Nine-Headed Demon
Espero que les guste~
Nota: Para esto, me base en una teoría que realmente me gustó. Dice que Nine pudo haber sido elegido para ser el guía del presagio, quien al nacer en su momento correcto y sin saber nada necesitaría ayuda para cumplir su destino. En sus principios, Nine estaba feliz de ayudar, de salvar ese mundo y ser un héroe de cierta manera pero con cada ciclo que pasaba, las cosas cambiaron. Dudo, sintiendo que lo que hacia era incorrecto, llegando a encariñarse con el presagio al que debía guiar. Es como una versión resumida de la teoría que leí pero es muy larga para explicarlo xD
Nota-2: Como siempre, lo hice más dulce :3
Nota-3: En todo caso, es algo que salió de mi mente y no pude evitar escribirlo. Puedo admitir que mi mente divago un poco de más ^_^
Unos días después de todo el asunto de salvar el mundo, MK se acuesta con el estomago lleno de su sopa favorita y se acurra en su cama, abrazando a Momo contra su pecho, permitiendo que la calidez de la comida anterior lo termine de adormecer, cayendo profundamente dormido en poco tiempo.
Ahí es cuando su sueño empieza. Esta oscuro y siente que esta acurrucado, como si estuviera descansando. Esta en un lugar pequeño, aunque no lo suficiente como para hacerlo sentir apresado o algo así, solo tranquilo y cálido, con algo en su interior zumbando débilmente. Siente que espera algo, que ha estado mucho tiempo allí entre consiente y dormido pero entonces, un crujido resuena en su pequeño lugar y antes de que pudiera reaccionar, algo de luz se filtra. Ilumina directamente su rostro, lo ciega.
-Es tu hora, pequeño- es el susurro de una mujer, una que siente conocer pero al mismo tiempo no, aunque no tiene mucho tiempo para pensar en eso antes de que la oscuridad se quebrara y rompiera, revelando un mundo lleno de color. Siente curiosidad por todo lo que puede ver y sentir de manera repentina, colores y sensaciones a los que no puede ponerle nombre en su momento pero que al mismo tiempo reconoce vagamente, confusión de estar allí, sintiéndose mayor que nunca a pesar de su largo descanso. Su cola, porque sabe de alguna manera que luce como un mono, se agita cuando escucha pasos ligeros que se acercan.
-Gracias por despertar a tiempo, presagio- y ahí esta, el demonio cuyo cabello parecen ser serpientes, de piel escamosa de un tono verde en particular y ojos brillantes que casi lo observan con algo que cree que puede ser orgullo, incluso si no puede entenderlo del todo. -Seré tu guía, en esta vida y en todas...- extiende su mano con una sonrisa amable y MK solo puede observarlo, curioso, antes de que levantara su propia mano para aceptar aquel gesto. -...puedes llamarme Nine- su toque es frio pero al mismo tiempo, extrañamente cálido, así que no puede evitar que su agarre se vuelva un poco más firme. Él es su guía, lo lleva directo a donde necesita estar, le explica con total emoción su tarea en ese mundo y lo lleva hasta los guardianes, dedicándole una sonrisa ante cada prueba lograda. Toma incluso su mano cuando se dirigen hasta el final, observando por minutos las grandes grietas que se forman en el cielo y no dice mucho.
Todo termina cuando llega al pilar y se adentra a la luz.
Se despierta con un sobresalto, su mente corriendo en un intento de comprender lo que vio. Esta temblando, intentando concentrarse en su respiración, sus manos aferrándose a sus sabanas con fuerza apenas controlada para no romperlas. La imagen de humano cae, dejándolo como un mono, cuyo pelaje esta erizado y la cola se agita. Hay una parte de si que esta aterrado, porque ese sueño se sintió como un destino que casi cumplió pero hay otra, una pequeña parte, que se siente aliviado, como si le hubieran devuelto algo que no supo que perdió realmente.
Es raro y confuso pero decide no pensar mucho en eso, aunque ahí no se detiene. Se vuelve un sueño recurrente, algo que sucede en cada noche y siempre empieza igual, pero con cada uno, siente que algo es diferente, que algo va cambiando gradualmente. La expresión del demonio, quien en algún punto dice que se llama Nine-Headed Demon, se ablanda. La expresión de emoción pura que tiene la primera vez dura un tiempo pero lentamente, parece decaer, volviéndose algo más suave. A veces, luce apenado, como si no estuviera del todo seguro de su deber allí. En otras, luce triste, al borde de las lagrimas casi cuando sus ojos se encuentran. En pequeñas ocasiones, se ve enojado, como si verlo le recordara algo que lo llena de furia. Pero en su mayoría, luce cariñoso, feliz de verlo y al mismo tiempo, con una angustia profunda, sabiendo lo que sucederá.
