Capítulo XVI: Noche del Festival.
NARRADOR EN 3RA PERSONA:
Un fuego artificial surcó el cielo creando una explosión de colores en el firmamento nocturno, es la señal que da por iniciado el festival. El septeto se reunió frente al gremio para decidir que harían en el festival.
-Robert: Creo que deberíamos ir en parejas, si nadie se opone claro está.
-Kaede: ¿Parejas? Suena divertido. Pero somos siete, ¿No sé quedaría solo alguien?
-Robert: Es cierto.
-Kaede: Tú siempre conformas los equipos Robert, esta vez me toca a mí.
-Robert: Por mí genial, un peso que me quitas de encima. Cuéntanos tu plan.
-Kaede: Vale. Primero Robert, irás con mi hermana.
-Robert: Pe...
-Kaede: Sin objeciones. Sería injusto separarlos así que Hide y Mirai irán juntos.
-Mirai: Buena idea.
-Kaede: Y por último Hagdiel y Mariam.
-Hagdiel: ¿Vas a quedarte sola?
-Kaede: No pasa nada, igual la pasaré bien. Procuren divertirse sin arrepentimientos.
-Hagdiel: ¿Estás segura?
-Kaede: Ya te dije que no pasa nada. Vamos váyanse de una vez.
Cada pareja se fue a un lugar distinto a pasar un tiempo juntos, por su lado Kaede se fue hasta donde se encontraba la Jefa de la Aldea e Izumi.
-Reiko: Buenas noches Kaede. ¿Qué te parece el festival? ¿Te estás divirtiendo?
-Kaede: Un poco, todo se ve muy bonito.
-Izumi: Eres la chica que derribó al Gaoren. Gracias por tu ayuda, espero contar contigo en el futuro.
-Kaede: No hay de que. No sé si pueda volver a hacer algo semejante pero haré lo que pueda para ayudar.
-Reiko: Son ideas mías o te has quedado sola.
-Kaede: Más bien yo misma me he apartado.
-Reiko: No es justo que te alejes tú misma solo para que tus amigos la pasen bien, deberías pensar también en ti.
-Kaede: Siempre lo hago, una o dos veces no harán daño.
-Reiko: Bueno puedo hacer algo por ti.
La wyveriana hizo señas a la nada pero de la oscuridad salió un chico con un conjunto de Nargacuga que lo volvía prácticamente indetectable.
-Reiko: Es tú oportunidad Yosuke, ve con ella. No te preocupes por mí y tómate la noche libre.
-Yosuke: G-gracias Jefa.
El joven cazador se quitó su casco revelando una tez pálida, ojos negros casi inexpresivos y cabello pelirrojo desordenado por el uso del casco.
-Kaede: Creo que te he visto antes. ¿No eres el chico que me encontré cuando fui a matar al Rathalos?
-Yosuke: No lo creo, de seguro me confundes con mi hermano Ren.
-Kaede: Comprendo. ¿Hay algún lugar al que quieras ir?
-Yosuke: De hecho no, te acompañaré así que elige el sitio.
-Kaede: Muy bien, busquemos un sitio divertido.
Los dos se miraron mutuamente y salieron por los puestos del festival probando diferentes juegos y comidas. Al principio Kaede se sintió incómoda junto a Yosuke pero con el tiempo empezaron a llevarse bien. Para el final de la noche ya se habían vuelto muy cercanos. Cuando se cansaron de caminar se sentaron en un banco cerca de la salida del pueblo.
-Kaede: Oye Yosuke, gracias por acompañarme esta noche.
-Yosuke: No hay de que, a mí también me agradó pasar tiempo contigo. De hecho hay algo que quiero decirte.
-Kaede: ¿Ah sí? Te escucho.
-Yosuke: Sucede que desde el día que los monstruos atacaron la aldea tú... tú me...
Kaede puso su mano cubriendo la boca del chico y colocó un dedo sobre sus labios
-Kaede: Silencio, ¿No escuchas eso?
-Yosuke: ¿Qué cosa? Hay mucho ruido.
-Kaede: No puede ser, no ahora.
Kaede se puso de pie y comenzó a correr cuando de repente una estaca de hielo atravesó su pierna haciéndola caer.
-Kaede: ¡Agh! ¿Qué es esto?
Desde detrás de unos puestos quee habían cerrado salió Hide.
-Kaede: Hide date prisa y avisa a los demás, creo que nos atacarán.
-Hide: Tch, eres una molestia, no te muevas y deja que te lleve pacíficamente.
-Kaede: ¿Eh? ¿De qué hablas?
