Capítulo XIX: Araña sombra.

NARRADOR EN 3RA PERSONA:

Un día después de que Robert y Hagdiel partieran hacia Harth escoltando a Kirk la aldea de Yukumo había recuperado su normalidad y Kaede estaba en las afueras lista para partir.

-Kaede: ¿Este es mi transporte?

-Mariam: Hola.

-Reiko: Iba a prepararte un transporte adecuado pero durante el ataque de Amatsu murieron muchos Gargwa de la granja. ¿Tienes algún problema con que te lleve Mariam?

-Kaede: No, es que no me acostumbro a la sensación que produce volar, siempre termino con náuseas.

-Mariam: Tranquila Kaede, llegaremos tan rápido que no te dará tiempo de marearte.

-Kaede: Gracias, no hay nada que se pueda hacer, me voy Jefa.

-Reiko: Ten cuidado, y recuerda reunirte con la caravana, ya les avisé en una carta que vas en camino.

-Kaede: Lo recordaré, vámonos Mariam.

-Mariam: Sí, vamos Ima.

Mariam le dio indicaciones a su fiel compañera y emprendieron el vuelo hacia el puerto de barcos de arena que llevaría a Kaede directamente a la ciudad. Una vez llegaron Kaede bajó del lomo de la Rathian.

-Mariam: Bueno, aquí nos despedimos. Me gustaría acompañarte pero de momento tengo que permanecer en la aldea, ya que ustedes no están debo apoyar en la protección contra los posibles intrusos.

-Kaede: Ya veo, muchas gracias por traerme.

-Mariam: No hay de que. ¡Buena suerte!

La Rider desapareció en la lejanía agitando su mano en el aire. Kaede se dio unas palmadas en la cara y subió al barco minutos antes de que zarpara. El mar de dunas se veía calmado y apacible, todo hasta que un violento temblor lo sacudió todo incluido el barco.

-Kaede: *¿Y ahora qué sucede? Mi suerte no puede ser tan mala como para que nos ataquen en este preciso instante.*

De la arena emergió una colosal criatura de más de 100 metros de largo, cubierto de escamas rojizas, protuberancias picudas en su lomo, y también un gran cuerno similar a un taladro.

-¿?: ¡Dah'ren Mohran avistado, se dirige a la ciudad así que debemos desviar su curso!

-Kaede: *Tch, lo que me faltaba.*

El gigantesco monstruo dio una embestida con el costado que movió el barco de sitio.

-¿?: ¡Disparen los cañones!

Los tres cañones laterales del barco fueron disparados consecutivamente provocando daños en la coraza de Dah'ren Mohran. Desgraciadamente la bestia es un Dragón Anciano y aunque no lo aparente posee una elevada inteligencia en comparación a otros monstruos. El dragón arqueó su espalda y la relajó bruscamente lanzando desde su espalda tres enormes rocas en forma de cuerno que quedaron incrustadas en los cañones impidiendo su uso.

-¿?: Maldita bestia, nos ha dejado sin cañones de este lado.

-Kaede: Dame eso.

Kaede empujó a unos de los consternados hombres que operaban los cañones y agarró la pesada bala de cañón del suelo con una mano como si no fuera nada.

-¿?: ¿Oye que estás haciendo?

-Kaede: Matarlo.

-¿?: Trata de no hacerlo, debemos herirlo y ver si cambia el rumbo, sino puedes matarlo aunque no sé cómo lo harás sin cañones.

-Kaede: ¿Solo hay que herirlo? En ese caso traigan todas las balas de cañón que puedan cargar.

-¿?: ¿Qué es lo que tramas?

