Melancolía

Espero que les guste~

Nota: Esto empezó con un divagar total hasta que vi una especie de Au en Tiktok que me ayudó a formar la idea y usar esto

Nota-2: El Au que encontré nuestra que Wukong esta enamorado de Macaque y odia el hecho de que haya distancia entre ellos, entonces le da una poción de amor para que se vuelva a enamorar de él y dejen de lado su pelea. Me decidí a usar parte de esto, sin la parte romántica por supuesto

Nota-3: Aquí, Wukong añora su antigua amistad que termina tomando una decisión algo...precipitada

Nota-4: Estuve un poco ausente por aquí. Me entro un bonito bloqueo del escritor...y me enganche con Sakura CardCaptor xD

-¡Monkey King!- el mencionado sonrió, enorme y brillante, ignorando como su cola se movía con emoción apenas contenida ante la voz, pura felicidad en su expresión al ver a su alumno. Nunca había esperado encariñarse con alguien si es sincero, mi después de la muerte de aquel grupo que había llegado a considerar lo más cercano a su familia, pero MK era puro amor y encanto que era difícil mantenerse demasiado tiempo alejado y frío.

-¡Hey, Bud!- abrió los brazos, su corazón ablandándose con puro cariño cuando el menor se lanzó para abrazarlo con fuerza y se permitió solo disfrutar de su cálida presencia, conteniendo apenas un ronroneo lleno de amor puro pero frotando su mejilla contra la cabeza ajena, alborotado su cabello castaño, su cariño creciendo un poco más ante la risa que se gano. -¿Listo para el entrenamiento?- mostro su gran sonrisa a su alumno, quien le devolvió el gesto, ambos compartiendo una emoción sin palabras. -¡Tengo en mente un gran juego para hoy!-

-¡Si!- aunque sus ojos se desviaron, como si algo más hubiera llamado su atención, brillando esta vez con una emoción más infantil. -Solo necesito un momento- levanto un dedo, moviéndose para sacarse la mochila que el dios había ignorado hasta el momento. -¡Macaque!- y Wukong quedo estático cuando su sucesor paso por su lado, sintiendo como algo en su interior se retorcía cuando se dio la vuelta, justo a tiempo para verlos reunirse. MK se ve como un niño que esta viendo a una de sus personas favoritas, hablando rápido y dando pequeños saltos, mientras Macaque luce cariñoso y encantado, su sonrisa suave, con algo dulce brillando en sus ojos.

Wukong se niega a admitir abiertamente que esta celoso, aunque no tiene muy en claro de quien exactamente.

La amistad entre Macaque y MK es algo que no todos a su alrededor entienden pero en su mayor parte, respetan porque pueden notar lo feliz que esta el chico. Es un poco extraño pensar que habían empezado como enemigos, en especial cuando recordaban como habían empezado las cosas, y en algún punto que ellos se perdieron por completo, se habían hecho amigos, llegando a entenderse sin palabras y tener chistes que solo ellos podían entender. Era dulce verlos interactuar, incluso si no entendían del todo su extraña relación. Pigsy se resigna, decidiendo no decir nada mientras MK estuviera feliz. Tang solo tararea, sin prestar real atención a ese detalle. Mei desconfía, un poco, pero confía en su amigo y no dice mucho. Sandy solo esta feliz de poder ver tanto al mono como a al chico tan felices.

El dios no sabe exactamente como sentirse ante ellos. Hay una parte suya que prefiere a como eran las cosas antes, cuando tenía la mayor atención de MK y Macaque aun era una especie de enemigo, aunque hay otra parte que mezcla su melancolía con añoranza que agradece en voz baja que el domador de sombras hubiera cambiado de bando y ahora estuviera más tranquilos pero aun así, se llevan muy mal.

Se gritan, pelean, discuten. Son cosas que no parecen poder evitar. Es como una presión que aumenta cuando están en el mismo lugar hasta explotar y apenas se deprimen para no atacarse de manera física, porque la última vez MK casi había llorado para detenerlos. Y la peor parte de todo es que...extraña a Macaque con cada parte de su alma. Busca peleas con el otro porque quiere la atención ajena pero al mismo tiempo, le gustaría no tener que hacerlo. Solo quiere a su hermano de vuelta.

