Capítulo 25

Jack

Que escurridiza es esa mujer, ha logrado escapar a quién sabe donde.

Observo mis manos, lo que ahora pueden hacer. Descubrí este nuevo poder el día que escapé del manicomio cuando asesiné a ese hombre y me quedé con todo su dinero, bastante por cierto. Se lo agradezco y mucho, he podido arrendar un apartamento, pude comprar ropa y comida. Se le será recompensado en el cielo.

Me fascinó ver la expresión de victoria en el rostro de Elsa, que por cierto ya recordé su nombre. Lo que ella no sabía es que todo lo fingí en segundos, si hubiese querido, me hubiera liberado con facilidad.

Es una novata en esto de secuestrar personas. Todo el tiempo estuve despierto y las cadenas no estaban bien colocadas.

¿Por qué lo hice?

En realidad solo quería divertirme un poco con su inocencia. Elsa ha logrado llamar mi atención de alguna forma.

Estuve un tiempo en la playa riendo como un demente. Quizás haya fingido algunas cosas, pero nunca lo hice cuando le dije lo de mi hermana. Todas y cada una de mis palabras fueron ciertas, sentí en un instante odio por ella y los suyos, sin embargo no se compara al odio que siento por mí mismo.

Paseo campante por las calles, cual ciudadano feliz. Aún transitan algunas personas tranquilamente, sus rostros denotaban alegría gracias a que apenas son las cinco de la tarde. Las sombras y monstruos salen de noche perturbando sus miserables vidas.

Tengo muy claro que la policía me debe estar buscando o quizás piensen que también he muerto como todos esos tristes locos. Espero sea la segunda porque no quiero que ellos arruinen mi tranquilidad.

Saco del bolsillo de mi chaqueta la tarjeta que a Elsa se le ha quedado en su bolso, no iba a desaprovechar la idea de saber algo más sobre aquella chica, por eso mismo tomé su bolso y observé su contenido, entre ellos esto.

Nombre: Elsa Arendelle

Edad: veintitrés años

Ocupación: agente

Rango: 1

Familiares: indefinidos

Código de acceso: *******

Habilidad especial: ninguna

No creo que esto me sea de utilidad, estos datos no son lo que estoy buscando, necesito información más intima, no una simple foto y datos basura.

Lanzo la identificación por ahí, no me interesa nada de esto.

El tiempo transcurre con normalidad hasta que llega la noche y con ella la brillante luna. He caminado como idiota por horas hasta que decido entrar a un establecimiento con un letrero llamativo.

Singles bar

Bien, se ve interesante, no estaría mal divertirme un rato.

Al entrar me recibe la música a un volumen considerable. Todos están o bailando o sentados en las mesas bebiendo a gusto.

Me ubico en la barra y el barman me saluda.

—Hola señor ¿Qué desea tomar? —me dice mientras limpia una copa de cristal.

—Un whisky doble —le respondí, él vertió el trago en un vaso de vidrio y le agregó hielo.

Probé de la bebida y me gustó su sabor que por supuesto pedí otro.

—¿Qué lo trae por aquí? ¿Acaso es una mujer quien lo hace tomar de esa manera? —insinúa el hombre.

No pude evitar reír. Le pedí un tercer trago antes de responderle.

—Las mujeres son el ser más indescifrable del universo —afirmé. Esta charla será larga.

—Es cierto. No se sabe lo que quieren o lo que no. Cuando tú dices negro ellas dicen blanco —comentó, parece que ha tenido una buena experiencia con las mujeres —Eso quiere decir que sí hay una bella dama.

Bebí un trago más.

—Sí. Sí la hay. Una muy hermosa y a la vez molesta. Ha estado metiéndose en mi vida como una intrusa —hablar de Elsa con ese sujeto así sin más, es algo nuevo para mí.

Creo que el whisky ya me está afectando, llegando al extremo de mencionar a esa insolente mujer.

—¿Pero sabe qué es lo que más me gusta de ella? —el barman negó, parece que esta conversación le entretiene —su insistencia, ella siempre está ahí tratando de hacerme caer.

—¿Siente algo por ella? —se interesó por saber.

—No. Absolutamente nada. Incluso la intenté matar dos veces —él se sorprendió ante lo que le he mencionado —Pronto dejará de ser un problema para mí.

—Wow. Y yo creía que mi ex novia me volvía loco, pero no al punto de querer matarla. Vaya, amigo, si que estás loco.

