Capítulo 20: La prueba #Maratón2
Poseidón asintió.
—Muy bien, confío en que lograrán pasar la prueba. Les asignaré dos de mis más fieles amigos —anunció a la vez que giraba la cabeza por sobre su hombro— ¡Ethan! ¡Evan! ¡Vengan aquí! —sentí movimiento detrás de mí y la elfa, que se encontraba a mi lado, también lo sintió. Me miró ceñuda y en menos de dos segundos giró con su espada en mano.
— ¡Aquí estamos! —respondió una voz alegre detrás de mi.
—Tranquilas, venimos en paz —advirtió otra voz un poco más grave. Me giré rápidamente para ver de quiénes se trataba y abrí la boca sorprendida al ver la espada de Sylvanna entre los dedos de las manos de un tritón. Puedo asumir que él es el de la voz grave y enigmática. La elfa se encontraba con las cejas arqueadas por la sorpresa y las mejillas acaloradas pero rápidamente cambió su semblante por uno más molesto. Observé al chico que estaba detrás de mi y él me guiñó un ojo. Ahora era mi turno de sonrojarme.
Creo que escuché un gruñido al otro lado.
El chico frente a Sylvanna me dio una rápida repasada y me miró a los ojos indiferente para luego mirar a la elfa de nuevo, con extrema curiosidad.
—Suelta mi espada —musitó ella entre dientes mirándolo desafiante. Él en cambio pareció enojarse por el tono que utilizó al decirlo.
Quizás Sylvanna no es el ser más amable del mundo...
EL tritón pareció abrir la boca para protestar pero el otro lo interrumpió antes de que lo hiciera.
—Lo siento, mi hermano puede ser un poco molesto a veces —se disculpó el chico, alejando a su hermano un poco de nosotras logrando que suelte la espada— ¿Qué diablos te sucede Evan? ¿Dónde están tus modales? —le reclama él en susurros para que no lo escuchemos aunque de todas formas sí lo hacemos. El tal Evan simplemente se encoje de hombros y desvía la mirada. El otro, que de seguro debe llamarse Ethan, se da la vuelta y nos sonríe incómodamente. Asiento y vuelvo a voltearme.
—Muy bien, ellos nos acompañarán pero... ¿Qué es lo que encontraremos allá? ¿Cómo iremos? ¿Qué pasa si no podemos con la prueba? —le pregunto a Poseidón. Él levanta las manos y las mueve de arriba abajo en un gesto de que me tranquilice.
—Tranquila Jazz... no puedo decirles lo que encontrarán allá, los chicos los guiarán al lugar y los acompañarán en todo momento. Si algo sale mal, alguno de los chicos tocará la caracola que llamará a uno de nuestros amigos que sin duda podría ayudarlos con la prueba.
Asiento y trato de convencerme de que nada malo pasará.
—Comprendo —digo elevando la vista de nuevo—. Entonces, ¡No hay tiempo que perder! —les grito a los demás para que se pongan en marcha. Yo comienzo a nadar derecho yendo al lugar hasta que Ethan me llama.
—Emm... Jazz... —dice divertido con los labios oprimidos como si le faltara la dentadura. ¿Acaso tomó el jugo de un limón o qué? Pensé extrañada.
— ¿Si? —le contesto con un ademán de la mano para que prosiga.
— ¿Adónde vas? —pregunta con una sonrisa y una ceja arqueada.
—Al lugar al que debemos ir, ¿Adónde más iría? —él se muerde el labio y nega lentamente.
—Es para el otro lado... —me dice Ethan suavemente señalando el lado opuesto para luego comenzar a reír. Me golpeo con mi mano la frente internamente por lo estúpida que debí de haberme visto yendo a un lugar del que ni siquiera sabía dónde era. Los demás, algunos rieron y otros reprimieron la risa disfrazándola con una tos. Yo hice una mueca y seguí a los tritones a donde se suponía que iríamos.
(...)
—Llegamos —anuncia Ethan para todos. A lo lejos puedo vislumbrar un enorme bache que lleva a las profundidades del mar. Desde aquí se puede apreciar la oscuridad que envuelve al gran cráter. De solo pensar en tener que bajar por ahí me dan escalofríos—. Vamos, tenemos que entrar.
— ¿Qué hay ahí dentro? —pregunta Alec con preocupación.
—Ya lo sabrán —contesta Evan secamente como lo hizo antes.
Lentamente nos acercamos arriba de nuestros hipocampos. ¿Qué? ¿No les conté de que estábamos en los hipocampos? Bueno, solo tengo dos palabras para describirlos: son hermosos. Aunque también pude haber dicho "caballo-pez". Literalmente son hermosas criaturas. El mío es de color azul con escamas de un tono de azul mas oscuro. Tiene una mirada penetrante y decidida, son tan bellos...
