Capítulo XXX: Primer paso a la gloria.

Robert despertó con los párpados pesados, miró por la ventana y apenas amanecía.

-Robert: Uaaaaaah -bosteza- Tuve un sueño bien raro anoche. Será mejor que me levante.

En cuanto Robert apartó las sábanas se llevó una pequeña sorpresa. A su lado, una Miko desnuda dormía plácidamente abrazando el brazo de Robert entre sus pechos.

-Robert: Bueno... No fue un sueño...

Miko empezó a abrir los ojos, al principio miró hacia todos lados como tratando de procesar lo que había hecho, pero al final terminó sin importarle.

-Robert: Buenos días.

-Miko: Buenos días... ¿Ya amaneció?

-Robert: Sí, el sol está saliendo.

-Hagdiel: ¡Estoy muerto! Me duele todo el cuerpo de tant-

Hagdiel que recién entraba abrió las cortinas y se quedó de pie en la entrada. No le tomo mucho procesar y se dio la vuelta.

-Hagdiel: Voy a fingir, que no vi nada.

El chico se alejó de la casa un poco apenado y se sentó en los muelles, como ya estaba acostumbrado a hacer. Al cabo de unos minutos Robert le alcanzó y se sentó junto a él.

-Robert: Lo siento.

-Hagdiel: Bueno, la culpa es mía por no llamar antes de pasar.

-Robert: ...

-Hagdiel: ...

El incómodo silencio fue súbitamente interrumpido por el ruido de la campana en el muelle, esa que anunciaba la llegada de un barco.

-Hagdiel: Hace mucho que la campana no sonaba, debe ser algún barco importante.

-Robert: Vayamos a ver.

Lejos de los pequeños barcos pesqueros que solían detenerse en el pequeño puerto, estaba vez se trataba de un enorme barco de vela del cual los aldeanos bajaban algunas cajas de madera.

-Hagdiel: Vaya, nunca había visto este barco.

-Aisha: Es el Argosy, un barco mercante que suele venir cada cierto tiempo. Su capitán canjea recursos muy raros en algunas ocasiones, deberían ver qué puede ofrecerles.

-Hagdiel: ¡Ah! Hola Aisha, eres tan pequeña que no noté cuando llegaste.

-Aisha: Eso fue grosero.

-Hagdiel: No te enojes, solo bromeo un poco.

-Robert: No creo que hayas venido solo a decirnos sobre el barco. ¿Sucede algo?

-Aisha: Tan directo como siempre. Su asignación terminó desde el momento en que dieron solución al problema de los terremotos, pero parece que ahora son parte de los favoritos del Gremio.

-Robert: No me digas que...

-Aisha: Luego de la celebración de anoche, un halcón mensajero trajo esta carta del administrador de este distrito, pide que se presenten lo más pronto posible en Tanzia.

-Robert: ¿Algún detalle?

-Aisha: Ninguno, solo ponía eso.

-Hagdiel: Robert... ¿Crees que descubrieron que fuimos los que envenenaron las Ruinas Submarinas.

-Robert: ¡Cállate!

-Aisha: ¿Qué envenenaron?

-Robert: Nada, escuchaste mal.

-Aisha: Da igual. Deberían prepararse pronto, saben que al Gremio no le gusta que le hagan esperar. Si hablan con el capitán del Argosy él podría llevarlos.

-Robert: No es mala idea, vamos Hagdiel.

Ambos se dirigían hacia el barco pero Robert se detuvo por un momento.

-Robert: Aisha.

-Aisha: ¿Qué?

-Robert: No menciones nada de esto a Miko, por favor.

-Aisha: No lo haré, debes tener tus razones, pero si lastimas a mi amiga... te puedo arrojar en un nido de Gigginox...

Robert tragó saliva y continuó su marcha hacia el barco mercante. Ya estando cerca del navío, se encontraron a su capitán, un wyveriano que sostenía un objeto alargado envuelto en tela de color negro.

-Robert: Disculpa, ¿Eres el capitán del barco?

-Capitán del Argosy: Así es, están en lo correcto. Y ustedes deben ser los cazadores provisionales de la aldea, Robert -señala a Hagdiel- y Hagdiel -señala a Robert- ¡Son justo como me los imaginaba!

