Capítulo XV: El Dictador Congelado.
NARRA KAEDE:
En la mañana me levanté todavía adolorida por el viaje a la Fortaleza. Miré hacia la ventana y el sol me lastimó los ojos.
-Kaede: ¡Ah mis ojos! ¿Quién abrió la ventana?
-Yami: Despierta de una vez dormilona, hay mucho que hacer hoy.
-Kaede: Tch, hoy no tengo ganas de salir a ningún lado, has lo que tengas que hacer y déjame dormir.
Volví a la cama pero mi hermana me quitó la cobija.
-Yami: De pie, comer y dormir tanto es malo para la figura.
-Kaede: No voy a engordar, ya perderé las calorías huyendo de alguno que otro monstruo.
-Yami: De eso nada.
Yami tiró de mi pierna sacándome de la cama.
-Kaede: Vale ya entendí, voy a darme un baño.
Con mucha pereza caminé al baño, preparé la bañera y cuando estuvo lista entré en ella. Para que mi cabello no se mojara tomé una cinta y lo até en una coleta pero algo extraño llamó mi atención. Toqué la parte superior de mi cabeza y sentí algo duro y puntiagudo, me paré frente al espejo y no pude evitar dejar salir un grito que alertó a mi hermana en la cocina.
-Yami: -irrumpe en el baño- ¿Qué pasó?
-Kaede: Yami...
Me volteé hacia mi hermana y con mis manos aparté el cabello mostrándole dos pequeños cuernos negros.
-Yami: ¡Jajaja!
-Kaede: ¡No te rías! ¡No es gracioso!
-Yami: Lo siento... es que no pude evitarlo.
-Kaede: Esto es serio, ¿Me estaré convirtiendo en un monstruo?
-Yami: Nunca oí de algo semejante, pero si gustas puedo quitarlos.
-Kaede: No me fío de tus habilidades médicas, mejor los dejo por ahora.
-Yami: ¿Segura?
-Kaede: Al menos todavía no son visibles, a no ser que me quede calva.
-Yami: Ahora sí en serio es bastante raro, ¿Será un efecto secundario de tu poder?
-Kaede: Tenemos que encontrar el supuesto libro que lleva Hiroshi, el problema es encontrarlo a él, no tenemos ni una pizca de información.
-Yami: En mi opinión deberías abstenerte de usar tu poder hasta que sepamos algo en concreto.
-Kaede: Está bien.
Yami salió de la habitación y terminé mi baño. Después caminamos juntas al gremio donde nuestro ahora más numeroso grupo nos esperaba.
-Robert: Por lo que veo estamos todos.
-Hagdiel: ¿Qué haremos entonces líder?
-Robert: Pues estaba analizando la situación y creo que deberíamos formar dos equipos.
-Kaede: ¿Equipos eh?
-Robert: Como sabrán las misiones comunes del gremio solo permiten cuatro cazadores, para que ninguno se quede sin hacer nada haremos dos equipos de tres miembros cada uno. Así también podremos hacer dos misiones al mismo tiempo ya que aunque vayamos por separado los seis somos del mismo grupo de cazadores.
-Kaede: ¡Oh! Pero... 1, 2, 3... No contaste a Mariam.
-Robert: No la conté porque no es miembro del grupo, solo vino para verlos a todos y asistir al Festival del Héroe esta noche.
-Kaede: Ya veo, ¿quiénes integrarán cada equipo?
-Yami: Emm...
-Robert: Muy lenta Kaede, ya pensé en eso también. En el Equipo 1 estarán tú, Yami y Hagdiel; en el 2 obviamente yo, Hideki y Mirai.
-Mirai: Tch.
-Kaede: Creo que debería ir con ellos, ya nos conocemos de antemano.
-Robert: Por eso precisamente, ayer estuve hablando con Mirai y me gustaría llevarme mejor con ella.
-Hagdiel: ¡Eso no es justo! ¡Eres un aprovechado! ¡No te alcanza con Mariam y vas a por la pechugona!
-Robert: Yo soy un aprovechado y tú eres un enfermo, dije que solo quiero entablar una mejor amistad, además me gustan más los pequeños.
-Yami: ... -mira sus pechos con miedo.
-Kaede: -eleva su pulgar en señal de aprobación mientras infla su pecho.
-Hagdiel: -las observa confuso.
-Robert: Ejem. Vamos a tomar las misiones de cada equipo.
Nos dirigimos al tablón y observamos todas las misiones disponibles para Rango 3. Tras unos minutos nos decidimos.
-Kaede: -alza su brazo- Rathalos.