—Por aquí —nos indica Ethan. Descendemos por la gran grieta y nos fundimos en las profundidades del mar—. Hay algo que Poseidón no les dijo... —comenta de repente. Lo observo confundida.
— ¿Qué cosa no nos dijo?
—En las profundidades del mar, justo en el final de esta grieta, dentro de una cueva se encuentra uno de los ingredientes que necesitan para la cura —explica con simpleza, como si estuviera contando cómo será el clima hoy. Me emociono de la simple idea de ya tener entre mis manos uno de los ingredientes de esta búsqueda. Será un paso más, un paso más para poder salvarlos... Pensé con esperanza. Pero pronto la esperanza se me fue al caño cuando agregó algo más—. Pero... no está a la vista o a merced de cualquiera, hay "algo" que la protege, que la cuida de que alguien más la robe o si quiera la toque —dice mirándome por un momento—. La planta es muy valiosa, incluso si salieran vivos de ésta se consideraría un milagro que las consiguieran —tragué en seco. Suena a que esta aventura será muy peligrosa. Pero... yo sé que podemos. Él miró al frente de nuevo y con un ademán de la mano me indicó que no me preocupara—. Pero tranquilos, confío en que ustedes podrán lograrlo. Las plantan se conocen como "Algas Diamantinas".
—Okay, yo también confío en que lo lograremos. Nosotros podemos chicos —digo dando ánimos y volteando para mirarlos a todos uno por uno. Ellos asienten dándome la razón y yo asiento con ellos en respuesta—. Lo haremos —susurro para mí misma para convencerme de ello.
De pronto, el movimiento de algo grande llama mi atención entre toda la oscuridad. No logré ver bien qué era pero supuse que eso no era normal.
—Oigan chicos, ¿Ustedes también vieron es...? —un tentáculo gigante frena mi pregunta y logra callarme. ¡¿Pero qué mierda?! ¿Qué fue eso? Pienso sin creerlo.
—No estamos solos —dice Emma antes de que un tentáculo idéntico al otro e igual de inmenso la enroscara en la cintura y se la llevara lejos.
— ¡No! ¡Emma! —grito yo asustada. Mi respiración comienza a agitarse y siento que me falta el aire a pesar de tener una burbuja lleno de él. Giro en todas direcciones tratando de verla. ¡¿Por qué tenía que estar todo tan oscuro?! Maldecí internamente al no ver nada.
— ¡Ahí está! —gritó Taylor de repente. Me giré a ver en qué dirección apuntaba él y efectivamente Emma se encontraba a un par de metros de nosotros, siendo presa de uno de los tentáculos de un pulpo gigante.
—Oh mierda, el Kraken... —musitó Ethan maldiciendo. Sin perder tiempo me acerqué con mi hipocampo al gran pulpo y levanté las manos en el aire para llamar su atención.
— ¡Oye amiguito! ¡Aquí estoy! ¡Deja a Emma! —le grité y al instante me arrepentí. Él lanzó a Emma lejos justo donde se encontraban unas piedras. Su cuerpo impactó contra una de ellas y supe desde ya que se encontraba inconsciente cuando su cuerpo fue descendiendo lentamente— Mierda... —reproché en respuesta. Luego me alteré aún más cuando vi al Kraken acercándose a mi— ¡Mierda y más mierda! —grité lo más fuerte que pude. Comencé a nadar rápidamente tratando inútilmente de huir de él, pero además de que era realmente gigante me superaba de una manera aterradora en velocidad y fuerza. Se movía como si el agua fuera un tobogán a toda velocidad y él estuviera encima.
Miro rápidamente hacia donde estaban los demás y solo está Taylor, Sylvanna, Evan y Ethan. Jazzmina y Ezra los veo nadar rápidamente al monstruo para tratar de ayudarme. ¿Acaso se volvieron locos? No podrán con él... Esperen un segundo, ¿Dónde diablos se metió Alec?. Observo atentamente como Evan saca de su espalda la caracola de la que nos habló Poseidón. La sube y sopla por ella, a lo que se empieza a escuchar una linda melodía. Luego para de hacerlo y me mira. ¿Para qué será eso? ¡Basta, tonta! deja de distraerte, busca a Alec... Me recuerda mi subconsciente.
Un grito agudo logra paralizarme por completo, Emma está herida, Alec desaparecido, Ezra y Jazmina en peligro, y yo solo me paralizo.