-Hide: Solo nos interesas tú, ellos ya vienen, para la mañana no quedará nada de esta aldea.
-Kaede: ¿Ellos? No te entiendo Hide.
A espaldas de Hide apareció también Hiroshi.
-Hiroshi: Hola Kaede.
-Kaede: ¡Hiroshi! ¡Voy a matarte!
Llena de ira Kaede corrió hacia Hiroshi pero Hide creó otra estaca de hielo y la arrojó al estómago de Kaede.
-Hide: Te dije que no te movieras.
-Kaede: Maldito traidor.
-Yosuke: ¡Ustedes! ¿Qué creen que hacen?
-Kaede: ¡Yosuke no vengas!
El pelirrojo desenfunda su espada pero antes de poder reaccionar es empalado por un pilar de hielo que aparece frente a él.
-Kaede: Yosuke...
Al instante Kaede se cubre de un aura negra, de su cabeza brotan dos prominentes cuernos torcidos como los de un demonio y las heridas en su cuerpo se curan.
-Hiroshi: ¿Cuernos? Hideki ten...
Antes de terminar de hablar Hiroshi se dio cuenta de que Kaede se había movido a una velocidad sobrehumana y aplastado la cabeza de Hide contra el suelo.
-Kaede: Ustedes... pagarán...
-Hiroshi: Maldición...
Kaede se lanza contra Hiroshi cuando su cuerpo es congelado completamente y se queda como una estatua de hielo.
-Hiroshi: ¡Señor Kenji!
-Kenji: ¿Estás bien Hiroshi?
-Hiroshi: Sí pero Hideki...
-Kenji: Maldita mocosa, si no la necesitara ya la hubiese matado hace mucho. Llévala a la base.
-Hiroshi: Sí señor.
Hiroshi hizo unas señas y un Rathalos agarró a Kaede con sus garras emprendiendo el vuelo con este en su lomo. Kenji se quedó observando el cadáver de Hide por unos segundos hasta que lo cargó y también se marchó.
Mientras tanto Robert y Yami caminan por el festival cuando el primero experimenta una sensación de mal presagio y sus ojos brillan.
-Robert: Kaede...
-Yami: ¿Pasa algo?
-Robert: Es Kaede, no puedo verla.
-Yami: ¿Y eso significa?
-Robert: En el mejor de los casos solo está inconsciente, en el peor...
-Yami: No puede ser, vamos a buscarla. ¿Viste si estaba con alguien?
-Robert: Bueno antes de perder la visión estaba con un chico pero no puedo reconocerlo, es como un maldito fantasma oculto en las sombras. Mis visiones se reproducen por sobre la realidad y siempre tienen un final mas en el caso de Kaede solo se congeló la visión.
-Yami: Debe estar en peligro, tenemos que encontrarla.
Los dos salen corriendo sin rumbo fijo, el festival aún no terminaba pero algunos puestos habían agotado su mercancía y terminaron cerrando. Mientras buscaban por todas partes Yami tropezó con algo y cayó de cara al suelo.
-Yami: Kya.
-Robert: ¿Te encuentras bien?
-Yami: Tranquilo, solo tropecé con...
Yami se quedó aterrorizada y retrocedió arrastrándose por el suelo al ver restos de algo aplastado en el suelo y dos globos oculares un lado.
-Yami: ¿Q-qué es esto?
Al retroceder su espalda hizo contacto con algo frío, era el pilar de hielo que sostenía a Yosuke.
-Robert: ¡Yosuke!
-Yami: ¿Lo conoces?
-Robert: No como tal, es miembro del grupo élite conformado por la Jefa. Hay que ayudarle.
-Yami: ¡No lo muevas! Se desangrará más deprisa, busca al doctor.
-Robert: Vale.
A los pocos minutos de haberse marchado Robert regresó con el doctor, afortunadamente Yosuke aún tenía salvación y se lo llevaron con parte del pilar aún en su cuerpo.
-Yami: Que cosa tan terrible. ¿Quién pudo hacer algo así?
-Robert: Quien haya sido es un desalmado.
Yami bajó la vista y encontró un objeto familiar en el suelo, una cinta roja tirada en el suelo.
-Robert: ¿Qué es?
-Yami: Esta cinta para el cabello es mía, se la presté a Kaede esta noche.
En dirección a la entrada de la aldea llegaron Hagdiel y Mariam agitados de tanto correr.
-Hagdiel: La Jefa nos contó todo, ¿alguna pista del paradero de Kaede?
-Robert: Solo esta cinta, no creo que nos sirva.