-Robert: Menuda obsesión, nosotros iremos contra Tigrex, todas son misiones nocturnas así que llegaremos justo con el festival si terminamos a tiempo.
-Hagdiel: No lo perdamos entonces, salgamos ahora y demos un par de vueltas en las zonas hasta que se haga de noche.
-Robert: Buena idea, ustedes dos están muy callados, ¿Algo en lo que no estén de acuerdo?
-Hide: Por mi bien.
-Mirai: Nada me supone un problema de lo que has dicho.
-Robert: Si todo está en orden salgamos, nos vemos en el festival.
-Kaede: Hasta entonces.
Cada equipo tomó su misión y partió en su respectivo transporte, nuestro equipo se dirigirá a la Isla Desierta.
-Hagdiel: ¿De verdad crees que se lleven bien esos tres?
-Kaede: Por supuesto que no, tampoco soy estúpida como para no darme cuenta. Robert está tramando algo.
-Yami: Haaa...
-Kaede: Y tú deja de suspirar por no quedar en el mismo equipo que él. Al menos le ganas en algo a Mariam.
-Yami: No sé si considerarlo una victoria. -mira su pecho tristemente.
-Kaede: No seas pesimista, ya que no quieres considerarlo una victoria piensa que es un punto más a tu favor.
-Yami: Vale, gracias hermanita.
-Kaede: No me agradezcas, cuando te deprimes termino contagiada y se me quitan las ganas de vivir.
-Yami: Que falta de tacto tienes.
Conversando pasó el tiempo y llegamos a la Isla Desierta en un pequeño barco que nos esperaba. En el campamento base empezó a hacer frío y encendimos una fogata.
-Kaede: Se nota que llega el invierno a la región, ¿Creen que nieve en Yukumo?
-Yami: Tal vez, en Pokke siempre hay, recuerdo cuando salíamos a jugar en la nieve.
-Kaede: Yo también, la primera vez te torciste el tobillo. Siempre fuiste más torpe a pesar de ser la hermana mayor.
-Yami: Es cuestión de genes, te pareces más a papá tanto en personalidad como en físico, yo soy torpe como lo era mamá.
El sol se ocultó y la oscuridad cubrió el horizonte, la luna apenas iluminaba tras las nubes.
-Hagdiel: Chicas deberíamos salir ya o nos perderemos el festival.
-Kaede: Vamos.
Apagamos la fogata y avanzamos a través de la isla, creímos tardar más pero un poco más afuera del campamento encontramos a nuestra presa devorando a un indefenso Aptonoth. Sacamos nuestras armas con cuidado pero los agudos sentidos del monstruo lo alertaron de nuestra presencia.
-Kaede: No podía ser fácil.
-Hagdiel: Ni modo, hagámoslo puré antes de que se de cuenta.
Cargué contra el Rathalos el cual al elevarse en vuelo y ser iluminado por la luna pudimos apreciar como su cuerpo repleto de escamas plateadas brillaba intensamente.
-Kaede: Oigan, ¿Ese color es normal?
-Yami: Que yo sepa no, nunca vi o escuché de un Rathalos plateado.
-Kaede: Ósea que encontramos una nueva variante. ¡Qué emoción! Ya puedo sentir el dinero en mis manos.
-Hagdiel: ¿Solo te importa eso? No tienes remedio.
El Rathalos se abalanzó sobre nosotros con sus garras imbuidas de veneno las cuales esquivamos sin problemas. La dura piel plateada devolvía algunos de mis ataques, por suerte contábamos con Yami para debilitarlo con sus disparos.
-Kaede: ¿Número dos?
-Hagdiel: Como digas.
Hagdiel corrió hasta quedar prácticamente frente al Rathalos y puso su escudo apuntando hacia arriba, salté sobre este y con la fuerza del salto traté de apuñalar al monstruo con mi espada pero la punta era demasiado frágil y se quebró en su espalda. Caí al suelo y me retiré rápidamente hasta donde estaban mis compañeros.
-Kaede: Tch. Su piel es muy dura.
-Yami: Usa estas.
Yami me entregó las dos espadas de Gigginox en su cintura.
-Kaede: Con estas creo que bastará.
De nuevo me arrojé contra el enemigo, esta vez con un rápido movimiento esquivé sus ataques de fuego y girando con ambas cuchillas apuntando hacia él corté una de sus alas quedando parada sobre su espalda.
-Kaede: Sin alas el Rey del Cielo no es nadie.
Salté de su cuerpo segundos antes de que una bala explosiva impactará en la base del ala restante arrancándole está de raíz. Hagdiel acometió una veloz embestida y con su lanza atravesó el estómago de la bestia clavándole en un gigantesco árbol antiguo. Aún vivo intentó liberarse múltiples veces pero solo con sus patas traseras le fue imposible.
