02

Jimin fue el primero en abrir los ojos, adormilado entre la oscuridad, caminó hacia el baño, no solía levantarse temprano, pero parecía ser que esta vez le había ganado al sol, con pereza lavó su cara y cepilló sus dientes.
Se quedó observando su rostro en el espejo, apreciando cada detalle, estaba tan inmerso en su propio retrato que no escucho cuando Yoongi entró al baño.

— Buenos días, mi algodón de azúcar. ¿No quieres ducharte conmigo? —Le susurró en el oído.

Jimin saltó debido al susto.

— ¿Qué dices? ¿Deberíamos ahorrar un poco de agua? —Insistió Yoongi, dejando un camino de besos esparcidos por su cuello.

— ¡No me asustes así! Casi me matas del susto.

— Pero no lo hice. —Sonrió recargando su barbilla en el hombro del menor— Tomemos una ducha juntos.

Y Yoongi lo hubiera convencido de no ser porque alguien llamaba a la puerta.

— Tú toma tu ducha, yo iré a abrir. —Dijo dejando un corto beso en los labios del mayor antes de salir del baño.

Jimin se vistió con rapidez con lo primero que encontró en el closet, unos pantalones de chándal grises y un suéter color rosa, no sabía quién los visitaba a esa hora del día.
Abrió con tranquilidad la puerta para encontrarse con Jungkook y su novio, Taehyung, parados del otro lado de la puerta, Jungkook acomodo su sudadera negra antes de entrar a la casa seguido de Taehyung.

— Buenos días, no los esperábamos para desayunar. —Mencionó Jimin tímido.

Jungkook parecía buscar algo o alguien desesperado con la mirada.

— ¿Dónde está mi hermano?

— ¿Quieren tomar un vaso de jugo o café? —Ofreció Jimin.

— Un vaso de jugo. —Respondió Taehyung.

— No, no queremos nada, solo quiero saber donde está mi hermano. —Dijo Jungkook— Según las noticias, el apocalipsis se acerca, debemos estar todos juntos.

— ¿Apocalipsis? —Murmuró Jimin confundido.

— ¿Por qué vienes tan temprano? Ni siquiera  ha salido el sol. —Habló un Yoongi recién bañado y ya vestido.

— ¿Temprano? Yoongi son las 3 de la tarde, ¡las malditas 3:00 p.m! —Exclamó— Y ni siquiera el sol ha salido.

Yoongi miró el reloj de la pared y en efecto el reloj marcaba las 3:05 P.M.

— Tenemos que ir por mamá, Taehyung y yo ya compramos suministros, tenemos todo, agua, comida, papel higiénico... —Agregó Jungkook.

— Por montones. —Dijo Taehyung.

— ¿El sol no ha salido en ningún momento? —Cuestionó Yoongi arrugado el ceño.

— ¿Hicieron compras de pánico? Puede ser un fenómeno metereológico. —Sugirió Jimin mirando el oscuro cielo sin estrellas por la ventana.

— Jungkook se peleó con una anciana por el último papel higiénico. —Rio Taehyung.

— ¡Es el apocalipsis! —Exclamó Jungkook.

Yoongi estaba apuntó de contestarle a su hermano cuando dos toquidos provenientes de la puerta principal se escucharon.

— ¿Esperan a alguien? —Preguntó Taehyung yendo a husmear por la ventana.

— Las provisiones no alcanzarán si traemos a alguien más con nosotros, quien sea que sea se tiene que ir.

— Es un pequeño niño disfrazado. —Murmuró enternecido Taehyung.

— ¿Un niño? Ni siquiera tengo vecinos y aún no es 31. —Exclamó Yoongi caminando hacia donde estaba Taehyung.

— Vamos, hay que darle unos caramelos, creo que por aquí tengo unos. —Buscó en su abrigo.

— No creo que sea buena idea abrir, Taehyung ignora la puerta. —Habló Jungkook.

— Es un niño, solo le daré los dulces y se irá. —Giró el picaporte abriendo la puerta.

