Monster 3

3

Changkyun corría por los pasillos como nunca antes, esquivando a las otras personas y tropezando en algunas ocasiones, el aire empezaba a faltarle pero la ilusión que cargaba le impedía detenerse a descansar. Sin embargo, en el trayecto se topó con los tres soldados más pesados: hablaban a sus espaldas y se reían exageradamente de su persona.

Tales personalidades le ponían de los nervios por lo que hizo todo lo posible por evitarlos, pero inmediatamente se pusieron en medio, evitando que se marchase.

-Qué gusto verlo, profesor Lim- comentó maliciosamente el más alto de ellos, toda su sonrisa era falsa.

-Déjenme pasar - insistió con tono autoritario al recuperar el aliento, aunque no sirvió de mucho, no era quién para ordenarles.

-¿Cuál es la prisa?

-Changkyun es su nombre, ¿cierto? -continuó diciendo.

El menor podía ser tímido, pero no estaba dispuesto a perder el tiempo con gente que no lo merecía. Frunciendo el ceño, no se dejó intimidar, en especial cuando Hyunwoo era mucho más temerario.

-Cuide sus palabras, soldado - advirtió acomodándose las gafas, no existía ningún tipo de familiaridad como para que se dirigiera a él tan informalmente, sin mencionar que se atrevía a llamarlo por su nombre.

-Qué frío, profesor.

-Sólo queríamos ser amigables - habló mientras intercambiaba miradas con sus compañeros -. Hemos estado tanto tiempo aquí, creo que hemos olvidado hasta como luce una chica.

Changkyun arqueó una de sus cejas, no le daba buena espina el tono que utilizaba el contrario, le resultaba repulsivo y sólo esperaba una oportunidad para salir corriendo.

-Pero usted, es tan lindo como una ¿sabe? - inquirió inclinándose hacia él, al mismo tiempo colocaba una mano en su barbilla.

El pelinegro lo apartó de un manotazo, sabía muy bien cuáles eran sus insinuaciones y cómo acabaría si la cosa seguía así. ¿En dónde quedaba lo concurrido del pasillo si nadie más se aparecía?

-No jodas - exclamó dando un paso hacia atrás, pero eso sólo enfureció al uniformado.

Seguidamente, el más alto soltó una risa floja antes de estampar su puño cerrado en el rostro de Changkyun, mandando a volar sus gafas al suelo y desestabilizándole.

Desconcertado, claramente no sabía cómo lidiar con la violencia y, mientras intentaba orientarse sin caer al suelo, escuchó un cristal romperse seguido de risas burlonas, las últimas gafas que tenía habían sido aplastadas por uno de ellos con sus grandes botas militares.

Sacudió la cabeza para luego alzar la vista, riñéndose así mismo por ser tan débil y nunca preocuparse por ser un varón normal, atlético y capaz de defenderse; no obstante, sus adversarios estaban entrenados para luchar, era muy iluso de su parte tener alguna oportunidad frente a ellos. Hyunwoo los hubiera podido noquear con tan sólo un golpe, aún así, su recuerdo le incentivó a ser más inteligente en vez de recurrir a la fuerza física que bien no le convenía.

Entonces, a pesar de ver un poco borroso -su vista no estaba tan mal-, le analizó para poder anticipar su siguiente movimiento, una vez hecho, esquivó el golpe para escurrirse entre sus piernas y huir, pero no alcanzó a ser lo suficientemente rápido. Le habían tomado por la bata blanca y tirado de él.

-Vaya, vaya, estas lleno de sorpresas Changkyunnie.

-¿A dónde crees que vas, niño bonito?

Inmediatamente, otro golpe fue encestado en su estómago, sacándole todo el aire y provocando cayera sobre sus rodillas. Su cuerpo sufría de espasmos debido al dolor, todo aquello era nuevo para él, pero no le dejaron ni recuperarse cuando le sujetaron nuevamente y le arrojaron con facilidad contra la pared. El haber perdido tanto peso desde su llegada no le ayudaba en nada.

No sabía que más hacer, le estaban dando una paliza y le era imposible defenderse.

-¿Nos obedecerás ahora?, eh - preguntó el soldado agachándose a su altura -. Tú quisiste que fuera de esta forma.

Changkyun se mofó en su cara.

-¿Eso es todo?

Tal vez estaba buscando que le matasen a golpes y patadas, pero no dejaría que le pusieran un dedo encima de cualquier otra forma.

-¿Qué está pasando ahí? -escucharon gritar a una voz potente. Era el capitán que acababa de oír un alboroto en el corredor.

