Siete pero con z

— Bueno chicos, el próximo trabajo será en parejas, consistirá en un informe acerca de los mayas.

Duff empezó a tomar nota acerca de lo dicho por el adulto.

El profesor empezó a nombrar las parejas hasta que llegó a "McKagan".

— McKagan y... Brixx —dijo.

Duff abrió los ojos como platos, para luego dirigir la vista hacia atrás, donde se encontraba Mandy. La saludó de forma tímida, sonriendo mostrando los dientes con frenos y moviendo la mano con un notorio tono carmesí en las mejillas.

La rubia rodó los ojos y siguió charlando con su amiga.

Duff se sentía en las nubes, haría un trabajo con Mandy, su querida Mandy, a quien le había escrito miles de cartas de amor, las cuales jamás habían sido enviadas, le había hecho poemas y canciones.

— ¿Es esto la vida real? —susurró casi para sus adentros.

— Sí, ya cállate —le dijo John, su compañero de banco.

— Demonios, pensé que había pensado eso —se lamentó.

— No lo hiciste —respondió John.

Duff se levantó decidido con el fin de ir a "ponerse de acuerdo acerca del trabajo" con la rubia, aunque lo que más desease fuera hablarle.

Caminó a paso algo lento mientras sus piernas temblaban continuamente, pero logró llegar con la rubia.

— H-Hola, Mandy... —saludó nervioso.

— Ah, hola Duff —saludó la chica con notorio desinterés—. ¿Qué quieres?

— B-Bueno... nos tocó hacer el trabajo... así que... p-pensaba si... querías venir a mi casa a terminarlo... hoy.

— Bueno, pero no quiero cooperar, así que espero que seas bueno en historia.

— ¡Lo soy! —exclamó Duff a lo que John, su amigo, lo miró con cara de "ajá, y yo soy supermán".

— Entonces, claro.

— P-Podemos irnos juntos después de la escuela... v-ven a almorzar...

— Ok.

Luego la chica siguió conversando animadamente con su amiga sin prestarle atención al teñido.

El chico suspiró de alegría y amor y fue a sentarse a su puesto.

— Hola, rey de la historia —saludó su amigo John con ironía.

— Ah, ya déjame —respondió Duff—. ¡Va a venir a mi casa!

— Duff, procesa la información, va a ir a tu casa —dijo John haciendo bastante énfasis en cada sílaba de la frase utilizada.

— Sí... ¿y..? DEMONIOS —gritó esto último y el maestro lo riñó—. Lo siento.

John rió por lo bajo.

— Mira, solo que no interactúe con Axl, ese es el mayor problema, ¿no?

— Justamente —respondió Duff—. Pero Axl está en toda la casa y me extorsiona seguido... ¡diablos! ¿En qué lío me metí?

— ¿Te extorsiona un niño de siete años? —preguntó John riendo.

— Sí, sí, ya déjame idiota —bufó el más alto y apoyó sus codos en la mesa con el fin de colocar sus dedos en su cíen.

— Alguien valió verdura —canturreó John, mientras que Duff estaba onda

(...)

— ¡M-Mandy! —la llamó al salir del salón, la chica lo miró con desdén e hizo un gesto con la cabeza para darle señal de que hablara—. T-Tenemos que hacer el trabajo, y... b-bueno...

— Ah sí —respondió esta y se despidió de su amiga para dirigirse con el rubio.

Fueron caminando, Duff iba sumamente nervioso y a menudo miraba a la chica, quien hablaba por texto con alguien.

Finalmente llegaron, Duff abrió la puerta con la llave que le habían dado y dejó pasar a la rubia.

"Mientras la casa no esté en llamas, estoy bien" pensó.

Gracias a dios su presentimiento no se cumplió y simplemente dijo:

— ¡Mamá, ya llegué!

Izzy se asomó desde la cocina con un delantal que decía "mommy" junto con un corazón rojo.

— Hola, Michael —saludó—. ¿La chica..?

— Oh sí —dijo—. Lo siento, es Mandy, estamos en la misma clase y nos toca hacer un trabajo...

— ¿DE REPRODUCCIÓN? —preguntó Izzy exaltado.

— NO, DE HISTORIA —exclamó Duff sumamente rojo.

Izzy arqueó una ceja.

