– ¿Por qué la secta del manto Estelar va contra la chica? ¿No se supone que idolatran a Tengen? Además ¿A dónde fue Klaus? Si se escapó y nos dejó la misión a nosotros solos esto va a ser muy aburrido –Satoru estaba fastidiado, tendrían que estar detrás de una mocosa durante los próximos dos días. Sus planes de tomarse una semana libre y llevar a Klaus a comer estaban totalmente arruinados por esta misión. Klaus tenía razón, esto es un fastidio.

– Idolatran a Tengen, no quieren que la sangre impura de otro cuerpo se mezcle con la pureza de Tengen. Y Klaus dijo que iba a rodear el perímetro y que nos cubría la espalda, no sé qué quiso decir con eso pero seguro ya está previendo alguna situación posible. Yo subiré a buscar a la chica, tú quédate abajo –Geto sabía que esta situación no era nada divertida para Satoru, asique tomó la iniciativa de ir él por la chica. Además, Satoru no es bueno tratando con otras personas, era muy capaz de crear conflicto con ella en cuanto se conocieran.

Mientras Geto, ya en el edificio, hablaba por teléfono con Satoru, Klaus se acomodaba desde la terraza de otro edificio cercano y alto, con una buena vista de toda el área. Se había en estos años especializado en todo tipo de armas, cuchillos, katanas, kunais, lanzas y hasta armas de largo alcance. Un francotirador pesado, obviamente bañado en energía maldita, era buena opción para tener vista de posibles enemigos que estaban esperando que la ubicación de Riko Amanai sea expuesta, o tal vez ya sabían dónde estaba y solo estaban esperando la oportunidad de atacar.

Las armas de fuego no solían usarse en la hechicería porque los hechiceros tienen los reflejos entrenados y, si refuerzan la zona de la herida con energía maldita a tiempo, una bala no es probable que cause mucho daño. Sin embargo, el francotirador pesado era un arma de mayor velocidad, de mayor calibre y de mayor energía cinética, todo esto se potencia con energía maldita. Además, contaba con el efecto sorpresa y con el hecho de que Q lo que menos esperaba era una estrategia de ataque de asesinato rápido. Según la información que poseía, tenían una mayor tendencia al uso de armas blancas y eran buenos en peleas de larga duración. Además, Lily podía hacer invisible a las balas, los reflejos no sirven de nada ante algo que no puedes ver.

– Lily, cúbreme –Mientras él estaba distraído podía verse sorprendido por un ataque por la espalda, pero con Lily protegiéndolo sin ser vista debido a su invisibilidad podía cubrir el terreno y a sus amigos sin preocupaciones.

De repente, una explosión sacudió el edificio con la ubicación del cuerpo de plasma estelar. El humo no dejaba a Klaus visualizar qué había ocurrido exactamente, pero ubicó a dos sujetos vestidos de blanco. Probablemente Q. Klaus apuntó y esperó. Mientras Geto se encargaba de uno, otro se le acercaba en silencio por detrás pero Klaus disparó antes de que pueda hacer nada.

Geto se sorprendió por el sonido del disparo y por el cuerpo que había caído inerte detrás de él. El tipo que lo había provocado de frente era una distracción para darle la oportunidad a este otro sujeto de acabar con él. Eran más astutos de lo que había pensado, se había relajado porque eran débiles, pero aún así no habían sido suficientes, Klaus estaba un paso adelante. Sabía que un arma así había sido disparada por él y eso lo había hecho sentirse más seguro. Satoru, desde su posición, también escuchó el disparo y una sonrisa enorme se extendió en su rostro sabiendo que se trataba de Klaus.

Ese es mí chico.

Klaus recargó su arma. Q era un grupo grande y esta misión era importante en el mundo de la hechicería, era seguro que tenían refuerzos. Probablemente, el jefe haya ido por Satoru, considerando que era el más fuerte de Q, aunque no creía que realmente fuera un problema para Satoru. Por esto, se concentró en cubrir desde su posición los alrededores del edificio donde estaba Geto con la chica. Así, entre los tres, establecieron tres capas de defensa sobre ella.

Cuando consideró que el edificio estaba limpio y era seguro, Klaus disparó un par de veces más a algunos miembros de Q que iban de apoyo contra Satoru al ver a su jefe caer. No dudaba de que Satoru se pudiera encargar de ellos, pero la misión duraría dos días, lo mejor era que guardara fuerzas tanto como sea posible.