Kaede adoptó postura de pitcher y activando su poder lanzó la bala con tanta fuerza que el sonido que hizo al atravesar el aire se escuchó como un silbido. La primera bala lanzada impactó el lomo del monstruo claramente ocasionándole mucho dolor. Al ver lo que había hecho Kaede todos se quedaron con la boca abierta y los ojos como platos, bueno, es entendible. Seguida a la primera otra bala fue lanzada, esta vez hacia su cuerno el cual se quebró, aún sin la pólvora que las hacía estallar las balas lanzadas con esa velocidad eran armas de temer. Dah'ren Mohran cruzó frente al barco y se fue en la dirección contraria, ahora la ciudad estaba a salvo.

Mientras Kaede era alabada y felicitada por la tripulación del barco y quiénes viajaban ahí, Robert y Hagdiel se acercaban a su destino acompañando al herrero wyveriano.

-Robert: Ya no puedo esperar por llegar a Harth, necesito darle mantenimiento adecuado a mi equipo.

Robert miraba como la hoja de su katana tenía varias fisuras y zonas con el filo dañado.

-Hagdiel: ¿Cuantos llevamos?

-Robert: Creo que cuatro parejas de Rathalos y Rathian y un par de G. Jaggis.

-Hagdiel: Ya no aguanto más esto, quiero descansar.

-Kirk: Miren por allí, ya llegamos.

En un impotente volcán el trío ingresó a través de una entrada y tras pasar por un par de túneles llegaron a Harth. La ciudad estaba dentro de una gruta subterránea llena de raíles de vagonetas, forjas e infinidad de hogares. La mayoría de habitantes visibles eran de baja estatura y casi todos hombres.

-Robert: Kirk.

-Kirk: ¿Si?

-Robert: Esta aldea es conocida por ser cuna de grandes herreros y por la calidad de su forja gracias al uso de magma volcánico, ¿Me equivoco?

-Kirk: No, ¿Qué sucede?

-Robert: Ni crees que está gente está... demasiado relajada, ni siquiera están trabajando.

-Kirk: A mi también me parece raro, vamos a preguntarle al jefe de la aldea.

El grupo guiado por Kirk que conocía bien la aldea fue a una de las salidas de la misma dónde se encontraba un anciano de baja estatura, nariz ancha, cabello canoso y enormes bigotes arqueados hacia arriba. Usaba gafas protectoras para trabajar en la forja pero su cara mostraba cierta preocupación.

-Kirk: Hola jefe.

-Jefe de Harth: ¡Kirk! ¡Cuanto tiempo sin vernos!

-Kirk: Sí, fue mucho tiempo. ¿Qué pasa aquí? Todas las forjas están vacías.

-Jeje de Harth: Ah era eso, sucede que tenemos un pequeño problema. Parece que un monstruo está bloqueado el flujo de magma en la Sima Hueca. Sin magma no podremos trabajar así que esperaremos a que todo se solucione.

-Robert: ¿Por qué no se encargan del monstruo?

-Jefe de Harth: Pues ninguno de nosotros sabe pelear, tampoco hay cazadores por aquí en estos días.

-Robert: Debería limpiar la suciedad en esas gafas, aquí delante tiene a dos grandes cazadores.

-Kirk: ¿Te encargarás?

-Robert: Sí, pero como ya sabes mi compañero aquí presente y yo no trabajamos gratis.

-Jefe de Harth: Lo siento, no disponemos de muchos fondos en la aldea.

Robert negó con la cabeza varias veces con sus brazos cruzados sobre su pecho.

-Robert: No necesitamos dinero.

-Hagdiel: ¿Eh? Pero yo sí-

-Robert: Shhh, calla un segundo Hagdiel y déjame hablar a mí. Queremos equipo de calidad para ambos, arma y armadura, recuerde que no todos pueden ser tan generosos como nosotros y la economía de esta aldea pende de un hilo.

-Jefe de Harth: Admito que sabes negociar bien tus cartas. Está bien, tendrás el equipo pero tardará unos días, puede que semanas, no aseguro nada.

-Robert: Me conformo con su palabra, díganos un poco del monstruo en cuestión.

-Jefe de Harth: La verdad no sabemos cuál fue pero estamos seguro de que es causa de un monstruo.

