- C®uz -

El científico realmente tiraba de él con fuerza y tenía que fiarse porque aún no había recuperado la vista completamente.
Un rato después se detuvieron para recuperar el aliento, viendo que habían estado corriendo tanto que habían llegado a la siguiente mansión.
– Estoy muy mayor ya para esto... ¡Cuidado Luigi!– Éste se dió la vuelta viendo a un grupo de fantasmas junto a la puerta de la mansión. No eran Boo's, eran otro tipo de fantasmas pero parecían muy enfadados.

– ¡Por allí!– Señaló a lo lejos el soporte de la cámara y se dirigieron allí tratando de esquivar a los fantasmas. La cámara estaba rota con varios cables arrancados de su sitio, por lo que E. Gadd se puso en seguida a ello.– No te preocupes en seguida lo arreglo.

– Un momento. ¿Si ésta cámara lleva años sin utilizarse cómo sabremos si funciona correctamente?

– ¡Ahora lo sabremos así que agárrate fuerte!– Terminó de conectar los cables encendiendo la cámara de aquella mansión y activando el teletransportador​ justo cuando los fantasmas estaban a punto de alcanzarlos.
Por suerte éste funcionó más  o menos de forma correcta aunque el de verde terminó aterrizando sobre un montón de papeles que se esparcieron por todo el laboratorio mientras que el profesor aterrizó sobre su silla pero con tanta fuerza que ésta comenzó a dar vueltas y acabó chocando contra el mismo montón en el que Luigi estaba.

– Eso estuvo cerca...– Rió el fontanero nervioso.

– Si, tan cerca como con King Boo, pero supongo que ahí tuvimos suerte de estar en la época en la que estamos. Por suerte hemos llegado de una pieza, no esperaba que fuera a salir tan bien.– Dijo mientras tomaba ambas Poltergust y las dejaba sobre la mesa para repararlas más tarde.

– ¿Puedo preguntar por qué sin que me des la explicación larga?

– ¡Me alegra que me lo preguntes!– El profesor se dirigió hacia la mesa y a teclear haciendo que en la pantalla aparecieran varios datos mientras Luigi suspiraba.– Fíjate bien muchacho. Ocurre todos los años sobre las mismas fechas. El gráfico de la izquierda muestra la curva de energía que desprende la luna en un día normal, mientras que la de la derecha es la energía que está desprendiendo en este momento.

– Es muy superior la de ahora.

– ¡Exacto! Eso causa que los Boos enamorados ignoren a su monarca completamente mientras la influencia de la luna esté presente, y que los que no lo están no quieran trabajar el doble por lo que se marchan por ahí a hacer travesuras. Y cada especie tiene sus propias costumbres por lo cual no se conocen todas, y por eso también fantasmas de antes nos atacaron, son muy territoriales.

Se detuvo un momento y sacó del fondo de un montón de papeles varios calendarios llenos de cálculos.
– Aunque la mala suerte es que no durará mucho, esta noche la luna se encontrará en su máximo apogeo por lo que a partir de ese momento su influencia comenzará a disminuir lentamente. ¡Pero esta noche yo voy a estar en la mansión recopilando la mayor cantidad de datos posible!

– ¿Pero si en teoría no pueden tener descendencia entonces por qué tienen una época de celo?

– Bueno, eso es verdad pero no hace falta querer tener descendencia para ello y parece no importarles. Y supongo que compartirla con alguien es algo que hace más llevadera su eterna no vida. Aunque si estuvieran vivos sí se consideraría una época de celo tal cual se define.– Detuvo su explicación porque la pantalla comenzó a fallar de repente y los gráficos se volvían locos.– Hay algo causando interferencias. ¿Tienes algún tipo de aparato electrónico encendido contigo?