-Yami: Un momento, sí hay alguien que puede ayudarnos a encontrarla por su olor.
-Hagdiel: ¿En serio? ¿Quién?
NARRA KAEDE:
(LUGAR DESCONOCIDO)
-Kaede: ¿Dónde estoy...?
Intenté moverme pero un fuerte dolor me lo impidió, miré hacia mis manos y me di cuenta de que tenía ganchos clavados en las manos con unas largas cadenas unidas al techo de lo que parecía una cueva. El sitio se sentía muy frío y había mucha humedad.
-¿?: Despertaste.
Miré a la entrada del lugar donde estaba de pie un hombre adulto, a pesar de la luz noté que su pelo era de color blanco y sus ojos rojos brillaban en la oscuridad. En sus manos son visibles las marcas que nos caracterizan a quienes tenemos la sangre de los dragones.
-¿?: Eres un gran peligro pero conseguimos atraparte, todo gracias a la labor impecable de Mirai y al sacrificio de Hideki.
-Kaede: ¿Quién demonios eres?
-¿?: Que descortés soy, permíteme y me corrijo. Mi nombre es Kenji, soy la persona que preparó el ataque a tu aldea, puedes decir que soy el asesino de tu padre.
-Kaede: Repite eso.
-Kenji: Soy el asesino de tu padre.
-Kaede: ¡Maldito!
Ignorando por completo el dolor me lanzo contra ese hombre, no sé si es cierto lo que dice pero no lo perdonaré por matar a Yosuke.
-Hiroshi: ¡Silencio!
-Kaede: ¡Ahhh!
Un irritante sonido empieza a resonar en mi cabeza como si fuera a explotar.
-Hiroshi: ¿Quién iba a pensarlo? El sonido que uso para obligar a los monstruos a obedecer funcionó en ella, de verdad es un monstruo.
-Kenji: Suficiente Hiroshi.
-Hiroshi: Si señor.
-Kenji: ¿Todavía puedes hablar Kaede?
-Kaede: Claro que sí... Esto...no es nada...
-Kenji: Admito que eres una chica fuerte.
-Kaede: ¿Qué quieren de mí? Apuesto a que atacaron la aldea para llevarme.
-Kenji: Buena deducción, digamos que las cosas se nos salieron de control y terminamos en esto. Te contaré el porqué necesitamos tu poder pero primero una pregunta. ¿Sabes lo que le sucede a alguien que toma la sangre de un Dragón Anciano?
-Kaede: Obtiene poderes falsos como aquel idiota de allí.
-Kenji: Exactamente. ¿Pero que le sucede a un dragón que devora a una persona con poderes? Pues se hace más fuerte.
-Kaede: No entiendo dónde entro yo en esto.
-Kenji: Mi civilización, la que ustedes conocen como los Antiguos casi desapareció hace miles de años por culpa de cierto monstruo, actualmente solo quedamos unos cuantos. Iniciamos un experimento para fortalecernos con los genes de los Dragones Ancianos más débiles o los que podíamos derrotar pero no todos eran compatibles, los que vivimos hoy en día somos los únicos sobrevivientes.
-Kaede: Sigo sin entender.
-Kenji: Déjame llegar. Somos casi perfectos, más fuertes, gran longevidad y habilidades sobrehumanas, pero no es suficiente para vencer a Fatalis. Tanto tú como tu madre poseen genes únicos compatibles con el Dragón de la Extinción, Nerigerante, tal vez el único que pueda vencer al Dragón Maligno.
-Kaede: A ver si entendí. Teniendo en cuenta la pregunta que me hiciste supongo que nos darás de comer a un monstruo para que se vuelva más fuerte y derrote al destructor de tu civilización.
-Kenji: Correcto, eres más perspicaz de lo que pensé.
-Kaede: ¿Y qué harás cuando ese Nerigerante se haga tan fuerte que no puedan con él?
-Kenji: Solo tenemos que ir a un sitio seguro donde no nos encontrará.
-Kaede: ¿Existe un lugar así?
-Kenji: Suficiente charla, traeremos a tu madre aunque de seguro no te reconocerá, vivir tanto tiempo tiene un efecto secundario y es que nuestros cerebros se reinician lo que nos hace perder nuestros recuerdos.
-Kaede: ¿De verdad está viva? ¿No morían las mujeres con el poder de los dioses al pasárselo a sus hijos?
-Kenji: Todo es mentira, la cueva en las dunas donde Reiko encontró el libro la hice yo para despistarlos. Los dioses ya no existen ni tenemos poderes otorgados por ellos.
