Monstre en vedette
. . .
De entre tantas cosas antiguas en la Academia, respondieron a la duda más cruda que han tenido al escabullirse al salón de artes, evidentemente no es usado por el club de artes, no, el salón antiguo.
Aquel de restos antiguos de una iglesia, donde alguien iba a pintar bonitos retratos de dos hombres que contrastan entre sí, dos personas extrañas, por sus ropas podrían decir que uno era ruso de la aristocracia y el otro un payaso, sangriento por decirlo menos.
Iban seis estudiantes al salón, todo porque dos de sus profesores se parecían en exceso a esa pintura encontrada por el par de hermanos.
Y como buenos chismosos, quisieron ir a verla sin permiso de sus supervisores claro, ahí iban dos bastante asustados y otros tres vale madres, y como no, un último al borde del desmayo.
Sin saber, se metían en terreno peligroso, vaya, sus maestros se enojaran. Poco saben de la historia detrás de esos dos.
[. . .]
── Dos-kun ──. Alargando la "o", el maestro de artes llamo la atención de su compañero. ── ¿Si Kolya? ──. Pronunció metido en su trabajo.
Sintiendo las manos del susodicho en su cintura. Una sensación de burla predominó en ambos, la Twain, los Akutagawa y los Nakahara no sabían en qué se metían.
── Nuestros estudiantes son muy curiosos~
Y así de simple, una sonrisa sádica se cruzo en sus labios.
Realmente es una lastima lo que pasará, pero esos idiotas no deben saber su pasado, mucho menos lo que le han hecho a sus padres.
No pueden presentar a un monstruo a la sociedad, sin consecuencias.
[. . .]
Desesperación fluye por la sangre en sus venas a medida que las pulsaciones en su corazón aumentan, su respiración es entrecortada y el cansancio entume sus cuerpos.
Ver esa jodida pintura empapada en sangre fue cavar su propia tumba, Jane y Kakushima huyen de sus maestros con las palmas de las manos teñidas de carmín, corren por el pasillo pero saben lo tarde que es a pesar de que la Twain no saco su celular y al joven se lo rompieron.
La voz cantarina de su maestro de artes zumba en sus oídos, tienen miedo de la cruel sonrisa de su profesor de literatura, quien caminando lentamente detrás de ellos demuestra el monstruo que es.
Al llegar a un punto muerto, en la azotea, Dostoyevsky extendio su mano con ese poder sobrenatural activado, el albino sujetaba por la cintura al ruso mientras sonreía antes de tomar la otra mano del más bajo.
Y las campanas suenan, resuenan por el pasillo anunciando media noche, la luna en su gran esplendor mientras los amantes limpian la sangre en sus rostros.
Culminando en el resonar sordo de la sangre gotear de los hombres de la pintura, los cuales vivían, eliminando todo rastro del pasado por medio de el infortunio de quienes querían presentar a un monstruo.
Incluyendo la pintura empapada en sangre, ahora ardiendo junto a la Academia. Y expectantes, Fyodor y Nikolai ven.
──Kagayaki--Hikari-Nyx
Nose, el título ni sentido
tiene con respecto a esto-
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