第1章 • Capítulo Uno

Aquella insistente alarma no detenía su sonar, aún y cuando al parecer ya la había apagado, aún confundiendo el botón con posponer.

Intentó volver a estirarse para apagarla, cuando algo al parecer más rápido lo hizo.

—Edmond, me parece que tu alarma ya sonó tres veces.

Dijo aquella robótica voz, la causante de haber apagado el aparato.

—Ugh...—se queja, bufando y abrazándose a la almohada ahora tibia a su lado.—¿Dónde está Kenji?

Pregunta, bostezando y cubriendo sus labios.

—Ken está en el comedor, haciendo su rutina.

Responde, flotando alrededor del rubio.

—Me invita a dormir y no es capaz de quedarse dormido conmigo.—bufa, enderezándose y agarrando sus lentes de la cómoda.

—Él tiene una reunión de entrevista programada para el día de hoy.

Edmond suspira y se vuelve a abrazar a la almohada. Después de tan solo unos minutos, bostezo una vez más y se levantó de la cama.

—Recuérdame no aceptarle alguna invitación para dormir.

Dice, poniéndose su playera y después saliendo de la habitación. Se dirige a donde le dijeron estaba su pareja, deteniéndose unos segundos en el marco de la puerta.

—Podría quedarme aquí todo el día, viéndote, admirándote y saboreandote.—ríe, viéndolo con atención.

Kenji ríe y niega, continuando con su actividad de saltar la cuerda.

—No sé si sorprenderme por tus palabras.

—Ni para que hacerlo, siempre te las digo.

Sonríe, acercándose de a poco al ver que se detiene.

—Y aún así me sigo sonrojando.—ríe, dejando a un lado la cuerda.

Edmond ríe y se acerca a él, abrazándolo por detrás mientras recarga su mentón en la espalda del mas alto.

—Cuando desperté no te vi a mi lado...—murmura, con su voz apagada al pegar sus labios a la nuca del Sato.

—No podía dormir, tengo un horario que es imposible ignorar.

Dice, bebiendo unos sorbos de la botella de agua que había tomado segundo antes de ser abrazado.

—Aunque sea hubieras esperado que me despertara...—murmura, formando un mohín con sus labios.

—Me aburrí de solo verte dormir.—responde, usando un tono juguetón y burlón.

Ed ríe y se aparta, estirándose y dejando escapar un suspiro de satisfacción.

—Cuando esté de vuelta en Estados Unidos extrañarás verme dormir.—sonríe, cruzándose de brazos y viéndolo con seguridad.

—No lo creo, dormiré mejor porque ya no habrá quien me ronque al oído.—dice con burla.

Edmond bufa, fingiendo ofenderse mientras rueda los ojos.

—Ya no me gustó este juego.—murmura entre dientes, cruzándose de brazos y dándose la vuelta.

—Ed...—le habla, sonriéndole suavemente.

El nombrado suelta un suspiro de molestia y se da la vuelta.

—¿Qué?

—Te amo.

Dice de la nada, haciendo que la piel clara del rubio se tornara de un carmín, subiendo la sangre a su mejillas.

—No puedes decir eso de la nada...—murmura, cubriéndose con su antebrazo el rostro.

Kenji ríe y se acerca, poniendo sus manos en los hombros del rubio.

—Bueno, aprovechando que me estás poniendo atención...—murmura, acercándose lentamente hasta el oído del rubio.—Te amo...

El contrario se sonrojó con más intensidad, si eso era posible, y solo soltó pequeños balbuceos.

—Bobo...—balbucea, mirando a otro lado que no fuera Kenji.

El asiático rió y se apartó, caminando por la cocina hasta la estufa.

—Hoy tengo una reunión, ¿te molesta esperarme?—pregunta, encendiendo la estufa y poniendo un sartén.

—¿Para qué me trajiste si me dejarás aquí solo?—cuestiona, arrugando la nariz y viéndolo con molestia fingida.

—Edmond, no estarás solo. Mina estará contigo.—dice, aún dándole la espalda.

Ed frunce el ceño con molestia, cruzándose de brazos.

—¿Mina? ¿Cómo podría ella hacerme sentir acompañado?

—Hola Ed.—saluda la robot flotante, apareciendo de la nada a un lado del rubio, haciendo que este se sobresaltara.

