Melancolía #3

Espero que les guste~

Nota: Hay que tener en cuenta que MK tiene un trabajo y una vida, por ende, en realidad no pasa todo su tiempo en la montaña. Por eso tardo tanto en notar que algo andaba realmente mal con Macaque, porque no estaba siempre presente, hasta que escucho el apodo y eso fue lo que lo alarmo. Espero que se haya entendido :3

Nota-2: Mi cerebro divago mucho mientras escribía esto hasta el punto que la idea que tenía originalmente se fue por la ventana pero bueno, al menos, pude terminarlo xD

Nota-3: ¿Aun siguen enganchados en este fandom? Vi en TikTok algunos comentarios de gente que parece haber perdido el interés y decidió alejarse pero espero que mis historias al menos los ayuden a mantenerse entretenidos, en especial para esperar la siguiente temporada ^_^

MK voló tan rápido en su nube que todo a su alrededor se volvió borroso y poco claro, sintiendo un poco de pánico. Hablar con Red Son había sido le mejor decisión que pudo tomar, porque el demonio se tomo el tiempo de explicarme como podía funcionar la poción y de como podía lograr que el efecto pasara más rápido pero tenía que encargarse de que Macaque no fuera sometido a otra dosis o tendría que esperar unos días y eso le daba una mala sensación estomacal. Porque incluso si Macaque se veía contento y relajado, estaba bajo el efecto de una poción y eso era casi como un control mental en su opinión, algo que no estaba nada bien. Le habían quitado la libertad a su amigo y él se iba a encargar de liberarlo.

Llega justo a tiempo para ver al mono con un vaso en mano, dispuesto a tomar su contenido y chilla.

-¡Espera!- se lanza y se siente mucho más veloz de lo habitual, hábil, arrebatándole el vaso sin derramar una sola gota y aterrizando sobre sus pies, sin tropezar. Siente un segundo de alivio antes de que la vergüenza y el nerviosismo lo inunde al notar que el par de monos lo miran fijamente, sonriendo con torpeza.

-¿Qué te pasa, Bud?- Wukong enarco una ceja y aunque en general, luce bastante tranquilo y normal, MK no puede evitar notar de reojo que la cola ajena se retuerce. Es un movimiento ligero, apenas visible, pero aun pudo verlo y cree que su maestro luce ansioso. Eso hace que su estomago se revuelva, con sus sospechas creciendo, incluso si no quiere.

-¿Me devuelves eso?- Macaque, en cambio, luce divertido y como si quisiera reírse, haciendo un gesto hacia su bebida robada. MK lucha contra las ganas de encogerse en su lugar, había reaccionado sin pensar y con cierta desesperación, tiene que tener un poco más de cuidado.

-Nop- y usando más fuerza de la necesaria, en realidad tira el vaso, ignorando el reclamo del dios. Sabe que salió de la montaña, seguro que cayo al agua y todo, ya después le comprara otro al mono o algo así pero no confía en su contenido. -¡Lo siento!- su voz se rompe y sus mejillas arden pero no le presta atención, rebuscando en su bolsillo, tirando el vaso con más fuerza de la necesaria, sabiendo que había salido de la montaña. -Es que te traje algo- con un destello dorado, tiene un termo en sus manos, que no duda en extender hacia el domador de sombras mientras se le acerca. -Jugo de mango~- sonríe enormemente. No era la primera vez que le hacia jugo al otro pero si era la primera vez que estaba un poco desesperado porque el mono lo aceptase. No podía dejar que bebiera nada raro, no sin saber de donde venia exactamente.