Luigi asintió y sacó su teléfono del bolsillo. No lo había apagado antes, solo lo había silenciado pero al sacarlo pudo ver qué tenía 4 llamadas perdidas y dos mensajes de texto. Parte de las llamadas eran de Daisy y las otras de Rosalina por lo que fue a mirar el mensaje.
“Ven inmediatamente al castillo y trae a Mario, ya sabemos lo que ha pasado. Atte. Rosy★ y Daisy♪ ” (Hace 50 minutos)

Luigi se golpeó levemente la frente, había olvidado decirlas algo cuando Bowser se lo confesó pero supuso que ya lo habrían descubierto por su cuenta. El otro mensaje sin embargo era de Yoshi.
“Tu hermano se está comportando de forma muy extraña. Ven a la plaza principal de Ciudad Champiñón y verás de qué hablo.” (Hace +1 hora)

No tenía que haber dejado sin vigilancia a Bowser.
– Lo siento profesor, debo marcharme me necesitan en Ciudad Champiñón.

– ¿En serio, tan importante es que no me podrás acompañar? Bueno, en ese caso espero que pronto vuelvas a visitarme y te enseñaré los resultados.– Pulsando un par de comandos activó el teletransporte antes de que Luigi pudiera decir que no era necesario. Donde aterrizó se encontraba una cámara de seguridad de un lugar de la ciudad a solo un par de calles de la plaza por lo que llegó rápido al lugar.

Allí había un gran escenario sobre el cual su hermano y Yoshi peleaban cuerpo a cuerpo. Se veía que el dinosaurio claramente estaba en desventaja y acabó rindiéndose.
– ¡Y tenemos a otro perdedor!–
Un hombre vestido como un director de teatro con un megáfono anunciaba las peleas y cómo no manejaba las apuestas.

– Lo siento Luigi, traté de pararlo pero no pude.– Dijo el dinosaurio cuando llegó a su lado.

Luigi suspiró y pensó: “¿Por qué tengo que hacerlo todo?” Acto seguido se acercó al escenario siendo visto por aquel hombre que sonrió complacido.
– ¡Parece que tenemos un nuevo contrincante!

– ¡No, no tenemos nada! ¡Y tú!– Dijo señalando a “Mario” que lo miraba burlón.– ¡Te vienes conmigo ahorita mismito!

– Pues lo siento pero él quiere quedarse. ¿Verdad que sí?– El del escenario asintió eufórico.– ¿Lo ves? Aunque bueno si tanto te lo quieres llevar gánalo en una pelea y no tendré ningún problema en que se marche. ¿O es qué tienes miedo a quedar en ridículo?– Luigi no quería seguirle el juego pero estaba claro que no tenía más remedio así que le entregó las monedas de oro necesarias para participar subiendo al escenario mirando con cara de pocos amigos a su contrincante que a su vez lo miraba de forma despectiva, mientras aquel hombre emocionado cogía su megáfono para anunciarlo.

– No se pierdan este gran combate, uno de los mejores que podrán ver el día de hoy. El adorable y tímido hermano menor Luigi contra el fuerte y valiente hermano mayor Mario. ¡Pasen y hagan sus apuestas!– No necesitaba mirar para saber que todas las apuestas iban para Mario, todas excepto la de Yoshi que queriendo recuperar su dinero y presintiendo que algo pasaba apostó por Luigi.– ¡Qué comience el combate!

El de verde esperó, sabía que con lo impulsivo que era atacaría primero por lo que cuando estaban a la misma altura lo esquivó e hizo que cayera al suelo. Aprovechó ese momento para inmovilizarlo y una vez teniéndolo donde quería y con la guardia baja comenzó a hacerle cosquillas en dos puntos específicos.
– Ahahahaha. ¡No es justo! ¡Para! ¡Me rindo! Me rindo.– El menor con una sonrisa de superioridad detuvo las cosquillas para dejar que se recuperara y se pudiera levantar del suelo mientras que aquel extraño hombre se acercaba a Yoshi para entregarle las monedas de muy mala gana. Entonces lo agarró de la oreja y empezó a tirar de él simulando normalidad mientras se despedía y le daba las gracias al dinosaurio por el aviso entre quejas del de rojo que trataba de liberarse sin éxito.

Tomando un atajo para llegar al castillo donde en el hall Daisy los esperaba.
– Venid por aquí.– Luigi asintió y comenzó a seguirla aún llevando al otro de la oreja provocando varias risas entre los Toad que los veían al pasar.

