Compra de Regalos #2

Espero que les guste~

Nota: Tuve que revisar esto como 10 veces porque me seguía olvidando de alguien, tuve suerte de recordar a último momento a Sandy xD

Nota-2: ¡Capítulo super largo!

Nota-3: Si algo me falto, lo agregaré más tarde :3

Nota-4: Voy a ser muy sincera, la realidad es que no tengo idea de si se festeja o no la navidad en el mundo de Lego Monkie Kid, tampoco se si se festeja Halloween (el cual tampoco es de nuestra zona xD) pero es lo que se me ocurrió en su momento. ^_^

Nota-5: Además, tengo un especial de Halloween para el libro de "Papa Macaque" que ya voy por la mitad y no pienso borrar todo lo que hice si no lo festejan , así que los obligare a festejar lo que yo quiera xD

El intercambio de regalos era algo que se hacia en el mismo día de navidad, usualmente después del desayuno o del almuerzo, dependiendo a que hora se levantaran, una pequeña tradición que habían hecho entre sus amigos pero esta vez, MK decidió romper eso, solo por esta vez.

-Aquí~- extendió el regalo hacia Macaque, sonriendo con emoción apenas contenida. -¡Feliz Navidad!-

-No es navidad aún, Kid- comento, divertido, aceptando el regalo pero sin hacer el amague de abrirlo por el momento.

-Ya se, ya se...- asintió, encogiéndose de hombros. -...pero quería que lo tuvieras antes...- sonrió, notando como el mono rasgaba suavemente el envoltorio, curioso y cuidados al mismo tiempo. -...para protegerte- los ojos del mayor se abrieron con sorpresa, el papel cayendo al suelo mientras sostenía los auriculares, sus dedos rozando los hechizos hechos en dorado en los cascos. Sonrió, paciente, dejando que el mono reaccionara a su propio ritmo.

-Gracias, MK- sonrió, pequeño y sincero, colocando los auriculares alrededor de su cuello, la sonrisa del chico agrandándose ligeramente. -Supongo que ahora me toca- y antes de que pudiera reaccionar, Macaque chasqueo los dedos, algo blanco cayendo a la cabeza del chico, quien lucho para agarrar aquello antes de que cayera al piso.

-¿Eh?- era una bolsa, una que abrió para revelar que había algo de ropa adentro. Lo saco, desplegándolo para verlo mejor, jadeando de la sorpresa. -¡Pijama de Monkie King!- era de un bonito color castaño claro y bordado con el uniforme del dios, suave y de aspecto cómodo. -¡¿Y una pijama de Macaque?!- chillo de la sorpresa, eran muy parecidos pero este de un color negro y con patrones diferentes, por no mencionar que parecía tener las seis orejas coloridas en la capucha. -¿Como es que...?- lo miro, asombrado y emocionado, abrazando ambas prendas contra su pecho. 

-Tengo mis medios~- sonrió el mayor, divertido ante la reacción ajena, negándose a mostrar lo aliviado que estaba de que la haya gustado.

-¡Gracias!- sonrió, enorme y feliz, el mono devolviendo el gesto de una manera más pequeña y suave.

... ... ... ...

El siguiente regalo que entrego fue en el día antes de navidad y fue a Red Son, quien a pesar de estar invitado a la cena de navidad que estaban preparando se había negado, diciendo que sus padres exigían su presencia en las fiestas.

-Toma- dio pequeños saltos de la emoción, mordiéndose la lengua para no soltar una carcajada y viendo con ojos atentos como el demonio rasgaba el papel, notando su ceño fruncido de confusión antes de abrir los ojos con alarma al ver la prenda.

-¡¿De dónde sacaste esto, niño de los fideos?!- grito, la punta de su cabello elevándose y convirtiéndose en fuego, sus mejillas tornándose rojas de repente.

-Es una regalo, eso no se pregunta- rio, divertido ante la reacción ajena.

