última noche, despedidas frías

CAPITULO 6

El salón del palacio real se impregno de un gran silencio, amargo silencio, que a continuación se rompería por la voz del adulto mamodo que anunciaría todas las reglas sobre el gran importante, aunque cruel, torneo. Todos los mamodos intentaban estar atentos pero sin poder evitar pensar en todos los problemas y miedos que por sus cabezas pasaban.

-Está bien, por favor, prestar atención, porque esto sólo se repetirá una vez, los mamodos que no se enteren deberán apañárselas, no pienso responder preguntas y mucho menos protestas- anunció muy serio aquel mamodo-

Los mamodos no pudieron evitar poner un gesto muy amargo, -'' menudo hombre tan antipático''- Pensó Rose, obviamente todos estaban molestos al tener como jefe de la corte real y anunciador del torneo a un hombre que era tan egoísta y tan amargado, todos los mamodos tenían derecho a hacer sus preguntas o quejarse, pero no, ese hombre se creía que debían obedecerle con crueldad, sin duda, ojala el próximo rey anulara esos crueles torneos. Era lo que casi todos deseaban, todos los buenos mamodos se impulsaban para ganar sobre el deseo de anular esos torneos donde debías enfrentarte con tus amigos, debías herir para ganar, debías ser cruel, sin mencionar a los malos mamodos, los mamodos que poseían malos sentimientos solo pensaban en eliminar todos los débiles posibles para quedarse con el trono y mandar sobre todo el reino como a ellos les diera la gana, sin importarle sus súbditos, imponiendo sus propias leyes, sin duda, ese torneo iba a ser enormemente duro, enormemente amargo, y no dudaría poco, pero gran parte de los buenos mamodos tenían en su cabeza la gran pregunta : ¿ y si no encuentro a mi pareja humana? ellos temían a enfrentarse a los mamodos, sí, pero más temían a la soledad, estar sin un hogar, sin nadie, sin su pareja humana, rodeado de enemigos que intentarían atacarles, sin sus familias, sin sus mejores amigos... Por el contrario, los mamodos fuertes, no temían nada de estas cosas, ellos sostenían que no necesitaban a nadie, pero que si era la regla, formaría pareja con un humano, solo por ganar, como era el caso de Brago y muchos mamodos más.

Rose seguía al lado de Kolulu, cogidas de la mano, nerviosas, es cierto que Rose estaba intentado prestar atención pero más de una vez no podía evitar seguir mirando a Brago que seguía apoyado solo en aquella pared, cerca de Brago, Zeno, sonriendo con maldad, ambos muy interesados en todo lo que aquel anunciador estaba diciendo.

- ¿Veis esto? - fríamente el anunciador sacó un extraño libro con letras ilegibles que mostró a todos los mamodos- Esta será vuestra arma en el campo de batalla, como veis no lo podéis leer, estas extrañas letras solo pueden ser leídas por un humano, deberéis formar una alianza con el humano que encontréis que sea capaz de leer vuestro libro, de esta manera provocaremos un pacto de unión entre los dos mundos, pero atención y esto es importante, el humano solo podrá leer los conjuros uno por uno, no dispondréis de todos ellos, debéis descubrirlos junto al humano que tengáis como pareja a lo largo de todos vuestros combates, estos conjuros son desatados por deseos de ganar, por vuestras motivaciones, rabias o cualquier sentimiento fuerte que sintáis, a continuación os otorgaremos el libro, deberéis ir entrando a aquel cuarto de allá - señaló un pequeño cuarto con la puerta cerrada- y os otorgaremos uno de los cien libros a cada uno, de acuerdo con vuestras personalidades el libro actuará de una forma u otra, claramente debe ser en privado, puesto que no querréis que vuestros oponentes escucharan que tipo de conjuros usareis, ¿ no es cierto? el libro se ajustará a vosotros, si sois mamodos débiles, vuestros conjuros serán débiles, si sois fuertes, lo contrario, y por último no olvidéis lo más importante: en el mismo momento que piséis el mundo humano, vuestro libro es vuestro tesoro, vuestro nuevo órgano, el libro será vuestros sentimientos, todo, ahora ir pasando por este cuarto, os iremos llamando a los cien uno por uno y se os entregará el libro con ciertas cosas que os explicaré, la última regla la daremos mañana, en el gran árbol justo antes de ser enviados al mundo humano, a las 8:00. -

