Episodio 5
Para mi más hermosa y fiel seguidora. Todo esto es por y para ti. Espero lo disfrutes.
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Un día simplemente despertó, así, impulsado por una Fuerza desconocida, una fuerza que le dijo que algo estaba por suceder, algo a lo que debía prestarle atención.
Esa madrugada, estuvo varios minutos mirando a Armitage dormido, disfrutaba la visión de su rostro tranquilo hasta que el sueño finalmente le venció. Por la noche, cuando estaba por mandar al olvido aquel llamado de la fuerza, al dar algunos mimos a su pareja, vio de reojo uno de sus documentos de identidad, en donde podía leerse la fecha de su cumpleaños, la cual casualmente era en unos días. No le sorprendió que el mayor no le mencionara dicha fecha, después de todo algunas veces al hablar del tema, este había comentado que su padre no era de festejar ese tipo de eventos, por lo que no estaba acostumbrado; sin embargo, a diferencia de él en esta ocasión, Ben si tenía muy buenos recuerdos de esos días, ya que casualmente a pesar del trabajo que pudieran tener, ambos progenitores siempre estuvieron ahí para su cumpleaños, ese pese a todo, nunca dejo de ser un día especial y la sensación de ser la persona más importante por un momento, le parecía realmente agradable.
Estuvo un par de días pensando que sería lo que haría, rascando entre las orejas de Milicent (quien ahora tenía un hermoso y suave pelaje, y era toda una adolescente) preguntando por una respuesta que no llego, menos cuando harta de tanta atención simplemente huyo de su padre.
Sabía que, por nada del mundo, Armitage dejaría de ir al trabajo por la fecha, así que todo lo que planeara tendría que ser después de las 7 pm, por otra parte, cocinarle algo en casa era algo que hacia de manera regular para él, así que no tendría nada de especial hacerlo en esta ocasión. Mirando el techo, recordó las veces que Army comentó que era una lástima que jamás exhibiera la elegante educación que había recibido por parte de su familia, y haciendo una mueca, pensó en aquello que podría ser especial para celebrar a su amante.
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Despertó sin percibir nada inusual en el día. Milicent como todas las mañanas estaba hecha un ovillo a un costado de su padre quien tenía un brazo protectoramente alrededor de ella, ambos como siempre profundamente dormidos.
Llego a su oficina y se entretuvo completamente en sus pendientes. La vacante para CEO había provocado muchos cambios de manera general y todas las áreas se encontraban siendo auditadas, y aunque para él eso no era mucho problema (pues amaba tener las cosas en orden), la presión y estrés que se respiraba en el ambiente era bastante palpable.
La tarde estaba culminando cuando recibió un mensaje de Ben diciendo que iría por él a la salida, que lo vería a la vuelta de su trabajo, aquello le llamó la atención considerablemente, pero ante la pregunta que no recibió respuesta y con varias obligaciones pendientes, dejó el tema por la paz.
Al terminar, acudió al lugar acordado, sin embargo, al dar un fugaz vistazo, solo vio a un tipo en traje apoyando en un coche, por lo que recordando que Ben no era la persona más puntual espero algunos minutos, no obstante, desesperado luego de pasado el tiempo le mandó un mensaje, preguntando cuanto le faltaba para llegar.
"Estoy aquí" respondió al momento, entonces volvió a ver al lugar solo para encontrar nuevamente al hombre de traje apoyado en el coche. Un pequeño instinto le hizo acercarse a la figura que había mirado de espaldas, solo para ver frente a si a Ben Solo vestido con una traje y camisa negros, corbata roja, además de estar peinado con el cabello hacía atrás, resaltando así sus rasgos. La impresión lo hizo mirarlo largos minutos, sin palabras.
- Tardaste – dijo este para eliminar el silencio.
- Vaya... - fue lo único que pudo decir, sin dejar de mirarlo.
- ¿No crees que estás exagerando? – preguntó un tanto incomodo el menor.
- Realmente pareces otra persona – dijo honesto, no obstante, una sonrisa significativa comenzaba a formarse en sus labios.
- Bueno, ya vámonos – dijo el moreno haciendo un gesto hacía al coche.
- ¿De dónde sacaste esto? – preguntó Hux aún sin moverse.
- Lo renté – respondió repitiendo el gesto, por lo que sin palabras, el pelirrojo simplemente obedeció.
- Espero que no nos hagas perder la reservación con tu tardanza – comentó Ben mientras iban de camino.
- ¿Reservación? ¿Está pasando algo que no me has contado? – preguntó nuevamente el mayor.
- Realmente no tienes idea, ¿cierto? – preguntó el menor luego de varios minutos de ver de reojo su cara curiosa en silencio.