Cuando todo se calmó, Klaus desarmó el francotirador y se volteó a Lily, quien consumía a un miembro de Q que, habiendo deducido su posición por el sonido de los disparos, lo había ido a buscar. Siendo sincero, estaba un poco decepcionado de este grupo, esperaba al menos ver una buena pelea considerando que eran un grupo problemático para los altos mandos. Ahora con la caída de su líder, Q ya no era un problema y era un grupo destinado a colapsar. Klaus se dirigió al edificio donde estaban Geto y Satoru junto a la chica.

– ¿Cambiaste tu fondo de pantalla de nuevo? Pones una foto de Klaus distinta cada tres días, amigo. Eres un acosador.

– Cállate, Geto. La envidia se nota a kilómetros, si quieres la foto sólo puedes pedirla.

– ¿Me la puedes pasar?

– Piérdete –Satoru le sacó la lengua justo antes de que empezaran a pelear.

– Que fastidio. Todo este día es un asco –Klaus apareció por el ascensor mientras bostezaba –Los alrededores están limpios.

– Klaus, bebé, ahí estás. Nos sorprendiste. Si estás cansado, llevemos a la chica al territorio seguro de la escuela de hechicería, podrás descansar ahí –Satoru quería volver y descansar con Klaus, tal vez Geto los podía cubrir y ellos podrían ir a la noche a comer a algún restaurante italiano. Klaus amaba las pastas caseras y tenía ganas de llevarlo a un lugar así hace rato.

– ¡Esperen, no! Tengo escuela, no puedo faltar –Klaus observó a la chica. Riko Amanai era la que se fusionaría con Tengen en dos días, se veía como una joven animada y llena de emoción. Tal vez ella quería despedirse de sus amigas de la escuela y fingir que tiene un día normal por última vez. Dudaba que ser un recipiente sea el tipo de vida que Amanai verdaderamente deseaba, así que Klaus entendió.

– ¿Es una broma? Acabas de ser atacada por un grupo de hechiceros malignos, probablemente vengan más enemigos a buscarte y tú...¿Quieres ir a la escuela como si nada? –Klaus entendió, pero Satoru solo sabía comportarse como un imbecil.

– Satoru, déjala. Pronto se fusionará, no nos cuesta nada acompañarla –Klaus siempre agradecía tener a alguien como Geto a su lado, ambos siempre parecían ir en la misma sintonía, se entendían perfectamente, más de lo que Satoru lo hacía.

Geto y él se habían hecho amigos muy rápido, ambos eran tranquilos y tenían muchas cosas en común: técnicas, ideales, gustos y hasta tenían personalidades parecidas. Satoru solía ponerse celoso de la relación entre ellos y eso solía ocasionar varias peleas entre él y Geto, pero debían reconocer que los tres juntos eran imparables, lo mejor de lo mejor, los más fuertes, los más prometedores. Satoru era la fortaleza, Geto la templanza y Klaus la prudencia, se complementaban perfectamente.

Pero sobre todo, lo que Geto y Klaus más compartían era el bajar a Satoru a tierra.

– Ustedes no lo pueden entender por sus mentes cerradas de clase baja, pero no voy a morir. Cuando me fusione con Tengen, viviré el resto de la eternidad junto a él, cumpliendo con un glorioso propósito que...–De acuerdo, la chica era bastante mala mintiendose a sí misma. ¿Quién querría que usen su cuerpo como contenedor sin voluntad por el resto de la eternidad? Siendo realistas era un destino de mierda, cualquiera podría verlo. La chica parecía querer forzarse a sí misma a aceptar este destino tratando de convencerse de que era algo positivo. Esta misión no iba a ser fácil.

– Pf, está bien. Te seguimos niña –Bueno, siempre podía llevar a Klaus a comer otro día.

Así estaban esperando a Riko en los exteriores de la escuela. Geto y Klaus estaban jugando shogi con un pequeño tablero de bolsillo mientras Satoru hablaba por teléfono con Yaga.

– Kakukou.

– ¿Qué? Espera, estoy seguro que estabas haciendo un Yagura. ¿Fue una distracción?

– Estabas tan ansioso por evitar que complete el Yagura que olvidaste tu propia defensa. Una táctica inteligente es hacerle pensar al enemigo que tiene la ventaja.