Taehyung se sorprendió por lo bien hecho que parecía el disfraz de aquel niño, desde la grande nariz que sobresalía del rostro y las asquerosas verrugas hasta la gran y despeinada barba roja y las largas y puntiagudas orejas, pero lo que más le impresionaba eran esos ojos de reptil color carmesí.

— Dulce o truco. —Habló aquel pequeño ser— Tiempo sin verte Yoongi. —Rio macabramente.

Ginger. —Susurró Yoongi impresionado.

Ginger, un duende temido por muchos, de cabello rojo traído directo del infierno, sus dientes podridos y afiliados y sus largas uñas amarillentas lo destacaban, poseía la fuerza de 3 hombres, con una altura de 1.20 cm era muy fuerte y muy peligroso, siendo difícil escapar de él, tu cita con la muerte estaba arreglada si algún día te topabas con él.

— No, no, no. —Susurró Yoongi— Jimin ve y enciérrate en la habitación.

— ¿Por qué le pides que se encierre? Tiene unos ojos preciosos. —Dijo el macabro ser acercándose— Quiero mis dulces.

Y es que Ginger tenía una obsesión, le encantaban los ojos, esas hermosas masas circulares que eran tan fáciles de conseguir, en cuestión de un segundo el malvado duende se abalanzó contra Jimin, afortunadamente Yoongi logró empujar a Jimin haciendo que cayera al suelo y que Ginger se abalanzara sobre él en su lugar.

— Dime, ¿prefieres cuchara, tenedor o mis uñas? Tus ojos serán mis preciosos dulces. —Ginger se encontraba sobre el pecho de Yoongi intentando abrirle los ojos.

Yoongi luchaba, intentaba alejar las filosas uñas de aquel monstruo de su rostro, pero mientras más resistencia le ponía, más fuerte era el agarre del duende.
Taehyung y Jimin se encontraban estáticos jamás habían visto tal horror, ¿era un mal sueño?

— Maldito enano. —Dijo Jungkook al intentar patearlo para quitarlo de encima de Yoongi, pero solo se llevó un dolor de pie, pues patear a Ginger era como patear una dura roca.

Sin embargo, esa patada lo distrajo lo suficiente como para que Yoongi lo tomará del cuello, ahorcándolo, quitándoselo de encima de su cuerpo.
Yoongi lo quitó de encima de él sin ver que lo había empujado cerca de Jimin, Ginger no perdió el tiempo y tomó a al menor por la fuerza, esos preciosos ojos rosa serían suyos, ya los podía sentir entre sus dedos, Jimin intentó poner resistencia, para lástima del chico el duende le ganaba en fuerza, el pelirosa comenzó a gritar con desesperación cuando sintió la uña cerca de su ojo.

— Tus lindos diamantes serán míos.

— ¡YOONGI! YOONGI, ¡AYUDA! —Gritó Jimin intentando separar a Ginger de su cuerpo.

— Deja de moverte rosita, de todas formas te dolerá. —Habló Ginger— Cuando tus ojos sean míos prometo que apreciaré tu mirada.

Yoongi con desespero analizó la situación, no sabía que hacer, no sabía que estaba sucediendo y ahí fue cuando lo recordó, oro, esa era la respuesta.

— Taehyung, ¿tu cadena es de oro? —Preguntó Yoongi viendo al castaño asentir— Dámela, ¡dámela ahora! Jungkook ve a mi despacho y trae el libro que está sobre mi escritorio, se llama la venganza de Ginger o desde el librero tráeme ojos de sangre cualquiera sirve.

Jungkook salió corriendo por el pasillo directo al despacho. Taehyung con manos temblorosas le entregó la cadena de oro a Yoongi.
El pelinegro no dudó y se acercó al duende poniendo la cadena alrededor de su cuello, el cuello de Ginger se comenzó a quemar haciendo que este alejara sus uñas de los ojos de Jimin para intentar quitar el objeto que estaba alrededor de su cuello, Ginger era alérgico al oro y Yoongi lo sabía.

