Alma Congelada

Espero que les guste~

Nota: Tengan sus cajas de pañuelos, mi gente. Solo una advertencia ^_^

Nota-2: Vi algo de esto en Tumblr pero solo fue un vistazo porque las ideas pronto se me vinieron a la mente xD

Es extraño. Habían estado en medio de un pelea y de repente, estaba en un lugar desconocido y completamente en blanco, solo...o eso pensaba.

-Ahórrate tu discurso de moralidad, niño- la escucho y se volteo, notando que ella flota no muy lejos, dándole la empañada. -He vivido lo suficiente como para saber cuando se ha terminado- no se escucha enojada pero hay un toque de tristeza en su tono que llama su atención. -Sigo creyendo que el universo quiere algo de nosotros...¿Tu no?- preguntó de repente, tan tranquila, como si estuviera preguntando del clima.

-No, intento no pensar demasiado- contestó con sinceridad. Pensar en su posición en el mundo, en el destino que según muchos ya estaba escrito, eso eso era algo que ignoraba en su mayor parte a favor de vivir el día al día.

-Así parece- tarareo y de repente, se movió en silencio, él sobresaltándose cuando al verla a su lado. -Aprende esto, mono...- se ve seria, tanto que le trae una mala sensación. -...Tu y yo no somos tan diferentes, ambos peleamos por lo que creemos es correcto- asiente de manera inconsciente porque eso tiene cierta verdad. -Ese objetivo nos lleva a sólo una cosa...- hace una pausa dramática y él tiene la sensación de que debe completar su frase.

-Al destino, ¿no?- la mira, esperando confirmación.

-No...- eso lo sorprende. -...al dolor- espera a que se desvanezca, quizás para encontrar alguna clase de paz o algo así de poético pero de repente, ella se abalanza y él grita, toda la alarma y la sorpresa convirtiéndose el miedo y dolor mientras la siente envolver su cuerpo completo, algo casi espumoso y frío entrando a su boca, bajando rápidamente por su garganta y asentándose en lo más profundo de su interior. Cualquier pizca de calor corporal que alguna vez desaparece, dándole paso al frío abrasador y abrumador.

Todo está frío, todo le duele, todo es abrumador, todo es demasiado y cuando tiene la oportunidad, suelta un grito escalofriante que de seguro resuena en el lugar en donde están, sin saber que todo a su alrededor se rompe como vidrio y ella ya no está.

Es devuelto al mundo real.

Abrió los ojos de golpe, encontrándose de rodillas en donde habían estado peleando y escuchando los gritos de celebración de sus amigos, aunque sonaban lejanos, como si sus oídos estuvieran tapados. Deja escapar un tembloroso suspiro, apenas notando que su aliento se ve como si estuviera en pleno invierno, y baja la vista al sentir algo demasiado pesado en sus manos, apenas pudiendo dejar eso en el suelo con un sonoro golpe. Es su bastón, aquel que fácilmente había podido levantar pero que ahora se siente más pesado que el concreto.

Jadeo, su aliento visible, la realización golpeándolo con fuerza. La suave y confortable conexión en el fondo de su mente es reemplazada por un coro de voces susurrante, hablando al mismo tiempo y demasiado bajo para entenderlos. Lo que alguna vez fue la sensación cálida y ligera de los poderes de Monkey King ya no está, siendo reemplazado por la fría sensación que se extiende pesadamente por todo su ser. Aprieta los labios que tiemblan con horror, sintiendo sus ojos arder por las lágrimas que se están formando rápidamente. Puede sentir la diferencia y sabe, de alguna manera lo sabe, que ya no es el sucesor del sabio de la montaña y eso le rompe el corazón.

Ahoga su grito de desesperación en sus manos, aunque las aparta, viendo la ligera escarcha que se forma rápidamente en la punta de sus dedos y lo odia, porque si es lo que cree que es, de alguna manera tiene los poderes que alguna vez lastimó a tantas personas, lo que lastimó a sus amigos y a la gente de la ciudad.

-No...no, no, no, no, no...- no los quieres. Se levanta lentamente, tropezando porque su cuerpo se siente algo rígido y tieso, pero aun así se mueve, mirando por última vez el bastón que alguna vez fue suyo y sollozando, pasando por encima para empezar a alejarse. Quiere estar solo, quiere tiempo para intentar entender y digerir lo que sea que ella le hizo, sin preguntas o lastima.

-¿MK?- la voz, en vez de traerle consuelo o algo mejor, sólo lo llena de culpa por alguna razón y lo impulsa a moverse más rápido. -¡MK, espera!- se detiene y tiembla, volteándose apenas para ver a sus amigos, sintiéndose peor ante sus expresiones. Pigsy luce confundido, aunque no puede moverse porque está sujetando a Tang, quien se ve apenas consiente; Red Son esta cruzado de brazos pero incluso con el ceño fruncido, puede ver que hay algo de preocupación en sus ojos y Mei está a su lado, mirándolo con confusión y súplica, abrazándose a sí misma; Macaque esta esta quieto en su lugar, aún sujetando a la inocente niña pero mirándolo con los ojos bien abiertos y ahí es cuando apenas nota que es Wukong quien había avanzado, levantando el bastón abandonado en el suelo, mirándolo con preocupación y desesperación.

-Hey, Bud...- hablo el dios, lento y cuidadoso, como si intentara que un animal salvaje no escapara de él y MK se siente como uno si es sincero pero teme más lastimarlo que otra cosa.

-...lo siento...- sollozo, las lágrimas que corrían por sus mejillas dejando un ligero camino de escarcha y convirtiéndose en hielo al caer. Puede escuchar como los susurros toman fuerza, como la sensación de frío en su interior crece rápidamente, amenazando con romperse y extenderse. -...lo siento tanto...- su cuerpo tiembla, por el llanto y el frío intenso.

-No tienes que sentirlo, Kid- hablo él, dando un paso tentativo hacia adelante, guardando el bastón en un rápido movimiento para tener las manos libres. -No sé qué te está pasando...- su cola se mueve, incómodo, solo queriendo abrazar a su angustiado alumno. -...pero podemos solucionarlo, juntos, como todo este desastre...- extiende su mano, suplicando con la mirada que el menor la tomará. -...lo que sea, lo haremos juntos- los demás asienten, queriendo darle un incentivo.

-...lo siento...- mira a los ojos dorados, su corazón estremeciéndose. -...pero...esto ya no se arregla...- esa cosa que se había acumulado en su interior revienta, como una explosión, un grito saliendo de su boca mientras es rodeado por algo y luego, ante los ojos de todos, desaparece.

No lo sabe pero ellos gritan su nombre, los buscan desesperadamente y su mejor amiga solloza, todos luciendo impotentes y furiosos pero sobre todo, hay tristeza en entre ellos.

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