—¡Carajo! ¡Deja de aparecerte así!—exclama, poniendo su mano contra su pecho.

Kenji ríe y niega un poco.

—¿Lo ves? Nunca te aburrirás teniendo a Mina contigo.

Un suspiro se escapa de los labios del ojiazul, quien termina por dejar caer su cabeza en la encimera.

—¿Vas a tardar?—le pregunta, solo levantando su cabeza para verlo.

—No lo sé, eso dependerá de si no me hacen muchas preguntas.

—Claro, como si a ti no te gustara hablar de ti mismo...—murmura, sonriendo ladinamente para después borrarla.

Kenji lo ve de reojo, enarcando una ceja y viéndolo con curiosidad.

—Últimamente estás más insoportable, ¿hay algo de lo que debas contarme?

—No, no hay nada, solo de mis quejas constantes de soledad por tu abandono.—responde.

Sato suspira y sirve los huevos fritos en un plato, acompañándolos de una ensalada. Pone el plato enfrente de Edmond y lo arrima hasta que el plato toca los brazos del rubio.

—Come, te hace falta.—indica, apagando la estufa.

—No tengo hambre...—murmura, haciendo un puchero y levantando la mirada para verlo.

—Ed, come, esta vez no puedo estar vigilando a que acabes, debo irme o llegaré tarde.—dice. Mientras tanto se acerca y se recarga en sus codos.—Veme a los ojos...

Edmond suspira y levanta su cabeza.

—¿Qué?

Kenji sonríe y se acerca, así sin darle tiempo y terminar uniendo sus labios.
Sato pasa su mano hasta la nuca de Miller, acercándolo más para así no dejar que se aleje.

Edmond solo se queja, aunque termina por corresponder mientras también pone sus manos en las mejillas de Kenji, teniéndose cerca el uno con el otro.

Después de lo que parece una eternidad, Mina "aclara" su garganta, haciendo que se alejen.

—No es porque quiera interrumpir, pero llegarás tarde a tu reunión.—indica, señalando el reloj en la pared.

Kenji suspira y asiente, alejándose de su pareja mientras le sonríe.

—Intentaré llegar lo antes posible...—le sonríe, revolviendo por última vez su cabello, para después ponerse su chaqueta y marcharse.

Edmond suspira, viendo como se marchaba en su moto hacia la ciudad donde sería su reunión con la prensa.

Sabía que no llegaría temprano, estaba demasiado ocupado como para llegar antes.

Se dio la vuelta y solo regresó a su asiento, sintiéndose agotado, abochornado y agüitado, sin saber exactamente por qué.

—Mina, ¿hay helado de menta con chispas de chocolate?—pregunta de la nada, volteando a ver a la robot flotante.

—No, Ed. Creí que no te gustaba el helado.

—Ayer no me gustaba, hoy sí.

Por si mismo reviso la nevera, encontrando nada de lo que quería. Bufa y después revisa la parte de abajo.

—Ugh, tendré que enseñarle a ese hombre lo que es consentir a su novio.

Murmura, aunque pocos segundos se escucha pequeños golpes de la cerámica contra el vidrio de la mesa. Se da la vuelta, encontrándose con Mina poniendo el plato de comida que Kenji había preparado.

—Puedes comer esto, es perfecto para un joven como tú.—dijo, viéndolo con atención.

Edmond rueda los ojos y se acerca, si no hubiera sido preparado por su novio seguro se negaría.

—Pero la llema está cruda.—murmura, arrugando la nariz.

—Edmond, es lo que tú y Kenji desayunaban normalmente en Estados Unidos. ¿Te sientes mal? ¿Por qué de repente no quieres comer lo que desayunabas recurrentemente? ¿Por qué tu antojo de helado si tú no comes eso?

El nombrado bufo frustrado, encogiéndose de hombros.

—Yo que sé, solo no quiero esto... se me antoja algo más dulce...

Miller se levanta y se dirige a la sala, dejándose caer en uno de los sillones.

Mina se quedó viéndolo con atención, algo confundida ya que Kenji le había pedido que conociera perfectamente a Edmond, así podría ayudarlo.

—Pediré algo dulce, solo no lo comas en exceso.—es lo último que dice.

Aunque no es escuchada, pues el joven Edmond ya está perdidamente dormido, abrazando una almohada mientras se cubre la luz con su antebrazo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top