-Hagdiel: En realidad yo soy Hagdiel.

-Robert: Y yo Robert.

-Capitán del Argosy: ¿Eh? ¿Me equivoqué? ¡Jajaja!

-Robert: ¿Cómo sabía que éramos nosotros?

-Capitán del Argosy: La verdad, no es que haya muchos cazadores en esta aldea, además, Kirk me habló de ustedes.

-Hagdiel: ¿Kirk? ¿Sigue en Harth?

-CDA: Sí, fue allí donde me lo encontré. Me mencionó que ustedes estaban aquí y también me dijo que te trajera esto.

El wyveriano extendió el objeto que sujetaba en su mano y Robert lo tomó. Se trataba nada menos que de una katana larga con una hoja de tonalidades negras y celestes que brillaban al reflejar la luz.

-Robert: Increíble. Kirk también ha mejorado muchísimo.

-CDA: Dijo que usó un método de forja exótico para hacerla, y aunque no es indestructible resistirá bastante.

-Robert: Ya veo, muchas gracias.

-Hagdiel: Oye, ¿No te dijo que me entregaras algo?

-CDA: No, me pidió que te recordara que aún le debes una lanza que confeccionó con un colmillo de Diablos.

-Hagdiel: Tch.

-CDA: Supongo que ahora irán a Tanzia, los llevaré gustoso cuando quieran, no hay prisas.

-Robert: Iremos a buscar nuestras cosas, vendremos enseguida.

-CDA: Bueno, aquí los estaré esperando.

Al dúo le llevó menos de diez minutos para recoger sus pertenencias y regresar al barco. El capitán cargó algunas cajas más con ayuda de los aldeanos y el vehículo zarpó lejos de puerto.

-Robert: Me estoy mareando otra vez, odio viajar en barco.

-Hagdiel: Si querías regresar te advierto que ya es muy tarde. Aguanta como un hombre.

-Robert: Sí, me voy a dormir un rato.

Pese a ser un barco mercante, el Argosy contaba con varios camarotes de una notable calidad para el uso de la tripulación. Tras un par de días de viaje el vigía divisó Tanzia a lo lejos y todos se prepararon para el desembarco. Se podría describir a Tanzia como una ciudad "animada", con un activo sistema portuario. El Argosy ancló en el puerto y su tripulación procedió a descargar las mercancías.

-Hagdiel: Ya llegamos.

-Robert: Por fin, creí que moriría.

-CDA: Si van a responder ante un llamado del Gremio entonces vayan a la taberna, solo sigan por la calle y la encontrarán fácilmente.

-Robert: Gracias por traernos, a lo mejor nos vemos de nuevo.

-CDA: ¡Jajaja! Que la suerte los acompañe cazadores.

Una vez se hubieron despedido, ambos se encaminaron por las transitadas calles de Tanzia, donde decenas de personas y carretas de Aptonoth iban y venían. Llegados a un punto, todas las personas se habían amontonado en un rincón mirando hacia el mar.

-Hagdiel: ¿Qué estarán mirando?

-Robert: Vayamos a ver.

Ambos se acercaron a la multitud abriéndose paso entre la gente. A lo lejos, cercano a la línea del horizonte, se podía ver algo gigantesco moviéndose sobre la superficie del mar. Era tan grande que fácilmente podría ser confundido con una montaña, pero no, estaba claro que era un monstruo. De su cuerpo emanaban inmensas columnas de humo oscuro que nublaba el cielo. Lava hirviendo podía verse caer sobre el agua y levantar densas cortinas de vapor. Pero sin duda lo más llamativo era otro monstruo, uno de grandes alas y apariencia monstruosa, revoloteaba alrededor del gigante como si tratara de que nadie se acercara.

-Robert: ¿¡Pero qué es eso!? Es jodidamente enorme. Me pregunto si intentarán cazarlo.

-Hagdiel: Lo dudo, ¿quién sería capaz de cazar algo así?

-Robert: Kaede, probablemente...

-Hagdiel: Bueno, sí, tal vez ella podría.

-Robert: Seh, me pregunto que habrá sido de ella, espero que nos reencontremos en Yukumo.

-Hagdiel: Pues si nos volvemos los preferidos del Gremio ese deseo será complicado de cumplir.