Los tres individuos se irguieron rápidamente mostrando un saludo, se habían petrificado al oír al superior temiendo ser castigados. Por su parte, Changkyun se retorcía en el suelo, haciéndose pequeño, intentando protegerse.

Nadie dijo nada.

-¡Profesor Lim! ¿Qué ocurre? - exclamó consternado, pero sin ofrecerse a levantarle.

-¡L... la... la bestia! ¡la bestia...! ¡Le ha atacado! - titubeó uno de ellos. Era mentira, ¿pero cómo contradecirle?

-¡Sí, señor! Llegó corriendo y no ha dejado de gritar, señor.

-¿Es así, profesor? - inocente o, más bien, sería lo único que se preocuparía en creer - Acabamos de tener una junta importante, tendrá que esperar hasta mañana para reportar el... ¡Oiga!

Changkyun se levantó como pudo y, un poco tambaleante, se hizo paso entre los presentes antes de volver a correr. No deseaba oír nada más, le habían herido suficiente en ese momento como convertirse en parte de esa mentira; el dolor de cabeza era una fría punzada y le ardía el estómago, pero más le afectaba el descaro y la corrupción que dentro de esas instalaciones se concentraba.

Ignoró lo llamados que le hicieron a sus espaldas, estaba algo aliviado de haber salido gracias a la interrupción del capitán , no obstante, no se olvidaba de los asuntos que tenía que atender.

La respuesta ya la tenía.

En la sala de investigaciones, con el marcador en mano, escribió en la pizarra transparente con algo de dificultad, aunque no recordaba que pudiese ver tan claramente sin las gafas.

Ya estaba hecho, allí estaba... entonces ¿por qué se sentía tan decepcionado?

La contraseña no concordaba con la que abriría la celda de Hyunwoo: eran simbologías diferentes.

Se derrumbó en el suelo adolorido, el sabor a metal dentro de su boca le indicaba que se había roto el labio, y el resto se volverían moretones y marcas al día siguiente, aunque por lo visto no tenía ninguna costilla fracturada al menos. No obstante, el dolor físico no era importante en ese momento.

-Maldición - se lamentó cerrando los ojos con fuerza y ocultando su rostro en sus brazos.

¿Se había equivocado? ¿Los signos estaban mal? ¿La ecuación era diferente?

-Un código - murmuró Hoseok cerca de su oreja con obviedad -. Fíjate en el patrón, se debe usar en una computadora.

Changkyun levantó la cabeza con los ojos abiertos como platos, no se le había ocurrido. Y al girar el cuello en su dirección, fugazmente creyó ver la sonrisa de Hoseok frente a él.

Nuevamente estaba solo.

Quizás fue el golpe que había recibido en la cabeza lo que le estaba haciendo alucinar, pero no comprendía como la imagen de dicho científico apareció en su cabeza si nunca le conoció ni supo cómo lucía. Debía haberlo imaginado, sí era eso.

Aquello tenía sentido, sólo debía esperar una hora adecuada para entrar a la sala de comunicaciones donde se hallaban todas las computadoras que contenían información confidencial, pues él tenía una portátil, pero era únicamente para su investigación.

Otra vez se puso a sacar cuentas mentales, según lo que había visto, dicha área solía vaciarse lo suficiente en las horas de descanso y la mayoría de las veces tenían relevos. La hora de la comida era tentadora, en especial la del desayuno, pero para ello todavía faltaba mucho, a menos que se atreviera a ir durante la cena que era en media hora.

Respiró profundo para intentar calmar los nervios y se dirigió hasta su dormitorio. Si quería entrar en dicha sala, debía sacarse la bata blanca, así que se aseguró de ponerse una corbata y cargar el carnet correctamente; ahora, el único problema que le quedaba era su moreteado rostro. No cargaba maquillaje que lo cubriese, no usaba esas cosas, entonces descarto la idea de disimularlo. La gente de ese lugar solía creerse superior al resto del personal, pero siempre que tuvieran café cerca, no se fijarían ni en su propio reflejo.

Después de esperar inquieto, se dirigió al área de comunicación con un fingido andar recto y rejado, a pesar de que aun se sintiese adolorido, incluso tenía un vaso de café en la mano.

Con su identificación a la vista, nadie se molestó en detenerle o mirarle, logrando camuflarse entre las pocas personas que habían y divisar, entre los veinte equipos, un computador disponible.

