Peluches
Espero que les guste~
Nota: La imagen no me pertenece, la encontré en Tumblr y en cuanto pueda, dejaré el nombre de quien lo dibujo ^_^
Nota-2: El dibujo le pertenece a chardysstuff de Tumblr
-¡Hey, sucesor!- Midori sonrió al ver el rostro familiar entre la gente que estaba pasando por allí en esos momentos, levantando su mano cuando él chico miró a su alrededor con confusión y ganándose una sonrisa cuando sus ojos se encontraron.
-¡Hola, Midori!- se le acercó a paso rápido, dando pequeños saltos en su camino. Era un buen día hasta el momento. -¿Todo esta bien?- preguntó al notar como la sonrisa de ella se agrandaba un poco.
-Todo está perfecto~- se rio ligeramente, al parecer emocionada y él no pudo evitar mirarla con curiosidad. -¡Tengo un regalo!- declaró de repente, agachándose solo para buscar un caja y ponerla sobre el mostrador. -Aquí, para ti- la empujó hacia él, observándolo con atención.
-¿Para mí?- parpadeo, confundido, aunque sin hacer amague de tocar la caja por el momento.
-Tranquilo, es seguro, lo revise- contesto con confianza, haciendo un gesto con la mano y sintiendo ligeramente. -Es un regalo de parte de algunos demonios...- comentó, riendo al notar que la confusión ajena iba en aumento. -...como un "gracias"- él aun no se movía, parpadeando lentamente. -Confía en mi- y eso pareció hacerlo reaccionar.
-Esta bien...supongo- aun estaba confundido y sorprendido pero confiaba en ella porque nunca había hecho algo en su contra desde que se conocieron. Así arrancó la cinta de la parte superior, abriendo las solapas para ver en el interior, sus ojos abriéndose con asombro ante el contenido. -No...puede...ser- saco uno solo para cerciorarse de que su vista no lo estaba engañando. Era un peluche de Sun Wukong, pequeño y de extremidades cortas, con la cabeza ligeramente grande pero haciéndolo ver adorable. Sus ojos eran amarillos y con los bordes en dorado bordados con esmero, con aquella suave mancha a su alrededor y una sonrisa, vistiendo como usualmente lo veía, su cola luciendo extrañamente esponjosa, con capa y cintas incluidas. -¡Monkey King!- lo abrazo, su encanto Solo en aumento al sentir lo suave y mullido que era, el ligero olor a nuevo llegando a su nariz.
-Hay otro ahí dentro- Midori estaba contenta y divertida al verlo tan feliz con un bonito muñeco, ya quería ver su reacción al ver el otro.
-¿Otro?- jadeo, dejando a Monkey King a un lado solo para sacar lo que quedaba en la caja y mirarlo con los ojos bien abiertos llenos de asombro una vez más. -¡Macaque!- chillo, pudiendo reconocerlo con facilidad. Era un peluche como el anterior, aunque de colores oscuros, solo uno de sus ojos amarillos bordeado de dorado y el otro luciendo más pequeño, con aquella cicatriz que sólo podía imaginar pasando por encima, con aquella marca rojiza a su alrededor y las seis orejas coloridas expuestas, vistiendo como siempre lo había visto, con aquella bufanda rojiza y su cola extrañamente esponjosa. Abrazo a ambos peluches, ahogando su chillido de alegría y emoción, solo pudiendo estar encantado ante la suavidad contra su piel y su dulce apariencia. -¡Son tan lindos!- casi quería llorar por lo tornos y bonitos que eran.
-Se lo haré saber a los demás- tarareo, ya cuando lo había visto la primera vez supo que el sucesor estaría encantado, aunque aún le faltaba conseguir al resto del grupo pero no era algo que fuera a decir en voz alta por el momento. -Aunque si alguno de los dos pregunta, yo no tuve nada que ver- comentó, señalando a ambos muñecos con un ligero ademán.
-¡Por supuesto!- no dudo en decir, aunque no apartó los ojos de los peluches. -Oh, ustedes son tan lindo~- arrullo con voz dulce, abrazándolo y luciendo como si no fuera a soltarlo pronto. -¡Adiós Midori, voy a guardarlos en un lugar seguro!- se despido, alejándose con pasos rápidos, manteniendo algo ocultos a sus peluches.
-Adiós~- tarareo, viéndolo alejarse con una suave y tranquila sonrisa, encantada por la reacción ajena.
-¿Le gustan?- vino un susurro desde atrás de ella, aunque no la sorprendió, volteándose para ver al grupo de demonios que se habían estado ocultando. Habían estado tan ansiosos e indecisos cuando dieron la idea, queriendo echarse atrás incluso cuando ya tenían el paquete con ellos, y terminando por suplicar a quien sabían que les ayudaría sin problemas.
-Los ama- sonrió, riendo ligeramente ante el coro de suspiros de alivio que obtuvo como respuesta, divertida.
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