Capitulo 2 - Un nuevo mundo
"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero no teníamos nada; caminábamos en derechura al cielo y nos extraviábamos por el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo."
-Dickens.
En el principió le gente le tenía miedo a lo que era desconocido. Pasar por su cabeza encontrarse con algo que no conociesen era lo más terrorífico que existía, y eso está bien, tenerle miedo a lo que no conoces lo está, pero otra cosa es tenerle miedo a lo que lo sabe todo. ¿Cómo funciona eso?
La noche llegaba en un ensordecedor grito agudo, uno al que ya todos se habían acostumbrado. Aunque en un principio siempre existió la duda, "¿de dónde proviene?", "¿Qué es?", "¿por qué suena cada noche?", la mayor parte se encontraba en un punto que no les importaba, se habrían acostumbrado al extraño silbido del viento, pero no todos eran capaces de dormir con la duda. Tanto que ver, tanto de lo que preguntarse, pero tan pocas respuestas. Todo tenía un porque, pero no todos merecen saberlo.
De entre las sombras, una de ellas avanzaba. Escabullida en la oscuridad, como si fuera una más en un mar de demacrados reflejos, en la que la noche era tan solo un nuevo pasaje en un montón de vías sin rumbo. Su caminó no era muy claro, parecía seguir adentrándose más y más en la profundidad de sus propios pensamientos, alejándose indirectamente de cualquier rastro crepuscular en lo que quedaba de reino en esa gran ciudad.
El ser, con astucia salto por los barandales que sobresalían en los pequeños edificios, habilidad que sorprendió a uno que otro tritón que por ahí pasaba, aunque sin darle mucha importancia seguían sus caminos. Siguió subiendo, hasta que llego al techo por buena vez. Se paró firme y recta, tratando de admirar lo mejor que podía el resto de lugares a la vista. Aspirando profundamente el lúgubre aroma del momento. Se sentó en el extremo del techo, dejando sus pies al aire. Sacó una libreta, que destacaba por las casi sobresalientes hojas, pegadas con cinta adhesiva y un pequeño lápiz aguardando en una de las muchas páginas.
—Esto tengo que anotarlo —dijo la sombra, con una emocionada voz femenina.
Escribía con muchas ganas lo que a su cabeza llegaba, diferentes ideas y pequeños dibujos que tomaba como ejemplo para guiarse en su desordenada escritura. No había nada que sé escapase de su ratio, todo era importante para ella.
Un grito fue lo único capaz de sacarla de esa pequeña concentración. La sombra automáticamente soltó sus cosas, guardándolas entre las desordenadas prendas que llevaba. Sé lanzo a uno de los balcones del edificio, intentando captar su proveniencia. El grito se repitió, uno más apagado, pero lo suficiente fuerte para que ella lo escuchará.
Apunto la ballesta integrada a su brazo al hogar adelanta suya. Disparo una flecha con una cuerda amarrada —que era la única unía ambos objetos—, que firmemente se enganchó en la techumbre.
—Bien, si mis cálculos son correctos. Tomar de base mi peso para asignar una cohesión con la fuerza del gancho para así causar que mínimamente mi cuerpo alcance un aproximado de la zona que llega, multiplicando al cuadrado el resultado obtenido en esa suma, lo que daría-
No hubo tiempo para seguir con su monólogo, pues parecía una bala de lo rápido que la arrastro la ballesta, chocando de cara en el muro. Después de quejarse escaló hasta arrodillarse encima del techo.
—Auch —volvió a quejarse, sobando levemente su codo—. Bien, definitivamente pudo salir peor. Creo que debería después del cálculo agregar una resta, ¿tal vez podría sacar la velocidad en ondas?, o simplemente podría modificar la multiplicación. ¿Qué piensas An...? —dejo de divagar por un momento, cambiando la sonrisa que se formaba en su cara a una mueca cuándo vio a la nada misma a su lado— Oh... de nuevo estoy hablando sola...
—¡AYUDA! —un grito, mezclado con la fuerte música rompió con la propia incomodidad de Marcy.
—¡Oh!, casi me olvido —no demoró en pararse y volver a su objetivo.
A pasos largos, iba vivienda por vivienda. No estaría realmente segura de si el camino por el que iba era correcto si no fuera por la música, un retumbante saxofón que rompía el ambiente con su fragosa melancolía, que terminó siendo una inesperada orientación, pero correcta.
De a poco la respiración de Marcy se volvía más pesada, atrapando grandes bocanadas de aire. Para su suerte, parecía ya haber llegado.
—¡ATRÁS, O ELLA CAERA! —la voz ronca, amenazo con exasperación.
Apenas oyó eso dejo de correr, se agacho y con sigilo se acerco a ver hacía abajo, en ese callejón oscuro que sería un buen lugar para un asesinato. Un largo y anaranjado tritón tenía retenida a una de su misma especie, apuntando a su cara con un cuchillo. Dos guardias estaban en frente de ellos, apuntando con lanzas.
—Señor, dejé a la mujer y entréguese —hablo uno de los guardias.