-Robert: No pasa nada, enfrentarnos a monstruos desconocidos es uno de nuestros pasatiempos favoritos, ¿No Hagdiel?

-Hagdiel: Sí...

-Robert: Entonces nos vamos, vayan pensando en que equipo nos fabricarán. Andando Hagdiel.

Los dos cazadores fueron guiados por uno de los troveros hacia la zona en la que pudiera habitar el monstruo. Una zona llamada Sima Hueca, un hoyo volcánico inactivo, se podía ver gran cantidad de telarañas gigantes, pozas de líquido brillante, grandes formaciones de mineral y hongos bioluminiscentes por todos lados.

-Hagdiel: Telarañas...

-Robert: ¿Pasa algo?

-Hagdiel: No, nada.

Ambos continuaron y encontraron una zona con telarañas por todas partes, también había cadáveres de monstruos que no conocían colgando del techo. Iban a seguir su camino cuando de repente Robert empujó a Hagdiel a un lado para salvarse de una telaraña que terminó pegada en el suelo. Desde la pared los observaba una criatura similar a una araña, pero con tres pares de patas en vez de cuatro. Su exoesqueleto de color blanco con partes anaranjadas y marrones, y su lomo cubierto de púas translúcidas de color morado.

-Robert: No he visto ningún otro monstruo grande por aquí, tiene que ser él. ¿Listo Hagdiel? ¿Hagdiel...?

Hagdiel estaba escondido detrás de una roca observando todo de lejos, no parecía tener intenciones de luchar.

-Robert: ¿Oye Hagdiel? ¿Qué demonios haces?

-Hagdiel: Lo siento Robert, no puedo enfrentarme a esa cosa. Odio las arañas, ¡las odio!

-Robert: *No puede ser que le tema a las arañas.* Pero no es una araña, mira bien tiene seis patas...

-Hagdiel: ¡¿Qué diferencia hay?! ¡Lanza telarañas como una, y mira el aguijón en su abdomen!

-Robert: No tienes remedio, yo me encargaré solo.

El monstruo lanzó más telarañas que Robert esquivó en su carrera, dio un salto para alcanzar al arácnido y atacó usando su katana, pero la araña detuvo el ataque con sus patas e intentó darle con su aguijón.

-Robert: ¡Ni lo sueñes!

Robert soltó su katana y mientras caía al suelo lanzó un cuchillo paralizante, el monstruo siendo más rápido lo evitó moviéndose por las paredes.

-Robert: *Es rápido, si Hagdiel luchara podría frenar sus ataques antes de que yo pudiera contraatacar.*

La araña bajó al suelo y corrió hacia Robert tratando de atravesarlo con sus patas delanteras, Robert las esquivaba moviéndose a los lados pero no tenía oportunidad para un contraataque. En un descuido Robert se deslizó por debajo del monstruo y le hizo un corte a cambio de recibir un pinchazo de su aguijón.

-Robert: *Me confíe, rezaré por qué sea veneno, si es el caso con solo activar mi poder será suficiente.*

El arácnido volvió al ataque y Robert salió disparado de frente, cuando estaba a punto de atacar el cuerpo de la araña empezó a arder en llamas.

-Robert: ¿Qué?

Al girarse vió que Hagdiel había usado un ataque de fuego a distancia. La araña usó sus patas delanteras y se quitó la piel elástica que la recubría para librarse del fuego, iba hacia Hagdiel pero Robert se quedó quieto a la vez que se camuflaba.

-Hagdiel: ¡Robert bastardo! ¿A dónde crees que vas? ¡Robert!

Ahora con sus ojos azules de un intenso color rojo y marcas rojas en el abdomen el monstruo se acercaba a gran velocidad contra Hagdiel que estaba escondido tras la roca, antes de que llegará a él Robert apareció en el medio y cortó a la araña en dos con su katana quedando empapado de un líquido púrpura.

-Hagdiel: ¡Robert! Creí que me habías abandonado.

