Adulto MK #2

Espero que les guste~

Nota: Según los expertos del Lore de "Undertale" que pueden estar leyendo esto, ¿de qué color seria el alma de MK? Es para una petición que tengo pendiente

Por primera vez desde su aparición, Pigsy encuentra solo a aquella versión adulta de su hijo. Esta en la habitación de MK, sentado en el suelo al lado de la cama, ligeramente acurrucado alrededor de esa mochila desgastada que se niega a perder de vista. Es extraño verlo, incluso después de unos cuantos días de que este presente, y siente que algo se retuerce en su interior. No puede negar que en muchas ocasiones deseo que MK madurara un poco, que actuara como el supuesto "niño grande" que era, un deseo que se volvió más intenso luego de todo el asunto de los poderes y demás pero mirando a esa versión más adulta, que tuvo que madurar obligado, se siente mal.

-Hey, chico- pidió que lo llamaran Xiaotian o incluso Monkie Kid, porque según sus propias palabras dejó de usar ese apodo hace mucho. Se siente raro llamarlo así, aunque evita confusiones.

-¿Eh?- él se volteo a verlo, alerta, luciendo casi dispuesto a defenderse, tensándose cuando sus ojos se encuentran con los ajenas. -Oh, hola- no se relaja, ni siquiera un poco, simplemente se endereza en su lugar.

-¿Te estas ocultando de Tang?- enarco una ceja, sin juzgarlo. MK había convencido de alguna manera a su versión mayor para que se acercara y comiera con ellos, una oportunidad que ninguno desaprovecho, llenando al pobre de preguntas sin malas intenciones y llenas de curiosidad, solo queriendo saber más. A Pigsy no le sorprendió que huyera en la primera oportunidad que encontró.

-...un poco...- confeso a regañadientes, apretando apenas el agarre en su mochila. -Ha pasado un tiempo...desde que estuve rodeado de tanta gente, especialmente de los que no quieren pelear conmigo- bufo, luciendo casi divertido con recuerdos que el demonio solo podía imaginar. Pigsy frunció el ceño, decidido a no pedir contexto, optando por acercarse y sentarse al lado ajeno, manteniendo una ligera distancia por prudencia. Era su hijo pero al mismo tiempo, no lo era.

-¿Hace cuanto los perdiste?- la pregunta sale antes de que pudiera pensarla mejor y al verlo hacer una mueca, tiene ganas de golpearse a si mismo por la falta de tacto. Abre la boca, dispuesto a intentar arreglar su error, pero Xiaotian se le adelantó.

-No lo sé- se encogió de hombros. -Me quede un tiempo allí y me fui en cuanto descubrí como...- hizo un ligero gesto que el cerdo entendió. -...pero hay un diferencial temporal, como si cada dimensión manejará su propio tiempo- se acomodo, sin estar abrazando protectoramente su mochila y dejándola en su regazo, sus dedos jugando con los cierres de manera distraída. -Aquí pueden haber pasado días, semanas o meses incluso pero en mi mundo o en algún otro, ya pueden haber pasado años. Es muy confuso- agregó con una mueca.

-Me imagino- tarareo, sin saber que decir para no molestarlo pero puede notar como sus labios tiemblan, luciendo al borde de llorar.

-Extraño a mi Pigsy...- confesó con pesadez, lleno de una profunda tristeza imposible de ignorar. -...extraño mucho a mi papá...- jadeo, con lágrimas saliendo de sus ojos. Había llorado por su familia y amigos asesinados, había llorado por la gente inocente que murieron a causa de su propio poder pero a pesar de eso, aun tenia lágrimas. -Lo siento...- sollozo y Pigsy se sintió devastado ante el luto ajeno lleno de culpa notable. -...Lo siento tanto, papá...- el cerdo no dudo en extender sus brazos, tomando al dolido chico entre sus brazos, abrazándolo con fuerza en un intento de mantenerlo unido. -Debí salvarte, debí hacer algo...- enterró su rostro en el hombro del demonio, aferrándose a su ropa con desesperación, su cuerpo entero sacudido ante cada sollozo. El cerdo hizo callar sus disculpas con amabilidad, acariciando su espalda con lo que espera sea un gesto de consuelo y luchando contra sus propias ganas de llorar. No tiene idea de cuanto tiempo se mantienen así, aunque con el dolor en su trasero Pigsy puede suponer que llevan allí un rato, pero no lo suelta, ni siquiera cuando los sollozos se detienen. Simplemente se quedan allí, con Xiaotian acurrucado contra el costado ajeno y la cabeza apoyada en su hombro, mientras el demonio le sigue acariciando la espalda con aire ausente. -Oye, Pigsy...- llamo después de unos minutos de silencio y el cerdo tarareo en señal de estar escuchando. -...si yo supiera algo muy importante que podría cambiar la vida de tu MK...- dudo. -...¿Crees que debería decirle?-

-¿Afectaría su salud mental?- pensar que algo más, a parte de todo lo que había sucedido hasta ahora, pudiera afectar a su hijo le daba dolor de cabeza. En serio necesitaban vacaciones.

-...lo más seguro es que si...- asintió quedamente, mordiéndose el labio inferior con nerviosismo.

-Aunque me gustaría que no...- respiro profundo, repentinamente cansado. No quería imaginar que tipo de cosa sabía Xiaotian y le dolía el corazón el solo imaginar lidiando con eso por su cuenta, solo. -...prefiero que se entere de ti y no de la peor manera posible- y eso parecía suficiente para el sucesor de otro mundo.