– De nuevo.

– ¡No, por favor! –Satoru estaba harto de verlos jugar en silencio, sin hacer nada divertido. Quería acción y, secretamente, estaba celoso – Yaga me dijo que Tengen pidió que aceptemos los pedidos de la mocosa, entiendo eso de tener unos últimos días normales, pero sigue siendo más seguro vigilarla personalmente. Geto ¿Y tus maldiciones?

– Están vigilando. Si desaparece alguna, me alertaré. Aún así, Q probablemente no lo intente de nuevo y la Secta del Manto Estelar es un grupo de no hechiceros.

– Eso me preocupa –intervino Klaus –Es seguro que los seguidores de Tengen irán por Amanai. Está misión es muy importante para ellos y aún no han atacado. Algún movimiento harán pronto, pero lo único que podemos hacer es esperar por ahora –No se podían dar el lujo de subestimar a estas personas. Justamente como no eran hechiceros, era seguro que recurrirán a alguna estrategia o a alguien confiable para hacer tan importante misión. Tenían dos días para la fusión, pero el que no hayan ido a atacar desesperadamente podía significar que estaban tranquilos por algún motivo.

– Muchas gracias por preocuparse por la señorita, hechiceros. Sé que no les da gusto esta misión, pero están siendo muy pacientes con ella –dijo Kuroi, la nana de Amanai, ante el silencio que se formó –La señorita perdió a su familia en un accidente, y desde entonces yo la he cuidado y protegido. Lo haré hasta el último momento por la señorita.

– Entonces tú eres su familia –Geto sonrió antes de poner un rostro serio –Una de mis maldiciones que estaba en el techo ha desaparecido.

– Separemonos.

Geto fue al aula de música y Satoru fue a la capilla mientras Klaus subía al techo. Klaus era bueno en rastreo pues tenía los sentidos muy sensibles, no tenía la vista de los seis ojos pero sí un olfato agudo, un oído fino y una percepción de energía maldita muy desarrollada. Si una de las maldiciones de Geto había sido exorcizada, alguien debía haber dejado un rastro. De hecho, así fue. No tuvo que buscar muy lejos cuando se encontró con un sujeto con, a destacar, una cicatriz de quemadura en el ojo.

– Ey ¿Te molesto? Estoy en una misión un poco problemática –Hablar con el enemigo te decía muchas cosas sobre él.

– Piérdete, estorbo –Por ejemplo, que era un tipo bastante grosero. El sujeto se lanzó primero al combate con un cuchillo, el cual  Klaus bloqueó sin problema con un kunai. Era un enfrentamiento de habilidad, pero Klaus notó que el oponente parecía anticipar sus movimientos por más sorpresivos que sean, siempre conseguía bloquearlos, así que lanzó un último ataque antes de saltar tomando distancia. Klaus percibió cómo el enemigo dudó un segundo ante esto.

– Tú técnica es interesante. Bloqueas mis ataques casi inmediatamente luego de atacar tú. Tal vez algo relacionado con una anticipación –Klaus repasó la pelea en su mente ¿Qué tipo de anticipación era? ¿Acaso podía ver el futuro o predecir el siguiente movimiento de alguna manera? Antes de que pudiera seguir pensando, el sujeto de nuevo tomó la iniciativa y reanudó el combate.

Durante esos minutos, Klaus se percató de que el patrón del oponente era ataque y defensa, ataque, ataque y defensa y ataque de nuevo. El sujeto se concentraba siempre en atacar y luego en defender. Podía ser simplemente que sea un estilo de pelea, pero la defensa que seguía al ataque era precisa, más precisa que el propio ataque anterior, y el ataque que le seguía a la defensa se volvía cada vez más certero. No era una técnica que le permitía ver el futuro, ni anticiparse a sus movimientos, era una técnica que respondía a la causa y efecto del movimiento del usuario. Causa: ataque, efecto: respuesta al ataque, así al mismo tiempo aprendía su propio patrón de pelea y adaptaba el suyo. Sería una técnica magnífica para su estilo de pelea con armas, lástima que este tipo confiaba tanto en su técnica que descuidaba su habilidad.