-¡L-Lo aceptaré!- abrazo la pijama contra su pecho, disimulando lo mejor posible su vergüenza y emoción. -¡Pero que sepas que estoy furioso!- y a pesar de que el mayor le dio la espalda, MK sabía que estaba sonriendo. -¡Y toma tu tonto regalo!- le tiro su regalo a la cara ajena, el chico chillando y atrapando antes de que cayera al suelo. Ve a su amigo alejarse y luego decide abrir su regalo, viendo que eran guantes sin dedos y de un bonito color gris, aunque tenían la apariencia de patas de gato, con las almohadillas de un suave tono de rosa. Rio, encantado, los amaba.

... ... ... ...

Mei le ganó este año, entrando con toda la alegría del mundo y básicamente empujando la bolsa de regalo que tenía en el pecho de su amigo, quien parpadeo y rio ligeramente, abriendo la bolsa ante la insistencia ajena.

-Esto es...- MK abrió los ojos con asombro, sin poder creer lo que tenia entre sus manos. Era una caja grande, con lápices de todos los colores y tonos posibles, acomodados. -¡Es genial!- dejo la caja a un lado para abrazar a su amiga con todo el cariño posible. -¡Gracias Mei!- la soltó solo para poder agarrar la caja nuevamente, sus dedos rozando los colores, ya pensando en que podría usarlos.

-De nada~- Mei sonrió, satisfecha, rompiendo lentamente el envoltorio colorido de su propio regalo y sorprendiéndose ante el contenido. -¡Pijama de dragón!- chillo con pura felicidad apenas rompió el envoltorio colorido, corriendo al baño mas cercano, saliendo al poco tiempo con el pijama de cuerpo completo verde y con tema de dragón, combinando con sus medias y pantuflas verdes. -¡Soy un dragón!- se coloro la capucha, mostrando que tenia pequeñas orejas y cuernos como adorno, corriendo para lanzarse sobre su amigo. -¡Te amo! ¡Te amo!- chillo, abrazándolo con fuerza, el menor riendo ante su entusiasmo.

... ... ... ...

El siguiente regalo que entrego fue el de Pigsy apenas se levantaron el día de navidad, dejando el regalo en la mesa mientras el mayor tomaba su café de desayuno.

-¡Aquí tienes, Pigsy!- sonrió, emocionado, su jefe aceptando con una suave y divertida sonrisa, abriendo con movimientos lentos solo para fastidiar al impaciente chico.

-Oh...- una suave y lenta sonrisa llena de cariño se dibujo en su rostro ante la camisa blanca de chef, aunque el detalle que más llamó sus tensión fue el dibujo en la espalda, donde se podía ver a sí mismo en una versión chibi y con una gran sonrisa, sosteniendo un cartel con el nombre de su tienda. -Gracias, chico~- estaba encantado y eso emocionaba al chico, quien se relajo en su lugar. El mayor extendió un táper de tapa rosa, una tapa que removió y que el olor que llegó a su nariz hizo que su sonrisa se agrandara.

-¡Brownies!- chillo con pura emoción, los brownies que hacía su jefe eran los mejores de todos y sus favoritos.

... ... ... ...

Tang fue el siguiente en recibir su regalo, sentados cómodamente mientras el demonio cerdo terminaba de preparar las cosas para el almuerzo.

-Aquí~- se lo entrego, ignorando por completo la mirada curiosa que el adulto le mando ante su pijama de Macaque. El de anteojo enarco una ceja, rompiendo cuidadosamente el papel, sus ojos abriéndose con asombro.

-¡Es el libro que buscaba!- abrazo el libro, el chico sonriendo ante aquel gesto, aliviado de no haberse equivocado de libro. Él dejó el libro de lado para extenderle una pequeña bolsa al menor, quien lo acepto y lo abrió, curioso, sacando lo que allí había. Era un libro de tapa dura y hojas lisas casi completamente blancas, de un lindo color rojo junto con sus iniciales grabadas en la tapa con letra elegante y en dorado

-Gracias Tang- sonrió, encantado, ya se había quedado sin lugar en su libro de bocetos.

... ... ... ...

Le entrego su regalo a Nezha justo antes del almuerzo, dando saltos de emoción contenida mientras lo veía sacar la campera de tonos rosas y blancos de la bolsa, emocionado y atento al rostro ajeno.

