerebro a grabarse esa imagen para siempre. Pasó los ojos por las fuertes piernas y los gruesos muslos, subió por todo el abdomen y los pectorales y finalmente llegó a la cara.

¿Qué estás usando? –Dijo mientras tragaba saliva, pero intentando mantener su rostro serio.

Creo que es obvio – Bakugou dio una vuelta para que el bicolor apreciara cada parte de él y luego movió las pestañas con fingida inocencia Ahora, la bañera está lista al igual que la cena, hice soba – Recalcó con una sonrisa traviesa ¿Qué quieres hacer primero?

Katsuki mentiría si dijese que no recibió el mejor creampie* de su vida en la entrada de su casa. Adoraba cuando Shouto dejaba salir su instinto alfa y lo tomaba sin darle oportunidad de escapar.

Ya ni le importaba si lo hacían viéndose las caras, lo único que quería era abrazar la ancha espalda y enrollar las piernas en la cintura del bicolor mientras hacía caras y ruidos obscenos, gemía y chillaba, lloraba y babeaba, y escurría sus fluidos omegas y la leche de sus pechos, terminando cubierto de sudor y esperma.

Podría sonar extraño, pero le encantaba ser tratado como una puta por él.

Luego, tomaron un baño, cenaron y se acostaron a dormir juntos, como si nada hubiera pasado. El rubio guardó el disfraz para posteriores ocasiones e incluso posó para que Shouto le tomara mil y una fotos, reemplazando así los fondos de pantalla.

Por eso cuando apretó una tecla de la computadora – Todoroki tenía que aprender a apagarla– y se vio a sí mismo en una pose tan sexy y provocativa, sonrió con todo el puto orgullo que tenía.

Bakugou estaba acabando la cena cuando escuchó la puerta de entrada. Todoroki llegaba del trabajo, hecho puré y con el traje de héroe sin cambiar. El omega no había visto las noticias así que no sabía si hubo algún ataque de villano o no.

– Llegué.

– Uhm.

El bicolor se quitó los zapatos y prácticamente se arrastró hasta el sofá de lo que era su sala en su pequeño departamento. Se dejó caer en él mientras soltaba un largo suspiro de cansancio.

– Estás hecho mierda – Fue el comentario, pero Todoroki sabía que preguntaba por su día.

– Hubo un intento de secuestro en la parte este, nada grave pero fue una larga tarde intentando que el villano soltara al civil – Explicó.

– Hay agua caliente, por si quieres ducharte.

– Sí, eso haré. ¿Qué hiciste de cenar?

– Hice karaage, así que no tardes o se va a enfriar.

– Está bien, no lo haré – Dijo el bicolor mientras con gran esfuerzo se levantaba del sofá para irse hacia el baño, aun arrastrando los pies.

Bakugou sabía que efectivamente, Todoroki no iba a tardar. Por lo que sirvió la sopa miso, el arroz, la ensalada y el pollo en karaage en los respectivos platos para llevarlos a la mesita de la sala –acostumbraban cenar viendo la televisión, especialmente alguna película–. Luego volvió por la tetera con té verde y las tazas de té para también llevarlos hasta la sala.

Ni siquiera se atrevan a hacer chistes, pasaron años antes de que Todoroki pudiera estar tan cerca de una –incluso tocarla– sin que se le bajara la presión.

– ¿Has decidido que quieres ver? – Preguntó el alfa mientras salía de la ducha secándose el cabello con su toalla y solo con sus pantalones ya que Bakugou tenía su camiseta. Solo la camiseta.

– ¿Rápidos y Furiosos 13? – Preguntó Bakugou, mientras se acomodaba en el sofá – Aunque desde que Vin Diesel renunció, es una mierda. Pero ya lo era después de la 4, desde que sacaron más y más secuelas salidas del culo – Todoroki rio ante su berrinche.

– ¿Por qué no vemos Barbie?

– Jalo. ¿Cuál de todas?

– ¿Fairytopia? La primera, me refiero. Ya sabes, donde las hadas, vuelan; las sirenas, nadan; pero Barbie puede ca-mi-nar – Y Katsuki comienza a reírse ante la broma del bicolor.

– Joder, está bien – Acepta mientras se limpia las lágrimas – La buscaré, ven a sentarte – Ordena palmeando el asiento a su lado, mientras busca la película en el navegador de la televisión.

Y así pasan la noche, disfrutando de la rica comida, entre risas y la película para niñas de fondo.

Ah, y anudados. Porque luego de un rato, cogieron.





(*): Práctica sexual que consiste en la eyaculación en el interior de la vagina o ano para luego retirar el pene y observar cómo el semen es expulsado.

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