"Solo deja de hablar."

[...]

Tuvo que suspirar cuando se encontró frente a la puerta que daba al cuarto de Silver, escuchando desde fuera, con demasiada claridad, como cosas caían al suelo o daba golpes a cosas al azar, probablemente patadas por las maldiciones aleatorias que soltaba después de hacer dichas acciones. Se armo de mucho valor para poner la mano encima de la perilla, pensándolo más de una vez si realmente era un buen momento para entrar o debía dejarlo solo un poco más. No, si esperaba más, todo solo se iba a poner peor de lo que ya estaba.

Así que con valor y una fuerte determinación, abrió la puerta y dio varios pasos dentro del lugar, tragándose sin problema la mirada retadora y fúrica del más joven mientras cerraba la puerta a sus espaldas para tener un poco de privacidad, la cual carecía de sentido porque los gritos de Silver normalmente resonaban por todo el lugar.

—Silver. —llamo, con paciencia, alzando las manos para demostrar que se encontraba desarmado y era de confianza.

—Calla, no digas, nada. —amenazo el de cabello lacio, intentando parecer todavía más amenazador mientras lo señalaba con el dedo índice, a pesar de que estaba seguro que Lance se burlaría después diciéndole que solo parecía un gatito gruñendo.

—Silver... Se que te molesta, pero tenemos que hablar de esto tu actitud no pue-...

—¡Solo deja de hablar! ¡Estoy hasta la coronilla de tener que escucharte a ti y a los demás, eres tú el que debería de escucharme a mí!

Hay silencio después de su grito, ojos furiosos contra una mirada cansada, la misma que se ocultó detrás de la palma de una mano mientras la otra hacia un vago gesto, como dándole la razón al no tener muchas más opciones.

La falta de palabras continuo mientras Lance se las arreglaba para pasar por la habitación sin pisar nada que pudiera ser importante, un detalle que aprendió varias discusiones atrás cuando ni se esmeraba en fijarse que tanto había terminado en el suelo y que no, entonces, cuando tomo asiento en la cama, respiro profundo mientras se quitaba su innecesaria capa y la dejaba a un lado, señalo con la palma de su mano a su compañero que no le había quitado los ojos de encima en todo el rato, haciendo solo la mínima cantidad de ruido para evitar que la ira del otro creciera innecesariamente, esperando pacientemente a que decidiera decir algo.

—Solo, estoy cansado, ¿sí? Me estresa tenerlos detrás de mi todo el tiempo —se intentó defender, sobando su propio brazo mientras continuaba dando vueltas por el lugar como gato encerrado—. Me pone nervioso tenerlos detrás, como, si estuvieran siempre mirándome, diciendo cosas de mí, juzgándome...

Da varias vueltas más por el lugar, pateando cosas de un lado a otro antes de finalmente encaminarse a la cama y sentarse al lado de domador de dragones, golpeando furiosamente el suelo con su pie derecho, como si no pudiera contener la necesidad de seguirse moviendo independientemente de todo.

—Solo, me molesta tanto... Y luego van contigo y te dicen cosas, y soy el culpable, ¡siempre soy el culpable! ¡Como si ellos fueran muy inocentes!

Ambos suspiran casi al mismo tiempo, antes de juntarse lo suficiente para que la cabeza de Silver fuera capaz de esconderse en su pecho, mientras él le echaba la capa recién doblada encima de la cabeza, como si de esa manera fuera capaz de esconderlo de la gente y darle la soledad que, al parecer, sentía que le hacía mucha falta.

Al final no dijo nada, el simple silencio fue más que suficiente para arreglarlo todo, lo único que le faltaba, era arreglar el resto de cosas con el resto de personas afectadas, aunque al menos ellos eran más fáciles de manejar que Silver.