-Hagdiel: Buen movimiento.
-Kaede: Y tú te hiciste muy fuerte, atravesar a un monstruo completamente no es nada sencillo de lograr.
-Hagdiel: Es por esto.
Hagdiel me mostró su brazo cubierto por unas líneas negras que rodeaban la extremidad y se cruzaban entre si.
-Kaede: ¡Lo has activado!
-Hagdiel: En realidad desde que mi brazo comenzó a crecer de nuevo aparecieron pero no se borran como las tuyas al principio.
-Kaede: Bueno las mías también son permanentes ahora.
-Hagdiel: Cada vez surgen más interrogantes sobre nuestros poderes y ninguna respuesta.
-Kaede: Estoy segura de que Robert descubrió algo mas conociéndolo se lo guardará hasta que esté seguro de ello.
-Hagdiel: Estoy cansado, vamos a casa.
-Yami: No podemos irnos.
-Hagdiel: ¿Eh? ¿Por qué?
-Yami: Tenemos que reportar el descubrimiento cuando llegue el equipo del gremio o no ganaremos nada.
-Kaede: Que problemático, lo haré solo porque me interesa la recompensa.
-Hagdiel: Te apoyo en eso.
-Yami: Espero que no demoren mucho.
NARRA ROBERT:
(EN LA TUNDRA)
Buscamos al Tigrex dentro de una cueva, literalmente ando con un ojo abierto y el otro cerrado, no puedo perderme cualquier evento futuro que los involucre.
-Mirai: Oye tú, ¿Por qué no buscas al Tigrex con ese ojo tuyo?
-Robert: No funciona así. *En realidad sí.*
-Mirai: Entonces apresurémonos, no tengo intención de pasar mucho tiempo cerca tuyo.
-Robert: Tú tampoco me agradas por si te sirve de consuelo.
-Mirai: Estamos a mano.
Salimos de la cueva sin encontrar al Tigrex y el aire se empezó a sentir más frío.
-Robert: Está haciendo más frío.
-Mirai: Claro estúpido, estamos al aire libre.
-Robert: No en ese sentido, el viento es más fuerte... ¡ABAJO!
Tiré a Mirai y Hideki en el preciso momento que un monstruo pasó volando muy cerca de nosotros, este aterrizó a escasos centímetros nuestros. A primera instancia pensé que era un Wyvern pero me fijé mejor, tenía cuatro patas y las alas sobre su espalda, escamas plateadas y una presencia firme. Sin dudas es...
-Robert: Un Dragón Anciano.
-Hide: El Dragón de la Tempestad, Kushala Daora.
-Robert: *Esta es una buena oportunidad para ver los poderes de estos dos.* Hay que repelerlo, en el mejor de los casos cazarlo.
-Mirai: ¿Estás mal de la cabeza? Aunque seamos tres con sangre de dragón no somos dragones realmente. Comparadas a los suyas nuestras habilidades son imperfectas.
-Robert: Igual ni siquiera lo hemos intentado.
-Mirai: Vale, después de ti.
Desenvainé mi espada contra el enemigo pero antes de poder estar lo suficientemente cerca una ráfaga de viento me alejó.
-Robert: ¿Qué demonios?
-Mirai: Barrera de Viento, no te dejará acercarte.
-Robert: Tiene que haber una manera, ningún monstruo es invencible.
-Hide: Hay una manera, los poderes del Kushala Daora se bloquean si es envenenado. Podría hacerlo pero primero tendría que acercarme.
-Mirai: ¿Qué gen tienes?
-Robert: ¿Gen?
-Mirai: Hablo de tu habilidad.
-Robert: ¡Ah eso! ¡Maldición!
Nos cubrimos tras una roca para evitar los ataques del Daora, estaba volando en el mismo sitio creando remolinos con sus alas.
-Robert: Es cuestión de tiempo para que destruya esta roca, escuchen bien lo que haremos.
-Mirai: No seguiré órdenes tuyas.
-Robert: Entonces ve tú sola, adelante.
-Mirai: Vale habla rápido.
-Robert: Al menos no eres estúpida. Primero usa tu habilidad mientras esté en el aire, seguido Hideki atacará apuntando sus alas y por último yo haré lo mío.
-Mirai: ¿Lo tuyo?
-Robert: Solo has lo que te digo y olvídate de los detalles. ¿Están listos?
-Mirai y Hide: Listos.
-Robert: Vamos.
