Nezha y el Pequeño #3
Espero que les guste~
Nezha se sentía como una especie de intruso en la casa de Iron Fan, incluso si hacía todo lo posible para ayudar y mantener todo limpio, pero no tenía a donde más ir.
-Nezha, eres mi amigo...- Iron Fan tomo la mano del príncipe, mostrándole una amable sonrisa. -...peleamos juntos alguna vez, me ayudaste con mi bebé en sus primeros años y me gusta pensar que somos familia a estas alturas- ella lo consideraba su hermano menor, uno torpe y demasiado serio por momentos pero su hermanito al final.
-Lo sé, lo sé...yo también...- se apresuró a decir, aferrándose a la mano ajena. Ella siempre tuvo la habilidad de hacerlo sentir confortado y acompañado, una razón más por la que acudió en busca de ayuda. -...pero es tu casa y yo...no sé que se supone que debo hacer ahora...- la sensación de sentirse perdido era horrible, no le gustaba.
-No te preocupes por eso, cariño- uso su mano libre para acunar la mejilla de su amigo, dándole una suave caricia. -Descansa un poco, descubriremos qué hacer en algún momento- no había mucho que pudieran hacer a parte de cuidar del pequeño y rezar que no causará ningún tipo de desastre. -Ahora, deja de preocuparte por tonterías y ve con tu pequeño...- señaló hacia el niño, quien ahora lucia como demonio mono, quien estaba sentado sobre un manta en el suelo y rodeado de juguetes que alguna vez le pertenecieron a Red Son, mordisqueando un bloque de construcción. -...fíjate si puedes lograr que hable al fin- porque en dos días, lo único que el menor había soltado hasta el momento eran chillidos y murmullos, además de algunas carcajadas.
-Si, si. Yo...hare eso- se permitió apoyarse en el toque por unos segundos, consolado por su sola presencia, y cuando se sintió un poco renovado, se alejo, dejándola sola por el momento a favor de acercarse al menor. -No deberías morder eso- murmuró con voz suave mientras se sentaba frente suyo, agarrando la pequeña muñeca para obligarlo a sacar el plástico de su boca. El mono lo miró, haciendo un puchero mientras su cola se movía con algo parecido a diversión pero obedeció, dejando la pieza babeada y con marcas de dientes a un lado. -¿Crees que puedes decir algo?- pidió con amabilidad, un intento más agregado a su lista. -Vamos, inténtalo- sonrió, un poco torpe. -Habla, al menos di mi nombre- se señaló a si mismo como para dar más énfasis. -"Nezha"- lo dijo lentamente, esperando que eso ayudará en algo. El mono lo miró, abriendo y cerrando la boca un par de veces, como si estuviera probando el nombre en su mente.
-...Zha...- sus ojos dorados brillaron con felicidad, una gran sonrisa dibujándose en su rostro. -¡Zha-Zha!- el tono infantil lleno de emoción y felicidad pura lo tomo con la guardia baja, su expresión mostrando su sorpresa. Él rio, al parecer divertido por la expresión ajena.
-Así que si puedes hablar después de todo- Iron Fan se acercó, sonriendo ligeramente ante la alegría del niño y de la expresión de desconcierto de su amigo. -¿Crees que puedes decir el mío?- se agachó. -"Iron Fan"-
-¡Fan-Fan!- declaró con orgullo.
El chico aprende rápido, muy rápido y resulta ser todo un hablador, repitiendo todas las palabras posibles qué le enseñan o simplemente escucha, haciendo preguntas apenas descubre como crear oraciones con sentido.
Es bueno que fuera fácil de entretener, ya sea con juguetes o caricaturas, eso les da un descanso momentáneo de tantas preguntas.
-Iron Fan...- llamo. -...¿Paso algo con Red Son?- se animo a preguntar, aprovechando qur el menor estaba entretenido con una caricatura qué está dando en la tele. -No le he visto...desde que llegué- ya iban 4 días y sin rastro del hijo ajeno, muy raro teniendo en cuenta que viven bajo el mismo techo.
-Esta...ocupado- ella hizo una ligera mueca, luciendo culpable y ansiosa. -Ha estado buscando formas de liberar a mi esposo desde que fue encerrado. Se esfuerza mucho, es todo lo que hace en estos momento, apenas logró qué coma o duerma- frunció el ceño. -Estoy segura de que eso es mi culpa- estuvo tan centrada en su propio dolor en los primeros años que no presto atención a nada más pero cuando reaccionó, su hijo ya estaba hundido hasta las cejas en planos e ideas en un intento de encontrar como sacar el bastón mágico de la montaña que mantenía al demonio toro dormido y enterrado. Nezha quiere decirle algo para intentar consolarla pero un grito los distrae.
-¡Vuelve aquí!- se sobresaltaron ante la voz llena de ira que resuena por los pasillos.
-¿Red Son?- se miraron entre ellos con confusión. Se voltearon, solo para notar la falta del pequeño mono, y ahí es cuando se mueven. Pueden ver al demonio pelirrojo con el cabello en llamas, persiguiendo al menor, quien parece tener algo entre los dientes para poder correr como todo un mono.
-¡Voy a hacerte pagar por esto, intruso!- gruñó, el fuego emanando de sus manos y cubriendo rápidamente sus brazos.
-¡Red Son, no!- la princesa grita pero su orden cae en oídos sordos al parecer y no le queda otra más que dejarse arrastrar tras el príncipe, quien hace aparecer pétalos de loto rosa brillante para rodearlos en una especie de escudo, justo a tiempo para que una llamarada de fuego llenará el pasillo. Ambos son resistentes pero las llamas de Red Son podían ser demasiado para cualquiera.
-¡Xiaotian!- es lo primero que Nezha grita cuando el fuego se apaga, un nombre que a estado rondando en su mente durante los últimos días, buscando con la mirada al pequeño. Puede verlo y siente alivio instantáneo, su ropa prestada es resistente al fuego pero incluso su pelaje esta intento.
-¡Eso fue malo!- su cuerpo brilla con un aura dorada, gruñendo, impulsándose para lanzarse con gran velocidad a Red Son, quien solo puede quejarse ante el impacto de la cabeza del niño contra su estómago. Xiaotian se para encima de su cuerpo, ignorando sus quejas y gemidos, luciendo orgulloso.
-Lo siento- Nezha hizo una mueca, Iron Fan dejando escapar un largo suspiro de cansancio a su lado.
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