... ... ... ...

Tang se retuerce los dedos con ansiedad apenas contenida, viendo a Xiaotian. Se ve un poco más tranquilo luego de una larga ducha, disfrutando de la muda de ropa limpia que tenía guardada y dudando unos segundos antes de dar lo que usaba para lavar. Se ve casi incomodo sin la campera y él se siente muy avergonzado de admitir que no puede apartar la vista de los brazos ajenos. Tiene cicatrices, grandes y pequeñas pero todas de aspecto doloroso, y eso lo hace preguntarse cuantas más debe tener.

-Fui a una dimensión extraña...- el de anteojos se sobresalto ante la voz ajena, sintiéndose descubierto a pesar de no estar escondiéndose realmente. -...con demonios salvajes y asesinos, con hambre de carne humana- paso los dedos por su largo cabello, gruñendo con algo de frustración, solo para agarrar el cepillo que le habían dado y usar con resignación, ignorando como Tang lo miraba con ligero horror. -Algunos de ellos me alcanzaron, aunque puede regenerarme...- hizo una ligera mueca. -...pero me quedaron cicatrices- toco con cierto aire ausente una cicatriz en particular que ocupaba la mayor parte del interior de su muñeca

-¿Puedes regenerarte?- prefiere centrarte en ese pequeño detalle, intentando ignorar las imágenes que su imaginación le esta brindando en esos momentos.

-Wukong podía, ¿no?- lo miro, enarcando una ceja, dejando el cepillo a un lado al terminar de usarlo. Su cabello era aun mas largo ahora que estaba suelto y aunque se veía genial, para Tang aun era un poco raro que este fuera otra versión de MK. -Así que yo también puedo- se encogió de hombros, sin estar dispuesto a admitir que había descubierto esa habilidad luego de que esos demonios le arrancaran algo de piel. Las dimensiones eran extrañas.

-Cierto, cierto- se sentía torpe, sin saber como relacionarse con Xiaotian, empujando su necesidad de hacer preguntas para conocer su historia completa en lo más profundo de su mente.

-Tang...- el mencionado se endereza cual soldado ante el llamado, sudando con algo de nervios por alguna razón. -...¿me contarías una historia?- eso toma al de anteojos desprevenido, viendo como Xiaotian luce algo avergonzado por su propia pregunta pero no se retracta. -No sobre Sun Wukong o el Reino Celestial, solo...una historia, la que se te ocurra- parece casi suplicante y eso retorció algo en el interior del hombre de anteojos.

-¿Quieres escuchar sobre la primera vez que Pigsy y yo fuimos a navegar con Sandy?- se adelanto antes de que el castaño pudiera cambiar de opinión o algo así, decidiendo ir por un recuerdo ridículo y vergonzoso pero que esperaba hacerlo sonreír al menos. -Como Spoiler, fue horrible. Dos terminaron vomitando y solo había un solo baño- sonrío con victoria al verlo bufar con diversión notable. La vergüenza podía valer la pena.

... ... ... ...

-¿Mo?- Sandy miro a su alrededor, no completamente preocupado pero si curioso al no ver a amigo felino. -Me pregunto donde se metió- su mascota nunca se iba muy lejos pero le gustaba recorrer su barco y en ocasiones, buscaba lugares frescos y solitarios para dormir. Se adentro a la cocina, planeando hacer algo de ruido con el plato de comida en un último intento para que su mascota viniera, solo para encontrarse con una pequeña sorpresa. Xiaotian esta allí, sentado en el suelo y ligeramente acurrucado, con el gato de pelaje azulado acunado entre sus brazos. Hay algo suave y triste a su alrededor, su expresión pensativa y la mirada perdida, pero con los dedos enterrados entre el pelaje azulado, al parecer encontrando algo de calma en la compañía del felino, quien de paso luce dispuesto a quedarse allí por un tiempo.

-...hola Sandy...- tarareo, parpadeando lentamente, inclinándose apenas para restregar su mejilla contra la cabeza de Mo y ganándose un ruidoso ronroneo. 

-¿Estás bien, pequeño amigo?- pregunto con amabilidad, jugando ligeramente con sus manos, evitando las ganas de abrazarlo que tenía por el momento. Lo que menos quería era molestarlo.

-Si, estoy bien- asintió y después de unos segundos de silencio, levanto la vista para mirar al demonio de piel azul, luciendo pensativo. -No he horneado en un tiempo...- hablo, casi dudando por unos segundos pero siguiendo adelante. -...pero...¿Quieres hornear algo junto?- 

-Por supuesto~- sonrío al instante, contento de poder hacer algo y esperando que eso pudiera ayudar a esa versión de su amigo. -¿Qué te gustaría hornear? Podemos hacer galletas o un pastel...- divago, buscando un libro entre sus cosas, buscando alguna receta que llamara su atención.

-Hace mucho que no como galletas con chispas de chocolate- se levanta de su lugar y aunque suelta a Mo, este se sube a sus hombros, al parecer decidiendo que el chico necesita un poco más de apoyo y compañía. Cuando terminan y se sientan a disfrutar de las galletas con algo de te, Sandy no comenta nada sobre el hecho de que Xiaotian esta ligeramente acurrucado contra su costado, esperando que encuentre consuelo en su presencia.

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