MK Vampiro #3

Espero que les guste~

Dibujo de: hikaru-fukawara

Ser un vampiro tenía la ventaja de no necesitar muchas horas de sueño. Claro, las siestas que tomaba durante el día lo ayudaban mucho, especialmente cuando tenía la oportunidad y no había demonios locos que quisieran atacar, pero los fin de semana y sus días libres, no va a negar que aprovechaba el momento para recuperar el sueño perdido.

Usualmente, buscaba un lugar donde sabía que nadie iba a llegar, un edifico abandonado y peligroso para cualquiera que necesitará moverse por tierra, o un lugar pequeño para caber y no ser visto por nadie para no ser molestado o tocado. Pero por primera vez en mucho tiempo, tenía un lugar nuevo en mente, uno donde sabía que iba a poder tranquilo y profundo con la seguridad de que nadie le iba a hacer daño.

-¿Me dejarías dormir en tu bufanda, por favor?- y fue a preguntar directamente, mostrando una sonrisa esperanzada y ojos brillantes.

-¿Disculpa?- Macaque estaba obviamente sorprendido ante su pregunta, enmarcando una ceja en confusión. Lo tomó por sorpresa.

-¿Me dejarías dormir en tu bufanda?- repitió, apenas aguantando la risa ante la expresión ajena. Lucia tan perdido que era divertido.

-¿Por qué?- movió ligeramente las orejas de manera inconsciente, como si se estuviera segura del de escuchar bien.

-Por es fin de semana y puedo dormir- su sonrisa se agrando, luciendo muy emocionado a pesar de estar hablando de dormir. -Además, esta vez tengo la suerte de que Pigsy sabe mi secreto y me va a cubrir con todos los demás, así que...¡Podre dormir tranquilo!- su teléfono sonando cada dos por tres, interrumpiendo su siesta y recibiendo reclamos luego por no atender no era la mejor situación del mundo.

-¿En mi bufanda?- aún no lo estaba entendiendo.

-Me siento seguro contigo- una flecha invisible se clavo directamente en el corazón del domador de sombras ante la frase llena de seguridad confianza. -Confío en que no dejaras que me pase nada mientras duermo- MK había tenido muchos problemas en el pasado, su forma de murciélago llamando demasiado la atención de muchos por alguna razón y convirtiéndolo en una presa que debía alejarse rápidamente para no ser atrapado. Era otra época y era consiente de que ya no había tanto peligro de algo así ahora pero la sensación de estar indefenso mientras dormía como murciélago nunca se iba. Además, confiaba en todos sus amigos pero sólo dos de ellos sabían su secreto y aunque Pigsy había reaccionado mejor de lo esperado, aún no parecía digerir del todo la noticia. -Entonces, ¿puedo...?-

-Si- ni siquiera dudo, conmovido por la confianza que depositaban en él por primera vez en mucho tiempo. -Cuidare de ti- extendió las manos, dispuesto a aceptar su tarea.

-¡Muchas gracias!- MK sonrió, lleno de felicidad y alivio, antes de ser cubierto por un ligero humo oscuro, el cual desapareció a los pocos segundos. El mono parpadeo, bajando la vista al sentir algo entre sus manos, abriendo un poco los ojos ante lo que encontró. Era un murciélago, uno pequeño en su opinión, con el pelo castaño oscuro y esponjado, sus alas cuidadosamente dobladas contra su cuerpo, con orejas algo grandes y en punta, nariz chata y pequeños ojos oscuros que le devolvían la mirada. Estaba haciendo un agudo sonido, una especie de chillido quizás, al parecer feliz de estar en esa forma y aunque estaba seguro que se veía como tonto, el domador de sombras no pudo evitar parpadear, sin poder apartar la vista del pequeño ser entre sus manos. Era lindo, de una manera muy rara y difícil de explicar.

Y así es como, tiempo después, Macaque se encontró intentando meditar en lo alto de una montaña, cubierto por las sombras que las nubes formaban y disfrutando la brisa que removía su pelaje oscuro, intentando ignorar el pequeño cuerpo acurrucado contra su cuello, al cual podía sentir retorcerse de vez en cuando en espasmos ligeros en medio del sueño. Hacía pequeños sonidos de vez en cuando, resoplidos o chillidos ahogado, de seguro estaba soñando con aventuras locas.

-¡Mono emo!- y esa voz lo hizo bufar, más divertido que fastidiado.

-Wukong...- lo miro de reojo, recibiendo una gran sonrisa de parte del dios. Su amistad era nueva, aunque se sentía familiar y cómoda cuando no estaban de mal humor e intentando matarse entre ellos, aunque no va a negar que aún está sorprendido que toda la charla emocionar basura que el chico les había obligado a tener hubiera hecho algún bien.

-¡Entrena conmigo!- era una orden llena de entusiasmo, obviamente feliz de tener a alguien que pudiera seguirle el ritmo a la hora de luchar, en especial en un entrenamiento. Macaque abrió la boca, dispuesto a negar, cuando Wukong noto algo extraño. -Tu bufanda se ve...rara- frunció el ceño, luciendo confundido.

-Tengo un murciélago- contestó, casi queriendo reír ante la expresión en el rostro de su contraparte.

-No entiendo el chiste- se cruzó de brazos, su cola moviéndose un poco más rápido en signo de confusión.

-No es un chiste- engancho con su dedo el borde de su bufando, moviendo apenas la tela para mostrar el pequeño ser que allí estaba escondido. -¿Ves? Tengo un murciélago- justo en eso, el pequeño se removió un poco, solo confirmando el hecho de que era real y el mono no estaba alucinando.

-¿Cómo es que...?- el dios parpadeo, estupefacto, sin poder apartar la mirada a pesar de que el pequeño ya estaba nuevamente escondido de la vista. -¿Desde cuando tienes una mascota?-

-No es mi mascota- rodo los ojos. -Es solo un pequeño murciélago...- que falsa era esa frase. -...que vuelve cuando quiere- tarareo.

-¿Lo hipnotizaste?- aún no se veía confiado.

-Técnicamente, solo lo alimente- si el dios supiera que tan cierta era esa frase.

-Rayos, supongo que no hay entrenamiento hoy- Wukong hizo un puchero cuando su contraparte negó ligeramente con la cabeza. -¿Jugamos cartas?- se animo al instante.

-¿Quieres apostar dulces otra vez?- Macaque enarco una ceja, divertido ante el entusiasta asentimiento que recibió. -Bien- se levantó con un movimiento elegante y se dispuso a seguir al dios, aun cuidadoso ante el pequeño que dormía profundamente contra su cuello.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top