Cult Of The Lamb #2
Espero que les guste~
Nota: Lo de "gustar" no es en sentido romántico, solo para aclarar ^_^
Nota-2: ¿Cómo creen que reaccionarían Macaque y Wukong ante Lamb?
Todos en su pequeño grupo son consientes de que MK es demasiado inocente y algo tonto, son muy consientes de eso, capaz de extenderle la mano a cualquiera sin mucho problema si este ser le muestra una sonrisa. Así que ninguno esta particularmente sorprendido cuando él entra con alguien nuevo entre sus brazos, dando pequeños saltos con sus pasos y saludándolos con entusiasmo.
-¿Qué tienes ahí, Kid?- Pigsy decidió preguntar primero, porque Tang tiene la boca llena y Mei parecer estar decidiendo entre reírse o sacar fotos.
-¡Un nuevo amigo!- contesto con demasiada alegría para el gusto de todos, alzando al pequeño ser para mostrarlo con algo parecido a orgullo, el cordero luciendo divertido mientras agita ligeramente los pies y hace un amague de saludo con una de sus pequeñas manos. -Su nombre es Lamb, viene de vacaciones-
-Es adorable~- Mei se acerco con una gran sonrisa. El pequeño parecía un peluche a simple vista, si no fuera por la sonrisa que se estaba dibujando en su rostro y por el ligero parpadeo de aquellos ojos con pupilas raras.
-¡Y mejora!- la sonrisa de MK se agrando, volviendo a sostener al cordero contra su costado, sosteniéndolo como si fuera un niño al decir verdad. -Lamb, ¿puedes hacer el sonido, por favor?- pregunto con emoción apenas contenida.
-Te encanta eso, ¿verdad?- balo con tono divertido, rodando apenas los ojos ante el chillido ahogado que ahora venia de la chica.
-¡Es tan lindo!- rio alegremente, apretando su teléfono contra su pecho. -¡Me encantaría sacarle muchas fotos!- el cordero balo, mirando al chico, quien asintió ante sus palabras.
-Él dice que si le das algunas copias físicas, puedes sacarle todas las fotos que quieras- informo, Lamb asintiendo mientras la miraba. Todos se le quedaron viendo, la boca de Mei abriéndose con asombro y Pigsy apretando con fuerza la cuchara que había estado usando para cocinar, Tang tosiendo con fuerza cuando se atraganto por la sorpresa.
-¡¿Puedes entenderlo?!- grito el hombre de anteojos lo que todos allí querían saber cuando logro tragar lo que había estado comiendo.
-Si- asintió, confundido ante la mirada fija y llena de horror mezclado con preocupación que sus amigos tenían, escuchando apenas la risa del cordero entre sus brazos. -Hizo algo en mi cabeza, creo- se encogió de hombros, el chef golpeándose la frente con su mano libre mientras dejaba escapar un suspiro de cansancio puro. -Así que ahora puedo entenderlo- no parecía darse cuenta de lo mal que eso sonaba para los demás.
-Creo que les esta dando algo- se burlo Lamb, divertido ante la expresión en los rostros ajenos, luciendo cansados y resignados, aunque preocupados y algo rendidos, todo al mismo tiempo. Mientras tanto, MK aun estaba confundido, viendo a sus amigos con preocupación, sin recibir respuesta alguna a todas sus preguntas. Tenía la sensación de que había hecho algo pero no tenía idea de que exactamente. Decidió darles unos segundos para reaccionar, caminando para sentarse en una de las mesas de la esquina, dejando al cordero sentado sobre la mesa para estar a la altura.
-¿No puedes hacer que ellos también te entiendan?- pregunto con genuina curiosidad, señalando a sus amigos.
-Puedo...- asintió. -...pero no lo hare- termino por contestar, tranquilo, algo que tomo al menor por sorpresa.
-¿Por qué no?- ladeo la cabeza, confundido. Si el cordero pudiera hacer que los otros lo entendieran, no necesitaría tenerlo de traductor, incluso podía tener más libertad de alguna manera a la hora de tener que salir si planeaba tener vacaciones en la cuidad.
-Porque...- logro acomodarse en su lugar, acercándose al otro lo suficiente como para estirar las manos y alcanzar las mejillas ajenas, dándole un juguetón apretón. -...me gustas, chico~- sonrío, enorme y luciendo cariñoso, algo que tomo al otro por sorpresa nuevamente.
