01
13 de octubre.
El chico de cabello rosa sopló la vela felizmente, era su cumpleaños, un año más de vida, aún no podía creer que tan rápido había pasado el tiempo.
— Feliz cumpleaños Jimin. —Celebró el mayor.
— ¡21 años! Me hago viejo Yoongi. —Posó sus brazos alrededor del cuello del mayor— ¿Me seguirás queriendo cuando cumpla 40 y tenga arrugas?
El pálido sonrió y posicionó su mano derecha en la cintura de Jimin, observó aquellos ojos hipnóticos que tanto amaba y habló con suavidad.
— Te amaré hasta que tengamos 90 y no podamos caminar sin ayuda, te seguiré amando como la primera vez que te vi.
— La primera vez que te vi nuestra conexión fue instantánea, ¿lo recuerdas? Fue un 31 de octubre, fue extraño porque no recuerdo mucho lo que pasó antes de llegar a tus brazos.
— Ya te lo dije, te encontré en el bosque y no pude dejar a un ángel abandonado ahí, menos en pleno Halloween, la oscuridad alberga muchos peligros.
Y Yoongi no mentía aquella noche cuando conoció a Jimin lo encontró inconsciente cerca de su casa, le fue imposible dejarlo ahí y con el tiempo ambos se enamoraron.
Jimin cayó enamorado tanto de Yoongi como de sus escritos y es que Jimin amaba leer cada una de las obras que Yoongi creaba, nuevo libro, nueva historia, nuevo monstruo al cual temer.
El pelinegro se caracterizaba por sus libros llenos de suspenso y terror, lograba helar la sangre de sus lectores con cada palabra plasmada en aquellas hojas y gracias a sus dotes y gran talento Yoongi había logrado obtener reconocimiento y muchos de sus libros eran considerados un total éxito, tenía muchos fanáticos que esperaban ansiosos la siguiente obra maestra de su autor favorito, pero a Yoongi solo le importaba su fan número uno, Park Jimin, su adorado novio, Yoongi amaba ver la emoción con la que Jimin tomaba sus manuscritos y los leía en una sola noche a pesar de ser libros con muchas páginas, una vez publicados por la editorial de Yoongi, el chico de cabello rosa los volvía a leer como la primera vez, lleno de emoción, esperando que las palabras de Yoongi le causarán escalofríos como era costumbre.
— ¿Este año lanzarás otro libro? No te he visto escribir. —Preguntó Jimin dejando un pico en los labios de su novio.
— Es una sorpresa, se publica la próxima semana. —Murmuró con felicidad— Está vez haré que tengas pesadillas, pasarás noches enteras sin dormir.
— Ninguno de tus libros ha superado a Jack, ese muñeco malvado apareció en mis sueños por mucho tiempo.
— Será peor que él, te encantará, es el mejor libro que he escrito hasta ahora, tiene de todo, pero no te diré más, quiero que esperes lo inesperado cuando lo leas, si te cuento ahora no tendrá sentido.
Jimin asintió y se alejó dispuesto a partir una rebanada de pastel.
— Yoongi, este año, ¿podríamos ir a una de esas fiestas de Halloween que hacen en la ciudad?
— No. —Dijo seco sentándose en una de las sillas del comedor.
— ¿Por qué no? Jungkook irá, parece divertido, podemos compartir disfraz, quizás podamos disfrazarnos de alguno de tus personajes, o llevar un disfraz de pareja, será divertido.
— No es no, Jimin, por favor entiéndelo.
— ¿Entender qué? ¿Qué prefieres quedarte encerrado en casa en noche de brujas en lugar de salir? Parece como si nos escondiéramos de algo. —Rechistó— Si no quieres ir conmigo bien, pero saldré esa noche a divertirme.
— Hay una razón, una razón que no te puedo contar, por favor, quedémonos en casa esa noche, confía en mí. —Pidió Yoongi.