Dicho esto bajó del escenario y se introdujo en aquel cuarto, los mamodos se miraban unos a otros preguntándose que secretos oscuros esconderán esos libros, asustados, ¿ qué conjuros se les otorgaran a los débiles? ellos no podrán pelear con malos conjuros, pero ... como dijo el anunciador de la corte, ese libro depende de todas sus personalidades, depende de ellos todo el poder del libro, los mamodos fuertes, como Zeno, se sentían orgullosos pensando que grandes poderes les otorgaría ese libro.

-¿Cual crees que será esa tercera regla? , Uhm, todo esto resulta tan extraño, me siento tan asustada, Rose...- Kolulu tenía su mirada perdida- no seré capaz de hacer daño a nadie, no sé qué hará ese libro conmigo - su mirada fue dirigida a Rose cuando sintió que esta le apretó la mano-

-Kolulu... - Rose la miró realmente decisiva y con fuerza en sus palabras- Debemos ser fuertes, debemos serlo, no importa que no ganemos el trono, es en lo menos que pienso, solo quiero acabar pronto, debemos demostrar que nosotras somos unas fuertes personas, juntas superaremos todo - Kolulu sintió esa fuerza que le transmitía su gran amiga y la miraba asombrada- todos tenemos problemas Kolulu, pero precisamente por eso se llaman problemas, para superarlos - miraba a su amiga decisivamente-

-Rose... - Kolulu estaba asombrada ante el gran valor de su amiga- Sí, sí, sí - su mirada cambió- Lo haremos Rose, seré fuerte, tanto como tú - sonrió una gran sonrisa mientras sus rosados ojos brillaban-

-Sí... sí así Kolulu - sonrió alegre por su amiga, pero de pronto algo se escuchó lo que provocó que Rose quitará la atención de la mirada de su querida y amable amiga-

El primer nombre, se escuchó por un gran altavoz en toda la sala, el primer mamodo llamado, fue Zeon. Orgulloso, mostró una gran y malvada sonrisa enseñando sus amplios colmillos, y se dirigió a la sala abriéndose paso en todos los que se apartaban con temor de su camino . Entró en la sala, todos los mamodos estaban extrañados, pasaron unos diez minutos. Zeon salió orgulloso del cuarto con un gran libro de color plateado/blanco , y dirigiéndose a la puerta del palacio real, topándose con su asustado hermano mientras todos los mamodos callados miraban asustados y asombrados a Zeon, vieron como le dirigió un susurro que solo su hermano rubio escuchó, y dicho esto salió de la sala, nadie sabe qué le dijo a su hermano, pero Zatch permaneció con los ojos en blanco y una gran mirada perdida llena de temor, de gran miedo. Kolulu y Rose realmente se sintieron muy apenadas y triste por el rubio Zatch, ante esa escena, Brago mostró su indiferencia, mientras todos los mamodos se mostraban preocupados, él ni abría los ojos para observar aquellas escenas, realmente su entorno no le importaba, quizás solo tendría la cabeza en la batalla.

Se escuchó de nuevo otro nombre en el altavoz, Rose abrió sus ojos todo lo que pudo, al escuchar ese nombre tembló. Kolulu mostró una expresión muy preocupada, Rose sentía que sus piernas le temblaban, con sus grandes ojos rojizos, contemplaba la escena. Brago, el segundo mamodo llamado, toda la gente cuchicheó con miedo, en la sala se podía escuchar por susurros de todos los mamodos - '' Brago, debemos temerle''- , -'' que miedo enfrentarme a él ''- , - '' Oh no, Brago nos destrozará en el torneo''- . Brago se movía entre todos los mamodos caminando lentamente con seguridad, mientras todos se abrían a su paso, el mamodo oscuro entró en el cuarto. Rose seguía mirando aquel cuarto donde él entró mientras agachaba la mirada - '' todos se equivocan... Brago no es así, no era así...''- unas lágrimas querían bajar por sus mejillas, pero no podía mostrarse débil después de todo lo que le había dicho a Kolulu, ella debía ser fuerte, como dijo y pensaba.

