Reinicio #4
Espero que les guste~
Nota: No puedo confirmar que vaya a hacer un libro a parte de esto, porque para hacer eso debería tener una idea concreta de la historia en general y de momento, solo tengo lo que voy publicando aquí xD
Nota-2: En todo caso, tampoco puedo negarles que un libro de esto no pueda salir pero eso siempre depende mucho de mi estado de animo, mi tiempo y las ideas que tengo ^_^
Nota-2: En todo caso, dejen sus ideas y demás, veremos que sucede en el futuro :3
-Ah...se sentía más imponente la primera vez...- pensó MK con cierta sorpresa, jugando con aire distraído con el borde de su nueva capa, la punta de su cola agitándose con gusto ante la suavidad del material. Tararea, dejando que el otro se adaptara lo mejor posible, levantando la vista solo cuando dejo de escuchar gruñidos y quejas. DBK se veía molesto, resoplando como el toro que a medias era, mirando a su alrededor en busca de algo o mejor dicho, alguien. De seguro estaba buscando a su esposa, quizás hasta a su hijo, o un rostro familiar. Nunca se podía saber del todo con ese ser. -¿Terminaste?- habla y su voz lo sobresalta, puede ver como su gran espalda se tensa, el demonio rápido en voltearse. Hace un saludo, casi burlón, observando como el gran demonio bufaba y algo de humo parecía salir de su nariz, como el de los toros furiosos en las caricaturas. Eso es divertido si lo piensa bien.
-¿Quien rayos eres?- frunce el ceño, con un brillo amenazante y llenos de molestia, de seguro por no haberlo notado antes o porque su familia no esta allí presente, con un gruñido que resuena. El castaño solo enarca una ceja, poco impresionado, divertido cuando eso solo parece molestarlo aun más.
-Eso es para que yo lo sepa y tu lo imagines- se encogió de hombros con fingido desinterés, alejándose un poco para no tener que inclinar demasiado la cabeza hacia atrás para mirarlo y tarareando un poco al escucharlo gruñir. Se llevo las manos tras la espalda, su capa cayendo a su alrededor, agitando apenas la cola al sentirse analizado por aquellos ojos llenos de molestia y frustración. -Yo soy Nadie~- mostro una gran sonrisa, dejando ver sus colmillos, sus ojos brillando un poco más y el demonio se tenso, con desconfianza total.
-Me liberaste- habla con un tono frio, manteniendo su ceño fruncido, y MK se abstiene de hacer un comentario sarcástico, simplemente le devolvió la mirada. Para DBK, la situación es confusa y extraña, cosas que no le gustan en lo más mínimo. Es obvio que no conoce al pequeño ser con apariencia de mono y ojos brillantes que cuyos colores parecen luchar por ocupar por completo sus pupilas pero no puede evitar la familiaridad que lo golpea, haciéndolo casi tragar en seco de manera disimulada. -¿Qué es lo que quieres?- es libre por primera vez en quien sabe cuanto tiempo, con deseos de venganza contra cierto mono maldito que había osado encerrarlo y queriendo poder ver a su familia una vez más pero tiene la sensación de que no podrá irse así nada más...y no sabe como sentirse ante eso.
-Ah, es bueno ver que tu ira no ocupa por completo tu cabeza- su sonrisa es alegre pero hay algo extraño en sus ojos, una cierta frialdad que el demonio no tiene muy en claro como interpretar. -Me gusta pensar que soy alguien bueno, me criaron de esa forma...- hace un gesto hacia si mismo, luciendo tan tranquilo que le da a DBK un mal presentimiento. -...pero me temo que tu eres un problema muy grande...- y en un parpadeo, el castaño esta justo frente al gran demonio, flotando con un cierto aire de burla y diversión. El demonio toro se obliga a si mismo a no moverse, plantando con fuerza sus pies en el suelo, sintiendo una horrible sensación en su pecho que subía y amenazaba con ahogarlo, creando un nudo en su garganta. -...y tu libertad no será gratis- extendió su mano, empujando la nariz del toro con un "Boop" que logra enfurecer al otro.
-¡¿Cómo te atreves?!- alza las manos, con toda la intención de aplastar a aquel ser que su subconsciente se empeña a llamar "insecto molesto" pero ni siquiera puede acercarse antes de ser empujado de manera violenta al suelo. Gruñe, sintiendo un peso tan fuerte y poderoso encima de su espalda que lo esta aplastando un poco, luchando y solo deteniéndose cuando un rugido resuena. Solo entonces se queda quieto y alza la vista, impresionado por aquella cosa enorme que lo mantiene abajo con solo una mano.
Recuerda haber visto algo así en el pasado, con una contextura más delgada, viniendo de Macaque. Es extraña sombra suya que usaba para pelear e intimidar, se parecen mucho pero al mismo tiempo, son totalmente diferentes. El de aquel chico de pelaje castaño tenía una contextura más gruesa y musculosa, el pelaje largo flotando apenas como si estuviera bajo agua, de ojos brillantes blandos y una boca de dientes afilados que se mantiene cerrada de momento, pero lo que más llama su atención en su pecho, cuyos colores sobresalen entre todo el dorado, y las múltiples colas que se mueven detrás de la gran figura.
Ese mono, ese chico, se parece tanto a Wukong y Macaque, una terrible combinación en su opinión.