Tras unos segundos, confirmó que el código era en efecto una contraseña y para

su sorpresa, la de un virus en específico. Agradeció al alumno experto en computación que se molestó en enseñarle más afondo todo lo relacionado a los ordenadores, ya que pudo manejar el programa para husmear lo que el gobierno no quería que viesen.

Los archivos del Proyecto MX estaban perfectamente ordenados, pero era demasiada información como para leerla en ese instante; miró cuidadosamente a los lados para cerciorarse de que nadie le veía, y procedió a tomar un pendrive que estaba dentro del compartimiento del escritorio y copiarlo todo.

Mientras se ejecutaba la operación, revisó los antecedentes del proyecto, en donde en pocas palabras, la vida de Hyunwoo fue descrita como un hecho lamentable.

Muchachos en contra del gobierno.

Rebelión.

Represión.

Flores azules.

Experimentos fallidos.

Un único proyecto en pie.

El corazón de Changkyun le dolió dentro de su pecho, al fin había descubierto la cruda verdad y el por qué Hyunwoo actuaba como actuaba.

Una triste historia y un chico común convertido en monstruo.

Recobrando un poco de fuerzas, continuó revisando e introduciéndose en la web. Tenían contactos con diferentes países aliados y aquella computadora mantenía una conexión con Japón, sabía leer algo de japonés, pero nada de allí le servía.

-¿Por qué inició la guerra? - preguntó Shin Hoseok recargándose sobre el escritorio.

-Corea del Norte nos acusó injustamente- respondió sin despegar la vista del monitor, había sonado como un robot.

-Pero no fuimos nosotros.

-Eso dicen...

-Podemos arreglar esto - se apresuró en proponer el rubio.

-¿Qué? - resopló exaltado, no tenía ni la menor idea de cómo él podría detener una guerra.

-Un número... Búscalo rápido.

Changkyun miró de reojo el lugar en el que se suponía estaba Hoseok, pero igual que antes, seguía pensando en voz alta. De la nada, un foco en su cabeza se encendió y acabó yendo más allá, atreviéndose a navegar como incógnito en las fuentes informáticas norcoreanas.

Al concluirse la copia de datos y con más pasos acercándose, cerró todo a velocidad de la luz, tomó el pendrive y un teléfono de radio contacto para luego irse a paso veloz.

El resto de la noche, sentado en su lecho con la portátil en sus manos, el profesor Lim se la pasó leyendo expediente por expediente, encargándose todo el rato de memorizar datos importantes y fechas de gran relevancia. Habían sido demasiadas emociones por un día y su único consuelo era estar recostado sobre algo considerablemente suave.

14 de Mayo.

Se procedió a iniciar la experimentación con el primer sujeto.

23 de Mayo

Cuatro de los cinco sujetos de experimentación no presentan progresos.

Tomar en cuenta la cantidad de exposición y duplicarla.

1 de Junio

El sujeto MXKH003 empeoró gravemente.

18 de Junio.

Sólo el sujeto MXSH005 ha sobrevivido a la exposición de la Delphinium.

El Proyecto MX marcha correctamente.

El pelinegro sentía que le faltaba el aire al terminar cada párrafo, era desgarradora la inhumanidad con la que habían sido tratados, como si los verdaderos monstruos fueran las personas que llevaron a cabo dicha operación; pero, el poder tener en sus manos documentos que por su cuenta nunca hubiera podido encontrar, le hacía querer agradecérselo a Hoseok, y en especial el secreto de la susodicha flor, la Delphinium que tanto mencionó en su agenda.

Tal planta poseía una gran cualidad que impulsaba la regeneración de los tejidos, aunque el exponerse a su fragancia en exceso tendía a generar alucinaciones. Eso explicaba el porque escuchaba las voces de los antiguos científicos: Hyunwoo siempre olía a flores; no obstante, el parecía inmune a los efectos alucinógenos por el método en que se le fueron inyectado las dosis.

Al ser inyectada como fórmula concentrada al torrente sanguíneo, se provocó una mutación en las células, metabolismo y sistema inmune, convirtiendo al sujeto de prueba en una especie superior en cuanto a características físicas.

Entonces, ¿por qué utilizarle en la guerra?

De ser implementado a los soldados, las bajas humanas disminuirían considerablemente... No le habían llamado para controlar a Hyunwoo, querían descubrir por qué fue el único en sobrevivir y por qué tal agresividad, ya que de ser un efecto secundario, sería inútil en miles de personas.

Las cartas estaban sobre la mesa. Sólo era cuestión de tiempo.

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