"No podemos seguir haciendo esto"

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Intenta mantenerse firme y seguir el camino correcto, ese que juro seguir el día que dijo sus votos frente a su esposa, la cual comienza a sospechar que algo no anda bien desde hace algún tiempo y aunque no está muy equivocada, duda mucho que sepa exactamente qué es lo que está mal con él.

A su lado se encuentra Brendan, decir que ya es mayor de edad solo es una excusa con solo 18 años recién cumplidos, sobre todo cuando toda esa situación fue naciendo desde unos cuantos años atrás, donde no se había cruzado ninguna línea aun, pero que sin duda habían estado bordeando todo lo posible mientras se acercaban lentamente, como si no quisieran realmente hacerlo.

En algún punto pensó que aquello solo era un juego para el puerto, una diversión del momento por la curiosidad que sentía ante cosas "adultas" y aunque obviamente no era su trabajo ahondar en ese tema con el menor, tampoco se suponía que le diera alas ni permitiera llegar al punto en el que ya se encontraban.

Por eso tenía que hacer algo, antes de que las cosas llegaran a un punto donde fuera imposible detenerse.

—Nosotros no podemos seguir haciendo esto...

Dice de repente antes de matear la televisión, es ahí cuando tiene que hacer un esfuerzo por poner un alto, detener toda aquella situación que se sigue desarrollando lentamente, solo porque no puede tener sus manos quietas y la tentación es demasiada, lo suficiente que, apenas y lo escucha, comienza a arrastrarse lentamente desde su lugar a su lado hasta sentarse encima de sus piernas, acomodando su mentón sobre el pecho ajeno, casi ronroneando mientras se acomodaba en su nuevo lugar, sin nada que lo detenga de hacerlo, por lo que sonrisa solo se extiende por todo su rostro hasta encontrarse seguro de estar cómodo.

—¿No podemos?

El "no" que debe responder se le atora en la garganta, porque su mirada esta fija en los ojos que lo observan con cierta malicia, así que pasan varios minutos donde solo se miran el uno al otro, tardando varios minutos en reaccionar cuando el rostro del menor está demasiado cerca y lo único que es capaz de hacer es ceder. Cede ante la tentación de acercar su propio rostro y acariciar los suaves labios de Brendan, siendo ambos lo más superficialmente posible, solo tentándose el uno al otro, pero sin pisar la línea invisible que de vez en cuando aparece, aun cuando en el pasado ya la habían pisado sin fijarse.

—Brendan... —su voz sale en un susurro, están demasiado cerca que comparten el mismo aire.

—¿Si~? —ronronea nuevamente, sintiendo la mano de Norman en su cintura, lo que haría que su sonrisa se hiciera más grande, si es que no estuviera demasiado ocupado esperando a recibir el beso que se merecía.

—Siéntate bien, May no tarda en llegar.

Ellos no debían seguir haciendo esto... Pero había una gran diferencia entre el deber, el poder y el querer.

Y esos últimos dos, fueron los que al final sellaron la sentencia de los dos.