Capítulo 17.

NARRA HENRY

Andaba a paso acelerado por toda la casa, intentando buscar a la hermana de Mia después de haberla dejado abajo. Se oía un tremendo silencio, el cual me dejaba la piel de gallina. Notaba como si me estuvieran observando desde la lejanía más cercana.

Al principio creí que esto no era más que una sencilla pesadilla; que me habían metido en una película de terror sin darme cuenta. Pero no, no lo era.

Mis nervios iban acelerándose por cada paso que daba. Poco a poco la luz se iba apagando así dándome a comprender que se estaba haciendo de noche y mi visibilidad se nublaría de un momento a otro sin que pudiera hacer nada. No encontraba ninguna lámpara que encender ni una ventana que abrir para que entrara más luz. Pero entonces, choqué con algo. Hay que reconocer que me hice daño,pero eso no era lo que más importaba en estos momentos. Cuando me sujeté a aquella mesita me di cuenta de que encima había una cajita de cerillas escondidas detrás de un jarrón sin flores. Sin pensármelo dos veces la cogí y al abrirla, mis esperanzas se esfumaron cuando me di cuenta de que su interior estaba vacío. Debería haberme planteado aquella posibilidad... 

Dejé de nuevo la cajetilla en la mesa, y fijándome en ésta de nuevo, me di cuenta de que tenía cajones que la completaban. Sin pensármelo dos veces abrí el primero buscando más cerillas,pero no había nada. Lo cerré y abrí la siguiente con un poco de apuro porque ya me costaba ver. Empecé a buscar descolocando un poco lo que había dentro,hasta que toqué algo debajo de unos manteles de cocina. En seguida pude identificar de que se trataba de una linterna. La cogí rápidamente y cuando ya la tuve entre mis manos, la encendí haciendo así que aquel pasillo tan infinito y tenebroso por la oscuridad se iluminara de repente dejándome ver lo que tenía en frente.

Empecé a andar de nuevo intentando no hacer ruido y cuando giré la esquina, me encontré con la primera puerta del piso de arriba. Conocía esa puerta a la perfección ya que hace unos meses atrás estuve aquí. Me quedé observándola durante unos segundos pero rápidamente toqué con mi mano el pomo de la puerta y la fuí abriendo lentamente mientras con la otra mantenía la linterna. 

Cuando abrí la puerta lo suficiente como para ver que había dentro, comencé a oir unos silenciosos sollozos, por eso entré en la habitación iluminando todo con la linterna. 

Me acerqué a la cama de Mia y pronto me hallé con una silueta de una persona familiar. Por eso, en aquel momento me calmé.

Era Seira.

Le di la mano para que estuviera tranquila e iluminándola con la luz veía que su rostro estaba empapado de lágrimas.

-Pequeña, ¿qué ocurre? -La tocaba el pelo con suavidad como siempre lo hacía con Mia. Temblaba como un perrito moribundo y aún sollozaba con mucha intensidad.

-Ha vuelto Henry...

-¿Quién? Seira, dimelo.

-Estaba con mamá en la cocina y... -Hace una pausa y comienza a llorar de nuevo. -Y... de repente se apagaron las luces y oimos ruidos de una puerta. Me dijo que me subiera arriba y me metiera en la habitación de Mia... La hice caso. Cerré la puerta y de repente oi un grito. Sabía que era mamá... Desde entonces habitó el silencio, y no he dejado de llorar...

Me levanté de la cama. Poco a poco me fuí alterando y empecé a andar de un lado a otro mientras que la hermana de Mia me miraba triste y asustada. Entonces me paré y me acerqué de nuevo a ella.

-Tengo que ir a buscar a Mia. Prométeme que no saldrás de la habitación por nada del mundo.

-Vuelve pronto, por favor...-Y una vez dicho eso, me abrazó. -No creo poder aguantas más tiempo sola.

Nos separamos y lanzándole una última sonrisa, salí de nuevo de la habitación para buscar a mi novia por aquella oscuridad.

Bajaba con sigilo las escaleras para no causar ningún ruido que pudiera ser escuchado, y con aquello, caminé por aquel pasillo tan estrecho para dar a la cocina. Allí, un pensamiento extraño atravesó mi mente, y sin pensármelo dos veces, me acerqué al cajón de los cubiertos y cuando lo abrí, saqué de él un cuchillo. Sabía que con aquel arma tan peligrosa entre mis manos estaría seguro por si pasaba algo. 

Salí de nuevo y me adentré en la siguiente sala: el salón. Al parecer, esta era la sala más oscura de la casa porque no se vería absolutamente nada si no fuera porque mantenía la linterna aún sobre mi mano izquierda. 

Andaba mirando de un lado a otro sin perder la paciencia que la tensión mantenía en mi corazón. Solo quería encontrarla e irme con ella y con su hermana lejos de este pueblo tan falso e irme a Inglaterra como soñamos. 

-Mia responde...-Empecé a susurrar su nombre por cada paso que daba. No la veía y ya empezaba asustarme.

Mi corazón se desbocó cuando, en el suelo, me encontré el cuerpo de una persona. Lo alumbré con la linterna y pudé identificar que había sangre por el suelo. 

"No puede ser ella... Por favor,dime que no es ella" 

Me acerqué a aquel cuerpo inerte y con el corazón saliendome por la boca, lo coloqué boca arriba. 

No era ella. Pero, tampándome la boca con la mano derecha, quedé paralizado al fijarme de que se trataba de la madre de Mia. 

Rápidamente toqué el cuello de esta esperanzado de que aún pudiera sentir su pulso.

Pero no. 

Una lágrima tricionera salió recorriendo mi rostro dolorido por lo que estaba viviendo. ¿Quién me mandó a mí acercarme a ella? Ahora mismo estaría en mi casa jugando a un videojuego que mi padre me compró. Pero en cambio estoy aqui, a oscuras, al lado de una persona muerta y con un asesino rondando por la misma casa y con mi novia desaparecida. 

Si, en realidad prefiero esto mil veces. ¿Que por qué? Porque la amo y lucharé a su lado cada vez que algo nos ataque. La quiero en mi vida y sin ella, mis ilusiones no podrían tener el mismo sentido para disfrutar, las mismas ganas de levantarme por verla sonreir cada vez que la doy de la mano. Esos momentos no me los quitará nadie y si algo nos separa, lucharé por volverla a ver, por volverla a abrazar, por sentir de nuevo cada una de sus locuras en mi cabeza. Lucharé por un futuro. Por nuestro futuro.

Levanté la cabeza al escuchar un ruido detrás de mí y levantándome, empecé a andar de nuevo hacia donde lo escuché. No sabía muy bien por qué lo hacía, pero sentí la necesidad de saber de qué se trataba.

Caminaba a través de la oscuridad y mirando con miedo en mis ojos todo mi alrededor, nadie se encontraba detrás de aquel mueble de madera con barnices negros que le hacían un toque más antiguo. Pero sin darme cuenta y equivocado, alguien tocó mi brazo con brusquedad. En seguida me di la vuelta y con la luz de mi linterna alumbré el rostro de aquella persona. Este sonreía con malicia y en su mirada solo habían ansias... Ansias de acabar con la persona que se encontraba frente suya, o sea, conmigo.

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Lo siento por tardar, pero tuve bastantes problemas personales :/ 

Bueno,aquí está el siguiente capítulo. Espero que os guste.

Os quiero♥

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