—¡JAMAS! —exclamó el delincuente, agarrando a la rehén con mayor fuerza.
La mujer solamente fue capaz de seguir pidiendo ayuda, sintiéndose ahogada por presión. Si seguían así alguien saldría lastimado, la sombra tenía que intervenir.
Del bolso oculto entre su espalda y la capa, sacó dos frascos, llenos de líquidos coloreados de gris y naranja cada uno.
—Si no intervengo alguien saldrá lastimado —se susurró—, es hora de probar estos bebes jeje.
Mientras los guardias se centraban en el tritón que repetía amenazas como si eso dependiera su vida, Marcy instalaba en la ballesta la poción gris. Apenas logró ponerla, la disparó a espaldas del criminal.
—¡ATRÁS, ATR...! —el sonido de un vidrió rompiéndose atrás suyo interrumpió sus acciones, el nauseabundo olor que repentinamente captó lo hizo soltar a la rehén para tapar su boca con sus dos manos, está escapando desesperadamente del callejón— ¿¡q-qué eso!? —pregunto entre dientes, sintiendo como cada uno de sus sentidos se nublaba, cayendo lentamente al suelo.
El olor se volvió casi imperceptible apenas el hombre terminó de caer desmayado. Los guardias se acercaron con cuidado, uno usando el mango de la lanza para tocarlo.
—¿Está muerto? —pregunto, mirando a su compañero.
—¡No lo está! —respondió una voz aparte.
Ambos levantaron la vista, viendo la silueta situada arriba de ellos. La sombra lanzo el otro recipiente al piso, dejando una mancha naranja en el piso, de la que saldrían unas grandes lianas en el espacio. Brinco hasta las grandes raíces, siendo sujetada por ellas, dejándola a una distancia segura del piso.
Una sonrisa arrogante constituyo a Marcy, puso su dedo en alto y bajo de la planta. Aunque antes de seguir hablando tropezó con sus propios pies, cayendo de cara.
—Emm... ¿estás bien? —pregunto uno de los guardias.
—¡SI! —se apresuró a reincorporarse, sacudiendo ligeramente su capa—, ¡solo un pequeño error! —se excusó, nerviosamente rápido.
Los guardias se vieron, confundidos a la actitud de la humana. "¿Está qué?", una pregunta mutua que se hicieron.
—Este chico malo está totalmente bien —se agacho, abriendo uno de los ojos del tritón caído—, solo fue afectado por mi poción, que abruma cada uno de los sentidos empezando desde el olfato, hasta que se desmaye el afectado, y este chico malo lo aspiro todo —se levantó, sacando su libreta. Lo abrió y paso páginas rápidamente—. Pero yo que ustedes me lo llevaría antes de que despierte en... —entrecerró los ojos, parando por un segundo sus acciones— diez minutos... no, no, no. Creo que en realidad eran quince minutos... ¿o veinte?
Mientras revisaba dudosa las páginas de la libreta, los guardias decidieron ignorarla y cargar al criminal, llevándolo entre los dos. Marcy solo seguía divagando sin consciencia de su alrededor. Hablo sola hasta que en un intento de avanzar se topó con una pared. Se quejó y puso su mano en la nariz. Al volver a la realidad, dio en cuenta que no había nadie, se habían ido.
—Y... de nuevo hablo sola —en un triste tono, exhalo desesperanzada—. Igual creo que debería volver, ya es tarde —prosiguió, guardando la libreta.
El recorrido nocturno había acabo, y tenía que volver al castillo en que vivía. Sin apuro, camino por las oscuras calles, que no eran habitados más que por la guardabosques y su melancolía. Antes hubiese pensado que su amiga soledad sin darse cuenta la había acompañado, pero su compañía era diferente, más allá de otra sombra, más allá de otra canción, más allá de la estremecedora sensación que le causaba su propia presencia, más allá de ese extravagante mundo, que no era más de lo que dibujaban esos mentirosos, buscando siempre algo que no fuese de la verdadera realidad para pintarlo y venderlo como una nueva fantasía. Pero había otros que lo pintaban con colores grises, que expresan sus más mórbidos pensamientos... pero ¿qué significa fantasía?, ¿acaso es un nuevo producto que es tan viejo como el tiempo?, ¿o es un sinónimo de pensamiento? Nadie lo sabe, los artistas fingen saberlo, y mientras escribo este párrafo también lo hago, pero buen escritor siempre exagera las cosas, a menos que quieras apegarte tanto a la realidad e indirectamente hacer que confundan tu libro con un informe escolar. Aunque nunca nadie supo cómo describir esa sensación siempre pudieron expresarlo. Los sentimientos son lo único capaz de hacernos entender ese tipo de cosas, por más que se nieguen a aceptarlo. ¿No han escuchado la frase de "uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde" ?, ¿creen que haya alguien que lo haya llevado al extremo? Sería curioso.
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La noche aún es joven, por lo que decides rememorar lo que te había llevado a ese momento.
