La Cruda Verdad #3

Espero que les guste~

Nota: Antes de que me tiren piedras y me reclamen, solo quiero que sepan que...tenia ganas de escribir algo angustioso :3

Nota-2: Amo a Wukong, no duden de eso, pero hay algo extrañamente satisfactorio en hacerlo pasar como el malo ^_^

Nota-3: Además, culpo totalmente a mi usual ayuda (¡Tu sabes quien eres, wey!) que impulso esta idea para hacerlo más doloroso de lo que pensé en un principio

Nota-4: Solo para aclarar algunas dudas. En mi Au, Wukong y MK no son hermanos, fueron creados en circunstancias diferentes pero incluso entonces, Nüwa creo a MK a partir de Wukong, lo que lo haría algo así como su padre biológico en todo caso

-Agh, como te detesto- bufo Wukong, agitando la cola con molestia de no poder dormir como quería, sin gustarle ni un poco tener un intruso en su montaña. -¿No tienes otro lugar en donde estar?- se volteo, mirando con el ceño fruncido al mono de pelaje oscuro que estaba ubicado en una rama alta de uno de los tantos arboles que tenía por allí, luciendo demasiado relajado y cómodo para su gusto.

-Nha, por hoy, mi objetivo es molestarte- se encogió de hombros con desinterés. -Además, ellos me adoran- hizo un gesto ligero a los monos de pelaje blanco que prácticamente luchaban entre si para treparlo y sonrío, satisfecho, al escuchar un gruñido lleno de frustración. Había un gusto morboso por arruinar el día del dios, casi como si fuera un pasatiempo para él, aunque prefería hacerle bromas y verlo enojarse desde las sombras pero estaba contento de ponerlo celoso, robando la atención de sus pequeños súbditos. Cualquier cosa era mejor que nada.

-Traidores- bufo de brazos cruzados pero termino por suspirar, sabiendo que el otro no se iría y si lo echaba a patadas como quería, sus pequeños le gritarían reclamos y demás. Aun no entendía como ellos podían adorar al domador de sombras, aunque eso siempre fue así, aun puede recordar lo enojados que estuvieron cuando...aquello sucedió. No le hablaron en años. -Bien, como sea- levanto las manos en rendición y le dio la espalda, justo a tiempo para ver a alguien más acercarse a paso lento. -¡MK!- sonrío enormemente al verlo, silbando con asombro y felicidad cuando pudo ver de cerca su nueva apariencia. -Te queda bien el modo mono, chico- esta encantado ante el pelaje castaño oscuro y la larga cola que se agita detrás de su alumno pero esta demasiado ocupado admirando los detalles como para darse cuenta de que algo no anda del todo bien, aunque Macaque se enderezo en el instante en el que vio al menor entrar.

-...algo paso- fue lo único que cruzo la mente del domador de sombras. Hay algo notablemente sombrío en el menor, en una postura tensa como si se estuviera preparando para enfrentar una mala situación, con los puños apretados con tanta fuerza que parece temblar y una expresión difícil de identificar. Enojado, triste y algo traicionado pero al mismo tiempo, luciendo como si estuviera al borde de las lagrimas y apenas se estuviera conteniendo. Se sienta de piernas cruzadas en aquella rama, con los monos chismosos a su alrededor, mirando fijamente al par y con Macaque teniendo muchas ganas de tirarle algo a la nuca de dios, quien ignora de momento el estado del menor. No podía ser nada bueno eso.

-¿Todo bien, Kid?- Wukong no pudo hacer ojos ciegos por mucho tiempo, incomodo y ansioso, aunque manteniendo su actitud alegre y despreocupada tan bien como puede. El aura sombría y llena de molestia apenas reprimida que rodea al chico es un poco abrumadora después de unos segundos. -Pareces...molesto...- MK solo lo mira, con algo frio que hace que el dios se sienta incomodo, un poco juzgado también. -No deberías estar en esa forma por tanto tiempo...- esta luchando por crear un tema de conversación, deseando obtener alguna especie de respuesta. -...tu cuerpo no podría aguantar...- su intención es tocar el hombro ajeno, esperando poder sacar al otro de ese extraño transe silencioso en el que esta, pero MK aparta su mano de un fuerte manotazo. -¿Kid?- esta preocupado en este punto, muy preocupado, intentando pensar en que pudo haber pasado e intentando ignorar esa burbuja llena de nerviosismo que crece en su pecho, teniendo un mal presentimiento.