— Al final estoy solo toda la noche mientras tú te encierras en tu despacho. ¿Qué te asusta Yoongi? Escribes sobre horror y criaturas terroríficas que pueden descuartizarte al instante ¿y te asustan personas disfrazadas? Es bastante irónico ¿no? —Negó Jimin con una sonrisa ladina que demostraba molestia— Me darías el mejor regalo de cumpleaños si tan solo aceptaras salir conmigo esa noche, tenemos pocos días para buscar un disfraz, debes de decidir ahora.
— No intentes manipularme señorito. —Lo acusó rápidamente.
— No es manipulación, solo que sería un gran regalo de cumpleaños. —Jimin vio que Yoongi no parecía querer cambiar de opinión, cansado de su pelea, suspiro y se acercó al mayor— Dejemos el tema, no quiero pelear, menos hoy.
El pelinegro palmeo su muslo en señal para que Jimin se sentara en su regazo, el chico no dudo ni un segundo y lo hizo, quedando ambos en cercanía.
— Eres demasiado bonito para enojarte por cosas así, se te va a formar una gran arruga si continúas frunciendo el entrecejo. —Masajeo con suavidad la frente del menor.
— Con o sin arruga seguiría siendo bonito a tus ojos. —Afirmó con seguridad— Al menos que Ginger te los arranque, si eso pasa, solo seré bonito en tus memorias.
— ¡Agh! Ese maldito duende, me costó tanto describirlo con detalle, creo que es el más inofensivo de todas mis creaciones, no hace mucho. —Se quejó.
— ¡Oye! —Le dio un juguetón golpe en el hombro— Yo amé ojos de sangre.
— Incluso el título es tan horrible, Yoongi del pasado no pensaba bien, Ginger es un nombre muy bonito para un ser tan endemoniado.
— Si un día viera a un duende pelirrojo, robusto, con la estatura de un niño de 8 años, que viene hacia mí para sacarme los ojos con sus garras, correría como loco, el nombre es dulce, te engaña un poco, pero la criatura es otra cosa, además, una de sus características es la rapidez, claro que sí da miedo, ni el título ni Ginger son malos, deja de ser tan duro contigo mismo.
— Al menos gracias a su obsesión por los ojos, Ginger puede empezar su propia colección, solo espero que nunca tenga los tuyos porque esos son míos.
— Mientras no intentes sacármelos, mi mirada solo te pertenece a ti Gigi. —Dijo con una sonrisa mirándole a los ojos.
Jimin tenía una peculiaridad, sus hechizantes ojos eran color rosa al igual que su cabello, sus ojos eran tan hermosos, aunque las personas que vivían en aquella ciudad pensaban que el menor usaba lentillas de color, sin embargo, nadie podía negar la gran belleza que el chico tenía.
Para el pelinegro cada parte de Jimin era hermosa, desde sus esponjosos labios hasta las uñas de sus pies, Yoongi lo amaba como un loco.
— ¿Sabes? Un día pensé en escribir una historia sobre cómo un lindo chico robo el corazón de otro. —Delineó con cuidado sus labios.
— Min Yoongi, ¿ahora escribirás romance?
— Ser romántico no se me da, lo sabes bien, pero esta historia sería diferente.
— ¿Puedo saber el nombre de los personajes?
— Yunki y Jaemin. —Habló absorto por la belleza de Jimin.
— ¿Su final es trágico?
— No lo sé, pero espero que no, me destruiría si ambos se separan. —Susurró.
Sus rostros estaban tan cerca, Yoongi solo quería besar los labios del contrario.
— ¿Interrumpo algo? —Dijo Jungkook tomando una manzana del frutero y mordiéndola— Puedo regresar más tarde.
Ambos se separaron, se quedaron tan encismados el uno en el otro que no se dieron cuenta del momento en el que Jungkook llegó a la casa.
— ¿Por qué no llamas a la puerta como una persona normal? —Se quejó Yoongi— ¿Qué si hubiéramos estado haciendo otra cosa?
Jimin solo atinó a sonrojarse ante las palabras de Yoongi.
