Capítulo XI: Un viejo amigo.
NARRA KAEDE:
Cabe destacar que mi hermana estuvo más cariñosa durante el viaje de lo que creo recordar, ¿Dónde quedó la estricta hermana mayor? Como sea, llegamos a Misty Peacks y preparamos el campamento base para nuestra estadía. Robert se puso a afilar su nueva katana mientras explicaba que haríamos.
-Robert: Atentos. Nuestro primer objetivo será la Rathian, es una Wyvern poderosa pero entre todos no representará un problema. Yami espero que no hayas conseguido ese equipo solo con dinero.
-Yami: ¿Por quién me tomas? Este equipo es el fruto de mis recientes cacerías.
-Robert: ¿Quieres agregar algo sobre la Rathian?
-Yami: Si más no recuerdo la primera vez que nos vimos el Qurupeco llamó a una Rathian así que deben haberla visto. A diferencia de los Rathalos las hembras suelen pasar más tiempo en el suelo, una posible estrategia es que yo la entretenga con mis disparos y agote sus energías, mientras Hagdiel me ayuda y ustedes dos traten de cortar su cola, sin su veneno no será tan peligrosa.
-Robert: Me gusta tu plan.
-Hagdiel: ¡Aprobado!
-Kaede: ¡Bien! Hagamos esto y subamos a rango 3 cuanto antes. Por cierto, ¿Qué rango eres hermana?
-Yami: ¿Yo? Soy rango 1.
-Robert: ...
-Hagdiel: ... -una mosca entra en su boca-
-Kaede: ¿Y cómo llegaste a las misiones de cazar Rathian?
-Yami: No hice misiones en el gremio, fui por mi cuenta.
-Robert: ...
-Hagdiel: ... -misma mosca sale de su boca-
-Kaede: Bueno se hace tarde, deberíamos salir cuanto antes.
-Robert: ¡Cierto! ¿Hagdiel dónde está el monstruo?
-Hagdiel: ¿Eh?
-Robert: Dijiste que tu poder te permitía localizar a los monstruos.
-Hagdiel: ¡Ah claro! U-un segundo ahora lo activo -agarra un mapa- Está aquí, en la zona 6. *Ya la cagué.*
-Kaede: Rápido, no quiero perseguir a un monstruo por todo el lugar.
Tomamos nuestro equipo y salimos en dirección a dónde indicó Hagdiel. No sé si sea mi imaginación pero últimamente está ocultando algo. ¿Estará incómodo por lo que dije ayer de él y Robert? Imposible. Hagdiel no se tomaría en serio una broma mía, además ya lo especifiqué ayer, solo bromeaba.
-Hagdiel: *Kaede me está mirando raro. ¿Será que mi increíble figura masculina está surtiendo efecto? ¡Ahhh! ¿En qué estoy pensando? Obviamente sospecha de mí.*
Seguimos por unos metros hasta que Robert propuso hacer una pausa para descansar.
-Kaede: La Rathian se escapará Roberth.
-Robert: No te preocupes, si está en la zona 6 es porque está vigilando su nido en la zona 8, acostumbro a robar sus crías y se las vendo a la Escuela de Entrenamiento.
-Kaede: Que despreocupado...
-Robert: Además estoy exhausto y tengo sed.
-Kaede: ¡Entonces no tomes alcohol! Te vas a destrozar el hígado.
-Robert: ¿Cuál hígado? No recuerdo tener algo así en mi cuerpo.
-Kaede: No tienes remedio, así nunca conseguirás pareja.
-Robert: ¡Cállate! Mi encantadora personalidad atraerá a alguna bella chica, no hables en nombre de todas las mujeres. Para empezar tú no...
-Kaede: ¿Yo... qué? -no está nada contenta.
-Yami: Déjalo en paz Kaede.
-Kaede: Uhhh, no me digas que lo estás defendiendo. ¿Acaso te gusta Robert?
-Yami: ¿Eh? C-claro que no. Yo... este...
-Kaede: Jajajaja. Jajajaja... Cof, cof -tos seca- Esto es lo mejor que he visto hasta ahora, estás enamorada.
-Yami: Ya te dije que no lo estoy.
-Robert: -no sabe que decir-
-Hagdiel: Siento arruinar el intento de escena cómica del autor pero tenemos compañía.
(P.D: Hagdiel está siendo influenciado por las tendencias de Jheroman a romper la cuarta pared.)
Desde un oscura cueva emergió la Rathian con su boca ardiendo en llamas lista para defender su nido. Está dio un gran rugido para avisarnos de que estábamos violando su territorio y trató de alejarnos moviendo sus alas.
