Capítulo 45

—Estará bien, solo tuvo un desvanecimiento gracias al esfuerzo y los golpes que le propinaron. Recomiendo que descanse para que pueda retomar fuerzas y que, en lo posible no vuelva a pelear con nadie —escucho a una mujer hablar.

Me siento trastornada, confundida y ante todo, cansada. Solo recuerdo que me desmayé en la enfermería y de ahí en adelante nada.

—Si salgo por un tiempo no le sucederá nada ¿verdad? —dijo inseguro mi mejor amigo Hiccup.

Traté de abrir los ojos pero no pude, solo conseguí escuchar su conversación.

—Pierda cuidado, estará bien, yo cuidaré de ella en su ausencia —respondió la enfermera.

Oí los pasos de el castaño alejándose y posteriormente, el sonido de la puerta al cerrarse.

Intenté otra vez despertar y esta vez lo conseguí. Mis párpados se abrieron con lentitud hasta vislumbrar el lugar, estaba en una habitación con paredes blancas y con mucha luz.

Levanté mi mano y la observé, luego toqué mi rostro tratando de entrar en sí.

—¿Cómo te sientes? —preguntó la chica.

Aclaré la garganta y le respondí.

—Me duele un poco la cabeza —hice una mueca de dolor —¿Cuánto tiempo llevo dormida?

—Tres horas —soltó y casi salto de la cama por la impresión.

—¡¿En serio?! —exclamé y después todo se aclaró en mi mente. Jack se llevó a mi sobrina, Hiccup me trajo hasta aquí —No puedo seguir aquí acostada, necesito encontrarla —me levanté de la cama y un dolor punzante en el vientre me hizo gemir de dolor.

La asistente médica me ayudó a recostarme en la cama de nuevo.

—No debes levantarte de la cama aún, requieres descanso absoluto. Por ti y por tu....

Fue interrumpida por el sonido de la puerta. Hiccup me sonrió, pero pude notar preocupación en sus ojos, se nota que le importo.

—Has despertado —musitó.

Pude ver que estaba cansado y frustrado, la desinformación me está matando, no sé qué pudo haber pasado en las últimas horas. Ya puedo imaginarme a Flynn colérico tirando cosas y golpeadon a gente por haber dejado salir a su principal prisionero.

—Hiccup. Necesito saber qué está pasando. Dímelo por favor —supliqué a punto de llorar.

Respiró profundo y luego se sentó en el borde de mi cama. Con una seña despachó a la enfermera y ésta salió, no sin antes decirme que no podría levantarme hasta mañana.

—Frost escapó dejando tras de sí varias muertes, acabó con casi veinte miembros del equipo de seguridad. Flynn está que se muere de la ira, todos estamos devastados, en menos de media hora nos hizo trizas. Muchos rumoran que no lo hizo solo, pero de verdad ya no sé qué creer, estoy que tiro la toalla —se desahogó y sentí que se estaba quitando un peso de encima.

Cuánto desastre puede provocar un hombre, cuántas muertes más se agregarán a su lista, ¿Acaso no siente? No sé cómo fue que pude creer que él podría cambiar, pero los milagros no existen.

—Él se la llevó.... Él se llevó a mi Angie, y sí, es verdad, no estaba solo, la persona que me golpeó fue su acompañante, una mujer —dije con la voz ahoga en lágrimas.

Mi amigo pasó sus manos por su cara con impotencia y enfado. Yo, mientras tanto trataba de no echarme a llorar.

—Necesitamos ser fuertes, Elsa, no le daremos el gusto de vernos derrotados, sé que estamos mal pero de esta saldremos, por peores hemos pasado, lo buscaremos hasta debajo de las piedras y te prometo que rescataremos sana y salva a tu sobrina —trató de alentarme pero no estoy muy convencida.

Cerré los ojos y tomé aire por la nariz.

—De algún modo tienes razón, lo venceremos y a todos los de su clase. Solo necesito levantarme de esta cama e ir a partirle la cara —cerré mi mano en forma de puño.

—No creo que sea conveniente dejarte levantar de esa cama, estás muy débil y golpeada. Además...