Siguen el mismo recorrido de siempre, a veces al instante y otras veces tardan más de lo debido, en ocasiones el demonio es callado pero en otras, es conversador. Aunque en todos, caminan tomados de las manos.
MK, despierto y aun confundido, dibuja. El rosto del demonio llena hojas y hojas, con expresiones diferentes y en algún punto, puede dibujarlos juntos. Se ve a si mismo en su propio cuaderno, aunque diferente, de expresión perdida y pelaje más esponjado, con un porte más recto y de soldado. Se ve a si mismo al lado del demonio, mirándolo y hasta escuchándolo, siguiéndolo ciegamente, confiando en quien se presento como su guía en cada despertar. Son recuerdos, es algo que tarda un poco en darse cuenta, recuerdos de los ciclos anteriores. Eran suyos, cuando no era más que el presagio que debía morir para salvar a todos, cuando no era más que una herramienta para un fina y con cada sueño, siente que algo en él se recupera, casi como un rompecabezas que nunca supo al que le faltaban piezas hasta que las agregaron y las acomodaron.
Sus sueños continúan, los recuerdos siguen llegando, y Nine hace cosas diferentes en ciertos puntos.
-¿Sabes siquiera hablar?- pregunta cuando despierta en vez de presentarse, el mono parpadeando con confusión, arrodillado en el suelo. -¿Ella te dio esa oportunidad al menos?- aprieta los puños con ira repentina, las serpientes que tiene de cabello alzando la cabeza con un siseo y ojos brillantes, MK solo pudiendo parpadear una vez más. El demonio lo mira, obligándose a relajarse, dejando escapar un suspiro mientras se movía para agacharse, sin importarle su ropa limpia y con sus serpientes volviendo a tranquilizarse. -Me gustaría escucharte, nunca...hiciste siquiera un sonido- comparten una mirada, una suave sonrisa dibujándose en el rostro del demonio. -¿Crees que puedes intentarlo? ¿Decir "Nine"?- se señala a si mismo, esperanzado, ignorando las grietas que se abren en el cielo. -Nine- repite con más énfasis, moviendo la boca de manera casi exagerada, y el mono lo analiza.
-Ah...- abre la boca pero la cierra, levantando su mano para tocar su cuello. Hay algo en su garganta, que se siente como un nudo firme y fuerte pero puede ver la esperanza en el rostro del demonio, esperando pacientemente por algo tan simple, y el presagio se fuerza. Duele, una nueva sensación, pero solo por unos segundos. -...Nina...- logra decir y puede ver como el otro se ilumina.
-¡Si hablas!- ríe, con alivio notable, moviéndose para tomar sus manos y el mono solo se aferra. Aun es frio y cálido al mismo tiempo, casi sintiéndose como un recuerdo vago que nunca lo abandona, sin importar cuantas veces el ciclo empezará otra vez. -Aunque, te equivocaste. Es "Nine"- sonríe. -Hay una "e" en donde pones una "a"-
-Nina...- repite y el mono parece animarse ante el sonido de su propia voz. Es raro, MK siente ese tono familiar pero también es diferente al mismo tiempo. -...Nina...Nina...Nina...- repite, con algo removiéndose en su pecho que crece con cada repetición. Es su primer palabra y no puede dejar de repetirla. El demonio luce confundido, parpadeando, antes de bufar.
-Bien, como quieras- sonrío con cariño, los ojos brillando con algo suave que hace que el presagio se sienta cálido. -Puedo ser Nina, solo por ti-
Y eso queda un apodo uno que parece quedarse en su cabeza de manera permanente porque así es como lo llama en cada encuentro, sin importar cuantas veces muriera para salvar el mundo, "Nina" se quedo consigo y con cada vez que lo decía, podía ver al demonio ablandarse cada vez más. El presagio guarda información, todo lo que aprende y ve se queda con él a pesar de cada muerte.
Nine le muestra cosas en su camino a las pruebas, queriendo que disfrutará un poco del mundo que estaba salvando según sus propias palabras, pero con eso, acercarse a la luz se hace cada vez más difícil.