-Robert: Parece que no me dejarán beber, pongamos el plan en marcha.
Me desplacé por la izquierda, Robert por la derecha y mi hermana lo distrajo lo suficiente como para que nos diera tiempo de cortarle la cola. Encolerizada nos alejó con el batir de sus alas y lanzó un proyectil de fuego a mi hermana mientras recargaba su arma.
-Hagdiel: ¡Yo me encargo!
En un ágil movimiento Hagdiel sacó su escudo y bloqueó el inminente ataque evitando una posible tragedia.
-Yami: Gracias, casi no lo cuento.
-Hagdiel: No hay de que, somos compañeros.
La Rathian alzó el vuelo y disparó más bolas de fuego desde la altura las cuales evitamos corriendo de un lado a otro. Aprovechando que nos habíamos alejado subió hasta un árbol muy alto y se posó en la copa.
-Robert: Maldita sea. ¡Baja de ahí!
-Yami: Mi turno.
Yami sacó una mira telescópica y la equipó en su arma, cargó un disparo y tras apuntar disparó un proyectil más largo que explotó al impacto derribando al monstruo.
-Kaede: Gracias hermanita.
Activé mi poder y me moví rápidamente para realizar un corte vertical en el vientre de la criatura antes de que tocará el suelo.
-Hagdiel: Buen movimiento Kaede.
-Robert: ¡Cuidado sigue viva!
Me volteé pero ya era tarde desde el suelo con sus últimas fuerzas la Rathian disparó un bola de fuego en mi dirección, creí que iba a morir pero Hagdiel apareció de la nada y se interpuso recibiendo el ardiente fuego en su espalda.
-Robert: ¡Hagdiel!
-Kaede: ¡Hagdiel reacciona!
-Yami: Denle la vuelta, debe tener quemaduras de al menos tercer grado, hay que aplicarle compresas frías hasta que su temperatura disminuya a 36°.
-Kaede: Buscaré las compresas.
-Yami: Espera un momento.
Robert volteó a Hagdiel boca abajo y había algo que no cuadraba. Su armadura estaba destrozada por la cercanía del ataque pero su espalda no tenía la más mínima herida. Yami procedió a revisar sus signos vitales.
-Yami: Solo está inconsciente, de hecho lo está desde unos segundos antes de recibir el impacto, de seguro un ataque de pánico.
-Robert: Menos mal, pensé lo peor.
-Yami: Sigo confundida, no tiene ningún indicio de haber sido quemado, lo único que lo confirma es su temperatura corporal, estaba muy elevada.
-Kaede: ¿Creen que sea su poder?
-Robert: Antes me dijo que su poder era localizar los monstruos, en caso de no ser así no veo el por qué ocultarlo.
-Yami: ¿Qué secretos esconderá su cuerpo? ¿Lo puedo diseccionar?
-Robert: ...
-Yami: Estoy bromeando.
-Kaede: Por cierto hermana, no pareces interesada en saber a qué poder nos referimos, ¿Acaso ya lo sabías?
-Yami: Tan acertada como siempre, me has atrapado.
-Kaede: ¿Por qué no me lo dijiste?
-Yami: Mamá tenía poderes muy raros, se suponía que yo los heredara, por eso no te lo conté nunca.
-Kaede: Aún así debiste decirme.
-Yami: ¿Para qué hacerlo si nunca me haces caso? Te dije que dejaras de lado esa estúpida venganza y me hiciste caso omiso, no sabes lo preocupada que estaba por si te pasaba algo. Perdonen pero necesito un tiempo a solas.
Yami recogió sus cosas y se fue al interior de la cueva.
-Kaede: Parece que lo he arruinado otra vez.
-Robert: No te preocupes la traeré de vuelta, vigila a Hagdiel por mí.
-Kaede: Está bien.
Robert fue detrás de mi hermana y me quedé cuidando de Hagdiel.
-Kaede: ¿Tendrá fiebre?
Puse mi mano en la frente de Hagdiel y de repente el paisaje frente a mí cambió, me encontraba en un espacioso sitio enteramente de blanco.
-Kaede: ¿Dónde estoy?
-¿?: ¿Kaede?
Me di la vuelta cuando una voz familiar dijo mi nombre, a pesar de lo que veía no podía creerlo y mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría.
-Kaede: ¿Eres tú? ¿Papá?
-Daisuke/Padre: Has crecido tanto.
Corrí a abrazar a mi padre pero cuando estuve cerca de él una misteriosa fuerza me impidió pasar.