-Mi favorito~- su sonrisa se hablando, el castaño sintiendo una punzada de anhelo. Era Macaque pero no del todo, era raro de explicar. -Gracias, Kid- acepto el termino y lo destapa, tomando un generoso trago, sonriendo con satisfacción, al mismo tiempo que algo de alivio llenaba al menos. Si Red Son y él habían hecho un buen trabajo, era cuestión de poco tiempo para que su amigo volviera a la normalidad. -Ah, delicioso~-

-¡Me alegro!- se enderezo con repentino animo y se volteo a ver al dios, quien los había estado observando en silencio, con algo de frustración mostrando en su ceño apenas fruncido que se apresura a desaparecer. -¡Es hora del entrenamiento!- es una orden más que un recordatorio, esperando que entretener al mayor le de algo de tiempo. Si sus sospechas eran ciertas y Wukong le había estado dando algo raro a Macaque para mantenerlo en su estado actual, no podía permitir que lo intentara una vez más, no si quería que las cosas terminaran pronto. 

-Adelante, seré un espectador~- Macaque levanto una mano en señal de rendición, hundiéndose en su sombra y reapareciendo un poco más alejado, los monos no tardando mucho en correr hacia él para poder treparlo y acurrucarse para observar en un lugar perfectamente seguro para ellos. -¡Patéale el trasero, MK!- animo con total entusiasmo, los pequeños chillando en apoyo.

-¡Lo hare!- el castaño se ilumino, asintiendo, aun sabiendo que no ganaría a menos que estuviera dispuesto o necesitara el 100 % de su poder. Eso seria un recurso desesperado.

-Muy graciosos- Wukong bufo, con diversión mezclado con irritación, mirando al grupo de reojo antes de centrar su atención en su alumno. -¿Qué fue eso, Kid?- enarco una ceja y a pesar de su sonrisa amistosa, MK puede detectar una cierta tensión en su maestro. No luce realmente feliz, sino algo molesto, puede verlo en la forma en la que la cola larga se mueve bruscamente.

-Nada- se apresuro a decir, quizás demasiado porque puede verlo entrecerrar los ojos con cierta desconfianza y traga en seco. -¡Ya nos más charla!- su cuerpo destello, mostrándose como un mono, cuya cola se agito con ansiedad ligera y nerviosismo. Su transformación pareció tomar al otro por sorpresa. -¡Es hora de luchar!- saco su bastón y sin darle real tiempo al otro para reaccionar, se lanzo. Va a ser sincero, puso mucho más empeño de lo usual. Uso ataques sorpresa, del tipo sucio que haría sentir a Macaque orgulloso más tarde, usando bromas y algo de sarcasmo para distraer al dios, con mucha más fuerza y velocidad de lo usual.

Wukong parecía confundido, manteniéndose al día y haciendo un esfuerzo notable por no usar su poder completo para no lastimarlo a pesar de que el menor no creía que realmente pudiera resultar herido pero es algo que el menor aprovecho con poca culpa. Justo cuando el dios parece listo y dispuesto a ponerse serio, o tan serio como puede ser el bromista Sun Wukong, escuchan un quejido.

-¡Macaque!- MK es el primero en moverse, tan rápido que solo se ve de él un destello dorado momentáneo antes de que se encuentre frente a su amigo, cayendo de rodillas y medio espantando a los monos que seguían intentando treparlo. No se dio cuenta o quizás lo ignoro pero Wukong se quedo un segundo congelado, con los ojos abiertos con algo parecido a horror, sus puños apretados con fuerza hasta el punto de temblar. -¿Estás bien?- bajo el volumen de su voz, dudando un segundo antes de atreverse a tomar la mano de su amigo y darle lo que esperaba fuera un apretón reconfortante.

-Mi cabeza me esta matando- gruño con los dientes apretados, parpadeando y haciendo una mueca, como si todo a su alrededor estuviera demasiado iluminado para su gusto. -Dime que el maldito no me la rompió otra vez- y el menor se ilumina ante esas palabras, mientras el rostro del dios que los observa a cierta distancia decae en una algo profundamente triste y algo molesto.

-No lo hizo- MK sonríe, tembloroso mientras el alivio lo invade rapidamente y antes de que pudiera evitar, sollozo. -Macaque~- esta llorando como un niño que se reencuentra con un familiar después de mucho tiempo, lleno de felicidad y alivio puro, sin poder detenerse realmente.

Y Wukong...él no sabe exactamente como sentirse realmente.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top