— No tengo la culpa de que me hayas dado una copia de tus llaves para que viniera cuando yo quisiera, hermanito. —Habló con la boca llena— Además tengo que venir a revisar si sigues vivo, eres el único loco que quiso comprar una casa al lado del bosque solo porque estaba de oferta, ¿sabes que en los bosques suele haber más asesinatos? Sobre todo en octubre.
— ¿Qué tiene que ver octubre? —Preguntó Jimin.
— En octubre hacen más sacrificios y rituales, a veces ofrendan animales, otras veces humanos, uno nunca sabe. —Tragó el trozo de manzana que masticaba— ¿Y saben dónde sucede todo eso? ¡Exacto, en el bosque!
— No pasa nada, no seas tan exagerado.
— Esta casa está en muy buenas condiciones y de hecho es muy bonita y te la vendieron a un precio muy bajo, nadie la quería comprar porque esta a un lado del bosque, ¡a un lado del bosque! —Exclamó mirando a su hermano— Yoongi, ¿sabes como comienzan las películas de terror?
— ¿Con un lugar tétrico? —Habló Jimin.
— ¡Exacto! Aunque esto dejó de ser tétrico en el momento que Jimin apareció. —Habló observando los toques de colores que había en el hogar, desde rosa hasta verde menta y amarillo— No entiendo todavía como alguien tan tierno como tú puede disfrutar de leer las atrocidades que escribe mi hermano, no puedo imaginarte leyendo como asesinan a alguien, es muy siniestro, pero me caes bien Jimin.
— He vivido aquí por años y sigo vivo, nada ha pasado. —Contestó Yoongi— No me pasó nada cuando vivía solo mucho menos ahora que Jimin y yo hemos estado viviendo juntos por algunos años, misma casa, mismo bosque, mismo Yoongi, sigo vivo y completo.
— Completo no, quizás tu corazón ya lo robo alguien más. —Sonrió feliz pues nunca había visto a su hermano enamorado— Yo solo cumplo con mi deber de cuidarte.
— Yo debería de cuidar de ti, soy el mayor.
— Si algo te pasa, mamá me mata y sinceramente valoro mi vida, así que mejor cuídate de los monstruos y fantasmas hermanito, uno nunca sabe, la realidad suele superar la ficción.
La noche de Halloween era peligrosa Yoongi lo tenía claro, cada año, esa noche, la brecha entre vivos y muertos se hacía más delgada, dejando a malvadas entidades convivir entre los vivos, si no tenías cuidado, esa noche podrías terminar jugando con seres oscuros disfrazados de buenas almas.
Ese año, la noche de brujas se volvía más peligrosa, la luna llena de sangre y el 31 de octubre coincidían perfectamente, aquella luna volvía más poderosos a los seres de oscuridad, los cuales juraron regresar un día y tomar todo lo que se les quitó, haciendo que las tinieblas volvieran a gobernar, quizás ese día no estaba muy lejos.
Cuando era tan solo un adolescente con muchos sueños que cumplir, Yoongi hizo lo que nunca debió de hacer, aquella entidad de nombre desconocido le ofreció un jugoso trato que le fue imposible de rechazar al menor, con tan solo 16 años, a mitad del bosque realizó un pacto de sangre, fama, dinero y reconocimiento a cambio de algo tan simple como lo era escribir libros, donde el menor tenía que plasmar sus peores pesadillas, no parecía ser algo malo, después de todo Yoongi soñaba con ser un reconocido escritor de novelas de horror, todo iba acorde al plan, pero nada es gratis.
La entidad cumplió con su palabra y al poco tiempo, Yoongi, se convirtió en un prodigio, una promesa de la literatura, sus escritos hipnotizaban a cualquiera, pronto comenzó a ganar fama, comenzó a recibir halagos de grandes personalidades, cualquier libro que publicaba se volvía un éxito automático, Yoongi pudo tocar el cielo donde todos sus sueños se encontraban.
