Beso
Lo que más le gustaba a Shura en las mañanas era abrir los ojos y encontrarse con esos ojos océanos y la sonrisa deslumbrante que mostraba Aioros al despertar.
-Buenos días Shu, ¿Dormiste bien?- Le pregunto el castaño, extendiendo su mano para acariciar su mejilla y su cara.
-Si, y todo gracias a ti Aioros, desde que duermes a mi lado todas las noches, descanso de un tirón- Comenta sincero, devolviéndole la sonrisa y la caricia.
Definitivamente adoraba despertarse en las mañanas y ser lo primero que veía en las mañanas...
Pero no era lo único que amaba de él, había otra cosa que necesita y que le encantaba, como si de una droga se tratara.
Y aquello eran los besos...
Largos, cortos, húmedos, traviesos...
Adoraba todas las clases de besos que el griego le proporcionaba, al igual que Aioros le encantaba probar y saborear los labios ajenos.
Ambos a ser en carácter muy diferentes tenían ese mismo punto en común:
Amaban los labios del otro.
-Shu, ¿No me das el beso de buenos dias?- Le pidió, aun echado en la cama con un puchero, casi como si fuera un niño pequeño.
A shura a veces le exasperaba la actitud de su chico, mas otras veces, como en este momento, le enterneció...
-¿Estas con hambre?- Preguntó divertido, haciendo esperar al otro para casi la desesperación del castaño.
-Si, necesito alimentarme, dame de comer ya o te comeré poco a poco, empezando por tu piel- Le amenaza, dejándole en claro que estaba dispuesto hacerlo, ya que empezó atacar el cuello del español con pequeños mordiscos.
Y así, entre suspiros por aquellas mordidas placenteras cedió finalmente a su capricho/obsesión y lo beso en los labios en donde ambos se degustaron el uno al otro...
Asi, suelen ser las mañanas entre ellos dos, donde entre jugueteos y besos, se demostraban el amor que se tenían.
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