-Tu...- esta temblando, con los labios apretados con fuerza, parte de su pelaje se eriza al mismo tiempo que hay un destello dorado iluminando sus ojos. -...intentaste matarme- Macaque se tensa ante eso, sin entender, pero cuando mira a Wukong, en su simple expresión tensa, algo le dice que eso no es una mentira. -Intentaste matarme, me aplastaste, tu...- hace un gesto, como si luchara por encontrar las palabras para expresarse. -...yo era solo un niño y a ti no te importo- miro al mayor, quien había sido su ídolo de la infancia, sintiéndose horrorizado ante la expresión en blanco que el otro mantiene de momento.

-¿Cómo lo supiste?- y rayos si eso no se siente como una maldita confirmación. El domador de sombras siente nauseas repentinas, con destellos de aquel pesado y extraño bastón aplastando brutalmente su cabeza sin ningún tipo de piedad llegando a su mente que esta intentando empujar en lo más profundo y en su lugar, por segundos, puede imaginarse lo que dice el menor. Un niño pequeño, confundido y perdido, sin entender realmente lo que estaba sucediendo, solo pudiendo llorar cuando alguien tan fuerte como el dios aplastándolo como si nada.

Los poderes del chico lo habrán salvado, tuvo mucha suerte pero para su mala fortuna, eso no quita que aquello sucedió.

-La diosa Nüwa hablo conmigo y me quito...lo que sea que me pusiste hace años- hace un gesto hacia si mismo, su cola agitándose de forma un poco brusca y con el pelaje algo erizado. -Pude verte, recordar, yo...- se estremece con una mueca de espanto con solo recordarlo. Había olvidado un poco que Monkey King tenía la habilidad de regenerarse, una cosa más que heredo y no supo hasta que sus recuerdos fueron desbloqueados. Se había roto muchos hueso, aun puede sentirlo por segundos.

-Escucha, Kid...- Wukong lucia cansado de repente pero debajo de eso, había culpa y remordimiento mezcladas con una tristeza profunda. -...las cosas fueron mucho más complicadas de lo que ella debió decirte, puedo explicarlo-

-¡¿Qué tan complicado pudo ser?!- MK esta enojado, eso es notable y es una gran sorpresa que pueda mantener sus poderes bajo control en ese momento pero de alguna extraña manera, sin los sellos que nunca supo tener hasta el momento, se siente más estable que nunca. -¡Mandaste a hacer un chivo expiatorio para que se ocupara de tus tontearías pero no te gusto lo que ella te dio e intentaste deshacerte de ello!-

-¡No quería un niño!- gruño con frustración, molesto porque un error más de su pasado volvía para golpearlo en la cara. -¡Nüwa me engaño, le pedí que hiciera a alguien como yo pero ella hizo a un niño! ¡¿Qué más se suponía que hiciera?!- levanto los brazos con énfasis.

-¡Hacerte responsable por tus decisiones!- el menor empujo al mayor, usando la fuerza suficiente como para hacer retroceder con un ligero tropiezo. -¡No intentar solucionar todo con destrucción!- otro duro empujón. -¡Y no mentirme otra vez!-

-¡No te mentí!- el dios esta un poco...desesperado en este punto. Nunca había planeado contarle la verdad a su alumno, porque no tenía muy en claro como hacerlo en todo caso, y había esperado que aquello quedara en el olvido, pensando que Nüwa nunca se atrevería a acercarse. Fue un tonto, tenía mala suerte, debía saber eso a estas alturas.

-¡Omitir la verdad es mentir!- gruño con los dientes apretados, mostrando los colmillos sin darse cuenta.