-Robert: Entre antes terminemos, mejor. Vamos al puesto del Gremio.

Ignorando la multitud expectante del paso de aquella montaña ardiente, Robert y Hagdiel continuaron su andar hacia la oficina del Gremio. El sitio parecía más una taberna que una oficina del Gremio, había unos cuantos cazadores bebiendo o tomando un descanso de sus aventuras, algunos se hallaban echando un pulso en un barril en medio de la plaza, mientras que un bullicioso grupo los animaba y hacían apuestas por su favorito.

-Robert: Esperemos que el encargado no esté igual de borracho que aquellos de allí.

Ambos caminaron hasta donde estaba la recepcionista, para su fortuna la chica lucía bastante... "normal". Su cabello era rubio y llevaba un uniforme de marinero color azul. Por otro lado el maestro del Gremio no inspiraba la misma sensación. El viejo wyveriano mojaba su gran bigote blanco en una jarra de cerveza cada dos segundos.

-Hagdiel: Bueno, no sé que esperaba, es un Gremio de borrachos.

-Robert: Mejor ignorarlos.

La chica de la recepción les hizo señas al notar su presencia y les saludó agitando el brazo.

-Cathy: Bienvenidos a la oficina del Gremio de Cazadores en Puerto Tanzia. Me llamo Cathy, la recepcionista, ¡un placer!

-Robert: Cuanto ánimo, así hasta a mí me dan ganas de salir a cazar.

-Cathy: Jeje, gracias. ¡Cierto! ¿En qué puedo ayudarles?

-Robert: Se nos mandó a llamar mediante esta carta.

Robert le entregó la carta a la enérgica recepcionista, esta revisó la misiva y la dobló nuevamente.

-Cathy: Ya veo. Entonces ustedes deben ser Hagdiel y Robert, cazadores de Yukumo ejerciendo en Moga.

-Robert: Exactamente.

-Cathy: Pues... Como podrán ver, el maestro no se encuentra en la condición más óptima para atenderles, pero yo puedo explicarles.

El dúo de cazadores tomó asiento antes de escuchas a Cathy.

-Cathy: Últimamente no se para de hablar de ustedes dos, cazadores con raras habilidades y una aptitud física que sobrepasa a los mejores cazadores wyverianos. De boca en boca, sus hazañas han llegado muy lejos, y es solo cuestión de tiempo que lleguen a los oídos del Honorable.

-Hagdiel: ¿Lo ves Robert? Ahora somos famosos.

-Robert: Era de esperarse, pero aún no nos cuentas nada Cathy.

-Cathy: ¡Perdonen! Iré directo al grano. Resulta que cierto monstruo atacó a un barco mercante que se dirigía hacia aquí, la tripulación sobrevivió y nos dio una descripción suya antes de que desapareciera en dirección a una zona llamada Mar Contaminado. Hemos llegado a la conclusión de que se trata de un Miralis Funesto, un Dragón Anciano.

-Robert: ¿Tenemos que matarlo?

-Cathy: Sí, si lo logran ahuyentar se corre el riesgo de que regrese, y debemos priorizar la seguridad de los barcos que transitan esta área.

-Hagdiel: Es comprensible, muchos morirían.

-Robert: Entonces, ¿eso es todo? ¿Acabamos con él y ya está?

-Cathy: De momento sí.

-Robert: Pues no se diga más, Hagdiel, vamos a ocuparnos de ese Dragón Anciano.

-Hagdiel: Me quitas las palabras de la boca compañero.

-Cathy: Esa es la actitud. Vayan preparándose, buscaré un pequeño barco y alguien que pueda acercarlos a la zona.

No había nada más que preparar, Robert y Hagdiel se quedaron cerca del puerto, hasta que pasados unos minutos Cathy regresó.

-Cathy: Les he conseguido un barco, es aquel de allí.

La recepcionista señalaba un pequeño barco de vela con espacio apenas para cuatro personas.

-Hagdiel: No es lo que esperaba.

-Cathy: Es perfecto, con ese tamaño podrá atravesar los acantilados del Mar Contaminado y llevarlos hasta el campamento base, además de que su capitán es de confianza.

-Hagdiel: Si tú lo dices.