En un principio, eras un hombre. Alguien que alguna vez trato de ser mucho más para gente que de ti no quería nada, viéndote como un ser inferior. Intentaste actuar indiferente, pero cuándo viste a alguien caer enfrente tuyo no pudiste evitar compadecer de él. Te castigaron, haciéndote sentir amarrado en su gran escala de estrictas reglas. Pero ni eso pudo cambiarte, y cuándo se dieron cuenta, dejaste de importar.
Después, eras libre. Podías hacer lo que quisieras, así que decidiste actuar como un animal, creyendo que así era la vida que deseabas. Pero terminaste cediendo al placer, placer que te llevo a tener sangre en tus manos. Claro, no era la primera vez que la sangre se intentaba mezclar con tu piel morada, lo diferente fue que está vez, tú derramaste la sangre. Ahí caíste en cuenta, eras libre. Demasiado.
Con el espíritu roto y sin objetivo en la vida; vagaste hacía las tinieblas de lo desconocido, donde descubriste algo nuevo. La duda, duda que se volvió un misterio. Que mientras más te adentrabas tenías más hambre de descubrir las respuestas a tus preguntas. Y cuándo estuviste a punto de hacerlo algo te detuvo. Una sensación igual de desconocida, que se representó en una mano en tu hombro, acompañado de una nueva pregunta, "¿quién eres?".
—No lo sé —respondes.
"¿Qué quieres?".
—Tampoco sé —vuelves a responder.
"¿Buscas respuestas?"
Está vez te quedas callado, inseguro de lo que dirás ahora.
—Eso creo...
"Entonces, acompáñame".
Seguiste a aquel que interrumpió tu tramo, esperando algo. Llegaron a un gran espacio, en el que eras capaz de ver hasta más allá del gran bosque.
"Si, puede que busques respuestas a cada una de tus dudas. Pero ir más allá de la neblina tiene su preció, y es muy caro para creerlo necesario".
En un débil movimiento, levanto su bastón, señalando ese infinito paisaje.
"Ve. Busca una verdadera vida allá afuera, pero no intentes pasar por la niebla otra vez. Y si aún con eso, tienes dudas, aquí yo estaré para responderlas si es que es necesario".
Su voz, era ronca y se notaba cansada. Contenida y preocupada. Piensas que eso fue lo que te convenció de abandonar el camino y seguir sus indicaciones, por mucho tiempo pensando eso.
Aceptaste, y hiciste un nuevo recorrido. En busca de esa "verdadera vida".
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Newtopia era especial. Bueno, además del hecho de que sea la capital de toda Amphibia, hay algo que la hace destacar. Y si hay algo en lo que hasta los más escépticos están de acuerdo es que es el lugar más rico en historia que seguramente veras.
Guerras, masacres, acontecimientos. Eso solo es una pequeña parte de todo lo que ha visto ese reino. Y, adjunto a ellos, si realmente admirabas todo lo pasado allí; entonces eras seguramente un fiel seguidor del rey Andrias.
Andrias, tritón de tritones. Rey de reyes. La clara figura de admiración que todos quieren que tengas de ejemplo.
Pocos han tenido el honor de verlo en persona, y menos han podido cruzar palabras. Pues todos lo consideraban prácticamente un Dios misericordioso, que bajo del cielo en busca de salvar a su pueblo de la miseria. Todos le mostraban el respeto merecido, guardias podían escuchar sus pasos que resonaban en todo el castillo, arrodillándose a su presencia en señal de respeto.
Curiosamente, los guardias que serán asignados a la protección del castillo real tenían que comprometerse. Se les haría una charla sobre la importancia de su puesto y porque deben cumplir las reglas que impongan, parecido a una entrevista de trabajo. Con la diferencia, de que cuándo parece que van a acabar, te hacen prometer, que darías tu vida por el rey. Primero titubearías un poco a la idea, para después terminar aceptando, pensando que es algo normal cuándo tienes que habitar el mismo lugar con alguien tan importante. Segundo, iniciarías la rutina, pareciendo muy estricta para cualquiera. Tercero, después de un tiempo y de presenciar todas las acciones del rey terminarías dándote cuenta de algo. Su figura, su forma de hablar, su compostura, todo cuidadosamente tratado, ¿para qué?, para cuidar su imponente imagen. Si alguien venía, con dudas a preguntarle algo, él respondería con toda la sabiduría producto de siglos de vida. Tal vez él era quien sabía las respuestas a todas las dudas, tal vez era alguien realmente importante, tal vez si era un Dios. Y cuarto, terminarías cayendo en una idea, antes preferirían que alguien más muriese por él... pero ahora ellos querían morir por él.
...
Fin primera parte.
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Primero, disculpas, pero con el inicio de mi nuevo semestre escolar me ha dejado sin tiempo para poder escribir, por lo que si esto se siente incompleto e incluso apresurado es por eso, sin embargo, espero poder arreglar eso con la salida de los siguientes capítulos, que tengo planeado salgan lo antes posible. Esto más bien, era una probada de lo que podrían ver en lo que sigue de historia.
Muchas gracias por leer.
PD: Sigo sin saber usar el punto-coma.
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