-Kaede: ¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo acercarme?
-Daisuke: De este lado solo podemos estar quienes abandonamos el mundo de los vivos.
-Kaede: No lo entiendo. ¿Qué es este lugar?
-Daisuke: La frontera entre la vida y la muerte, un sitio donde nos encontrarás a nosotros tus seres queridos.
Observé alrededor y vi a muchas personas que conocía y murieron en el ataque de la aldea, seguí buscando entre la multitud pero faltaba alguien.
-Kaede: ¿Dónde está mamá?
-Daisuke: Lo mismo me pregunto, la he buscado desde que llegué y nunca la encontré.
-Kaede: ¿Entonces ella...?
-Daisuke: Aún no ha muerto.
-Kaede: Pero ustedes me contaron que había muerto durante el parto.
-Daisuke: Juraría que fue lo que vi pero no parece ser la realidad.
-Kaede: Papá hay algo que quiero saber. ¿Que tipo de poder tenía mamá?
-Daisuke: Me gustaría poder decirte pero tu madre tenía muchas habilidades que iban más allá de mi comprensión. Nunca supe quien era en realidad hasta que estuvo embarazada de tu hermana y me lo contó todo. ¿Quién iba a decir que me casaría con una diosa de más de mil años?
-Kaede: Hay alguien más que quisiera ver pero no está aquí.
-Daisuke: Tal vez esté hablando con otra persona, quien sea solo piensa en esa persona y podrás verla.
-Kaede: Volveré papá, no sé cómo pero te prometo que regresaré.
-Daisuke: Adiós cariño, te estaré esperando.
Me concentré en la persona que quería ver, abrí los ojos y ahí estaba frente a mí.
-Jheroman: ¿Kaede?
-Hagdiel: ¿Qué haces aquí?
-Kaede: Lo mismo pregunto. ¿Moriste mientras estaba aquí? No, estás del mismo lado que yo.
-Hagdiel: Siento no haberles dicho, mi poder me permite ver a quienes murieron mientras estoy dormido o inconsciente, por favor no le digas a los demás.
-Kaede: No sé por qué quieres ocultarlo pero te prometo que no diré nada solo con una condición.
-Hagdiel: Adelante.
-Kaede: Que me dejes venir a hablar con mi padre cada semana.
-Hagdiel: Mmm, hecho. Por cierto ¿Cómo llegaste?
-Kaede: No lo sé solo revisé tu fiebre y aparecí aquí.
-Hagdiel: Debió ser eso, contacto físico. Debemos irnos antes de que alguien se de cuenta. Adiós Jheroman.
-Jheroman: Adiós, no te preocupes Kaede, podemos hablar en otra ocasión.
-Kaede: Está bien.
Luego todo volvió a la normalidad y estaba durmiendo sobre el pecho de Hagdiel, me aparté rápidamente y esperé a que despertara.
-Robert: Vaya, vaya. Por fin despiertan.
-Yami: No me lo esperaba de ti Kaede, eres más atrevida de lo que creí.
-Kaede: ¡Solo me quedé dormida vigilando!
-Yami: Sí, dormida.
-Robert: Espero que los dos hayan recuperado sus energías con el poder del amor, hoy nos toca de noche.
-Hagdiel: -no comprende la situación-
-Robert: El Nargacuga sale a cazar de noche y ataca a los colectores que vienen aquí a buscar materiales evitando a los monstruos diurnos, debemos cazarlo o de lo contrario volverá de nuevo.
-Kaede: Yo siempre estoy lista.
-Hagdiel: Yo también estoy preparado.
-Robert: Negativo, te quedas en el campamento base.
-Hagdiel: ¿Por qué? No puedes hacerme esto.
-Robert: Sí puedo, tu armadura está destrozada y ni siquiera puedes mover los brazos. Regresa al campamento base por la ruta segura y descansa hasta que volvamos.
-Hagdiel: Pero y sí...
-Robert: Estaremos bien, confía en tus amigos.
-Hagdiel: Bien, suerte a todos.
Un poco decepcionado Hagdiel se fue hacia el campamento mientras que nosotros avanzamos bajo la protección de la noche hasta donde se avistó al Nargacuga.
-Robert: Debería estar cerca, no bajen la guardia y tírense al suelo en caso de que ataque.
Sentí un poco de ruido en unos arbustos cercanos y me tiré al suelo pasando el monstruo a escasos centímetros sobre mí.
-Robert: No lo pierdan de vista, Yami.
-Yami: ¡Sí!