—¿Ves este rostro? —lo interrumpí señalando mi cara —Aún puede soportar unos golpes más si con eso puedo rescatar a los que más amo. Mientras que siga consciente no permitiré que personas como Jack Frost arruinen mi vida. Ya basta de bajo autoestima y depresión, el mundo está para los que quieren vivir no hay espacio para débiles. Así que, mañana mismo iré a buscarlo.

Hiccup hizo una mueca de inconformidad.

—¿Y si te haces daño?

—Me vale mierna tener que sangrar otro poco —respondí segura.

En toda mi vida he tenido altos y bajos, pero siento que este es el momento de ser fuerte, otra vez, y enfrentarme a mis demonios.

***

—Sigo diciendo que deberías descansar y dejarnos a nosotros el trabajo duro —insistió el ojiverde al otro día cuanto me estaba preparando para una reunión con todos mis compañeros.

—Ya he descansado lo suficiente ¿Tres días te parecen poco? Ya no más, primero está el deber antes del querer —contesté y él giró los ojos.

—Si que eres testaruda, solo espero que no te vaya a pasar nada por no hacer caso.

Abrimos la puerta y nos encontramos con todos nuestros compañeros reunidos y dándonos la espalda.

Di un par de pasos hasta toparme con que tenían a uno de mis compañeros atado a una silla. Flynn lo estaba interrogando, y cuando estuve lo suficientemente cerca me di cuenta que no lo estaba interrogando, la estaba interrogando. Gogo era quien estaba atada.

Al escuchar mis pisadas todos voltearon a vernos, tenían caras enojadas y decepcionadas pero no hacia mí sino hacia la pelinegra.

—Que bueno que ya despertarte, Elsa, porque estábamos en medio de una muy agradable conversación con nuestra compañera Gogo —dijo Flynn desorientándome.

Frunci el ceño con confusión.

—¿Qué es todo esto? —pregunté.

—Nuestra querida amiga era una infiltrada y ayudó al malnacido de Frost a escapar —soltó Hiro de imprevisto —La atrapé después de que lo ayudara a salir junto con su cómplice.

Mi sangre se calentó al escuchar semejante revelación. La ira me cegó y sin pensarlo dos veces me acerqué a Gogo y le di un fuerte puñetazo en la mejilla, que anhelaba dárselo desde hace mucho tiempo atrás. Su rostro giró y su pómulo se tornó morado.

—¡Zorra traidora! ¡Por tu culpa murieron inocentes! ¡Por tu puta culpa perdí a mi sobrina! —grité y traté de golpearla otra vez pero Fred me tomó por la cintura.

—Para, Elsa —dijo tratando de sostenerme, pero yo lo único que quería era acabar con esa perra.

Respiré profundo para poder calmarme, sin embargo, no podía parar esas ganas de golpearla.

—Necesitamos sacarle toda la información que tenga —sugirió Ryder.

—¡Sí! Será mejor que digas en dónde tienen a Angie —grité.

Flynn tomó el rostro de Gogo entre sus manos para que ella lo viera a los ojos.

—Habla, ¿Por qué nos traicionaste? Tú eras mi agente de confienza. Por qué lo hiciste ¿eh?

Ella permaneció unos minutos en silencio y luego decidió hablar:

—Porque ella me lo pidió, porque mi tío necesitaba mi ayuda y primero está la familia ¿no? —respondió con una sonrisa que quise borrar con mi puño.

—¿Quién es ella? Y ¿Quién es tú tío? —preguntó molesto Hiro.

—¿Ella? Ella es Mavis y vino aquí para abrirme los ojos y mostrarme que ustedes no son mi familia, que mi verdadera familia me espera allí afuera  —tragó saliva —Yo solo hice lo que él quería, le di acceso al cuartel general, y sí, ayudé a su prisionero a escapar, solo para acabar con esta mentira. Mi tío si se merece el honor no los farsantes héroes que creen que son ustedes.

Había algo en Gogo que no me cuadraba y aunque tenga que aceptarlo, esa estúpida supo esconderse muy bien. Sin embargo, había en sus ojos una tonalidad oscura que jamás había notado, sus pupilas estaban dilatadas y su piel era muy clara.

—¿Cuál es el nombre de tu tío? —exigió Flynn

—Se hace llamar Pitch Black y será quien gobernará este mundo —río.