Pasaron diez minutos, Brago salió con un libro realmente negro y oscuro bajo su brazo, dirigiendo miradas realmente temidas a todos los mamodos, callado, se fue de aquel gran salón, Rose sintió su corazón vacío,¿ realmente ni notó que ella estuviera ahí? ¿Realmente le dio igual todo? ¿Realmente la había olvidado?

El tiempo fue pasando, todos los mamodos fueron llamados uno por uno y permanecían unos diez minutos en aquel cuarto, a continuación salían con una cara distinta a la que habían entrado, y con su libro bajo el brazo abandonaban la sala. Rose se fijó en todos los libros, era realmente curioso, los colores de los libros respondían correctamente con alguna cualidad o rasgo de las personalidades de los mamodos que ella conocía, por ejemplo, Reycom, salió con un libro de color azul, un azul apagado, como el hielo helado, sí, todos sabían poco de él y le veían muy frío, ¿ he de ahí el color de su libro? Ni idea, pero, algo sabía Rose, esos libros escondían grandes poderes, misteriosos, oscuros, y mucha personalidad.

Hyde, salió con un libro muy azulado , parecía el mismísimo cielo, ¿quizás eso se debía a lo alto que llegaba levitando con su Skate? a veces cuando Rose lo veía pasar era como si, como si llegara al cielo, sí. Cuando salía de el salón pasó por el lado de Rose y le dedicó una seria aunque alegre sonrisa, -'' te deseo mucha suerte, mañana nos veremos ''- dicho esto abandonó la sala. Rose se alegró mucho de este gesto por su parte, si algo podemos decir, es que ese chico realmente le inspiraba cariño siempre que le saludaba desde el día que lo ayudó, él realmente cambió, aunque simplemente lo veía como un buen amigo, pero poco a poco, no podía evitar mirarlo de vez en cuando o sentir un ligero sonrojo cuando él la saludaba. Kolulu había notado esto, y realmente, se sentía feliz si ese chico podría quizás hacer que ella pensará menos en Brago, para Kolulu Brago era un chico muy oscuro, para poseer una amistad tan sincera como la de Rose.

Zofis, salió con su libro morado demasiado oscuro, ¿Por qué morado? resultaba confuso, quizás porque era el color que solía llevar en sus vestimentas, o porque sus sentimientos manipuladores eran oscuros, con la mirada fija y una diabólica sonrisa salió de la sala. Rose y Kolulu realmente sentían una gran curiosidad, ¿ qué era lo que anunciaban dentro de ese cuarto en privado?, Entonces pasó, el nombre de Kolulu sonó antes que el de Rose, Kolulu aterrada, dirigió una mirada a Rose mientras todos los mamodos las observaban , Rose le dirigió una mirada simple pero cargada de mucha fuerza, asintiendo con su cabeza animándola a entrar, Kolulu se movió temblando hasta aquel cuarto, Rose esperó a su amiga nerviosa, los diez minutos pasaron, Kolulu salió con un libro de color lila rosado, llevaba encima de ella una gran mirada de terror, y iba casi cayéndose al suelo, Rose corriendo acudió en su ayuda y la cogió de un brazo.