-Robert: Busca una posición elevada y cúbrenos con disparos perforantes de nivel 2.
-Yami: Déjamelo a mí.
-Robert: Kaede en caso de que se acerque a ti esquiva sus ataques hacia la izquierda, siempre tratará de acorralarte por ese lado.
-Kaede: ¿No sería mejor por la derecha en ese caso?
-Robert: Si esquivas a la derecha cuando salté caerá sobre ti.
-Kaede: Entiendo, a la izquierda.
El monstruo atacó a Robert y efectivamente, intentó atraparlo por la izquierda y de un salto esquivado por Robert cayó del otro lado.
-Kaede: Es más fácil de lo que creí.
El Nargacuga corrió hacia mí de frente y salté sobre el sujetando su cuello para no caerme.
-Kaede: ¡Quédate quieto monstruo!
Aumenté mi fuerza con mi habilidad y hundí mis dedos en sus cuello perforando varios vasos sanguíneos de la zona.
-Kaede: Que asco, es tu culpa.
Con mi espada desenvainada apunté a su cabeza pero una explosión me hizo retroceder.
-Robert: ¡Yami te dije que usaras perforantes!
-Yami: ¡Yo no disparé!
Desde un árbol saltó un extraño con una armadura roja y negra y con una espada corta atravesó la cabeza del Nargacuga.
-Robert: ¡Oye esa es nuestra presa! Va contra las normas robar el objetivo de otro cazador.
-Kaede: Tranquilo Robert, igual nos quedaremos el botín.
-¿?: ¿Dijiste Robert?
-Kaede: Sí, ¿Quién eres?
El extraño se quitó su casco revelando su rostro, admito que es bastante apuesto aunque no es mi tipo, le tengo algo de envidia por su largo y sedoso cabello.
-¿?: ¿No me recuerdas Robert?
-Robert: Muy popular con las chicas, una envidiable cabellera, mmm, lo siento. No recuerdo a nadie llamado Enrique.
-Enrique: Pero si acabas de mencionar mi nombre. Claro que me recuerdas.
-Robert: Tch, ha pasado tiempo.
-Kaede: *Este tipo parece bien arrogante, no me agrada en absoluto.*
-Robert: ¿Qué haces aquí?
El tipo ignoró por completo a Robert y fue hasta donde estaba mi hermana y se arrodilló agarrando su mano.
-Enrique: Que hermosa dama, dime, ¿Que hace alguien como tú junto a ese tipo de ahí? -señala a Robert-
-Robert: Escúchame cuando te hablo.
-Kaede: Aléjate de mi hermana fenómeno. -lo golpea en la cara sin piedad-
A pesar de caer al suelo del puñetazo que le di se puso de pie y tomó mi mano.
-Enrique: ¿Eres su hermana? También eres muy bonita pero ser tan violenta te resta feminidad.
Es la gota que colma el vaso, agarré mi cuchillo pero mi hermana me agarró de los brazos.
-Kaede: ¡Repite eso fenómeno!
-Enrique: Jajaja, son tan lindas. Te diré a que he venido Robert.
-Robert: Por fin.
-Enrique: Hace unos días le conté a tu padre que vendría por si quería enviarte un mensaje, me dijo que regreses, está muy enfermo y quiere verte antes de morir.
-Robert: Gracias Enrique.
-Enrique: No hay de que, estaré un par de días en este continente y regresaré también. No vemos Robert, señoritas.
Después de que se fuera Robert se quedó muy pensativo.
-Kaede: ¿Quién era?
-Robert: Enrique, un viejo amigo de la ciudad en la que vivo. Es hijo de un poderoso duque, por eso es tan “tranquilo”.
-Kaede: No sé que es un duque pero se ve como alguien importante por la manera en que lo dijo.
-Robert: Parece que a mi padre se le termina el tiempo.
-Yami: Deberías volver, tal vez sea la última vez que lo veas y me sentiría mal si te quedaras a ayudarnos. Regresa a la aldea y ve al puerto a tomar un barco. Es más te acompañaremos.
-Robert: Gracias chicas, vamos a recoger a Hagdiel, aunque sería divertido dejarlo aquí por unos días.
Recogimos el botín del Nargacuga y regresamos a la aldea por supuesto tras recoger a Hagdiel. Ya en Yukumo Robert reunió las cosas que había traído a su nueva casa y tomamos otro transporte hacia el gran puerto, el sitio al que entran y salen todos los barcos en Midland. Tal vez algún día yo también salga al mundo exterior.
CAPÍTULO XI: Un viejo amigo.
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