Antes de recibir otro ataque, Klaus nuevamente estableció distancia entre ambos y, antes de que el oponente pueda reaccionar, le arrojó tres kunais al mismo tiempo. Uno de ellos iba directo a su cabeza, y los otros dos a sus costado. Cómo era obvio, el de cicatriz procuró bloquear el primer kunai, decidiendo que los otros dos eran un error de puntería de Klaus, sin embargo éstos, cuando pasaron por al lado suyo, explotaron. Salió volando totalmente magullado de la pequeña explosión.

– Tú técnica es visión de causalidad o algo así ¿No? Por eso estabas tan apurado por atacar primero, querías la ventaja, pero el primer movimiento no es siempre el ganador. A veces es más inteligente esperar y dar la oportunidad al otro de comenzar ¿No crees? –Klaus miró desde arriba al sujeto y puso un pie sobre él, aplastando su cabeza contra el suelo –Identifícate y dime quién te envío. Ahora.

Luego, Klaus recibió una llamada de Geto. "Kuroi fue secuestrada". Cuando se reunieron en un callejón organizaron cómo resolver la situación. Klaus se mantuvo en silencio. Satoru, aunque solía comportarse como un idiota, algo de las estrategias de Klaus se le había pegado y había armado un buen plan para rescatar a Kuroi. Siendo honesto, Klaus estaba preocupado por otra cuestión: había aparecido una recompensa de 30 millones por Riko Amanai, según el tipo de la quemadura al que había interrogado.

Seguro era obra de la Secta del Manto Estelar, sin duda. Era una recompensa enorme, demasiado dinero como para pasar desapercibido. Tanto él como sus amigos habían sido atacados por gente atraída por la recompensa, si seguían viniendo por los próximos días no tendrían descanso. Satoru no podía mantener la técnica Ilimitada por tanto tiempo sin cansarse y todavía no había aprendido la técnica inversa.

Klaus la había logrado dominar luego de razonar los principios teóricos de la técnica. Lo verdaderamente dificultoso era la manipulación de energía positiva, a la que ningún hechicero estaba acostumbrado y era incluso más difícil de producir que la negativa, la cual fluía constantemente y era más fácil de moldear. Klaus había explicado su razonamiento a sus amigos, de hecho gracias a esta base Satoru tenía una idea de cómo funcionaba una variación de su técnica: Rojo y la podía hacer pero de manera aún incompleta, más bien, no podía mantener la técnica y colapsaba por sí misma.

No podían bajar la guardia, pero a largo plazo sería una desventaja. Inevitablemente se cansarían...se cansarían. ¿Y si...esa era la idea? La Secta de Tengen sabía que la misión estaba siendo llevada a cabo por Gojo Satoru, Suguro Geto y Klaus, los tres de clase especial. Habían acabado con Q y juntos eran casi invencibles. Tal vez, los 30 millones solo eran una trampa. Pero entonces...

– ¡Ey, Klaus! ¡Klaus! ¿Estás bien? Te quedaste en silencio todo este rato, mirando un punto fijo –Geto y Satoru lo miraban con preocupación –¿Estás cansado? ¿Estás de nuevo con alucinaciones? Nosotros nos encargaremos, descansa un rato, Klaus.

Era bastante común que cuando tenía días complicados, varias noches sin dormir y mucho estrés, Klaus tenga alucinaciones. A veces no podía distinguir lo que pasaba a su alrededor, o, justo como ahora, perdía la noción del tiempo totalmente. También a veces recordaba despierto algunas pesadillas y se asustaba. Era una instancia de máxima preocupación porque estos eran los límites de Klaus.

– ¿Qué? –Klaus se dió cuenta que estaban en el avión de camino a Okinawa. ¿Se había quedado tanto tiempo pensando? Se sentía cansado. Había dormido un poco el día anterior, pero eso no había compensado los anteriores 4 días sin dormir, y ahora estaba en una misión en la que debía estar en máxima alerta. Sumado a que Klaus tenía la intuición, fundamentada, de que algo estaba mal. Aún así no pudo seguir pensando porque Satoru de un toque en la frente lo había dormido, era algo que había aprendido para esos momentos límite en los que entraba Klaus. Satoru lo abrazó con fuerza mientras dormía y lo puso en la posición más cómoda posible.

– Satoru ¿Cuándo le dirás que te gusta?

– ¿Qué dices Geto? Estoy totalmente enamorado, y se lo diré en un buen restaurante luego de que él haya descansado como se merece mil horas.