Oyakoshipping [IV]

"Todo lo que hacemos es extraño para todos, menos para nosotros."

[...]

No le importa ser señalado, ni mucho menos los chismes que se dicen a sus espaldas, a pesar de que sus hombros se sientan cada vez más tensos, sus orejas ardan demasiado al final del día y sus labios dejaran de ser rosa pálido para teñirse cada vez mas de rojo conforme los muerde.

Porque para todos, lo que ellos hacen es extraño, para todo menos para ellos.

Así que quiere seguir suponiendo que todo está bien, fingir con una agradable sonrisa que durante el día le fue de maravilla, que no hubo problemas con absolutamente nadie, que su madre no llamo para pedirle, casi rogarle, que abandone ese estilo de vida y regrese a casa, que su mejor amiga no sigue molesta con él y han podido retomar su amistad.

—¿Ruby?

Levanta la cabeza al momento de escuchar su nombre, mirando con ojos llorosos a Normal, quien no para de colmarlo de mimos, aunque su expresión no lo demuestre, consolándolo de un dolor que dice no sentir, insistiendo en que se ponga algún bálsamo en los labios por lo maltratados que los tiene.

—¿Qué pasa? ¿Tienes hambre? —sonríe una vez más, levantándose con más ánimo y pasando a sentarse encima de su pelvis, con ambas manos sobre su pecho—. Puedo cocinarte algo rápido, aunque no será mejor de lo que tú haces, pero puedo intentarlo.

—¿Tú tienes hambre? —cuestiona, acomodando sus manos en la cintura más pequeña del cuerpo que aún está en desarrollo—. Ya te dije que no necesitas hacer ninguna de esas cosas por mí.

—Pero quiero hacerlo, tú llegas cansado del gimnasio, quiero hacer algo por ti —casi ruega, con una necesidad enfermiza para ser útil para él, demostrar que es mejor que la mujer en casa que solo tenía de adorno, que él podía hacer algo para el aparte de quedarse sentado o esperarlo para recibir y dar cariño—. Aun no tengo hambre, ¿estás seguro que no puedo hacer algo por ti?

No pasa mucho tiempo sentado cuando Norman se levanta para abrazarlo, antes de echarse hacia atrás de nuevo y recostarse cómodamente en el sofá, la posición que ya tenían desde hace media hora, un agradable silencio donde las culpas para ambos flotaban por todas partes, mientras intentaban consolarse en la privacidad del lugar que, hasta ese momento, habían llamado hogar.

—Hay que mudarnos.

—¿Qué?

No puede levantarse mucho debido a que está siendo abrazo, por lo que solo alza la cabeza, e intenta ver el pensativo rostro de Norman, el cual seguía mirando el techo del lugar, totalmente pensativo.

—Para todos los que nos ven, lo que hacemos, es extraño...

Y es ahí cuando lentamente puede sentir como sus ojos se ponen vidriosos, el sentimiento de ser comprendido le aprieta el pecho con fuerza, por lo que se acomoda de nuevo, sin esperar a que continúe para el mismo completar la frase con la parte faltante.

—Para todos, menos para nosotros... ¿A dónde iremos?

—No lo sé, pensare en eso después de que empaquemos.

Siente las comisuras de sus labios levantarse lentamente, sabe que eso significa mucho, tal vez demasiado, no solo es irse a otra región y ya, es irse, tirar el trabajo de toda una vida para cada uno y buscar a que dedicarse, abandonar lo poco que tenían para buscar nuevas oportunidades en otro lado, encontrar la paz que en Hoenn ya no podían tener.

—Estaremos bien, Ruby, no tienes nada de qué preocuparte.

Cerro los ojos, respirando profundo para disfrutar del aroma de su novio, buscando el sueño que todavía no sentía. Esa idea era la mejor que podían tener, aunque no la que los haría más felices. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top