¡¿Por qué no puedo moverme?! Veo como una gran cola golpea la cabeza del gran monstruo, Ezra y Jazmina ya no están en su lugar, Evan logró rescatarlos. Gruñidos y golpes es lo único que se escucha.
— ¡Jazzlyn! —veo como Ethan viene a toda velocidad, me sujeta de la cintura y me pone encima de su hipocampo ya que el mío me dejó aquí varada— ¡Tenemos que irnos ahora!
¡Odio esto! ¡¿En qué rayos me metí?!
— ¡No! —le grito— ¡Tenemos que ir por el ingrediente!
—No, Jazz, no lo entiendes —él toma mi cara entre sus manos y me obliga a girar la cabeza. Lo que me muestra me deja con la boca abierta y los ojos de par en par— ¿Ves a ese monstruo? Él es nuestro amigo, Jazz. Es el monstruo del Lago Ness. Y él está luchando ahora mismo contra el gran pulpo para que nosotros escapemos...
Nessie luchaba con fiereza contra el Kraken. El pulpo trataba de agarrarlo y lastimarlo pero Nessie era más rápido y ágil. Se movía a la velocidad de la luz y de una rápida vuelta mordió al Kraken. La bestia soltó un alarido de dolor y yo sonreí triunfal.
Ese monstruo del Lago Ness y yo nos llevaremos muy bien.
De repente, algo brillante llamó mi atención. Alec se encontraba con unas algas celestes muy brillantes en sus manos pero lo que más llamó mi atención fue su cara de horror. Al instante en el que lo vi me preocupé. Solo rezaba que no haya sido lastimado, sino no me lo perdonaría nunca. Mi hipocampo apareció en mi línea de vista y sin pensarlo dos veces, nadé los más veloz que pude hasta él. Nessi me miró en el momento en el que me subí de nuevo a mi hipocampo. Sus ojos brillaron en mi dirección y me pareció verlo levantar la comisura derecha en una media sonrisa.
De niña, el monstruo del Lago Ness era uno de mis seres fantásticos favoritos. Jamás creí que lo vería en carne y hueso justo frente a mi. Es realmente una criatura majestuosa. Moví la cabeza tratando de quitar esos recuerdos de mi mente, pues mi madre cuando era chica me leía esos cuentos. Me desanima saber que si algo saliera mal no podría volver a escuchar su hermosa voz diciéndome Te quiero o simplemente contándome un grandioso cuento antes de arroparme como hace largos años atrás lo hacía. Lo que daría porque lo hiciera de nuevo...
¡Alec tonta! ¡Recuerda a lo que ibas!
Me recuerda mi subconsciente de nuevo y asiento. Él se encuentra a tan solo unos cuantos metros de mi y yo me acerco a toda velocidad con mi hipocampo. Cuando llego, le doy mi mano para ayudarlo a subirse.
— ¿Dónde estabas Alec? Casi me matas del susto —le reclamo yo molesta por haberse ido sin dar ninguna explicación.
—Tranquila Jazz, solo fui por las Algas Diamantinas, porque sabía que si no las buscaba yo, vos no querrías irte —lo miré sorprendida y me acerqué rápidamente para depositar un suave beso en su mejilla en agradecimiento por lo que ha hecho y por conocerme tan bien. Él me sonrió y se sonrojó levemente. Luego de unos minutos me miró alertado— ¡Arranca Jazz! Tenemos que irnos ya mismo, el Kraken no era el único que aseguraba las algas... —apenas terminó la frase un rugido furioso salió del fondo de la grieta, donde la oscuridad no te permitía ver casi nada—Ay no, ¡Vamos Jazz! ¡No te quedes mirando maldita sea! —cuando eso salió de su boca tiré con fuerza de las correas del hipocampo para que avance lo más rápido que pueda.
Cuando ya estábamos bastante cerca de los demás, otro rugido más cerca que el anterior hizo que comenzara a desesperarme. Al llegar hasta los chicos vi la preocupación en el rostro de Ethan y él me miró asustado. No quería voltearme, sabía que lo que sea que estuviera detrás nuestro persiguiéndonos no era bueno. Otro rugido aún más fuerte y aterrador logró que se me erizara la piel.
— ¿Qué rayos es esa cosa? —pregunto yo con miedo.
—E-es L-leviatán —tartamudea Ethan.
Oh no, ese nombre no me indica nada bueno...
Siento movimiento detrás de mi y me doy la vuelta. Atrás mío se encontraba Nessi moviendo su enorme cola como si fuera un perro feliz. Bajo su cabeza hasta mi altura y me miró directo a los ojos, de nuevo con ese brillo tan hermoso al que me estaba acostumbrando. Él parece como si tratara de decirme algo abriendo y cerrando la boca dejando escapar extraños sonidos que no entiendo.
