---- Ga Ram ----

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No sé por qué de pronto quieres ir a trabajar a otra empresa. Ya te he dado la mía. Ya puedes trabajar ahí. Tenemos mucho dinero. No entiendo. — me decía papá, algo preocupado por mi decisión.

— Padre, ya te dije que el dinero no me importa. Quiero ser independiente, ganarme las cosas por mi mismo. Es por eso que he decidido mudarme ahora. — le respondí.

— Está bien. Te apoyamos en tu decisión, cariño. — habló mamá.

— Gracias, madre. — sonreí.

—Bueno. Trataré de apoyarte. Pero si necesitas algo, nos avisas e inmediatamente iremos por ti.— dijo mi padre.

— No se preocupen, estaré bien. Ya soy adulto.

Es así como me mudé de casa. Quiero estar lo más cerca posible de JiSoo. Le pedí a Lisa, mi mejor amiga, que me ayudara a conseguir un departamento cercano al de ella.

— ¡Es genial que ya estés aquí! — Lisa me dio la bienvenida. Estábamos en mi departamento nuevo. A unas cuadras del de ella.

— Sabes que muero por conocer a JiSoo. — sonreí.

— Ya la conocerás. Es de mis roomies. De hecho será una sorpresa para ella. No le he dicho que ya estás aquí.

— Espero que ella también esté ansiosa por conocerme.

— Veo que te gusta mucho mi amiga.— sonrió.

— La verdad sí. Hemos estado hablando desde hace dos meses. Realmente es la chica que he buscado siempre. Desde el primer día que chateamos, hicimos click.

----- JiSoo -----

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¿Y, Cuándo te verás con Ga Ram?— me preguntó Lisa, muy emocionada.

— Yo creo que, nunca. — respondí.

— ¿Qué? Pero me habías dicho que te gustó.

— Es cierto, es un buen chico. Tenemos mucho en común, pero ...no creo que él sea el chico que he esperado siempre.

— ¿Por qué? ¿Pasó algo?

— Lisa, te seré sincera. La verdad es que, vi sus fotos y no me gustó físicamente — confesé.

— ¿Qué? ¿Lo estás juzgando por unas fotos? ¿Quién te entiende? Habías dicho que no quieres quedarte sola, sin pareja, y ahora que tienes a alguien interesado en ti, no lo quieres.

Lisa organizó una fiesta en nuestro departamento. Todas preparamos todo. Escuchamos que tocaban el timbre. Venían nuestros amigos cercanos. Entraban uno por uno.

Pusimos la música a un buen volumen. Sonó el timbre de nuevo. Jennie fue a abrir con la charola de botanas en las manos.

— ¡Hola! ¿Es el departamento de Lisa? — estaba en la puerta un chico apuesto. Jennie casi soltó la charola, de tan sólo ver a aquel joven.

— Sí, es aquí. — respondió ella, algo nerviosa.

— ¿Puedo pasar?

— Adelante...

Jennie dejó pasar al chico. Él realmente era guapo. Luego ella me hizo señal de que le había gustado ese chico. Qué suerte tienen todas. El chico que me gusta, no luce así de perfecto.