— Está bien, no me grites —dijo y volvió a la cocina—. ¡Te amo, hijo!

Duff suspiró de alivio, primera prueba, pasada.

— Ven, mi habitación está arriba... —dijo guiándola.

— USEN CONDÓN —se escuchó a Slash desde otra habitación.

— CÁLLATE, SAÚL —gritó Duff devuelta—. Lo siento, es mi hermano pequeño...

La rubia se encogió de hombros, puesto que no había prestado atención a nada más que su celular desde que salieron del establecimiento escolar.

Claro, Duff no se percató de esto.

Subieron las escaleras dirigiéndose a la habitación del rubio, quien sudaba.

Al entrar, el chico cerró.

Comenzaron a hacer el trabajo, pasados unos minutos, se sintieron débiles golpes en la puerta.

Duff fue a abrir.

No vio nada y miró a ambos lados, cuando se disponía a cerrar, escuchó una voz algo aguda y viró su vista hacia abajo encontrándose con Steven, quien abrazaba su peluche de pug.

— Duff, ¿qué es condón? —preguntó.

Slash y Axl rieron estrepitosamente desde la habitación continua.

— Algo que aún no debes saber —respondió e iba a cerrar la puerta, pero Steven añadió:

— ¿Pod qué no?

— Porque... eres muy pequeño.

— ¡No soy pequeño! ¡Tengo cuato años! —protestó el pequeño rubio—. ¡No soy pequeño, soy valiente!

— Qué —dijo la rubia desde adentro.

— Steven, estoy un poco ocupado... —dijo Duff.

— Slash dijo que iban a darme un sobino —dijo Steven.

— ¡N-No! ¡Slash ya cállate! —gritó hacia afuera—. Estamos haciendo un trabajo de historia, Steven...

— ¡Yo también quiedo! —exclamó el pequeño dirigiéndose hacia el interior de la habitación.

Duff suspiró.

— ¿Y el enano quién es? —preguntó Mandy.

— Es mi hermanito pequeño, Steven... —respondió Duff—. Nos quiere "acompañar".

— Ah, como sea —dijo la chica volviéndose a colocar los audífonos y siguiendo chateando con su amiga.

— Bueno... el faraón que cambió el culto politeísta a uno monoteísta... —leyó la pregunta Duff.

— ¡Amenhotep cuadto! —exclamó Steven—. Pedo cambió su nombde a Akenatón tas cambiad la deligión en el noveno año de su gobiedno, cedando los templos a los otos dioses. ¡Ah! ¡Además es papá de Tutankamón junto con Kiya, no Nefertiti! El dios principal es ahoda Atón y no Amón.

— ¿Cómo demonios sabes todo eso? —preguntó Duff perplejo.

— Me gusta ved Histody Channel —respondió el pequeño.

Mandy rió un poco.

— Vaya, parece que el mocoso sirve de algo.

Steven asintió feliz y los siguió ayudando.

(...)

— NIÑOS A COMEEEER —llamó Izzy.

Las cuatro bendiciones acompañadas de Mandy bajaron y se sentaron a comer.

— ¿Qué hay para comer? —preguntó Slash.

— Lentejas, si no las quiere, las deja —respondió Izzy colocando los platos encima de la mesa y citando un viejo refrán.

— No quiero —dijo Axl.

— ¿CÓMO NO VAS A QUERER LENTEJAS? —exclamó Izzy.

— Dios... —musitó Duff y miró a Mandy que seguía usando su celular, el que al parecer tenía batería infinita, puesto que aún no se descargaba.

Luego de una enorme rabieta por parte de Axl, comenzaron a comer.

— ¿Cómo estaban? —preguntó Izzy retirando los platos.

— Malas —respondió Axl.

— MALDITO NIÑO MALCRIADO —exclamó Izzy golpeándolo con una chala azul.

— MI HERMOSA CARA BIEN HECHA —chilló Axl.

Sin dudas Duff estaba bastante avergonzado, así que a penas terminaron de comer, volvieron a hacer el trabajo.

Al rato, terminaron —o mejor dicho terminó— de hacerlo, y Mandy decidió irse.

— Dios... ¡Estuve toda una tarde con ella! —exclamó en un susurro.

— Jaja, das pena —se burló Axl.

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