—Estás demente —susurró Honey con tristeza al ver a su amiga en ese estado.

Me solté del agarre del rubio y me acerqué a la pelinegra, claro que esta vez mucho más calmada.

—Danos ahora mismo la ubicación de Pitch Black y Jack Frost —pedí lo más tranquila que pude.

—Mmm, no. No se la daré, lo siento —respondió con descaro y provocó que apretara las mandíbulas, de verdad me estaba conteniendo.

—¡Dinoslo ahora mismo si no quieres pasar el resto de tu vida en un calabozo! —gritó mi jefe.

—Me da igual —se encogió de hombros.

Estuve a punto de golpearla de nuevo pero alguien se me adelantó.

—¡Por Dios, Gogo! ¡Danos esa maldita dirección! —Honey nos sorprendió a todos con ese cambio drástico de temperamento. Ella había golpeado a su mejor amiga con tanta fuerza que la había tirado al suelo.

Gogo parpadeó un par de veces y luego nos miró a todos desconcertada.

—¿Qué sucede? —preguntó confundida.

—¡Ahora te haces la loca! ¿Eh? —gritó Honey e iba a golpearla pero la detuve a tiempo.

Algo cambió en Gogo al golpearse con el suelo, sus ojos retomaron su color natural y su piel retomó su color, además perdió esa frialdad en su mirada.

—Dime, qué te está sucediendo —le pregunté y la ayudé a retomar su posición.

—¿Qué crees estúpida? Pues que estoy atada a una maldita silla mientras que mis compañeros me ven como bicho raro —escupió y noté que volvió a ser la misma.

Los rostros de mis compañeros se pintaron de confusión, y es que, el cambio de ella fue muy drástico. Gogo nos miraba irritada y gritaba que la soltaron pero todos se negaron por la amenaza que ahora es.

—Basta de estupideces, danos la dirección de Pitch Black —ordenó Flynn con autoridad. Gogo hizo una mueca.

—¿Quién? No conozco a ningún tipo con ese nombre —fruncio el ceño.

—Bien, esto se está poniendo feo, ahora resulta que tienes amnesia y no recuerdas nada de lo que nos dijiste, buena treta pero no te va a funcionar con nosotros, así que confiesa o nos veremos en la penosa necesidad de sacarte la información a la fuerza —sentenció Hiro, y pude notar que ya no es el mismo que se ha hecho de piedra.

Gogo seguía negando todo, reiteraba que no sabía nada y todo eso nos estaba poniendo de mal humor.

Decidí que lo mejor sería tratar de hacerla recordar de otra manera.

—¿Recuerdas a Mavis? —le pregunté y ella pareció pensarlo —Una pelinegra de ojos azules y piel pálida.

Ella lo pensó un instante y luego respondió:

—Creo que sí —hizo una pausa y luego abrió los ojos como platos —¡Claro que la recuerdo! Ella llegó a mi habitación, me golpeó y luego se metió a mi mente, no recuerdo muy bien lo que paso ¿hice algo incorrecto?

—Solo dejaste que se robaran del cuartel general una potente arma y que acabaran con la mitad del personal, no conforme con eso, ayudaste en la huida del preso más hijo de puta de este lugar —reprochó el castaño.

—Diablos... De verdad no sabía lo que hacía, esa pequeña bruja me manipuló a su antojo seguramente porque no quise colaborarle a mi tío —respondió enojada.

—¿Pitch Black? —interfirió Wasabi.

—Él no se llama así, su nombre es Aaron, Aaron Black. Trató de converserme de ayudarlo pero me negué y él muy seguramente me mandó a esa bruja con mal gusto.

Todo tenía sentido ahora, esa mujer poseía la habilidad de manipular y... Por un momento pasó por mi cabeza que también pudo haber hecho lo mismo con Jack. Siento que no debería defenderlo, pero suena lógico.

—Todo encaja ahora —susurré y me crucé de brazos —Manipularon a Gogo todo el tiempo. Ahora lo más conveniente es que nos digas en dónde se encuentra ese sujeto.

—No estoy muy segura, pero creo que está en el norte de la ciudad, no sé exactamente en dónde.