Cuando llegaron a un pasillo vacío éste consiguió liberarse y encararse al de verde.
– ¿Cómo es que has conseguido detenerme de forma tan fácil? ¡Dímelo, tengo que saberlo!

– Siempre atacas con el mismo patrón de movimientos pero normalmente con tu tamaño aún sabiendo qué vas a hacer es difícil neutralizarte. Sin embargo como mi hermano y yo tenemos una fortaleza física similar era mucho más sencillo. Y además no soporta las cosquillas.– El contrario quedó paralizado debido a su respuesta por lo que volvió a agarrarle de la oreja y a tirar de él para avanzar.

Entraron al fin en una sala oculta al oeste del castillo donde se encontraban Kamek sentado junto a “Bowser” ambos muy tranquilos, Toadsworth con una expresión impaciente a un lado de “Peach” y Rosalina sentada un poco separada del resto.
– ¿Cómo es posible que nos hayan descubierto a los tres tan rápido?– Dijo sorprendido el que estaba a su lado.

– A-a mi me interrogaron.– Dijo la princesa mirando con miedo al Toad mayor y desviando rápido la mirada cuando éste se giró hacia ella. Él había sospechado por su cambio de comportamiento y había resultado tener razón.

– ¿Y tú cómo te enteraste?– Preguntó a su esbirro.

– Bueno, es bastante obvio.– Dijo éste mientras señalaba al gran koopa sentado formalmente mientras tomaba una taza de té, siendo claramente Peach la que estaba en aquel cuerpo por lo que Luigi cayó en la cuenta de que era su hermano quién estaba en el cuerpo de la princesa.– Aunque tampoco es que se haya esforzado mucho por ocultarlo.

El auténtico Bowser empezó a enfurecerse presintiendo que su reputación se había ido al garete.
– ¡Se suponía que iba a ser imposible que nadie se enterase! ¿Qué ha pasado?

– Tú tampoco has durado mucho.– Comentó Luigi, ya que directamente se lo había contado.

– Bien, perfecto. Todo es fantástico.- Dijo Mario con evidente ironía y frustración, al que claramente la situación le estaba pasando más factura.

Toadsworth tosió para que todos estuvieran en silencio e intervino:
– Ya que están todos aquí creo que deberíamos hablar sobre esto.

– ¿Hablar sobre qué? ¿Sobre si deberíamos hacerlo público en vez de dejar que sigan fingiendo?– Preguntó Kamek y los tres implicados asintieron eufóricos.

– Eso no.– Respondió Toadsworth desilusionándolos al instante.– Después de haber prometido que se mejoraría la seguridad en el reino que esto salga a la luz nos dejaría en muy mal lugar. Sobre todo estando patente que no ha sido cosa de Bowser, la preocupación de los habitantes por su seguridad últimamente es más alta de lo que debería como para encima anunciar que un villano desconocido está escondido en algún lugar del reino y haciendo de las suyas.– Dijo mientras señalaba los datos de unas gráficas que nadie sabía de dónde había sacado.

– ¿Pero si sabemos que Bowser no ha sido, entonces quién?– Preguntó “Peach” con una expresión seria.

– ¿Podría ser King Boo? Eso explicaría que nadie haya visto nada raro antes de que esto ocurriera.– Preguntó Daisy.

– No puede ser él.– Intervino “el de rojo”.– Hace poco le he ayudado con un tema y si fuera capaz de hacerme esto me ofendería mucho. Además King Boo está ahora mismo sin esbirros y no creo que él fuese a hacer el trabajo sucio exponiéndose al peligro.

– Creo que tiene razón.– Secundó Luigi aunque no pudiera decir los motivos por los que sabía que aquello era verdad.

– Eso ahora no es lo más importante. Rosalina, ¿tú crees que podrías hacer algo para devolvernos a la normalidad?

– Podría intentar buscar una fórmula para contrarrestarlo, pero no creo tener el suficiente poder estelar para transformarlos a los tres, algo así seguro que requiere muchísimo poder de base. Creo que como mucho podría transformar a uno y el segundo estaría muy al límite, y más dependiendo de quién sea el primero.

