Nezha y el Pequeño #2

Espero que les guste~

Nota: No tengo muy en claro que clase de relación tienen Iron Fan y Nezha, así que me lo invente sobre la marcha

Nezha tardo horas en decidir su siguiente acción, acunando al responsable de su crisis actual entre sus brazos y rebanando su mente. No tiene muchas opciones, tampoco tiene muchos amigos o conocidos, pero un rostro familiar viene su mente en su momento de desesperación y solo espera, reza, para que ella este dispuesta a ayudarlo.

Y así es como se encuentra frente a la inmensa puerta, dudando de sus acciones y ajustando su agarre en el niño que parece estar despertándose lentamente. Puede sentirlo temblar, recordándole que esta desnudo y sucio, y eso lo impulsa a estirar una de sus manos para golpear con firmeza la puerta. Espera, escuchando pasos firmes y tranquilos que se acerca, una ligera sensación de alivio recorriendo su cuerpo cuando la puerta se abre y ve al fin el rostro de la mujer de largo cabello negro. A pesar de su elegancia, luce molesta pero él no tiene tiempo de centrarse en eso.

-Necesito tu ayuda- se siente raro admitirlo en voz alta y esta avergonzado por el toque de desesperación en su tono de voz pero ya no hay vuelta atrás.

-¿Ayuda?- Iron Fan frunció el ceño, abriendo la boca de seguro para exigir una respuesta, pero todas las palabras mueren cuando al final se fija en el niño, quien de paso se esta dando vuelta para devolverle la mirada. Se quedaron mirando por un tiempo y solo cuando el menor estornuda es que ella reacciona. -Entra- se hace a un lado y el príncipe no duda en avanzar a grandes pasos, indeciso y algo ansioso mientras mira a su alrededor de reojo. Ha pasado un tiempo desde que la visito y al parecer, nada a cambiado, no del todo al menos. 

-Hey- bajo la vista al escuchar un suave murmullo, notando que el niño lo mira. No tiene idea en que momento cambio para verse como humano pero esta algo agradecido, no tenía idea si ella lo hubiera dejado entrar si tenía un demonio entre sus brazos. -Todo esta bien...- agrego rápidamente al ver la expresión del menor arrugarse con angustia. -...estamos en un lugar seguro...- eso es más un seguro para si mismo. -...todo esta bien- frota suavemente su mejilla contra la frente ajena, aliviado cuando se gana una ligera risa como respuesta.

-Nezha...- alzo la vista de golpe, ajustando su agarre en el menor y moviéndose de tal manera como si intentara cubrirlo, viéndola con los ojos bien abiertos. Bajo la guardia. -...¿quieres darte una ducha?- él asintió y ella le sonrío, haciendo un gesto para que la siguiera mientras empezaba a caminar.

-No soy resistente al fuego- recuerda haber dicho eso mismo cuando Red Son era solo un bebé y él apareció justo a tiempo para lo hora del baño, un extraño y repentino recuerdo que vuelve por alguna razón.

-Tengo ducha con agua, me ofende que pienses lo contrario- bufo la princesa, obviamente divertida mientras abre una de las tantas puertas que hay en el pasillo. Es un baño, demasiado simple y poco personalizado para ser de alguno de los integrantes. -Ya vuelvo- el príncipe se queda incómodamente quieto en su lugar, viéndola irse.

-No tires de mi cabello, por favor- murmuro mientras sentía como el menor agarraba un puñado de su largo cabello. Lo único que gano fue una risa y bufo, divertido.

-Aquí tienes- ella volvió con unas prendas dobladas entre sus manos. -Tienes la misma altura que Red Son ahora, así que estoy segura de que su ropa de quedara- entro al baño para dejar aquello sobre la superficie más cercana, saliendo y enarcando una ceja ante el príncipe tieso en su lugar. Nezha nunca fue muy relajado pero en esos momentos, se ve más tenso que una roca y eso es mucho decir. -Aquí, dámelo- hace un gesto hacia el niño y Nezha duda por uno segundos. -No te lo voy a robar- ella hablo con voz suave y amable, casi maternal. -Solo voy a bañarlo, no debe ser nada cómodo para él estar cubierto de barro...- señalo. -...y a ponerle algo de ropa-

-Cierto- lo entrega con algo de resistencia. El menor parpadeo, mirando a quien ahora lo sostiene, más curioso que asustado, para luego levantar las manos y apoyarlas contra las mejillas ajenas, riendo alegremente. Iron Fan solo sonrió, sin molestarse por el barró que ahora mancha su piel, extrañamente enternecida por la gran sonrisa que el niño le dedica.

-Estaremos justo aquí- señalo la puerta tras suyo y Nezha decidió entrar al baño antes de pensarlo mejor, cerrando la puerta luego de un segundo de duda. Su uniforme sucio caer al suelo y se permite quedarse parado por unos segundos bajo el chorro de agua tibia, cerrando los ojos y haciendo todo el esfuerzo posible para mantener la mente en blanco pero parece ser inútil ¿En serio acaba de abandonar todo lo que conoce, de seguro esta a punto de ser tachado de traicionero y mandado a buscar para pagar por sus acciones, solo por un niño de aspecto extraño y con poder brillando en su interior? ¿En serio acaba de hacerlo?

Obtiene su respuesta poco después, cuando sale del baño sintiéndose limpio y pasando sus dedos por su cabello para deshacerse de los nudos, vestido con pantalones rojos y una remera sin mangas negras que no le pertenecen pero al menos, sus zapatos están en buen estado. Va al baño de enfrente, sintiéndose un poco más tranquilo ahora que el chico estaba en su campo de visión. El niño en la bañera parece entusiasmado con el juguete de goma que no tiene idea de donde consiguió, sin rastro de barro y con el cabello más caído ahora por estar mojado. Es completamente inocente e inconsciente de todo lo que sucede a su alrededor.

Eso solo le recuerda a Nezha que si, sacrifico todo lo que conocía por un pequeño y extraño niño que, a pesar de apenas conocerlo, siente que debe protegerlo.

-¿Qué fue lo que paso, Nezha?- Iron Fan decide preguntar, sintiendo que ya le ha dado al príncipe tiempo suficiente para organizar sus pensamientos. El príncipe cuenta del como había sido mandado a revisar un repentino pico de poder, de como simplemente encontrar aquella extraña piedra y de como el pequeño apareció luego de que esa misma piedra se quebrara. Habla de la sensación que el niño le produce, de su desconfianza hacia los celestiales y sus intenciones, solo para terminar de explicar la razón de su presencia en el gran castillo.

-Eres la única que conozco que tiene un hijo, pensé...que eras mi mejor opción- confeso.

-Ya veo- la princesa asintió, pensativa ante la historia. Un niño nacido de una piedra, una historia tan familiar que por un segundo siente un escalofrió. -¿Crees que Wukong sabe...?- señalo hacia el niño, sin querer terminar la frase.

-No lo creo...- negó. En serio espera que el dios no sepa nada de nada y que por el bien del mismo mono, que no tuviera nada que ver con ese desastre. -...pero la cosa solo empeora- como prueba de sus palabras, un aura dorada rodea al niño y en segundos, luce como demonio mono, su cola sobresaliendo del agua y agitándose ligeramente.

-Oh...- ella abre los ojos con sorpresa, sin tener idea de como sentirse al respecto. Otro demonio mono, uno que se parece mucho a cierto dios en particular que no soportar, eso no puede ser nada bueno.

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