-¡ Kolulu, Kolulu! - gritaba su nombre, preocupada- ¿Qué pasa, que te ha pasado?- su preocupación por el estado de su amiga aumentaba por momentos-

-Rose... Soy demasiado buena para este torneo, me han explicado, que debo luchar, estoy obligada a luchar...- Kolulu fue interrumpida por Rose-

- ¿Pero por qué te asustas? ya hemos hablado de eso, ya lo sabes debemos ser fuertes, las dos sentimos lo mismo- clavó sus ojos en Kolulu mientras la sostenía-

-Rose, déjame acabar, este libro, esconde otra personalidad, cuando un conjuro mío sea leído, la Kolulu que conoces desaparecerá, estoy obligada a luchar- dicho esto rompió a llorar-

- ¿Cómo? realmente...- Rose apretó sus puños- ¿Realmente debemos tener un rey que permita esto? nos obligan a esto, Kolulu, te protegeré, lo prometo - dicho esto abrazó a Kolulu- no temas, yo estaré a tu lado-

De pronto, de gran altavoz se escuchó fríamente el nombre de Rose, asombrada y decidida a proteger a su amiga, protestaría por aquella crueldad, dejó a Kolulu en un asiento, dedicándole una mirada segura de ánimos, y se dirigió hasta el misterioso cuarto.

Rose con mirada decidida abrió aquellas grandes puertas, dentro, encontró un gran cuarto, frío y oscuro, adornado simplemente por unos horribles cuadros, y en frente de ella se encontraba una gran mesa de oficina, al otro lado de la mesa, el mamodo que les anunciaba todo aquel tema del torneo, ella se sentó en la silla, dispuesta a escucharlo, pero sin olvidar a Kolulu, justo cuando iba a protestar el hombre la hizo callar con un gesto.

- Te advierto que si protestas correrás la misma suerte que tu amiga, es un torneo , y no admitimos débiles, un rey debe saber tomar decisiones duras y importantes, debe saber lo que está en su poder lo que puede eliminar y lo que no, eso esperamos de todo esto, así que atiende- le dedicó una mirada gélida a la que Rose se sintió demasiado débil, se puso nerviosa y decidió escuchar lo que él le iba a decir- Bien niña, este es tu libro, - asomo su mano dejando ver un libro como él de todos, solo que este era de un color rosa muy puro- tiene un buen color, quizás seas de esos mamodos con personalidad amable, pero esta amabilidad debes anularla completamente en el torneo, supongo que los poderes de tu libro serán potentes y transparentes como tu personalidad demuestra, aprovéchalos y encuentra un humano con el que batallar...- quería continuar hablando pero fue interrumpido por Rose-

- ¿Acaso un buen rey permitiría todo esto? - Rose agachó la mirada, apenada- La amable Kolulu, la habéis echo llorar, de verdad otorgáis otras personalidades?-

-Sí , - contestó él fríamente- los mamodos negados a batallar, son obligados a luchar en el torneo, si no complicaría todo el proceso y ese es el único método- le miró firme-

- ¿Él único método? - Rose levantó la cabeza y le dirigió una mirada llena de odio mientras gritaba- ¡ Os aprovecháis de nuestras debilidades, nos obligáis a abandonar nuestros hogares y a combatir entre nuestros amigos y conocidos, y existen mamodos que desean gobernar malignamente todo el reino! ¿Acaso no importamos? - Sus lágrimas llenas de ira comenzaron a resbalar por todas sus mejillas-

- ¡BASTA! - dio un gran golpe en la mesa y se levantó de su asiento - no pienso escuchar más quejas, coge tu libro y vete, sacarla de aquí - dos guardias en la sala que estaban quietos se movieron hacía Rose, ella se negaba pero esos guardias eran realmente fuertes, la cogieron de los brazos y la echaron de la sala-

Rose, frustrada, sin haber podido hacer nada por su amiga y todos aquellos mamodos buenos obligados en este torneo, se sintió apenada, no le quedaba nada más que simplemente coger el libro , animar a su amiga , dedicarle unas buenas palabras para hacerla sonreír, y salir de ese salón tan oscuro que parecía el cuarto del miedo.

Solo quedaban los mamodos más débiles en toda la sala, los únicos en entrar, entre ellos Zatch, y Kanchome, cuando Rose y Kolulu con sus tristes miradas estaban dispuestas a irse, se toparon con el rubio Zatch, el cual se percató de esas miradas tan tristes, Zatch mientras las miraba se dirigió a ellas.