—Pero podremos rastrearlo por medio de la llamada que hizo, con el registro de llamadas en el celular de Gogo tardaremos segundos en ubicarlo —comentó Hiro, quien era el más dado a la tecnología.

—Es cierto, si no es posible partiremos esta misma noche y acabaremos con él y con todo su séquito. No será tan difícil ya que no nos esperan e iremos preparados —dijo mi superior al mando.

—No los subestimemos, tuve un enfrentamiento con esa mujer y es fuerte, además que posee habilidades y destrezas superiores, y posee magia oscura —agregué.

—Y, si Frost los está ayudando también nos será un combatiente fuerte —me apoyó Hiccup.

—De él me encargo yo —dijo Hiro con ira reprimida. Sé muy bien que él lo odia y que lo quiere ver muerto, así que se le ha presentado la mejor oportunidad.

No podía permitir dicho enfrentamiento, Jack lo acabaría sin problemas, lo conozco y sé que cuando empieza algo lo termina.

—Me haré cargo yo de él —tomé la palabra —Ya he combatido con él antes, conozco sus debilidades.

Todos permanecieron en silencio, parecía que no les importaba mucho quién acabara con Jack.

—Yo creo que conoces mucho más que sus debilidades Elsa —escuché que insinuó el pelinegro.

—Pues te equivocas porque...

—¡Silencio! Déjense de payasadas y preparence todos para esta misión. Hiro, ya sabes qué hacer. A las ocho de la noche los quiero a todos con todo su equipamiento adecuado.

Sin más, nos despachó a todos quedándose con Gogo, la verdad no sabía que tenía planeado hacer con ella, pero ahora lo importante es que podré liberar a mi sobrina, que quizás esté pasando hambre o que quizás la torturen por sus particulares poderes. Tengo miedo de perderla, de no poder hacer nada por ella, por eso lucharé con uñas y dientes para resguardarla.

Las horas se hicieron eternas, pensé que nunca iba a llegar la noche, la ansiedad y el nerviosismo me carcomían. Me sentía de todo menos bien. Necesitaba ponerle frente a esa zorra que me había dejado unos cuantos golpes, ella me debía una revancha.

Caminé hasta donde todos se encontraban, entré a la habitación de armamento y me topé con que todos se estaban poniendo trajes distintos a los del cuartel. Honey tenía un conjunto fucsia con un casco de igual tono junto con una cartera de lo más curiosa, Wasabi activaba unas navajas que salían de sus brazos y cortaban cualquier cosa, por otro lado, Fred portaba un traje de algún... No sé que, que expulsaba fuego, e Hiro tenía una traje negro y azul puesto que tenía propulsores en sus botas, Hiccup no se quedaba atrás, también traía un traje diferente.

—¿Qué es todo esto? —pregunté llamando la atención de todos.

Mis compañeros enmudecieron haciéndome enojar. Repetí de nuevo la pregunta con un tono más alto de voz.

—¿Esto? Esto es lo que eramos antes de entrar a este cuartel —contestó Hiro mientras probaba sus armas.

—No entiendo —frunci el ceño.

—Verás Elsa, antes de ser agentes vivíamos en Tokio y eramos héroes así disfrazados, solo que tuvimos que escondernos por una orden del gobierno. Hace muchos años no salíamos con estos trajes —explicó Honey lo más claro que pudo.

—¿Por qué no me lo dijeron antes?

—Era un secreto que solo sabíamos los grandes Héroes. Baymax era nuestro icono —dijo Fred.

—Esperen un momento, entonces Baymax no fue creado aquí sino en Tokio y que Hiro no escapó de casa para venir aquí y que Tadashi tampoco. Mentiras y más mentiras. No confiaban, ni confían en mí.

—Elsa, las cosas no son así. Flynn reclutó a todos estos personajes incluyendo a Tadashi y si te mentimos fue porque eras nueva y nada más —mencionó Hiccup tratando de aclararme toda este enredo.

—Además, no te hagas la ofendida que aquí la que guarda más secretos eres tú. A ti no te duele ocultar la verdad así tengas que hacer sufrir a los demás —me reprochó Hiro —Tenemos mejores cosas qué hacer que contarte todo nuestro pasado. Tengo cuentas por saldar...

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