Nezha y el Pequeño

Espero que les guste~

Nota: Ahora que estoy relativamente libre, voy a revisar peticiones y ver que puedo cumplir

Nota-2: Peticiones en este comentario, por favor ^_^

Nezha había visto cosas que para muchos serían raras y poco creíbles pero incluso entonces, lo que está presenciando se lleva el premio de las rarezas en su inmortal vida.

Encontró una piedra algo redondeada posada sobre otra, casi como una especie de altar, luciendo inofensiva e inocente, algo que lo hizo fruncir ligeramente el ceño. Podía sentir una fuente de poder, una que aparecía y desaparecía por segundos, pero

Un sonido de ruptura es lo que lo incita a voltearse, pudiendo notar las grietas en la superficie de la piedra redondeada y antes de que pudiera reaccionar, se parte por la mitad, una luz intensa obliga a cerrar los ojos por unos segundos para evitar quedar momentáneamente ciego. Cuando los abre, lo primero que nota es la piedra partida a la mitad, enarcando una ceja ante el interior hueco pero cuando baja un poco más la mirada, se endereza, tieso como una estatua de piedra y con lo boca firmemente cerrada.

Hay un pequeño salido aparentemente de la nada, porque se niega a creer que se encontró con una especie de piedra-huevo, esta sentado en el suelo, mayormente cubierto de barro fresco y parpadeando con obvia confusión. Su apariencia cambia por minutos. Por segundos se ve como un mono, el pelaje castaño oscuro y espeso, la larga cola tras suyo moviéndose suavemente y con los ojos dorados brillantes que le son muy familiares. Por otros, se ve como un pequeño niño humano, la piel visible lisa y ligeramente pálida, su cabello castaño oscuro despeinado y lo suficientemente largo como para caer por enfrente de sus ojos oscuros. Se queda como un niño por el momento, con expresión tranquila y casi en blanco, la boca apenas abierta y los ojos brillando con curiosidad pura pero pronto, parece decidir mirar a su alrededor, soltando un suave murmullo lleno de asombro.

Nezha se queda allí, quieto, sin poder creerlo del todo a pesar de tenerlo justo enfrente suyo. El pequeño lucha por levantarse, cayendo un par de veces. Se remueve, frustrado de seguro, y cuando suelta un sonido angustiado, ahí es cuando el príncipe reacciona.

-Aquí...déjame...- dudo un poco pero se termino por acercar, tomando las manos ajenas e intentando ignorar lo pequeñas que son a favor de levantarlo, sujetándolo al sentirlo balancearse. Lo ayuda a dar unos cuantos pasos de practica y lo suelta muy lentamente, tarareando mientras lo ve caminar por si mismo. Se ve algo torpe pero aprende rápido, solo para detenerse junto al único árbol que hay por la zona. El pequeño alzo la vista, su boca abriéndose con ganas ante la roja manzana que puede ver pero no alcanzar y se voltea, mirando al príncipe con atención, señalando la manzana que cuelga en la rama fuera de su alcance en una obvia petición.

-Ten- el príncipe funciona en piloto automático, tomando la manzana y entregándola, recibiendo un pequeño chillido entusiasta como agradecimiento. El pequeño se deja caer de sentón sin mucho problema, sin lucir incomodo por la suciedad o la dura superficie, oliendo ligeramente la frutan antes de abrir ampliamente la boca, mostrando de paso que tiene dos pares de colmillos de demonios que se ven a simple vista afilados, y dándole una gran mordida.

Mientras el responsable de su ligera crisis come, se decide a sentarse, meditando con la mirada perdida en la nada pero con los oídos atentos a muy ligero sonido de pasos que viene del pequeño, luchando para pensar qué debe hacer a continuación. Técnicamente, debería volver con los celestiales con el chico bajo el brazo e informar de la situación, de seguro siendo obligado a volver a su puesto usual mientras ellos hacer quién sabe qué cosas pero...pensarlo, le revuelve el estómago.

Ha servido a los celestiales durante mucho tiempo, obedeció cada regla y orden que le daban pero en su interior, sabe que ellos no son del todo buenos. Hacen lo que quieren para su propio bien y toman decisiones que solo les traerá beneficios, nunca piensan en los demás, no les importa quienes pagan por sus acciones y quienes mueren en el camino. Así que sabe, que si entrega al pequeño, podía terminar muy mal. Podían usarlo como un arma, entrenarlo hasta el punto de romperlo y que solo obedeciera. Podían manipularlo, usarlo para tener un nuevo ser poderoso de su lado. Podían matarlo si creían que era demasiado peligroso o inservible.

-Rayos...- se estremece ante el solo pensamiento. -¿Eh?- se sobresalta ante el repentino toque en su mejilla, volteándose tan rápido que su nuca duele y notando entonces al pequeño parado a su lado, luciendo como demonio mono ahora, su mano levantada y los ojos dorados brillantes. Cierra los ojos, sintiendo la pequeña mano fría por el barro golpear ligeramente su rostro y hasta puede escucharlo haciendo un suave chirrido. -¿Por qué?- para su sorpresa, el niño sonrió, amplio y brillante, soltando algo que suena como una risa llena de diversión. No puede evitar mirarlo, sintiendo como el sonido afloja algo en su interior y la sonrisa hace que algo más crezca, una sensación de protección que no ha sentido en mucho tiempo.

El pequeño es inocente, ni siquiera debe ser consiente del peligro que cuelga encima de su sola existencia. No quiere que caiga en las manos equivocadas, no quiere que lo lastimen, quiere que pueda vivir y ver todo a su alrededor, conocer todo lo que estuviera a su alcance, quiere que aprenda a defenderse. Lo quiere cuidar, incluso si no sabe cómo o por qué.

-Hey...- llamo, su decisión más firme cuando los ojos dorados se fijan en él. -...ven aquí- extendió los brazos y para su absoluto deleite, el niño básicamente choca contra su pecho, un ligera risa saliendo de su boca sin su permiso al sentir las pequeñas manos aferradas a su ropa para poder ser trepado. -No te preocupes...- lo rodea con sus brazos, ignorando sin mucho problema el frio barro que hace contacto con su piel y que ahora mancha su ropa. -...te protegiere...- sonrío suavemente cuando sus ojos se encontraron con los dorados, sonriendo con puro cariño mientras sentir las pequeñas manos ahora en sus mejillas y una nariz empujando contra la suya en una muestra de cariño. -...con mi vida- los anillos aparecen bajo sus zapatos para ayudarlo a alejarse de la escena lo más pronto posible, su mente corriendo con ideas y planes.

La peor parte de todo es que...va a necesitar algo de ayuda...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top