-No quiero...- el presagio logra decir en uno de los ciclos, jadeando. Esta sorprendido por sus propias palabras, por el repentino sentimiento que lo invade. No quiere morir, no quiere volver a dormir y esperar, no quiere hacerlo. Por primera vez, no quiere entrar a la luz. Tiene un destino, tiene una tarea que debe cumplir pero de cierta manera, por un segundo, hay el destello de algo. El presagio desea quedarse. -...no quiero...no quiero...- es la primera vez que en realidad el presagio deja salir un deseo, algo que se había acumulado en su interior por mucho tiempo.
-Ah...- Nine luce destrozado por esa confesión y el presagio tiene un segundo de arrepentimiento antes de que haya manos frías toquen sus mejillas. El demonio acuna su rostro con mucho cuidado, mirándolo con asombro y tristeza, analizándolo. -...tu...- hay algo en sus ojos, algo que no entiende, mientras se acerca un poco más. -...estas vivo...- suena casi como una realización llena de puro cariño y admiración.
MK esta seguro de que el demonio luce decidido, como si hubiera tomado una decisión realmente importante.
-...estas vivo...- lo rodea con sus brazos y el presagio esta siendo empujado para acercarse, su rostro medio hundido en la tela de la ropa ajena. -Te lo prometo...- susurra contra su hombro, apretando su agarre y aunque MK no entiende el gesto en ese momento, porque el presagio no tuvo tiempo de aprender ciertas cosas, levanta las manos con cierta duda que de repente lo inunda. -...hare las cosas diferentes la próxima vez- se separaren, aunque el demonio aun lo sostiene por los hombros y el mono puede ver la expresión ajena, analizar. Luce angustiado, con el corazón roto, los ojos brillantes con lagrimas que empiezan a caer pero por sobre todo, luce decidido, dispuesto a seguir con lo que sea que estuviera cruzando por su cabeza. -Me aseguraré de darte una oportunidad de vivir, lo prometo-
-...Nina...- y sus manos se aferran a la topa ajena, permitiéndose disfrutar del contacto, con algo parecido a la esperanza creciendo en su pecho.
Esa vez, entrar a la luz es difícil y antes de hacerlo, vuelve a ver a su guía y amigo. Hay lágrimas saliendo de aquellos ojos brillantes y una sonrisa temblorosa, moviendo la boca en lo que parece ser un silencioso "Nos volveremos a ver".
Y la próxima vez que se ven, el presagio se siente diferente. Más pequeño, cansado como si lo hubieran despertado mucho antes de lo acostumbrado, pero protegido, porque cuando abre los ojos, puede ver el rostro de su guía. Como cada vez.
-Hola, Nina- su voz también suena diferente, más suave y débil. Tarda un poco darse cuenta de que no esta en el suelo, sino entre sus brazos, siendo acunado con tanto cariño que no puede evitar tararear mientras se acurruca, disfrutando del gesto. Ignora que algo es extraño en todo eso.
-Hey- le da una suave sonrisa. -Pequeño presagio...- su expresión se derrite, en algo tan triste pero feliz al mismo tiempo, luciendo emocionado de una manera tan nueva que el presagio no entiende del todo. -...tienes una oportunidad única. Puedes hacer todo lo que ella no te permitió, conocer el mundo que tantas veces has salvado, conocer todo lo que hay...- el presagio se remueve ante la mano en su pecho, sintiendo un escalofrió. Algo cambio en él, se siente más débil, un poco restringido y hace algo de frio. -...de tener una vida-
-¿Nina se queda?- se siente adormilado, apenas y puede entender del todo lo que el otro habla pero puede ver por la mueca ligera en el rostro ajeno, que algo esta pasando.
-Me temo que no...- negó y el presagio sintió repentinas ganas de llorar, una sensación extraña. -...pero espero que puedas recordar esto algún día. Siempre estaré aquí...- es movido y pronto, esta mirando de frente a su guía, no desde abajo. Es rara la sensación de ser alzado pero al mismo tiempo, le gusta. -...y decidas lo que decidas, estaré orgulloso- sonrío con ese cariño puro, acumulado por los años repetidos en aquello ciclos. -Incluso si dejas que el mundo arda, te buscare para que al menos, todo termine estando juntos-
-...esta bien, Nina- extiende sus brazos, recordando una sensación anterior, y tarareando con gusto cuando el demonio lo atrae en un abrazo. Cierra los ojos, apoyado contra el hombro de su guía y cierra los ojos, sintiendo que se desvanece.
MK se despierta, casi sollozando por aquel recuerdo, con una añoranza que crece en su pecho y amenaza con ahogarlo. Quiere a su guía, quiere a su amigo...quiere a Nina de vuelta.
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