Es egoísta, es muy consiente de eso. Anela tener esa relación con el domador de sombras, llena de confianza y cariño, donde a veces no se necesitaban palabras para poder entenderse, donde la tensión no existiera entre ellos y ya no pelearán en cada momento que estuvieran juntos. Y siente envidia por la facilidad con la que MK conecta con ese mono pero de cierta manera, tiene sentido. Porque Macaque siempre fue un actor amante de lo dramático que adoraba poder contar sus historias, que encontró adoración por el arte y el dibujo en algún punto, que amo la música desde el primer momento en el que escucho una canción en particular que tarareo durante meses pero a pesar de que Wukong disfruto de cada historia, aplaudió cada dibujo y escucho cada canción, nunca pudo evitar sentir que había una pequeña brecha entre ellos que no podía cerrar, sin importar cuanto lo intentara y eso era frustrante, algo que se uso como gasolina en su momento de ira, cuando se pelearon.

Pero MK no tiene ese problema.

MK es un artista de gran imaginación y un corazón de oro, siempre dispuesto a aprender algo nuevo y adorando cada pequeño pasatiempo que pudiera encontrar en común con alguno de sus amigos. No es una total sorpresa que se lleven bien con alguien como Macaque, ambos tenían gustos similares de cierta manera.

Y a pesar de que adora a MK con todo su corazón, la envidia lo invade cada vez que los ve interactuar. Porque él había sido el primer amigo de Macaque, se había convertido en su hermano y confidente, el único capaz de escucharlo cantar y que prestaba total atención a cada una de sus historias, aquel que lo había acompañado y apoyado pero cuando se convierte en un insecto chismoso que se esconde y guarda silencio en el teatro del domador de sombras, mirando como MK toca su violín y disfruta de la voz de Macaque, la envidia solo crece. Sabe que perdió eso y lo odia pero no puede reclamar.

Aun así, su añoranza y melancolía solo crecen, hasta que una voz en el fondo de su cabeza le susurra algo. La ha escuchado antes, en el pasado, funcionando como un impulso fuerte para tomar decisiones precipitadas y tontas.

A pesar de eso, le hace caso.

Entre todas sus cosas, oculta en donde los monos no pueden llegar por cuestiones de seguridad hay una caja de pociones. No puede recordar a quien se la robo, a un loco quizás de gran imaginación que había llamado mucho la atención en esa época por sus productos de gran efecto quizás, pero no se centra en ello. Hay una punzada de duda cuando sus manos rodean una de las tantas botellas, jugando apenas con la etiqueta descolorida y vieja, pensativo, antes de iluminarse con decisión. Si arregla las cosas con Macaque, si logra que fueran hermanos como antes, MK dejaría de estar tan estresado. Podía tenerlos a ambos, ser parte de sus momentos que solo se habían mantenido entre ellos, podría escuchar a Macaque libremente sin necesidad de ser un insecto intruso y disfrutar de estar con ambos, sin sentirse apartado nunca más.

Con ese pensamiento, su decisión esta tomada.

-¡Aquí tienes, emo!- le extiende un vaso, con jugo de mango porque sabe que es su favorito, aquella poción sin aroma o color mezclada, sintiendo una burbuja de emoción en su pecho. -Una muestra de mi amabilidad- esta impaciente, solo necesita que el otro lo tome y todo se arreglara.

-¿Le escupiste?- Macaque enarco una ceja, desconfiado y el dios esconde su frustración lo mejor que puede. Esta tentado de hacerlo beber por obligación, en serio que si.

-¡Por supuesto que no!- se hizo el ofendido. -Vamos, tómalo, no seas desagradecido- empuja el vaso a las manos ajenas, obligándolo a agarrarlo. Duele ver esa desconfianza y duda pero ya esta por pasar y eso le da fuerzas para continuar con su plan. -Juro por MK y mi bastón que no lo escupí- y eso parece ser suficiente para que el otro confié. Wukong permite que una gran sonrisa se dibuje en su rostro cuando el otro al fin bebe, una mezcla de colores iluminando los ojos dorados del domador de sombras por un segundo, antes de que su expresión se relajara y la tensión desapareciera de su postura. Parpadea, bajando el vaso, luciendo confundido por un segundo antes de mirar a su alrededor. -Hey~- saludo cuando sus miradas se encontraron y observo con gran satisfacción como una sonrisa se dibujaba en el rostro ajeno. La desconfianza, la tensión, el enojo y el resentimiento han desaparecido, puede verlo.

Las cosas van a mejorar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top