—Jazz... ¿No entiendes nada de lo que dice? —me pregunta Yasmina tocando mi hombro. Yo niego con la cabeza.
— ¿Tu si? —le pregunto curiosa. Ella asiente levemente— Ah pues... ¿Y qué dice?
—Dice que conoció a tu madre —yo pestañeo repetidamente—. Él era amigo de ella y la acompañó durante largos años en todas sus travesuras y aventuras —comenzó a relatarme ella todo lo que él decía—. Jazz, yo te conocía desde antes de que nacieras. Desde que te encontrabas en el vientre de tu madre tuve el extraño poder de escucharte. Escuchaba tus latidos, tus pensamientos, ¡Podía hasta tener tus mismos sentimientos! —abrí la boca sorprendida— Cada vez que estabas asustada allá en la tierra, usaba mi conexión contigo para tranquilizarte. No solo puedo escucharte y sentirte, también puedo lograr que pienses en otra cosa, que te tranquilices y te sientas segura, y es exactamente lo que he estado haciendo hasta e día de hoy. Tu madre me imploró que te cuidara, que hiciera lo posible por hacerte feliz —una pequeña lágrima calló por mi mejilla—. Jazz, aunque nunca estuviste conmigo aquí, siempre estuviste en mi corazón y para mi siempre fue un consuelo escuchar tu voz en mi mente. Eres como la hermana de otra especie que jamás tuve... Te quiero, Jazz... —yo no podía creerlo. Todos estos años cuando me sentía mal pero al fin y al cabo me sentía segura a pesar de estar sola, fue él quien me ayudo.
Mi querido Nessie... Yo también te quiero...
Pensé en mi mente con intención de que me escuchara y así fue. Él sonrió y yo me acerqué a él para rodear mis brazos al rededor de su ancho y largo cuello y abrazarlo con todo el amor y cariño que me era posible. Un gruñido desde la orilla de la grieta hizo que lo soltara. Todos giramos para observar a un gigante pez muy pero muy grande con dientes filosos y puntiagudos como los de una piraña. Su apariencia era tan monstruosa y horripilante que otro escalofrío aún más intenso que el anterior volvió a sacudirme.
—Oh mierda, ahí viene... —maldije yo en voz baja.
—¡El monstruo del Lago Ness nos pide que huyamos! ¡Vamos chicos, naden! —grita Ezra a todos. Nadamos sobre nuestros hipocampos lo más rápido que podemos. Cuando ya estamos avanzando mucho y nos encontramos lo suficiente lejos de Leviatán, me detengo. Giro para buscar a Nessie pero él no se encuentra detrás mío.
No puede ser...
Nessie está luchando contra Leviatán. Trata de esquivar sus mordidas pero es inútil. Esa bestia es demasiado grande y fuerte incluso para él. Leviatán lanza un golpe con su cola y Nessie no llega a tiempo de esquivarla. Nessie se sacude por el golpe y se marea. Leviatán no pierde tiempo y arrasa con él mordiéndolo sin piedad por el cuello.
— ¡No, por favor! ¡Nessie! —grito yo antes de que mis ojos se llenen de lágrimas. A pesar de estar a larga distancia, observo muy bien como sus ojos lentamente pierden aquel brillo que tenían cuando me vio. Mi querido monstruito deja de forcejear y se queda inmóvil. Siento como una parte de mi comienza a desaparecer. Empiezo a sentir un vacío abrumador y doloroso que nunca antes había sentido. Más lágrimas caen por mis ojos y ruedan por mis mejillas. El dolor y el vacío que siento en mi pecho nunca antes los había sentido y ya comienzo a odiarlo. Veo con dolor como Leviatán suelta su cuerpo y lo deja descender por el mar. Yasmina se acerca y sacude lentamente mi hombro.
—Jazz, Nessie dijo que huyéramos... pase lo que pase... —asiento sin miramientos y me doy la vuelta con mi hipocampo. En todo el viaje a Atlántida de nuevo me la paso llorando y con mi vista apagada.
Volví con la planta, superé la prueba, mis amigos están sanos y salvos... pero no volví con algo que no creí que se volviera tan importante en tan solo unas horas. No volví con el mejor amigo de mi madre. No volví con aquello que inconscientemente me ayudó toda mi vida.
No volví con Nessie...
Y eso me destruía por dentro...
Wow... ¿Se lo esperaban? Casi lloro escribiéndolo. Dalia quería un final super triste y creo que ya se lo he dado. Solo espero que también produzca sentimientos en ustedes.
Los ama, Jime♡
#LloroPorNessie
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top