-¿Por qué estáis tan tristes?- preguntó el chico rubio observándolas con sus grandes ojos anaranjados -

-Zacth, ya sabes la causa, este torneo es cruel, debes tener cuidado - dijo Kolulu, dispuestas a marcharse Zatch las paró -

-Vosotras tenéis una gran amistad, siempre os veo juntas, todos lo sabemos mientras estéis juntas, podréis con todo, ojala yo pudiera decir lo mismo de algún amigo, pero, no poseo ninguno - su mirada se tornó triste- os prometo que me convertiré en rey y eliminaré este torneo- después de decir estas palabras todos los que quedaban se rieron de él, diciendo que era el más débil y que jamás podría ni siquiera tener esa idea, Zatch se sintió aplastado-

-Seguro... seguro que si tuviéramos un rey como tú, este pueblo estaría en paz - Rose le sonrió, Zatch se asombró, era la primera vez que alguien hablaba así a Zatch, se sintió realmente feliz y motivado, después de esto Kolulu y Rose siguieron su camino dejándolo atrás, abandonando el palacio-

La noche pasó lenta, quizás la más lenta de toda la vida para ellos, pocos mamodos pegaron ojo, una noche fría, con miles de pensamientos en sus cabezas, solos, tristes, la última noche con sus familias, la última noche que podrían hablar con sus amigos sin pensar en enemigos, la última noche en sus hogares.

Amanecer, temprano. El frío se notaba en las calles los mamodos con miradas decididas anduvieron hacia el gran árbol que conectaba los dos mundos, las 8:00 todos se encontraban allí con sus respectivos libros, los débiles, los mejores amigos, los más fuertes, los cien mamodos escogidos para tener la oportunidad de ser reyes.

Rose y Kolulu juntas, decididas a superar todo juntas, Brago a lo lejos de Rose, con mirada fría, seria, decidida y calculadora, analizando todo, Zofis y Zeno sonriendo maliciosamente, Zatch aterrado, todos los mamodos estaban decididos a aceptar que debían ir al mundo humano. Rose no podía evitar posar su mirada en Brago, pensando como actuaría si se encontrará con él en el torneo, pensando en su fría mirada, pensando en que si se encontrará con él, haría todo lo que fuera para traer al antiguo Brago de vuelta.

El silencio reinaba, el anunciador, con una mirada fría, anunció la última regla en un discurso:

- A continuación estáis a punto de cruzar la línea entre nuestros dos mundos, a cada uno se os enviará a un lugar de la tierra, donde el gran árbol decida dejaros caer, los humanos que puedan leer vuestros libros será debido a que comparten algún gusto, situación o sentimiento en común con vuestra personalidad, he de ahí que puedan leer vuestro libro que refleja vuestra personalidad, debéis encontrarle, y la tercera regla , si queman vuestro libro, volveréis aquí , estaréis fuera de optar por la corona, el humano con el que hayáis formado pareja, no volveréis a verlo, y no importa los lazos que hagáis en ese mundo, no olvidéis anular vuestros sentimientos en todo, o lo pasareis muy mal, todos son enemigos, y recordar... perder y volver como perdedores a vuestros hogares,... o luchar como héroes y optar por ganar la corona, el torneo ACABA DE COMENZAR - dijo esto último gritando, el gran árbol comenzó a brillar más que nunca, todos los mamodos se pusieron en circulo rodeándolo dispuestos a ir al mundo humano.

-Rose... - Rose agarró la mano de kolulu cuando se encontraban dispuestas a cruzar el portal-

- Te buscaré, lo prometo- le dedicó una segura sonrisa a su amiga-

Dicho esto, los mamodos, con mirada decidida y seria, se dispusieron a cruzar ese luminoso portal.

¿Qué pasará en el gran y cruel torneo? ¿Cómo será el primer contacto de los mamodos con la tierra? ¿Cómo encontraran a sus humanos? Y ... ¿ Qué pasará con la gélida situación en la que se encuentran Brago y Rose?

FIN DEL CAPITULO 6

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