-Kaede: ¿Entonces...?
-Kenji: Todos los poderes son producto de la tecnología de mi civilización, la dichosa puerta que buscan era solo algo que se me ocurrió para mantenerlos ocupados, y vaya que funcionó.
-Kaede: Maldición...
-Kenji: Tráela Hiroshi.
Alce la vista y Hiroshi traía a una mujer que bien podría tener la edad de mi hermana, cabello dorado, algo así como una máscara en su boca y una venda en los ojos.
-Kaede: ¿Ella es mi madre?
-Kenji: Así es.
-Kaede: ¿Por qué está amordazada y con los ojos vendados?
-Kenji: Por que es peligrosa, se podría decir que gracias a ella descubrí como experimentar con los genes dragón. Ya tenía un poder propio y cometí un error al usarla como sujeto de pruebas y darle otro poder.
-Kaede: ¿Qué poderes tiene?
-Kenji: Sí que preguntas mucho. De nacimiento tenía poderes claros de un Nerigerante, ya le propicié genes del Shagaru Magala. Si activa su poder y ve a los ojos a alguien esa persona sentirá un miedo horrible que le impedirá moverse, si se le ocurre exhalar cada persona o monstruo dentro de esta cueva se infectará con la Cólera. Tu madre es un virus incurable, por suerte naciste con su poder propio, justo el que necesitamos. Vendré a por ti dentro de una hora, despídete de tu madre.
El hombre se marchó junto a Hiroshi dejándonos solas en la cueva.
-Kaede: *Tengo que pensar en algo. Podría liberarme de estos ganchos y quitarle la máscara a mi madre, el problema es que si en verdad es un virus yo también me infectaré, tampoco hay garantía de que no me ataque. No voy a dejar que me sirvan en la cena de un monstruo.*
Comencé a tirar de las cadenas, el dolor era horrible pero aguanté hasta que de tanta fuerza mis manos se dividieron a la mitad siendo cortadas por los ganchos que tenía clavados.
-Kaede: Que dolor...
Mis manos sangraban mucho y empecé a perder el conocimiento por la pérdida de sangre e inevitablemente me desmayé.
NARRA ROBERT:
-Hagdiel: ¿En serio? ¿Quién?
-Yami: Lou puede hacerlo, los Felyne tienen un gran sentido del olfato y de seguro conoce el olor de Kaede.
-Hagdiel: Buena idea, iré a buscarlo.
Hagdiel se fue en búsqueda del pequeño felino, el rostro de Yami mostraba clara preocupación y miedo.
-Robert: La traeremos de vuelta, de todas formas Kaede es muy fuerte y no se rendirá tan fácilmente.
-Yami: Tienes razón pero algo no cuadra, todo esto ya estaba premeditado. Quienes lo hayan hecho llevan tiempo preparándose. ¿Qué querrán de ella?
-Robert: Lo sabremos cuando la hayamos rescatado y dado una golpiza a los responsables.
Hagdiel irrumpió acompañado de Lou el cual tenía una expresión intimidante en su cara, me pareció haber visto un lindo gatito pero me equivoqué. Sin siquiera oler la cinta Lou corrió hacia una dirección pero se detuvo en seco.
-Yami: ¿Qué pasa Lou? ¿Es por ahí?
-Lou: La Maestra Kaede está por esa dirección pero hay alguien junto a ella, y tiene un olor peligroso.
-Yami: Robert, usa tu poder.
-Robert: Imposible, hasta que no encontremos a Kaede mis visiones seguirán siendo las mismas.
-Yami: Entonces iré, no me importa que tan peligroso sea quien esté ahí, traeré a mi hermana.
Yami salió corriendo detrás de Lou con su arma lista para disparar.
-Robert: Ve con ella Hagdiel.
-Hagdiel: ¿No irás?
-Robert: Iría pero me van a necesitar aquí, primero debo encontrar a la rata que se esconde en la aldea y sacarle todo lo que está sucediendo.
-Hagdiel: Yo me ocupo de Yami, suerte compañero.
-Robert: Igualmente.
Una vez que todos se fueron Mariam y yo nos quedamos solos. Activé mi habilidad y rápidamente encontré a Mirai.
-Robert: Te encontré.
-Mariam: Creí que no podías tener más visiones.
-Robert: No de Kaede, avísale a la Jefa para que prepare a todos los cazadores disponibles.
-Mariam: ¿Qué piensas hacer?
-Robert: Le preguntaré a Mirai quienes son sus compañeros, a las buenas o a las malas.
CAPÍTULO XVI: Noche del Festival.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top