Escote

"Pero dime, ¿cómo le hiciste para entrar en mí?
Porque todo el tiempo yo pienso en ti." – Lua/ Pensando en ti.

Donde Loki se da cuenta que le gustas.

— Loki, acompáñame. — Le pedí mirándolo y dando un pequeño zapatazo al suelo para llamar su atención. Él apenas y me miró de reojo mientras se encontraba acostado sobre mi sofá con un libro en manos.

Lo conocía lo suficiente como para saber que eso fue un no rotundo. Solamente me limité a torcer la boca un poco ante la derrota de no haberlo convencido. Me giré sobre mi propio eje resignada, sin embargo, él que me respondiera me sorprendió muchísimo.

— No le agrado a los midgardianos. — Respondió levemente sin despegar su mirada de su libro.

Esta vez fui yo quien no contestó, ciertamente entendía la incomodidad que era presentarse al publico y ser juzgado o mal visto, aunque Loki estuviera todo este tiempo tratando de enmendar su error con lo sucedido en New York, era verdad que ni siquiera los demás integrantes de los Vengadores les agradaba del todo.

Me limité a irme a habitación para cambiarme, Tony había hecho un evento especial para recaudar fondos con la presencia de todo el equipo y demás personas importantes. Me arreglé lo más elegante que mi propio glamur me permitiese: Me coloqué un largo vestido negro que inclusive cubría mis pies, el cual tenia un escote en "v" que me llegaba hasta la altura del estómago; unos tacones dorados en punta, unos aretes color oro y un par de brazaletes y anillos del mismo color; me planche el cabello para que cubriera mi espalda y me maquille buscando no cargar demasiado mi rostro.

Me mire al espejo una y otra vez, toque el borde el escote y me pregunté a mi misma si era demasiado revelador. Pero me sentía bien, me sentía sensual y me sentía segura de mi misma; eso era lo importante.

— Loki. — Lo llamé saliendo de mi habitación, para ese entonces, ya había dejado su libro y se encontraba en la cocina cortando unos pedazos de verduras. Verlo cocinar era una verdadera maravilla, su ego y complejos de rey había bajado bastante; tanto como para dejar de exigirme todos los días que hiciera yo todas sus comidas. — Loki.

— ¿Mh? — Respondió seco sin despegar su mirada ahora de su cuchillo y verduras.

— ¿Qué te parece? — Pregunté dando una vuelta como una princesa. — ¿Es demasiado?

— Ah... — Suspiró antes de alzar la mirada con una sonrisa que me indicaba que iba a soltar un comentario burlón y venenoso. Su rostro cambió completamente cuando sus ojos se posaron sobre mí, me recorrieron desde la punta de los pies hasta la punta del cabello.

— ¿Qué?

— Te ves horrenda.

— ¡Eres un pesado! — Le grité con una larga sonrisa, él me sonrió de vuelta dejando su comida a un lado

— Tanto te tardaste... ¿Para qué quedaras así? — Volvió a comentar retomando su postura. — Asqueroso, preferiría ver a un cerdo.

— Voy a tomar eso como un alago, Dios de las mentiras.

— Créeme, jamás había sido tan honesto.

— Gracias. — Comenté sarcástica, el rio ante mi estoicismo. — Bueno, nada mas para avisarte que ya me voy, no trates de invadir el mundo en mi ausencia.

— Espera... — Soltó de pronto en cuanto me di la vuelta. — Te voy a acompañar, tal vez a tu lado logre encubrir tu fealdad.

El rostro de los periodistas era todo un poema de sorpresa en cuanto nos vieron llegar juntos, los flashes de las cámaras me cegaban momentáneamente mientras que Loki caminaba junto a mí con un rostro serio y sin mirar a la prensa. En cuanto llegamos dentro de las instalaciones, Tony se acercó hacia mi con los brazos abiertos para darme la bienvenida.

— Niña — Me saludó con una sonrisa, sus ojos viajaron rápidamente a mi escote y subieron a mis ojos de inmediato. Loki se retiró de mi lado hacia la cantina internacional visiblemente incomodo. — Hiciste que viniera cuernitos.

— Quiso venir por su cuenta.

— Te vez guapísima, ¿crees que dejaría que vinieras sola?

— ¿De que hablas? — Reí acomodando el mechón de mi cabello detrás de mi oreja. — Solo somos amigos.

— Amigos que se ven diario en tu departamento y que te acompañó después de que te pusiste tremendo escote.

— ¡Tony!

— Usen condón. — Y palmeó mi hombro para después retirarse con una sonrisa burlona y continuar con su propia fiesta.

Reí levemente ante su supuesta broma, aunque dentro de mí, yo sabía que me gustaba especialmente pasar tiempo con Loki... más de lo normal.

— Dame una margarita. — Pedí en cuanto me acerqué hacia la barra junto a Loki, quien me miró únicamente de reojo y sonrió.

Loki comenzó una agradable platica de forma espontánea acerca de lo que estaba leyendo en mi casa, me habló acerca de lo absurda que le parecía la lectura midgardiana... pero que le permitía entender ciertamente lo que era llevar una vida mundana, común y corriente; cosa que no buscaba. Por mi parte me limitaba a asentir mientras él hablaba, esa era nuestra dinámica... el hablaba y yo escuchaba atentamente hasta que terminara de expresarse; a Loki le gustaba que lo escuchara.

A mi me gustaba escucharlo, decía cosas muy interesantes y cuando entraba en esa modalidad seria donde no se burlaba y únicamente se dedicaba a expresarse, era algo casi encantador. Miré a Loki a los ojos y no pude evitar pensar en cómo el también me miraba a mi a los ojos, en ningún momento a lo largo de la noche había bajado su mirada a mi pronunciado escote como mucho de los presentes ya había hecho; la gente podría tomarlo como el "el villano del cuento", pero nadie podía ver al caballero que yo veía.