Y aunque al principio todo era un camino de rosas, no pasó mucho cuando Yoongi se dio cuenta de su maldición, el pelinegro podía sacar aquellas temibles bestias de sus libros, podía jugar a ser Dios y crear vida a base de sus escritos, cada Halloween o luna llena Yoongi tenía que cuidarse de no abrir ninguno de sus libros por accidente, ver con sus ojos como sus propias pesadillas se volvían reales no era nada agradable, tenía mucho poder en sus manos, era tanto el poder que el mismo pelinegro se asustaba de todo lo que podía ser capaz de hacer.
Es por eso que Yoongi había decidido mudarse a las afueras de la ciudad, para proteger a los demás de sus creaciones.
Sin embargo, lo que nadie sabía era que la malvada entidad lo había hecho su esclavo sin que el chico se diera cuenta, era el encargado de construir a un ejército para el día en que las tinieblas volvieran a reinar, el día en que la profecía se cumpliera.
20 de octubre.
— Yoongi, ¡hay que ir! Solo serán unas cuantas horas, Jungkook ira con su novio, irán disfrazados de payasos, nosotros podemos disfrazarnos de Jack y Sally, siempre me he querido disfrazar de Sally. —Dijo Jimin.
— ¿Por qué no te disfrazas de un lindo algodón de azúcar? Tu cabello combina.
— The Nightmare Before Christmas es mi película favorita, además te verías muy guapo como Jack. —Sonrió acercándose al de piel blanquecina— El tono de piel y las negras ojeras ya lo tienes, solo tenemos que conseguir un bonito traje.
— Ja, ja, ja, qué gracioso. —Dijo con sarcasmo.
— No te enojes guapo, solo fue una pequeña broma. —Se acercó dejando varios besos esparcidos en el rostro del mayor— ¿Entonces?
— Ya te dije, salir el 31 de octubre es muy peligroso.
— Nunca dije que la fiesta fuera el 31 de octubre. —Jimin contestó con una sonrisa— Es en la madrugada del 29 de octubre, muy lejos del 31 de octubre y todos tus miedos.
Yoongi quería aceptar aquella propuesta, desde hace un tiempo no había podido disfrutar aquellas fechas festivas, sin embargo, había algo que aún le preocupa, la hermosa luna llena que adornaría el cielo esa noche.
Los preciosos ojos de Jimin le hipnotizaban a tal punto que terminó aceptando la propuesta del chico de cabello rosa, era una fecha lejana al 31 de octubre ¿qué podía salir mal?
El menor comenzó a preparar todo, estaba feliz de que Yoongi haya aceptado asistir a una fiesta de Halloween con él, por primera vez después de años de noviazgo.
Jimin ante su emoción comenzó a hacer sus propios trajes a mano, quería que todo quedara perfecto, no sabía si el próximo año Yoongi aceptaría ir a otra fiesta, Jimin deseaba conservar lindas fotos de esa noche.
Desde que Jimin conoció a Yoongi, nunca habían salido durante una noche de Halloween, el mayor siempre se rehusaba e inventaba excusas, terminaba encerrado en su despacho escribiendo y cuidando sus preciados libros, mientras que Jimin se la pasaba en alguna parte de la casa haciendo alguna actividad para perder el tiempo.
El pelinegro jamás le dio una explicación al menor, cada año era lo mismo.
Los días no tardaron en pasar y en apenas un pestañeo, la noche del 28 de octubre ya había llegado y Jimin se encontraba arreglando últimos detalles de su disfraz.
Su maquillaje estaba hecho, tenía lentillas color negro carbón y su cabello estaba cubierto por pintura en spray en tono castaño rojizo, portaba su traje hecho por diferentes trozos de tela, parecía tal cual un muñeco de trapo, siendo fiel a su disfraz.
Pero si hablamos de disfraces, Yoongi no se quedaba atrás, su traje rayado y su espectacular maquillaje de calavera lo hacían lucir único.
— ¿Dónde aprendiste a maquillar tan bien? Parezco una calavera real. —Dijo Yoongi admirándose en el espejo.
— Habilidades que aprendí viendo videos en internet, mientras tu estabas encerrado los años anteriores. —Miró a Yoongi— ¿Qué puedo decir? Soy increíble.