- Evidentemente no – respondió él sin poder enojarse, la situación nueva era extraña y ligeramente excitante, debía admitirlo.
- Bueno, ya lo verás – concluyó el otro sin decir más.
Minutos después, llegaron a un prestigioso restaurante en el centro de la ciudad, para sorpresa del pelirrojo.
Le extrañó un poco la reservación con su nombre y no el de su pareja, pero de momento no dijo nada.
- ¿Ya me dirás a que se debe este detalle? – preguntó el mayor luego de que ambos pidieran de cenar.
- Es tu cumpleaños – dijo Ben sin más, atento a su reacción.
La noticia le tomó realmente de sorpresa, haciendo que mirara la fecha en su reloj de muñeca. Si, efectivamente era el día de su cumpleaños.
- ¿Como lo supiste? – preguntó entonces.
- Instinto – dijo el moreno guiñándole el ojo, pero al ver la mirada de incredulidad de su pareja, agregó riendo levemente – Y también vi uno de tus documentos de nacimiento el otro día mientras los arreglabas.
- Ya veo... - dijo antes de que trajeran las bebidas y el tema cambiara.
Durante ese tiempo, entre la charla y el hecho de que llegó la cena, Ben se portó a la altura del lugar, no es que, de manera regular él fuera vulgar o desagradable a la hora comer o comportarse, sin embargo, en ese momento, sus manos y sus gestos eran dominados por los exquisitos modales familiares que, sin darse cuenta, le estaban excitando más de lo que hubiera creído.
Siempre había considerado que era Ben un joven realmente atractivo, a pesar de ello, con esa elegante y sobria apariencia, con los ojos oscuros brillando a la luz de las velas, y comportándose de esa forma, su belleza era de otro nivel, como un príncipe oscuro que venía a gobernarlo.
Al finalizar la cena, realmente se encontraba ansioso por llegar al departamento, esas ropas en Ben lucían muy bien, pero en esos momentos su mente recordaba más claramente la forma en que el cuerpo del menor lucía sin ella, sobre él, tomándolo...
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Ajeno a sus pensamientos, considerando que su silencio era más bien reflexivo, el menor manejó en silencio hasta el departamento, no obstante, apenas cerraron la puerta, Armitage se fue sobre sus labios, besándolo con fuerza.
La sorpresa estuvo presente solo un par de segundos antes de que, el deseo lo invadiera y respondiera de igual forma. Las manos pronto fueron a retirar los sacos, la corbata en ambos casos.
Ben estada dispuesto a tomarlo donde fuera, pero Hux insistió entre besos llegar a la cama, donde cayeron juntos, asustando a Millicent que simplemente salió corriendo al escucharlos de esa forma tan extraña, respirando agitadamente, roban el aliento de los labios del otro.
Dominante, el moreno se puso de rodillas en la cama, dispuesto a quitarse la camisa de vestir, sin embargo Armitage lo detuvo en silencio, deseando grabarse la visión de aquel hombre en su memoria, la ropa formal, el rostro febril, el cabello ligeramente despeinado ahora, dándole un toque por demás sensual; fue él quien desabrochó la camisa para acariciar el ligeramente marcado torso, para repartir suaves besos en el, antes de que Ben tomara el control nuevamente, sometiéndolo a su voluntad y deseo, como siempre.
No fue suave, el menor casi nunca lo era, le gustaba morder, sujetarlo con fuerza, y a él le encantaba ser sometido de esa forma, luchar un poco solo para ser dominado por el otro, para poder ceder el control que tenía siempre en su vida, para rendirse ante el placer abrumador con que Ben siempre le envolvía.
Lo clavó contra la cama, le hizo aferrarse con fuerza a las sabanas, gemir audiblemente mientras perdía al aliento, antes de llegar al plácido orgasmo en una explosión que le hizo perder el razonamiento un par de minutos.
Mientras recuperaban el aliento, el menor salió de su cuerpo y se acomodó a su lado, donde minutos después, también llegó Millicent, al ver que la agitada batalla había tenido fin.
- Feliz Cumpleaños, Army... - susurró las palabras el moreno, quitando algunos mechones de su rostro para poder ver sus ojos verdes.
- Ahora lo es... - susurró el pelirrojo de vuelta mientras la gatita se acomodaba en el pequeño espacio entre ellos para recibir sus mimos.
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Feliz cumpleños Ginger! Sabes que eres una persona muy especial para mi, gracias por seguir en mi vida y presentarme esta interesante shipp.
Deseo te haya gustado tu regalo, y si no, espero pasar mucho más años a tu lado para escribir más historias que te enamoren.
Gracias por leer y dejar sus comentarios.
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