Ambos se despidieron y caminaron hacia el bote, su "capitán" era un pequeño anciano wyveriano que descansaba sobre su nave con la boca pegada a una botella de licor.

-Anciano: Así que son ustedes, los suicidas que irán a plantarle cara al Señor del Infierno.

-Hagdiel: Te equivocas viejo, somos los héroes que irán a derrotar al Señor del Infierno.

-Anciano: ¡Ja! Ese exceso de confianza será tu perdición jovencito. Suban de una vez, no me gusta aventurarme en esas aguas cuando cae la noche.

El malhumorado wyveriano soltó las amarras de su bote y comenzó a remar.

-Robert: ¿Ha visto de cerca a la bestia, viejo?

-Anciano: ¿Que si la he visto? ¡Me enfrenté a esa cosa cuando era cazador! Créanme, no es una presa fácil ni un oponente al que deban subestimar.

-Robert: Cuéntenos un poco sobre él.

-Anciano: Es el terror personificado. Algunas leyendas lo consideran la fuerza destinada a destruir el mundo, otras afirman que dio nacimiento a la creación. Pero yo les digo que los humanos no nacieron para derrotarlo. Proyectiles de magma surgen de los cráteres en su cuello, y de sus alas llueve fuego. Si tiene un punto débil deben ser los núcleos que tiene en varias partes de su cuerpo.

-Hagdiel: Suena aterrador.

-Anciano: Lo es, tengan mucho cuidado, cuando su vida corra peligro endurecerá su cuerpo, y ni la espada más afilada podrá cortarlo. Aunque no creo que lleguen tan lejos.

-Hagdiel: Más confianza viejo, ya verás cuando regresemos triunfantes.

Sumergidos en la conversación, el dúo de cazadores ni se dio cuenta de que habían llegado al Mar Contaminado. Desembarcaron en una pequeña bahía, el anciano les dio indicaciones para llegar al campamento base y se quedó a esperarlos, aunque no se veía muy confiado de que regresarían con vida. Ignorando al viejo borracho, se movieron hasta el campamento base, donde tomaron los objetos dejados ahí para ayudar a los cazadores.

-Hagdiel: Este lugar no me agrada.

-Robert: A mí tampoco, pero que le vamos a hacer. Si completamos está misión podríamos incluso convertirnos en cazadores de Rango G, aunque ya me da lo mismo.

-Hagdiel: ¿Estás preparado?

-Robert: Eso creo, confío en que la espada que me dio el capitán del Argosy me será de utilidad.

-Hagdiel: Y recuerda, tenemos nuestros ases bajo la manga, no somos humanos normales.

-Robert: Aunque digas eso estamos hablando de un monstruo catalogado como una calamidad, no es un Deviljho ni un Ceadeus.

-Hagdiel: Bueno, tienes razón, nunca nos hemos enfrentado a algo así, pero siempre hay una primera vez.

-Robert: Ha... Nunca acabaré de comprenderte. Hagamos esto de una vez.

Nerviosos por lo que habían escuchado sobre Miralis Funesto, salieron del campamento base e ingresaron al área de caza. Se podían ver barcos naufragados, seguramente víctimas del Dragón Anciano. No pasó mucho tiempo para que el susodicho hiciera acto de presencia, emergiendo del agua como una pesadilla que acecha al dúo de cazadores.

-Robert: ¿Un monstruo de fuego saliendo del agua? Tiene que ser una broma.

La bestia salió del medio acuático y una vez en tierra examinó a los cazadores con sus armas desenfundadas.

-Hagdiel: Bien, es hora de cazar.

CAPÍTULO XXX: Primer paso a la gloria.

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¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que actualicé esta historia? Pues para mí fueron años, aunque sé que no es el caso. No voy a excusarme, no tengo ningún buen argumento para eso, he estado escribiendo otras historias que les invito a leerse aquí en mi perfil. Pero no importa, aquí está el capítulo y espero traer otro próximamente, eso sí, no le pondré fecha ni diré que será pronto, tengo que revivir el combate contra Miralis Funesto que apenas recuerdo. Dejando todo lo demás de lado, espero que les haya gustado el capítulo y aguarden por el próximo, cuando por fin salga. Hasta la próxima.

X_AKUMA.

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