— Señorita. — Alguien me llamó, me encontré con un hombre famoso cuyo nombre no recordaba, él vio mi escote antes de subir a mis ojos, y así repetidas veces. Pude sentir la tensión que Loki obtuvo de un momento a otro. — ¿Me permitiría bailar con usted?

— Ah... — Loki abrió la boca inclinándose un poco para adelante como para entrometerse, pero yo fui aún más veloz.

— No. — Su mano se contrajo con un rostro visiblemente confundido por mi respuesta tan inmediata.

— Ni siquiera lo pensó... — Ladeó el rostro con una sonrisa confundida. Este tipo ni siquiera había dejado de ver mis pechos, no podía imaginar siquiera lo que aprovecharía a hacer si bailaba con él.

— No lo necesito pensar. — Me volteé dándole la espalda inmediatamente, dirigiendo mi vista nuevamente a los ojos verdes junto a mí.

— Eso no fue muy educado de parte de una damisela. — Comentó Loki mirándome directamente con una ceja levemente levantada.

— No es muy de damisela dejarme que alguien me falte al respeto.

Loki calló un momento sin dejar de mirarme, mientras yo daba otro sorbo a mi tequila tratando de bajar el creciente enojo que yacía en la boca de mi estómago. De pronto, Loki se puso de pie y extendió su mano derecha con la palma arriba, mientas colocaba su mano izquierda detrás de mí, como todo un príncipe de Disney.

— ¿Es irrespetuoso que te invite yo a bailar? — Dijo sin ningún aspecto de burla en su mirada. No pude evitar reír tan naturalmente que Loki me sonrió de vuelta.

— Muy irrespetuoso. — Comenté llena de gracia mientras tomaba su mano y me ponía de pie.

Loki sonrió levemente egocéntrico, me encamino de la mano hacia la pista de baile que llevaba toda la noche tocando música clásica y tranquila, mientras todos pretendían ser elegantes. Loki se coloco delante de mi serio, pero tranquilo, y tomó mi mano mientras la otra se colocaba debidamente en la cintura, ni demasiado abajo ni demasiado arriba.

Miré a Nat a lo lejos quien le metió un codazo a Tony para que volteará a verlos, no pude reír ante la expresión de ambos de sorpresa. Tony bajo los pulgares en señal de desaprobación notoria ante aquella escena. Cuando volví a dirigir mi mirada hacia Loki, sus ojos verdes seguían puestos sobre mi rostro, jamás me había sentido tan cómoda. Sí Thor hubiera estado ahí, gritaría como colegiada emocionada.

— No fue tan malo como esperaba. — Dijo Loki mientras subíamos a mi coche para regresar a casa.

— Y tuviste el privilegio de bailar conmigo.

— Lo tuve.

Loki condujo en silencio, con el rostro sereno y relajado, me limite a mirarlo mas discretamente posible para evitar perturbarlo. Y porque dada su naturaleza, era raro verlo tan a gusto, tan pacifico. Al abrir el portón de mi casa sentí un vacío creciente en la boca del estómago, de esos que te hacen sensación de hueco. La noche había sido ciertamente, y lamentaba internamente que esta acabara.

El pelinegro me abrió la puerta cual caballero y tomo mi mano como en el Vals hasta estar parado enfrente de mi puerta.

— ¿No te quedas? — Pregunté cual niña que desea que su amigo pase mas tiempo con ella. Loki parecía totalmente otra persona, mas serena, mas sencilla.

— Los Vengadores y la prensa nos vieron irnos juntos. — Comentó, jamás lo había visto tan serio y estoico como en ese momento, sus ojos me miraban directamente al rostro con total calma. — Te metería en problemas.

— ¿Desde cuando te importa?

— Desde siempre.

Su respuesta me dejo callada, el sonrió levemente, sus ojos hicieron un rápido movimiento de arriba hacia abajo: Acababa de ver mi boca.

Me incline levemente hacia el frente sin perder el contacto visual. Dando el primer paso en mucho tiempo. Para mi sorpresa, Loki no se apartó, y muchísimo más rápido de lo que esperaría, Loki me acerco lo suficiente como para plantar un beso en mi boca.

Fue un beso lento, un beso de esos que se disfrutan, de los que detienen el tiempo y saben a amor y no a deseo. Su cabello me hizo cosquillas en la cara y no pude evitar sonreír. Alguna vez había leído que el hombre de tu vida NO debía hacerte sentir mariposas en el estómago, sino que debía hacerte sentir calma.

Eso era lo que sentía ahora mismo.

— No besas nada mal. — Comenté separándome de él lento, poniendo mi mano suavemente contra su pecho.

— Me gustas. — Dijo tan serio que pensé que bromeaba, pero sus ojos estaban cristalinos y ni una sola línea de expresión se marcaban en su rostro. — En verdad me gustas.

— Y tú a mí.

— Quiero hacer las cosas bien contigo. — Su mano toco mi mejilla, su aliento con sabor a menta chocaba con mis labios todavía. — Nos vemos mañana.

— Hasta mañana, Loki. — Y me di la vuelta ante el vuelco de emociones y serenidad que ese hombre me hacía sentir, escuché sus pasos lentos.

— ¡Ey! — Me llamó de pronto, lo vi caminar sobre la oscuridad con una sonrisa. — Ese vestido, me puso muy celoso... pero se te ve espectacular. 

Capítulo inspirado en un acontecimiento que quiero que pase en mi RD

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