-En serio, tienes muy mal carácter...- el castaño se agacha, para mirarlo de cerca, con las rodillas contra su pecho y los brazos cruzados encima, en una imagen inocente que no encaja para nada con la situación. -...pero supongo que puedo ver de donde tu hijo lo heredo- DBK suda, ansioso y repentinamente horrorizado ante la mención de su hijo, luchando por mantener una expresión neutral.
-Maldito...- la presión aumenta por un momento, lo suficiente como para obligarlo a cerrar la boca y mirar desde abajo al chico. Ahora que presta un poco más de atención, tiene un aire joven y suave pero peligroso y temible al mismo tiempo. -¿Quien eres?- le recordaba mucho a aquel que alguna vez llamo su hermano solo para convertirse en su enemigo y que luego lo termino por enterrar bajo una montaña.
-Yo soy Nadie...- extiende su mano para apoyarla sobre la cabeza del demonio. -...pero también soy aquel que puede destruirte en miles de pedazos...- su sonrisa se veía como la de un niño en medio de un momento divertido pero DBK se removió cuando una sensación repentina invadió su pecho y se extendió por todo su cuerpo. No dolió, no exactamente, y aun así, lo lleno de miedo y horror en solo segundos. -...y reconstruirte para ser mejor...- se quedo quieto, mientras la mente y los sentidos del demonio se veían ahogados por el terror puro que lo invadía, sintiendo que le empezaba a costar respirar. -...pero no quiero hacer eso- aparto la mano y con ello, las sensaciones lo dejaron, permitiéndose abrir la boca para dejar entrar grandes bocanadas de aire. -No quiero lastimarte, en serio que no...- su tono suena triste y el toro se anima a alzar apenas la vista, notando la expresión del menor. Parece melancólico y pensativo, con algo triste y culpable brillando en sus ojos. Es raro como se comporta a pesar de todo el poder que tiene. -...pero tampoco puedo dejarte así. Tu sed de venganza y poder no te llevaran a un buen lugar, solo terminaras por lastimar a todos, en especial a tu familia-
-¿Mi familia?- y el miedo anterior es reemplazado con confusión. El castaño parecía muy seguro de lo que decía, como si lo hubiera visto con sus propios ojos, y ahora que su mente se sentía un poco más despejada de todo lo demás, aquello era muy sospechoso. Algo no estaba bien en todo eso.
-Mi intención es dejarte ir con ellos- se enderezo, retrocediendo un par de pasos y haciendo un gesto, DBK bufando cuando el peso sobre su espalda se desvanecía, el gran mono dorado pareciendo acomodarse. Aun lucia imponente parado tras su dueño, en una clara señal de que podía aplastarlo sin mucho problema, y es por eso que el toro se mueve con cuidado, cauteloso, decidido a tener un poco de precaución por una vez en su vida.
-Quieres un trato, ¿no es así?- es un presentimiento.
-Es bueno ver que lo entiendes~- sonríe, al parecer dejando los sentimientos negativos anteriores de lado a favor de concentrarse en el momento. -Puedes ir a casa a conectar con tu hijo y abrazar a tu esposa...- sus ojos se iluminan, al mismo tiempo que el gran mono dorado sentado tras suyo bosteza ampliamente. -...a cambio, debes dejar de lado la ira y no seguir el camino de la venganza. No puedes atacar la ciudad, ni a humanos o demonios...a menos que sea en defensa propia...- extendió su mano en un gesto claro. -...creo que es bastante simple, ¿no?- y DBK quiere decir que no, aferrarse a esa parte de si llena de resentimiento y enojo pero si lo piensa un poco mejor, mirando de reojo aquel gran ser de puro poder que los vigila con esos ojos brillantes raros, cree que podría ser mucho peor.
-Es un buen trato- su gran mano toma la pequeña y no le queda otra más que hacer la promesa, ignorando el destello dorado momentáneo que rodea su cuerpo en señal de que no hay vuelta atrás. -¿Puedo irme ahora?- gruño. Hay algo muy raro en el castaño, pequeño y joven, pero con un peso sobre su cuerpo que venia de algo más que solo su poder.
-Por supuesto~- chasquea los dedos y de repente, DBK se encuentra frente a su hogar. Parpadea ante el castillo que no había visto hace años, permitiendo que una ola de añoranza y melancolía lo inundara, deseando por primera vez desde que se libero en abrazar a su hijo y besar a su esposa. -Oh...- y pareció recordar algo, mirando al más alto, quien bajo la vista con confusión. -...nunca me viste, ¿si?- le muestra una gran sonrisa, colocando su dedo índice enfrente en señal de silencio, desapareciendo en un parpadeo en cuanto el toro asiente.
Mientras el toro se reúne con su familia, en un mar de confusión mezclada con alivio y alegría, MK se permite colarse en la habitación del pelirrojo. Se mueve con tranquilidad, sus pasos ligeros e insonoros, sin tardar mucho en encontrar lo que buscaba. La mesa esta repleta de planos, herramientas y un guante tecnológico a medio armar.
-Lo siento, Red Son- empuja la culpa lo mejor que puede y extiende la mano, usando el poder de las piedras para modificar los cables y planos, asegurándose de que aquello no pudiera funcionar nunca, sin importar cuanto esfuerzo pusiera el demonio. Deja escapar un suspiro tembloroso, apretando los labios con cierta aprensión y cerrando los ojos, murmurando una nueva disculpa antes de desvanecerse con un destello dorado una vez más.
Eso deja dos problemas menos en su lista, ahora solo le queda el resto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top