-Oh...- tarareo, acariciando la suave tela de la prenda con sus dedos, una lenta y cariñosa sonrisa dibujando en su rostro, sacándose el buzo que tenía puesto para ponerse la campera. Le quedaba bien, cómoda, algo paga de cuerpo y de mangas pero eso era lo mejor. -Me encanta-

-Me alegro~- parpadeando cuando el príncipe de repente le extendió una pequeña caja muy familiar. -¿Cartas?- aceptó, mirando la portada, abriendo sus ojos con asombro. -No...puede...ser- la abrió solo sora cerciorarse, soltando una carcajada de felicidad e incredulidad. Eran cartas, por supuesto que lo eran, pero cada número tenía el dibujo diferentes dibujos, con Monkie King siendo el número uno y Macaque siendo el joker. -¡Esto es asombroso!- era divertido ver los dibujos, con una extraña versión de Pigsy siendo el diez y un monje con cierto parecido a Tang siendo el 12. -¡Mira!- sacó la carta de tres, la cual tenía el dibujo del mismísimo Nezha. -¡También estas aquí!- rio, feliz, sin notar la mirada cariñosa con la que el príncipe lo miraba.

... ... ... ...

Sandy fue el siguiente, yendo a su hogar rápidamente para dárselo y siendo recibido con una sonrisa amable junto a una taza de té recién hecho.

-¡Feliz navidad, Sandy!- le extendió su regalo, acariciando al felino de pelaje azul que se estaba colando en su regazo.

-Es adorable~- el grandote sonrió, encantado ante la delicada y bonita taza con tema de gato que sostenia con sumo cuidado entre sus garantes manos. Era una taza grande, lo suficiente como para alguien como Sandy. Más al fondo de la bolsa había un pote, playo y de plástico, con peces de colores como decoración. Eso era para Mo, quien maulló felizmente ante eso.

-Aquí tienes, mi pequeño amigo- le extendió su regalo, MK sonriendo ante el sweater obviamente tejido a mano, rojo y con detalles dorados, con su apodo justo en frente y en grande.

... ... ... ...

Su último regalo a entregar era para Monkie King, quien parecía tan impaciente y emocionado como él. MK se lo extendió, nervios y ansioso, removiéndose en su lugar mientras veía como su maestro rompía el envoltorio.

-Oh por mis duraznos...- jadeo, soltando una carcajada ahogada mientras pasaba sus dedos por la superficie de la manta y la almohada, divertido ante el tema de duraznos. -Esto es lo mejor que me han regalo en la vida- hablo con firmeza, abrazando la almohada contra su pecho y colocando la manta alrededor de sus hombro, como si fuera una capa, agradecido de vestir más simple en ese día en particular.

-Me alegro mucho~- sonrió, aliviado, había estado temiendo que su regalo no fuera bueno y que a su maestro no le gustara pero ahora que lo veía, sus preocupaciones se habían desvanecido a estas alturas.

-Al diablo las almohadas, esta será mi favorita- apretó la almohada de durazno, sonriendo ante lo blanda y mullida que era. Cielos, sus siestas iban a ser mucho mejor ahora. -Aquí tienes, Kid- le extendió con su cola una bolsa, la cual aceptó y miró adentro.

-...un mini-yo...- jadeo con puro asombro ante el pequeño muñeco de si mismo, suave y blando, de la misma calidad que los muñecos de Monkie King que había visto con los años. Tenía su peinado y su banda, con su campera favorita, incluso una pequeña sonrisa en su rostro y los ojos oscuros cocidos. Lo tomó entre sus manos, sintiendo su suavidad y lo blando que era, por no olvidar el ligero olor a durazno que tenía. Estaba sorprendido y encantado.

-Cobre unos favores...- sonrió, moviendo la cola con gusto ante la felicidad ajena. -...así que solo existen dos de ellos en el mundo-

-¿Dos?- parpadeo, confundido, levantando la vista para mirar al mayor.

-Dos- asintió. -El tuyo...- señaló muñeco entre las manos ajenas. -...y el que está en mi casa- rio al ver como las mejillas de su alumno se tornaban rojas al instante, divertido cuando el menor soltó un chillido de vergüenza y emoción.

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