— Claro que lo eres muñeco y aunque ahora mismo luzcas ardiente como el infierno siempre serás mi tierno algodón de azúcar. —Se acercó a Jimin tomándole de la cintura— ¿Qué tal si nos besamos?
— No, no, hoy no habrá besos. —Respondió rápidamente Jimin alejándose del rostro del mayor— Si te beso, tus labios se mancharan, ¿cuándo has visto un Jack con los labios rosas?
— No me importa, dame un besito. —Pidió— Será una versión mejorada de Jack.
— Quiero fotos bonitas Yoongi, es nuestro primer Halloween disfrazados juntos. —Dijo Jimin— Pero prometo que más tarde te daré todos los que quieras.
— Lo prometiste, una promesa jamás se rompe mi lindo algodón de azúcar.
Y después de un par de risas e intentos de Yoongi por robarle un beso a Jimin, ambos partieron a la fiesta.
Como era de esperarse cuando llegaron había muchas personas con disfraces geniales y realistas, tan realistas que asustaban, desde ojos colgando en el rostro hasta cuerpos llenos de sangre, Jimin parecía tan feliz adentrándose en la multitud que no vio las muecas de Yoongi ante los aterradores disfraces, posiblemente el pelinegro tendría pesadillas esa noche, pesadillas que le ayudarían a escribir otro de sus exitosos libros.
— ¡¿Jimin ya viste el disfraz de ese chico?! —Exclamó en el oído del menor— Su rostro parece caerse a pedazos, me causa escalofríos.
— ¿A don amante del terror le asusta un poco de maquillaje? —Dijo en tono de burla.
— Nunca dije que me asustaba, solo que me impresionaba, todos los disfraces de aquí son tan buenos.
Y aunque todos parecían haber sido maquillados por un profesional siempre había excepciones, junto a la barra de bebidas se encontraba Min Jungkook y su novio, vestidos con trajes coloridos y con manchones de pintura en el rostro como maquillaje, simulando ser payasos asesinos, sin embargo, aunque su maquillaje no parecía hecho por un profesional ambos destacaban entre las personas.
La noche pasó tranquila, entre alcohol y música, los 4 jóvenes se divirtieron, Yoongi jamás pensó en lo grandiosas que eran ese tipo de fiestas y es que se la había pasado de maravilla, era una lástima llegar a casa, aunque a pesar de estar sonriendo todo el tiempo había una risa tenebrosa que no dejaba de sonar en su cabeza, alguien se reía de él, alguien lo estaba observando y era algo que solo él podía escuchar o sentir, para no arruinar la diversión de sus acompañantes decidió callar, quizás solo eran especulaciones, quizás las cosas raras que había visto en la fiesta eran parte de los disfraces al igual como esa risa que pudo haber formado parte de la música del lugar.
Entre besos y caricias, Jimin y Yoongi llegaron a casa, para decepción de Jimin, se había olvidado de tomar sus preciadas fotos y a esas alturas de la noche su maquillaje ya no estaba intacto.
Aquellos tragos de cerveza había hecho que a ambos se le subiera la temperatura, por consecuencia ambos tenían deseo carnal, necesitándose uno al otro, sin separar sus labios entre tropezones y empujones ambos intentaban llegar a la habitación.
Su primer intento por entrar a la habitación falló cuando se dieron cuenta de que habían entrado al despacho de Yoongi en lugar de la recámara, ambos se separaron y rieron un poco, aunque no tardó mucho para que ambos se volvieran a besar dejando que sus lenguas bailarán juntas, en intento por salir del despacho chocaron con uno de los libreros de aquella habitación, tirando uno de los libros que reposaba en el estante superior, poco les importo, se podría decir que ni siquiera se dieron cuenta, siguieron su camino a la habitación.
Grave error cometieron aquellos jóvenes enamorados al dejar aquel libro en el suelo, se equivocaron al dejarlo abierto aquella madrugada del 29 de octubre.
Había comenzado su peor pesadilla.
El principio del fin.
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