Cult Of The Lamb #3

Espero que les guste~

Nota: No sé si voy a publicar mañana pero por si las dudas...¡Les deseo un muy feliz año nuevo, mi gente! Nos seguiremos leyendo el otro año ^_^

Lamb decidió que quería ir con MK a su entrenamiento, teniendo curiosidad por el maestro del que tanto había escuchado desde que conocieron y aquel protagonista de la mayoría de los dibujos que el chico tenía.

Así que MK se lo llevo con todo el entusiasmo del mundo, usando su bastón para llegar a la montaña mientras hacia ligeras acrobacias innecesarias y con Lamb aferrado a su espalda, divertido por el extraño viaje. Estaba sombrado y encantado con el bonito lugar que se ocultaba tras la cascada de la montaña, todo bien cuidado y natural, viendo a lo monos de reojo pasar por ahí soltando ligeros chillidos.

-¡Hey, Bud!- y ahí es cuando Wukong se presento, sentado cómodamente en su nube y comiendo como siempre.

-¿Es un dios? ¿En serio?- pregunto, frunciendo apenas el ceño en señal de confusión. El mono en si no parecía el dios que en teoría era, no como aquellos a los que había enfrentado, luciendo demasiado amigable y común si era sincero, sin contar la obvia aura de poder pura que emanaba, aunque le recordaba un poco a uno de los tantos adeptos que había rescatado en algún momento.

-¡Llegaste justo a tiempo!- el mayor sonrío, aunque el gesto quedo como congelado en su rostro cuando sus ojos se fijaron en el intruso que ahora estaba entre los brazos de su alumno. -¿Qué es eso?- enarco una ceja, entrecerrando los ojos con algo parecido a sospecha. -¿Un muñeco?- y eso molesto al cordero.

-Oh, este muñeco te a cortar la cola y te la va a meter por el...- empezó a balar, lleno de ira y molestia, apuntando con uno de sus dedos al mono, quien solo podía verlo con confusión y curiosidad al no entenderlo. Mientras tanto, MK lo estaba mirando con los ojos bien abiertos, horrorizado, aunque por alguna razón también tenia muchas ganas de reír.

-¿Que dijo?- Wukong tenía la sensación que, por la expresión en el rostro del cordero, lo estaban insultando y con muchas ganas.

-¡Nada!- el sucesor chillo, sin estar dispuesto a repetir todo lo que el pequeño había dicho. Cielos, si Pigsy lo hubiera escuchado, ya estaría arrastrando a Lamb para lavar su boca con mucho jabón. -S-Su nombre es Lamb...- sintiendo la tensión del pequeño cuerpo entre sus brazos, lo acomodo, alzando una de sus manos para rascar ligeramente tras la oreja ajena. El efecto fue instantáneo, sintiéndolo relajarse y apoyarse en el toque, cerrando los ojos con obvia felicidad. -...esta aquí de vacaciones- sonrío con nerviosismo, sintiendo como uno de los pequeños cuernos rojizos del cordero se clavaba incómodamente en su piel pero lo ignoro a favor de continuar la caricia. 

-Aja...- el dios tarareo, su vista fija en el cordero que se veía demasiado cómodo entre los brazos del humano para su gusto. Lamb sintió su mirada fija y abrió solo uno de sus ojos para verlo, sacándole la lengua con una sonrisa de superioridad, solo haciendo que el pelaje del mono se erizara con molestia.

... ... ... ...

MK se quedo muy quieto en su lugar, sin saber como interpretar el extraño ambiente que se había formado apenas los ojos dorados del domador de sombras se encontraron con los oscuros del cordero. Por alguna razón, el mono y el cordero parecían estar teniendo una especie de pelea silenciosa, una que no tenia idea de como o por qué había empezado.

-Dime, corderito...- Macaque rompió el silencio entre ellos, Lamb gruñendo con algo de molestia ante el apodo repentino. -...¿Cuál es el nombre de tu corona?-

-¿Su corona?- eso confundió al sucesor pero por la sonrisa que se estaba dibujando en el rostro del más pequeño, este sabía algo que él no. Balo como respuesta, el ceño del chico frunciéndose apenas. -¿Eso es un nombre?- estaba tan confundido pero Lamb asintió, así que supuso que debía confiar en él. -Él dice que se llama..."Aquel Que Espera"- fue sutil pero pudo notar como el mono se tensaba en su lugar. -¿Macaque?- lo miro con preocupación.

-No es nada, Kid- negó rápidamente, obligándose a si mismo a relajarse. Lamb frunció apenas el deño, decidido a tener la atención ajena nuevamente, alzando una de sus manos para cerrar el puño y empezar a alzar su dedo medio.

-¡L-Lamb!- se apresuro a tomar la pequeña mano para evitar que siguiera mostrando aquella seña, sonriendo con nerviosismo hacia el domador de sombras, el cual solo pudo tararear. No podía creer del todo que ese pequeño cordero descarado fuera aquel que derroto a los dioses y a "Aquel Que Espera" pero supuso que las apariencias podían ser engañosas.

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