— ¿Piensas que con esto puedes hacerme daño? Tú me creaste, soy parte de tus peores miedos, siempre estaré en tu cabeza. —Dijo Ginger.

Ginger encajo las uñas en los brazos de Yoongi para que este lo soltara, sin embargo, el pelinegro solo soltó un grito y apretó más el agarre entre la cadena y el cuello del duende, le quemaba como si fuera ácido.
Yoongi sentía como las gotas de su propia sangre se deslizaban por sus brazos, su suéter blanco era manchando por el líquido carmesí, pero tenía que aguantar, solo un poco más.

Jungkook llegó con rapidez a la escena, viendo a su hermano tener una pelea de fuerza con aquella criatura, solo se escuchan quejidos por parte de ambos, vio como el duende hundía sus uñas en los antebrazos de Yoongi, como si de cuchillo en mantequilla se tratase haciendo que su hermano gritaste de dolor.

— ¡Jungkook reacciona! ¡Abre el maldito libro y déjalo en el suelo! —Gritó Yoongi.

Jungkook abrió el libro y lo tiro al suelo, Yoongi con rapidez tomó el cuerpo de Ginger e hizo que ambos cayeran al suelo, especialmente cerca del libro, no pasó mucho antes de que el diabólico duende fuera absorbido por las páginas escritas, dejando solo una cadena rota y un pelinegro lastimado en el suelo, Yoongi se levantó y cerró el libro de inmediato.

— ¿Q-Qué carajos fue eso? —Taehyung fue el primero en hablar.

Ginger, fue Ginger. —Dijo Yoongi jadeante.

— ¿Ginger? ¿El Ginger del libro? —Habló Jimin.

El pelinegro simplemente asintió cerrando los ojos debido al dolor que punzaba en sus brazos, con lentitud se levantó y miró a Jimin, quien parecía estar en perfecto estado, sonrió aliviado al verlo bien.

— Iré por el botiquín. —Dijo Jimin.

— ¿Estás bien? —Le preguntó Yoongi.

— Estoy bien, iré a la habitación por el botiquín, necesito curarte esas heridas.

Jimin salió corriendo directo a la habitación que compartía con su novio.

— ¿Me estás diciendo que uno de los monstruos ficticios de tus historias se escapó de un libro? —Exclamó Jungkook— ¿Por qué ustedes actúan como si el enano ese solo hubiera venido por una taza de té? ¡Casi los deja ciegos!

— ¡Jungkook tenías razón! Este es el apocalipsis, todos vamos a morir. —Dijo Taehyung tomándose del cabello con preocupación.

— ¡Yoongi! —Se escuchó el grito de Jimin desde la habitación— ¡Yoongi! —Volvió a gritar alertando a los tres presentes.

El chico de cabello rosa llegó corriendo a la sala con el botiquín en la mano y lágrimas de susto en el rostro, su cara estaba pálida como si hubiera visto un fantasma, en cuanto vio a Yoongi lo abrazó, aferrándose a él, Jimin balbuceaba cosas incomprensibles y lloraba en brazos del mayor.

— H-Ha-Hay alguien en nuestra habitación. —Logró decir— Había alguien sentado en la cama.

Y justo cuando terminó de decir aquello, las luces de la sala y cocina comenzaron a parpadear.

— J-Jungkook, ¿qué está pasando? —Taehyung se pegó más al cuerpo de Jungkook en busca de seguridad.

Y después de un rato las luces dejaron de parpadear como locas para apagarse por completo y dos luces rojas aparecieron entre la oscuridad, eran unos ojos, Yoongi los conocía.

La Sombra. —Murmuró apretando más a Jimin contra su pecho— Escuchen, hagan lo que hagan no lo miren a los ojos, ignórenlo —La Sombra se acercaba lentamente a su presa más cercana, Jungkook— A la cuenta de 3 corremos todos hacia los apagadores, necesitamos prender todas las luces posibles en toda la casa.

— ¿Qué demonios es eso? —Susurró Jungkook.