-¡También me gustas!- no dudo en decir, sonriendo mientras se lanzaba para abrazarlo con fuerza, escuchando la ligera risa ajena amortiguada en su hombro. No se conocían muy bien ni de mucho tiempo pero tenía la sensación de que de alguna manera, había superado alguna clase de prueba.
... ... ... ...
MK se dio cuenta de que su pequeño invitado era mucho más que una apariencia adorable y un dulce sonido en una de sus tantas salidas. Estaban recorriendo el centro mientras le comentaba los tipos de comida que servían los puestos, intentando encontrar que podía probar primero el cordero, cuando alguien los ataco. El sucesor reacciono rápidamente, retrocediendo de un salto mientras sacaba su bastón con su mano libre y afianzaba su agarrare en el cordero, rápido en estar estable sobre sus pies y con los ojos fijos en el demonio desconocido.
-¡Vine a enfrentarte, Monkie Kid!- rugió, luciendo furioso y lleno de adrenalina, luciendo ansioso por luchar.
-No eres el primero- bufo ligeramente, haciendo un puchero con tristeza. No era el primer demonio que venia de la nada con la sola intención de pelear contra él por ser el sucesor del dios pero eso no quitaba que lo molestara un poco, especialmente cuando la estaba pasando bien.
-¿Locos atacándote?- Lamb frunció el ceño ante el desconocido, apretando ligeramente los puños. Alguien estaba interrumpiendo su descanso, alguien estaba molestando e intentando atacar a quien le gustaba y consideraba ahora uno de los suyos. -¿Eso te pasa a menudo?- ahora estaba furioso.
-Mucho más de lo que me gustaría- sonrío con nerviosismo, mirando de reojo a su alrededor pero manteniéndose su atención en el demonio frente suyo. -¿Puedes buscar un lugar seguro? Te encontrare cuando termine- lo dejo suavemente en el suelo, mostrándole una sonrisa llena de confianza, el ceño del cordero solo frunciéndose un poco más.
-Yo me encargo- decidió, serio, dando unos pasos hacia el desconocido.
-¡Lamb!- llamo pero el mencionado solo continuo, aprovechando que el menor no podía ver su rostro para permitir que parte de sus poderes fruyeran y tiñeran sus ojos de rojo, algo parecido a lagrimas rojizas manchando sus mejillas. Levanto su mano, apuntando hacia el demonio confundido, el ojo de su corona empezando a brillan mientras soltaba un balido tenso y lleno de molestia.
-¿Qué rayos dijo?- frunció el ceño, confundido y molesto por el pequeño ser de extraño aspecto, algo intimidado por el brillo rojizo y el repentino poder que parecía emanar.
-Él dijo...¿disfruta el infierno?- estaba confundido, aunque todo eso se olvido cuando noto el piso bajo los pies del desconocido se empezó a quebrar, rompiéndose y dando paso a grandes tentáculos que se apresuraron a rodear el cuerpo de aquel demonio, solo apretando su agarre mientras este se retorcía con fuerza en un intento de huir. Los gritos resonaron por un segundo antes de que los tentáculos se retractaran, llevándose al desconocido con él, sin dejar siquiera una marca en el suelo de lo que había sucedido.
-¡Listo!- sonrío, orgulloso, permitiendo que sus poderes volvieran a reposar y haciendo desaparecer todo el brillo, justo a tiempo para que el humano corriera hacia él.
-¡¿A donde lo mandaste?!- chillo con pánico, aunque también estaba asombrado y un poco asustado por lo que había visto.
-Lejos de la ciudad- se encogió de hombros, dejando escapar un suspiro ante la mirada ajena que mostraba que su respuesta no le era suficiente. -Estará bien, aparecerá a las afueras de la cuidad. Va a estar un poco aturdido, solo eso...- fue un poco más claro. -...y muy asustado...- agrego en su mente con satisfacción, sabiendo que el demonio estaría horrorizado y muy asustado por lo que iba a presenciar en ese agujero. Lastima que no estaría para admirar su rostro.
-Esta bien, si, eso...eso es bueno- suspiro de alivio, cayendo de rodillas al sentirse más relajado. -Gracias por ayudarme- incluso si realmente no lo necesitaba, el cordero había decidido usar sus poderes para ahorrarle una lucha innecesaria.
-Cuando quieras~- su sonrisa se agrando, contento, balando con alegría cuando el humano lo alzo de repente para abrazarlo.
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