-Robert: Que asco... No te preocupes, ya me lo pagarás después.

-Hagdiel: Así que fue ese monstruo quien bloqueaba el flujo de magma.

Robert miró hacia unos pequeños ríos de lava que empezaban a fluir nuevamente.

-Robert: Parece que sí...

En ese momento Robert se desplomó sobre el cadáver de la araña.

-Hagdiel: ¡Robert! ¿Qué te sucede?

-Robert: Me alcanzó con su aguijón, creo que me estoy...

-Hagdiel: ¿Muriendo?

-Robert: Durmiendo...

Hubo silencio y luego solo se oían los ronquidos de Robert, Hagdiel lo arrastró por las piernas y lo dejó en el suelo.

-Hagdiel: *¿Y ahora como llevó a este a la aldea?*

NARRA ROBERT:

Resulta que el aguijón de la maldita araña no contenía veneno sino una especie de sustancia para adormecer a sus presas. Supongo que dormí por un buen rato pues cuando desperté me encontraba dentro de una casa en Harth. Salí afuera y me quedé observando como todos trabajaban y el líquido hirviendo hacía burbujas en las calderas.

-Hagdiel: Vaya momento para despertar, ¿sabes el trabajo que pasé para traerte aquí? Hubo instantes en los que pensé lanzarte a la lava.

-Robert: ¿Me culpas a mí? Fuiste tú quien se quedó escondido como una niña asustada mientras luchaba con esa cosa.

-Hagdiel: Perdona, debí haberme quedado observando en vez de lanzar la bola de fuego que determinó tu victoria.

-Jefe de Harth: Vamos no se peleen, fue gracias a los dos que todo volvió a la normalidad, les estoy tremendamente agradecido. No sé preocupen, ya se comenzó a trabajar en los equipos acordados.

-Robert: Por cierto, ¿ Sabe a qué vino Kirk?

-Jefe de Harth: ¿No les dijo? Kirk vino a forjar el arma definitiva.

-Hagdiel: ¿Arma definitiva?

-Jefe de Harth: Sí. La meta de Kirk como herrero es crear la espada definitiva, una que no se rompa y sea capaz de cortar a cualquier monstruo.

-Hagdiel: Increíble.

-Robert: No sé, suena como algo imposible.

-Jefe de Harth: Tal vez pero puede que él lo logre, ya creó la Espada del Héroe de Kokoto, una que por mucho que se usara no perdía el filo, aunque no era irrompible.

-Robert: Vaya, no pensé que Kirk fuera tan impresionante, sabía que era bueno pero no a ese nivel.

-Jefe de Harth: Kirk es un gran herrero capaz de crear leyendas, confío en que cumplirá su meta.

Durante el resto del día ayudamos un poco en las forjas y a recolectar materiales para el trabajo. Ya que teníamos que esperar por los nuevos equipos y a que Kirk terminara su trabajo nos propusimos explorar los alrededores para matar el tiempo. Las zonas de caza cercanas a Harth eran algo completamente desconocido para nosotros por lo cual estábamos muy emocionados.

-Hagdiel: ¿Qué aberraciones como la araña de antes habrá por aquí?

-Robert: No tengo idea, ya lo descubriremos.

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Tomemos un respiro para hablar de un par de cosas. Primero, esta primera parte de la historia ha finalizado, a partir del capítulo XX será una nueva parte situada en otras regiones y con nuevos monstruos y personajes de la cuarta generación de los juegos. Segundo, pasaré un tiempo sin subir capítulos, puede que un mes o más. La razón es simple, como no estoy familiarizado con los monstruos de la cuarta generación quiero tomarme un tiempo para estudiar sus movimientos, ataques y comportamientos, todo para que los combates sean lo más parecido posible a los juegos. Y ya no hay más que decir, esperen con ansias la continuación de esta historia, dejen su buen voto y síganme que no cuesta nada. Se despide:

X_AKUMA

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