— Vamos a morir, ¡vamos a morir! —Exclamó Taehyung entrando en crisis.

Taehyung rompió la primera regla dicha por Yoongi, miró a los ojos a aquella oscura entidad.
La Sombra podía parecer un ser inofensivo, sin nombre propio, pero era un ser maligno en todos los sentidos.
Con sus ojos endemoniados controlaba tu mente, te hacía ver tus más oscuras pesadillas, su alimento era el miedo, mientras su víctima estaba inmersa en los horrores de su mente, La Sombra se aprovechaba quitándole la vida, llevándose su alma, pero como casi todos los monstruos de Yoongi, la sombra tenía una debilidad, la luz.

Yoongi soltó a Jimin sacando su teléfono de su bolsillo prendiendo la linterna y apuntando hacia La Sombra, sin embargo, Taehyung seguía sumergido en sus peores pesadillas.

— Taehyung, escúchame, ¡no es real! ¡La Sombra te hace ver cosas que no están ahí! —Dijo Yoongi— Es tu mente, nada es real.

Taehyung cayó al suelo con pánico y llanto imparable, le rogaba por su vida a algo que él solo veía.
Jungkook corrió con rapidez hacia el apagador de la sala, sabía que La Sombra lo perseguía, podía sentir su presencia, estuvo apuntó de lograrlo cuando sintió algo jalarlo de su pie derecho con fuerza, tirándole al suelo, aquel toque ardía, dolía como si de fuego se tratase, estaba siendo jalado por una fuerza sobrenatural cuando una luz iluminó su pie haciendo que La Sombra soltara un grito de dolor ante la luz, era Jimin con el celular de Yoongi quien iluminaba, Jungkook se levantó con rapidez y tocó el botón de apagador, encendiendo las luces del salón, haciendo que la sombra desapareciera.

Jungkook corrió a dónde estaba Taehyung, quién se encontraba hecho bolita tirado en el suelo, cubría su cabeza con ambas manos y repetía "no es real" una y otra vez.

— Ya bebé, todo está bien, ya se ha ido, todo estará bien lo prometo. —Susurró Jungkook abrazando a Taehyung.

— He prendido todas las luces que tenemos en casa, todo estará bien, solo tenemos que volverlas apagar un minuto y meter a la sombra al libro. —Dijo Yoongi.

— ¿Volverlas a apagar? Estuvimos apuntó de morir y pides traer a esa cosa de nuevo, imbécil. —Dijo Jungkook con irritación.

La Sombra no se ha ido, va a esperar a que bajemos la guardia nuevamente y una de las luces se apague. —Explicó Yoongi— Tenemos que devolverlo al libro.

— ¿Libro? ¡Qué carajos está pasando! —Exclamó alterado Taehyung.

— No miren los espejos, la presencia de La Sombra siempre es acompañada por almas en pena, las pueden ver en objetos con reflejo, son realmente aterradoras, es por eso que recomiendo no verlas, por otro lado estaremos bien mientras la sombra no quiera jugar al escondite, pero necesitamos devolverla al libro.

— ¿Escondite? —Preguntó Jungkook.

— "Escóndete bien, que La Sombra no te encuentre porque si ella te encuentra, ese será tu fin, si logras llegar a casa seguro, obtendrás la libertad al fin" —Citó Jimin— Lo leí en el libro, lo recuerdo porque amé The Shadow of the Devil y esa frase me encantó, La Sombra jugará al escondite por 30 minutos, tienes que esconderte bien porque si te encuentra te torturará hasta morir. Yoongi ninguno de tus personajes sobrevivió al escondite.

— Tenemos que hacerlo, les diría que se escondieran en lo que hago el trabajo, pero temo que La Sombra piense que su juego ha iniciado, iré a mi despacho por el libro. —Dijo Yoongi.

— Voy contigo. —Contestó Jimin.

Ambos caminaron al despacho, pero vaya sorpresa que se llevaron, el librero donde estaban todos los manuscritos de Yoongi estaba vacío, no había ni un maldito libro, todos los libros en los estantes se habían esfumado.

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