– ¿Y si Kamek te ayudará?

– No usamos el mismo tipo de magia. Lo más probable es que acabemos entorpeciéndonos y gastaríamos un montón de energía para nada.– Explicó el esbirro.

– ¿Y no podríamos contactar con los espíritus para que nos presten energía? Ambos son poder estelar y es por una buena causa.– Intervino la auténtica Peach dejando su taza a un lado.

– Eso sería una buena idea princesa.– Secundó Toadsworth mientras el gran koopa sacaba humo por sus fosas nasales en  señal de alegría.– El problema es que solo usted conoce la forma de contactar con ellos y estando en sus circunstancias no puede realizar. Y podrías enseñárselo al maestro Mario pero usted más que nadie sabe lo complicado que es y podría tomar mucho tiempo.

– Pero es lo mejor que tenemos. Lo mejor será que sigamos fingiendo un poco más hasta que consigamos contactar con los espíritus de la Estrella Cobalto mientras Rosalina investiga lo que tiene que hacer. Vendré aquí a medianoche para no llamar la atención.

– ¿Y yo qué hago? ¡Estoy harto, me aburro! Justo ahora que lo de Boo estaba tan interesante. ¡No me importa que se enteren de esto voy a ir!– Dijo el rey enfadado, mientras Luigi comenzaba a extrañarse por esa obsesión con el fantasma.

– Si se enteran los otros villanos se van a reír de tí y te lo van a recordar el resto de tu vida.– Comentó Daisy con una sonrisa cambiando su opinión de forma drástica en apenas un momento y salvando la situación.– Por curiosidad, ¿cómo lleváis el día a día?

Los tres se sobresaltaron exageradamente sonrojándose y apartando la mirada hacia sus tazas causando un par de risas.
– M-mejor no hablemos de eso... Oye, pareces demasiado feliz por todo esto.– Dijo el auténtico Bowser mirando a su esbirro que continuaba riendo.

– Bueno, allí en el castillo estoy siempre rodeada de hombres. Está bien tener a alguien que me comprenda y con quién puedo hablar.– “Además no me hace trabajar tanto.”– Pensó para sí.

– ¿Y por qué no hablas con Wendy de esos temas?

– Porque ella está en plena edad rebelde y todo el día pegada a su teléfono, no me hace ni caso.– Suspiró y el verdadero Bowser asintió de acuerdo a ello.– Pero bueno, ya que todo está hablado será mejor que nos vayamos ya sin que nadie nos vea.

– Por supuesto. ¡Vamos!– El koopa se levantó de su asiento emocionado gritando tan alto que llamó la atención de varios Toads, empezando así con la función.– Es decir... ¡Me has derrotado Mario, pero volveré! ¡Vámonos Kamek!

– ¡Si, su malévola alteza!– Y se marchó dando pisotones seguido de cerca por Kamek.

– Mario, Luigi.– Comenzó a actuar también el héroe del reino como la princesa.– Gracias por salvarme. Dejad que os prepare una tarta como muestra de mi gratitud.

Luigi se quedó unos instantes perplejo mirando la estampa pero entonces se dió cuenta de que era su turno de actuar:
– No os preocupéis princesa, no ha sido nada. ¿Verdad big bro?– Se giró hacia él viendo en su aspecto que aquello de tener que hacerse pasar por Mario le dolía en lo más profundo de su alma, pero consiguió a duras penas sacar una sonrisa y asentir. Luigi se dispuso a sacarlo de allí antes de que algo saliera mal.– ¡Anda, es verdad! Tienes toda la razón hermano, tenemos que volver a casa a hacer eso, ¡sí eso! Así que ya probaremos esa tarta otro día. ¡Adiós a todos!

Una vez habiéndose despedido se dirigieron de vuelta a su casa.

(+_-+-_+)

(Preparándose para el lanzamiento de piedras...)
Sorry por actualizar tan poco, pensé que el verano me liberaría pero casi estoy trabajando más que cuando tengo clase. Me gustaría hacer algo para compensarlos uwu

Además todos los años digo que voy a actualizar en mi cumpleaños pero siempre acabo actualizando varios días después. Ay :')

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top