Su comentario me causó gracia por eso sonreí.

—¿Sabe? No hay dos como ella, es única, es como una rosa, frágil y fácil de aplastar —el barman no dijo nada más solo se alejó y atendió a otros clientes más cuerdos que yo.

***

—Señor, señor. Ya es hora de cerrar, tiene que irse —el barman me llama. No sé en qué momento perdí la noción del tiempo.

Me levanto de la mesa y paso mis manos por mi cabello.

—S... Solo un tragito más —le suplico arrastrando las palabras y uniendo mis manos en forma de súplica.

—Lo siento, pero usted ya está muy borracho —niega y eso no me agrada —es mejor que vaya a casa ¿Quiere que le pida un taxi?

—No. Caminaré. Pero antes de irme, m... Me llevaré esto —tomo la botella que está en la barra, el barman frunce el ceño —¡Hey! No haga esa cara, claro que le pagaré —le lanzo un par de billetes a la cara.

Me tambaleo al salir del bar. Quizás solo haya tomado un poquito demás. No paro de reírme, el alcohol en mis venas me está afectando, tanto que olvido que existen los semáforos.

Camino como si nada en medio de la vía y no paro de beber como imbécil. Algunos coches paran y me pitan, otros me gritan una que otra palabra bonita.

Por un momento me detengo por puro gusto y por molestar a los conductores. Le doy la espalda a los autos.

Hasta que uno de ellos me atropella con violencia. Mi cuerpo rueda por encima de la camioneta, luego caigo al suelo.

El golpe me deja aturdido en un instante, después limpió mi chaqueta nueva y me levanto como si nada me hubiese pasado. No le doy tiempo al conductor del auto para salir cuando ya estaba siguiendo mi camino.

Mi botella se ha roto toda, ruedo los ojos con fastidio.

Sigo caminando como vagabundo por la calle, veo a lo lejos una chica rubia muy atractiva, me acerco hacia ella.

—¿Elsa? —la llamo y sujeto su hombro con mi mano para que gire y me vea.

La mujer se gira y la decepción me acoge. Es solo una mujer cualquiera de cabello parecido al de Elsa, de ojos verdes y con mucho maquillaje. Su perfume me aturde, ya que es muy fuerte.

—¿Perdón? —respondió la rubia. Me observó y yo de inmediato retiré mi mano.

—Mmm, la he confundido con otra persona —dije. Ella se alejó de mí en contados minutos.

Mi subconsciente me está traicionando haciéndome ver cosas que en realidad no existen. Me quedo ahí plantado sin moverme, como sí me costara coordinar mi mente con mi cuerpo.

Parpadeé un par de veces y continué mi camino, sigo un poco aturdido pero nada que no solucione un buen sueño.

Mi vista se nubla de manera imprevista, algo tenía ese Whisky. Choqué contra un muro gracias a un leve mareo.

Otra mujer se asoma en mi panorama, no pude distinguir bien su rostro, ella se acercó a mi lentamente con los brazos cruzados en el pecho, traté de llegar hasta ella pero un hombre me detuvo.

—Quieto —escuché su voz lejana —Está rodeado —me apuntó con su arma.

Divisé el lugar, y en efecto habían muchos hombres y mujeres apuntándome. En este momento no estoy en condiciones de pelear.

—Jack, tienes algo que me pertenece —comentó la mujer.

—Y... Yo no tengo nada suyo...

Me desplomé en el suelo.

Elsa

—Te dije que funcionaría —comentó Honey con orgullo —No dudes nunca de la química.

Observé el cuerpo inerte de Jack tendido en el suelo. Yo sabía muy bien que atraparlo sería imposible teniendo él esas habilidades, por lo tanto ideamos un buen plan, Honey tenía que aturdirlo con la esencia de la amapola, luego teníamos que detenerlo.

Él cayó ante mis pies inconsciente.

—Así que este es el hombre al que todos le temen ¿no? —comentó con burla Flynn —No parece ser muy fuerte.

Lo que él no alcanzó a conocer es ese lado poderoso que tiene Jack, reducirlo fue fácil solo porque estaba drogado.

—No juzgues un libro por su portada, él es más que esto —le dije sin separar la mirada del cuerpo del peliblanco.

Confesarle a Flynn que él tenía mi identificación no fue fácil, él reaccionó de mala forma y nos envió a toda prisa a buscarle, incluso decidió acompañarnos con la promesa de enseñarnos cómo se captura a alguien.

