Isshushipping [II]
"¿Por qué es tan frío?"
[...]
Se adentro a aquella cueva con seguridad, abrazando su propio cuerpo mientras avanza con decisión a través del boquete gigante, el lugar donde Kyurem había vivido totalmente aislado por varios años, tal vez siglos y donde las pocas veces que fue capaz de salir, fue considerado un monstruo que se comía a la gente de los alrededores.
Al final, su andar se detuvo totalmente cuando se encontró con la espalda de N, su amante se encontraba pensativo mientras admiraba el lugar y dejaba salir el vaho frío, como si intentara encontrar alguna clase de respuesta en el último lugar donde se vio con su padre... O, mejor dicho, con aquel hombre que decía y parecía ser su padre.
—N, ¿Qué haces aquí?
—Oh, Touya. No deberías de estar aquí.
No está lo suficientemente cerca como para tocar su brazo, pero tampoco tan lejos como para tener que gritarse, así que simplemente permanecen así, a una distancia considerable mientras el frío se hace cargo de hacerlos temblar sin piedad alguna.
—Tu tampoco, después de todo, no hay nada en este lugar. —sonríe un poco, intentando pensar en una manera de llamar su atención y poder llevárselo de ahí.
—Te equivocas, si hay algo aquí —responde, con la mirada fija en el objeto que está casi en el centro del lugar, ese bastón raro que había servido para controlar a los legendarios—. Así que, realmente si hay algo en este lugar.
—Pero esta clavado en el suelo, Natural —decide llamarlo por su nombre, intentando no mirar aquel objeto que le hacía sentir incómodo, como si fuera el representante físico de alguien a quien no deseaba ver—. Y mucho más que congelado, incluso Handsome lo dijo, no hay porque preocuparse de que pueda ser tomado por alguien, podemos dejarlo aquí sin ningún problema.
Es entonces cuando la conversación se corta nuevamente, N ya no responde y mucho menos hace el intento por encararlo, simplemente se mantiene en su lugar, observando el centro donde alguna vez estuvo Kyurem, con la mirada perdida en la situación que ocurrió y que ya jamás se repetiría, pues el Pokémon ahora se encontraba seguro en un equipo Pokémon, a salvo de cualquiera que intentara aquella extraña fusión con la punta de ADN.
—¿Natural?
—No lo entiendo, Touya, ¿Por qué este lugar es tan frío?
No sabe que responder ante aquella pregunta, literalmente se ha quedado sin palabras y no tiene forma de contestar, bien puede ser el campeón actual de la región, pero aún así sus conocimientos aún se encontraban limitados en muchas cosas más. Un detalle que sobresalía siempre en sus conversaciones con su novio, aquel al que amaba escuchar y al que raramente tenía una forma concreta de contestarle.
Justo como en ese momento.
—Kyurem ya no está. Incluso la parte de afuera puede pasar por las estaciones tranquilamente, pero, esta cueva, este lugar.
—¿No se supone que debería de ser así? Normalmente las cuevas son frías, húmedas, el hábitat perfecto para ciertos tipos de Pokémon.
—¿Crees que podría ser eso?
—¡Claro!
Su emoción es sincera, sobre todo cuando cree haber dado en el clavo de la respuesta y poder decir algo en concreto, porque el estado de la cueva tan solo es un efecto natural de todo lo que le rodea, una consecuencia por el tiempo que Kyurem permaneció ahí, aislado de todo y de todos.
Y no, el objeto que estaba casi en el centro del lugar, no tenía absolutamente nada que ver con el frío, aún si era el único témpano de hielo en el lugar, a pesar de que daba la sensación de congelar cualquier cosa que apenas le rozara.
Así que avanza lentamente, siguiendo el camino que había cortado hace tan solo unos minutos, deteniéndose cuando finalmente se encontró al lado de Harmonía y acarició su brazo, intentando llamar su atención, buscando que sus ojos azules lo vieran de una vez por todas.
—Solo piénsalo, muchos Pokémon de tipo hielo terminaron aquí por el frío de Kyurem, tendría sentido que ahora ellos se encarguen de mantener el lugar en tal estado, ¿no te parece?
La espera por respuesta lo está matando, tarda mucho en llegar, pero sabe que no debe forzarla, todo debe avanzar lento, tranquilo. Ese hombre había sido una parte importante de su vida, por peor villano que pudiera haber sido y no era algo que pudiera arrancar de un día para otro.
Solo le queda ser paciente y esperar, aun si eso significa esconderse en algún lugar de la región a su lado, incapaz de comunicarse con su madre o amigos como le gustaría hacer, menos mal que ellos lo entienden y aceptan su sacrificio por el sincero amor que siente por el más alto.
—Tiene sentido —responde finalmente, alzando la mirada y buscando instintivamente los ojos de Touya, mismos que le reciben con aquellos cálidos sentimientos que entibian su alma—. Tiene sentido, Touya.
—¿Eso es bueno? —pregunta, acercándose un poco más para intentar compartir el calor corporal entre los dos, buscando una forma simple de repeler el frío.
—Es muy bueno, porque tiene sentido.
Ambos sonríen, acercándose en la tranquilidad del lugar, terminando fundidos en un cálido abrazo que les ayudó a combatir el frío del lugar.
—En ese caso vámonos, N. Ahora sí, ya no hay nada que hacer aquí.
—Cierto, ya no hay nada para hacer aquí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top