Espero que les guste~

Nota: Me base en la primera temporada de "The Owl House"

Fue un pequeño accidente en medio de...una especie de entrenamiento.

Bueno, esta bien, estaba jugando con Mei y probando algunos trucos locos con su bastón pero lo que menos espero es que este mismo empezaba a brillar intensamente y que luego de un destello dorado medio cegador, se encontrara en otro lugar totalmente diferente a donde había estado. Estaba parado casi en el borde de un precipicio, uno de que le daba una vista increíble, mostrando pequeñas casas a montón, aunque algunas parecían ser sostenidas por una mano y otras dentro de una boca con muchos dientes.

-Muy bien...- decidió ignorar lo extraño de todo, chillando cuando algo empezó a revolotear a su alrededor. -¡Un mosquito!- aplasto con un fuerte golpe lo que sea que hubiera estado volando demasiado cerca de su persona, sola para ver con expresión incomoda que lo que caía al piso era mucho más grande de lo que esperaba. -...no es un mosquito...- sudo y decidió alejarse a paso rápido, sin querer encontrar problemas tan pronto en un lugar desconocido, solo para detenerse en seco. Parecía estar un una zona de puestos de todo tipo, rodeado de seres que parecían humanos pero que tenían las orejas en punta y vestidos de una forma en particular, aunque también había otros tantos seres que no tenía muy en claro si eran demonios o como sea que los llamaran en este mundo. -Muy bien, solo respira y camina, no llames la atención...- camino, tenso, intentando ignorar las miradas obvias que muchos a su alrededor le estaban dando ¿Era su ropa colorida? ¿Era su pequeña estatura? ¿Acaso sus orejas redondeadas eran demasiado visibles y lo delataban? Se encogió un poco y solo apuro el paso, solo para que un grito. -¿De donde...?- alzo la vista, justo a tiempo para notar que alguien estaba cayendo, su grito potente y lleno de miedo. Chillo con pánico momentáneo pero se recompuso, sacando su bastón para clavar uno de los extremos al suelo con un fuerte golpe, aferrándose mientras se extendía, manteniendo el agarre con una mano y estirando la otra, suspirando de alivio cuando pudo rodera la cintura ajena y evitando su caída. -¿Estas bien?- preguntó, descendiendo lentamente.

-¡E-Estoy viva!- su era femenina y sonaba joven, una risa mezclada con jadeos para recuperar el aliento haciendo que su cuerpo temblara un poco. Cuando él la soltó una vez estuvieron en tierra firme, sus piernas se rindieron y cayo de sentón. -¡Estoy viva!- volvió a repetir, alegre y extasiada. -¡Gracias, extraño!- entonces se volteo a verlo con una gran sonrisa y MK pudo confirmar su sospecha. Era una chica de piel morena, joven, con los ojos marrones alegres y el cabello castaño oscuro despeinado por el viento de la caída.

-¡De nada!- sonrío enormemente, contento de ver que estaba bien. -Tengo que preguntar, ¿Cómo es que...?- hizo un gesto, apuntando hacia arriba, mientras lograba sacar su bastón del suelo y lo hacia girar antes de apoyarlo contra su hombro.

-Oh, eso- bufo, como si no fuera la gran cosa. -Estaba practicando...- se llevo dos dedos a la boca y soplo, logrando hacer un fuerte y sonoro silbido. -...aunque aun me cuesta mantener el equilibrio- sonrío, avergonzada, los ojos de MK abriéndose con sorpresa cuando un bastón descendió solo para detenerse al lado de ella.

-¿Es un bastón mágico?- se veía muy diferente al suyo, de madera y con el mango fino, con ese pequeño búho en la punta que movía sus alas.

-Si, aunque es de mi maestra- tomo el bastón para levantarse de su lugar, él haciendo un ligero puchero ante la diferencia de estatura. Ella era alta. -¿Dónde esta tu Taliamigo?- preguntó con curiosidad, mirando su bastón.

-¿Qué cosa?- MK enarco una ceja ante el extraño termino.

-Es este pequeño amigo aquí- el bastón se desvaneció, dejando solo al búho, el cual ahora tenía los ojos bien abierto mientras se dejaba acunar por las manos de ella. -Se llama Owlbert- mostro con orgullo el pequeño búho tallado en madera que ahora lo miraba con ojos brillantes y ululaba ligeramente.

-Es adorable~- al parecer, fue lo correcto que debía decir al verlo inflar ligeramente el pecho en señal de orgullo. -Aunque, este bastón no necesita un Taliamigo- solo para alardear un poco, lo hizo girar, antes de encogerlo con un movimiento exagerado y esconderlo en su oreja. Sonrío ante la mirada de asombro de ella, solo para notar como algo más parecía llamar su atención.

-¡Oh, dios mío!- MK chillo cuando de repente hubo manos sosteniendo su rostro, confundido mientras ella parecía estar revisándolo. -¡Tienes orejas redondas!- había un tono lleno de emoción y asombro en su voz. -¡Eres humano!- y ahí es cuando pudo ver el rostro de ella, su sonrisa enorme y los ojos brillantes que lo miraban con emoción.

-Sip- sonrío apenas ella lo soltó. -Soy MK- porque ahora que se daba cuenta, no se había presentado.

-Soy Luz Noceda- su sonrisa solo parecía agrandarse, el búho ahora posado cómodamente en su hombros. -¡Es increíble ver a otro humano aquí!- dio pequeños saltos en su lugar, emocionada.

-¿Donde es aquí...exactamente?- se atrevió a preguntar, curioso.

-¡Bienvenido a las Islas Hirvientes!- hizo un gesto, señalando a su alrededor. -Estamos sobre las tierras que se formaron sobre los huesos de un titan muerto hace mucho tiempo atrás...literalmente-

-Voy a fingir que eso no sonó raro- agitó la cabeza, sin saber como sentirse al respecto. -¿Sabes cómo puedo salir de aquí? Porque mis amigos deben estar super preocupados ahora mismo- especialmente porque había desaparecido de repente, Mei de seguro fue a alertar a todos los demás y ellos estaban entrando en pánico, aunque en serio esperaba que toda su situación no llegara a su maestro.

-Estoy segura que Eda puede ayudarte- hizo un gesto, el pequeño búho volviendo a quedarse quieto y a formar parte de un bastón. -¡Vamos!- se subió y extendió su mano. MK debería pensarlo un poco, especialmente teniendo en cuenta de que ella se había caído, y debería convertirse en águila pero su deseo de probar fue más fuerte, así que tomó la mano que le ofrecían y se movió, un grito saliendo de su boca cuando salieron volando a gran velocidad. Ese mundo sí que era muy particular.