-¡Tuviste una buena vida, un buen padre y una familia! ¡Viviste como todo un mortal, tranquilo y sin peligros!- se puso firme en su lugar, su propia cola agitándose con molestia. -¡No necesitabas saber lo demás!-

-¡Era mi origen, no tenías derecho a guardártelo!- reclamo con el ceño fruncido. -¡Haces esto todo el tiempo! Sabes algo, cosas importantes, pero decides que nadie más que tu debe saberlo y te lo guardas para ti mismo- bufo. -¡Eres un egoísta!-

-Repítelo si te atreves, Kid- gruño, ofendido por escuchar aquello salir de la boca del menor, quien solo había tenido palabras de admiración y cariño hacia él hasta el momento, incluso con todo lo sucedido.

-¡Egoísta!- MK se asegura de mirar a la cara del otro, con los ojos ahora completamente dorados conectados, levantando su puño y golpeando el rostro ajeno con fuerza suficiente como para hacerlo tropezar notablemente. El dios planta sus pies con firmeza en el suelo, llevándose a la zona golpeada, sorprendido mientras miraba al menor. Incluso Macaque, que los observa en silencio, parece sorprendido por aquel movimiento. -¡Egoísta!- repitió con toda la ira en su expresión, luciendo como un animal salvaje en este punto.

-Kid...- Sun Wukong, por primera vez en mucho tiempo, en realidad no tiene muy en claro que puede decir a continuación. Sabe que no hay nada que pueda decir que arregle la situación, tampoco puede encontrar las palabras para justificar sus acciones de aquel entonces. Había sido una buena idea en su mente, crear un reemplazo para que se encargara de su desastre mientras él disfrutaba de su jubilación eterna y volvía a su vaga rutina de vida pero en cuanto Nüwa le mostro al pequeño ser que salió de aquel huevo de piedra, no puede negar que entro un poco en pánico. Un niño no estaba en sus planes, ni siquiera cerca, y no tenía muy en claro que hacer con él. Lo acepta de cierta manera, que había una parte infantil y egoísta de si mismo que se negó a dejar al menor con la diosa, porque ella le había mentido y engañado, y destruirlo fue su siguiente opción, algo que quedo descartado en el momento en el que el chico se regenero en cuestión de segundos. Le busco un hogar, con aquellos que le recordaban a sus viejos amigos, y se aseguro de que se quedaría con ellos, su abogado aun le reclamaba todo el trabajo duro que tuvo que hacer en ese momento. Creyó haber hecho lo correcto.

Nunca espero encariñarse con el chico años después, nunca espero adorarlo simplemente, y había elegido no decir nada sobre lo que alguna vez sucedió pero ahora, viendo el rostro llena de ira de su alumno, quien usualmente solo lo miraba con admiración y cariño, siente que tomo la decisión incorrecta.

-¿No te atreves a intentar romperme otra vez?- MK casi escupio con desdén, enojado y al mismo tiempo, sollozando, dolido en lo más profundo de su alma. Wukong apretó los labios, aprensivo, sintiendo una punzada ante eso. Su alumno lo odiaba, podía sentirlo, y ya no confiaba en él, eso dolía muchísimo más que el golpe en su rostro. El castaño solo negó ante la falta de respuesta, luciendo resignado, dándole la espalda a quien fue su mentor y alejándose con pasos decididos, ya no queriendo estar allí.

-¡Kid!- llamo pero el menor lo ignoro. -¡MK, espera!- el mencionado solo bufo, agitando la cola, antes de convertirse en águila con un destello dorado y alejarse de allí, dejando al dios devastado en su montaña. Wukong se quedo allí, viéndolo, sin poder creer del todo lo que sucedió y cayendo de rodillas, sintiendo que algo en su interior se había roto, inclinándose hasta que su frente toco el suelo y permitiéndose llorar en silencio.

Mientras tanto, Macaque se sumergió entre las sombras, alejándose de allí sin decir nada y con el estomago retorcido por las nauseas que no parecían querer abandonarlo. Se había perdido de un pedazo grande de historia.

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