NARRADOR EN 3RA PERSONA:
El grupo se dividió en tres posiciones distintas. Mirai se quedó en el centro atrayendo la atención del Dragón de la Tempestad. Los ojos de la chica se volvieron blancos, su cuerpo se cargó de electricidad y...
-Mirai: ¿Qué te parece esto?
Como si controlara el clima a voluntad un poderoso rayo descendió rasgando los cielos para terminar sobre el cuerpo metálico del monstruo. La descarga se extendió haciendo que cayera al suelo con una severa parálisis.
-Hide: Mi turno.
El joven de pelo negro blandió su gigantesca espada con una facilidad increíble y rasgó con esta una de las alas del dragón infectándola de veneno.
-Hide: No vayas a fallar.
-Robert: Ni lo había pensado.
Robert se posicionó de un salto en el lomo de Kushala Daora, acercó sus manos a la cara de este y...
-Robert: Sorpresa.
De ambas manos emergieron una especie de nubes de gas venenoso similares a las que expulsan las Wroggis. El monstruo hizo movimientos bruscos con los que se quitó a Robert de encima, miró hacia todos los lados posibles y pese a tener un ala herida emprendió el vuelo alejándose del sitio.
-Mirai: Huyó.
-Robert: Lo hemos conseguido.
-Hide: Pero no encontramos al Tigrex que era nuestro verdadero objetivo.
-Robert: Da igual, será en otra ocasión. No quiero llegar tarde al festival así que démonos prisa.
-Mirai: Ya te dije que no me des órdenes.
El trío tomó un respiro y se retiró de regreso al campamento, mientras iban tranquilamente eran observados desde las montañas por dos hombres que analizan todo con atención.
-¿?: Así que el chico Robert tenía ese poder.
-Hiroshi: Señor no creo que los hermanos sean adecuados para esta misión.
-¿?: ¿Por qué lo dices, Hiroshi?
-Hiroshi: De seguro terminarán entablando amistad con la chica y eso interferirá en el plan.
-¿?: Es posible, pero son mis chicos, confiaré en ellos mientras me sea posible. Si se niegan a cooperar también los sacrificaré.
-Hiroshi: Si usted confía en ellos no me queda otra opción que hacerlo.
-¿?: Eres una de mis mejores armas Hiroshi, sigue así. Por el momento necesito que los vigiles de lejos.
-Hiroshi: Como ordene, señor Kenji.
-Kenji: Un momento Hiroshi, avísale a Xei que se apresure con la recolección, debemos terminar nuestra carta del triunfo lo antes posible.
-Hiroshi: Sí señor.
Hiroshi se retira del lugar dejando solo al misterioso sujeto.
NARRA KAEDE:
(EN YUKUMO)
-Kaede: ¡Uaaaah! Que cansancio.
-Yami: Date prisa y vístete de una vez, vamos a llegar tarde por tu culpa.
-Kaede: ¿Por qué tengo que ponerme un yukata, es muy incómodo.
-Yami: Solo póntelo de una vez.
-Kaede: Ya voy, ya voy.
Terminé de ponerme el yukata y salí junto a mi hermana a la aldea donde ya todo estaba organizado. Muchos quioscos con comida, algunos vendían armas, ropa, dulces, en fin, todo tipo de productos locales traídos de otras aldeas.
-Kaede: ¡Qué bonito!¿Qué debería comprar primero?
-Yami: No vayas a gastarte todo el dinero.
-Robert: Así que ustedes también llegaron a tiempo.
Me volteé y estaban Robert, Hagdiel y Hide con ropa casual y Mirai y Mariam con sus yukatas.
-Kaede: Cuanta elegancia.
-Robert: Ustedes también están preciosas. Vamos Hagdiel di algo.
-Hagdiel: Les queda bien el yukata...
-Kaede: ¿Eh? ¿Sólo eso?
-Hagdiel: No diré nada de lo que pueda avergonzarme.
-Kaede: ¿Así que te da vergüenza eh? Tomaré nota de eso en mi mente.
-Yami: Es su primera vez también en un festival.
-Mirai: Sí. En nuestra aldea apenas y hacían fiestas o celebraciones. ¿No es así hermano?
-Hide: Así es, creo que voy a divertirme mucho.
-Robert: Ya falta poco, solo unos minutos más.
CAPÍTULO XV: El Dictador Congelado.
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Hola querido lector. Quería agradecerte por seguir la historia hasta este punto lo cual me hace muy feliz y me motiva para seguir escribiendo, no importa si es sólo una persona, siempre y cuando alguien la esté disfrutando seguiré adelante. Si no es mucha molestia déjate un voto en los capítulos y sígueme para que no te pierdas ninguno. Gracias.
X_AKUMA
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