—De acuerdo, llevemos a este sujeto al cuartel equipo. Tenemos un par de preguntas que hacerle —ordenó el castaño.

Todos partimos de regreso.

***

—Vamos, Jack, résponde. ¿Qué hiciste con esa tarjeta? —preguntó Flynn por quinta vez.

Hace un rato despertó Jack con una cadena rodeándole el cuello y otras apresando sus manos, estás cadenas están hechas para que ningún "ser especial" pueda utilizar sus poderes como es su caso.

—Quisiera hablar con Elsa personalmente —pidió Jack buscándome con la mirada.

Me he quedado en una de las esquinas de la oscura habitación, no deseo siquiera acercame a él.

—No la necesitas a ella. Estás hablando conmigo ahora ¿entiendes? —frunció el ceño.

—Bien, si quieres una respuesta te tengo una, no la tengo —respondió.

—Eso es mentira —mencioné saliendo de la penumbra.

—Elsa, no interfieras —ordenó Flynn.

Jack giró su rostro para verme. En su rostro se dibujó una sonrisa arrogante.

—¿Para qué necesecitaría algo como eso? —se dirigió a mí —Claro, como tú me abandonaste entonces necesitas una escusa para tapar tu falta. Ya le digiste a tu equipo dónde estuviste los últimos días.

Los presentes se tensionaron al escuchar la acusación del peliblanco.

—Él lo hizo ¿Verdad? —mencionó Hiccup llamando la atención de todos.

Bajé la cabeza confirmando su pregunta.

Él se acercó a Jack y le propinó un gran golpe en el rostro dejándole el puño marcado. Unas gotas de sangre resbalaron por su labio inferior.

—¿Cómo pudiste hacerle eso a una mujer? —dijo con enojo. Todos estaban sorprendidos ante lo que hizo. Hiccup se caracteriza por ser un hombre pacifista.

Jack lo observó con ira en sus ojos azules.

—Elsa ¿Qué está pasando? —preguntó Hiro a mi espalda.

Iba a responderle, pero Flynn se me adelantó.

—Nada importante. Enfoquemonos en el hoy. ¿Dónde está esa tarjeta? —le preguntó otra vez al cautivo.

Sé muy bien que Hiro no estará tranquilo hasta que sepa lo que ha sucedido. Parece que los problemas son solo para mí.

—La perdí —confesó Jack. En su rostro no se mostró ninguna expresión lo que me afirma que es verdad.

—¿En dónde está? —insistió el castaño.

Jack aguardó unos segundos y luego contestó:

—¡No lo sé! —gritó. Es tediosa esta situación, sé que todos ya queremos irnos a dormir, sin embargo nuestro jefe no lo permitirá.

—De acuerdo. Pero si existe alguien que te hará hablar —comentó Flynn.

Wasabi y Fred traen una computadora y logro ver que se están comunicando con alguien.

Quisiera decir buenas noches, pero no son nada buenas —habla un hombre de ojos verdes y cabello negro. Su voz es imponente y gruesa. Si no estoy mal él es el general Aster —Hemos vivido en el anonimato por años, no dejaremos que nadie cambie esto.

—Señor, atrapamos al sujeto que sabe de nuestra existencia. Él ha robado una de identificación de una agente —mencionó.

Primero que nada la persona que ha perdido su tarjeta será castigado por su distracción temblé ante lo que dijo —Segundo: quiero ver el rostro del bastardo.

Giraron el ordenador para que el general pudiera ver a Jack, él lo saludó con descaro.

Aster abrió los ojos como platos al ver al peliblanco.

¡! ¡ eres el asesino de mi hijo! ¡Maldito bastardo lo mataste sin compasión! —gritó enojado.

Mis compañeros y yo quedamos pasmados.

—Que buen padre eres, dejaste a tu hijo caer en las drogas, yo solo lo ayudé a salir de su sufrimiento —contestó Jack.

El general sentía ira pura, era de esperarse si tienes ante ti al asesino de tu familiar, lo entiendo porque yo también siento esa ira.

¡Quiero a ese hijo de puta a primera hora en el cuartel general! ¿Escuchó Ryder? ordenó Aster —Aquí pagará sus crimines.

—Entre los cuales tenemos: —agregó Hiro con una carpeta en la mano —cuatro asesinatos, seis robos y... Y el asesinato de un oficial. T... Tadashi Hamada —la carpeta cayó al suelo.

¡Oh no!

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