Episodio 4


Tenía planeado este episodio desde hacía ya varios meses pero tuve una situación personal de salud que me cambio completamente todo el panorama. 

Este capítulo es como siempre para mi fiel lectora quien siempre me inspira nuevas ideas. 


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Ben Solo nunca había tenido mascotas, pero había escuchado toda su vida que los gatos eran animales orgullosos, este sin embargo le parecía por demás orgulloso. Parado bajo la lluvia miraba a los transeúntes como si de simples basuras se trataran, lo cual llamó completamente su atención, y parece que él mismo llamó la atención del felino porque luego de varios minutos de mirarlo, este le devolvió la mirada, confiado en ello, se acercó a él y de cuclillas extendió su mano. El gato tardó unos minutos en acercarse para terminar oliendo sus dedos, antes de dejarse acariciar la cabeza.

Fue un proceso mutuo de aceptación, los ojos siempre atentos al otro, los cuerpos alerta para cualquier cosa.

- ¿Quieres venir a casa? – preguntó el moreno al pequeño y como si hubiera comprendido el ofrecimiento, simplemente maulló en respuesta. Confiado en eso, se permitió cargarlo y pronto este se acurrucó contra calor de su pecho. – Supongo que eso es un si – murmuró antes de partir al departamento del pelirrojo.

Con algo dificultad dado que iba cargando comida y al pequeño en brazos, Ben abrió la puerta de su hogar, dejó las bolsas de comida en la mesa, y fue al baño donde tomó una toalla para secar al minino, quien tras unas cuantas pasadas, harto, se zafó del agarré solo para recorrer el lugar a placer.

Aun dentro del baño, Ben le miró observar el cuarto con curiosidad, oler las ropas, encontrar un lugar para si.

- Esperemos que cuando llegue Army no se moleste mucho – dijo al felino picando su nariz.

Improvisó una caja para las necesidades del pequeño con periódico hecho tiras y un gran bote de plástico, además de momento alimentarlo con una lata atún para eliminar su hambre. Pasaron la tarde juntos sin problema alguno, el gato conociendo el lugar y en algunas ocasiones yendo a su lado para refregarse contra él.

Se quedó dormido y cuando se dio cuenta, se le había pasado la hora de ir por la ropa a la lavandería, por lo que esperando llegar antes que su pareja, partió dejando al pequeño peludo solo.


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No puede decir que llegó temprano, simplemente llegó a la hora que debería llegar siempre, ya que luego de mucho tiempo pudo salir a la hora que su horario marca. No llama a su pareja, el silencio le hace saber que esta fuera con algún mandado, sin embargo, cuando en el cuarto comienza a quitarse la corbata, le sorprende ver aquel gato sobre la cama, por lo cual mira a la ventana, desechando la idea al momento, la estructura del edificio hace imposible que eso hubiera pasado, además, Ben odia abrir las ventanas.

Los ojos verdes de ambos se encuentran, para los dos el otro es un intruso en su casa.

Hux tampoco ha tenido nunca animales, pero si alguien le hubiera preguntado cual le gustaría, sin dudarlo habría dicho que un gato. Se sienta en la cama y pronto el animalito se acerca a él, buscando su mano para que le acaricie, y sonriendo así hace hasta que escucha la puerta abrirse.

- ¿Estás aquí? – pregunta Ben desde la entrada, y tras quitarse la chamarra, va con la ropa seca a la habitación.

- ¿Y esto? – pregunta entonces el mayor, señalando al felino.

- Es un gato, lo encontré en la calle – responde Ben atento a las reacciones de su pareja.

- ¿Para qué lo trajiste? Nosotros no podemos cuidarlo

- Es un gato, estuve investigando y realmente no necesitan muchos cuidados, solo mantener su caja de arena limpia y comprarle un mueble para que no arañe los sillones de la casa – explicó tranquilo el menor.

- ¿Y sus comidas? ¿Y cuándo salgamos de viaje? – preguntó de vuelta.

- ¿Cuándo hemos salido viaje? Siempre estás trabajando – esta vez se quejó el moreno, provocando que la conversación cambiara de tono.

- Desde que me conociste sabías como era esto, no entiendo a que viene ese reclamo – se defendió pronto el pelirrojo.

- No es un reclamo, solo digo que, si no estás aquí, ¿qué tiene de malo que él me haga compañía?

- No es un juguete Ben – dijo el pelirrojo, irritado por las observaciones – Es un ser vivo, necesitan vacunas, comida especial.

- Si, si, de acuerdo, entiendo – respondió ahora también irritado el moreno, entonces se fue de ahí para colgar la ropa, al igual que el felino quien huyo como si temiera ser expulsado del lugar.

Durante cena, apenas y se dirigieron la palabra, por lo que Ben se fue a la habitación a escuchar música mientras él se iba al estudio a seguir trabajando. Para su sorpresa, ya entrada la noche, el gato se apareció cerca de él, restregándose en sus piernas.

- ¿Qué pasa? - preguntó otorgando un par de caricias, el felino maulló y sin querer estar todo el rato inclinado, lo subió a sus piernas para continuar con su trabajo.

No fue consciente de lo estresado que estaba hasta que al acariciar el pelaje del pequeño se relajó y tuvo claridad para poder continuar. El resto de la noche el gato le estuvo acompañando, y cuando fue a dormir, simplemente desapareció.

Por la mañana al despertar, vio que estaba hecho un ovillo acurrucado contra Ben, quien no sabía si consciente e inconscientemente lo protegía, pero con esta visión se fue trabajo considerando si sería apropiado quedarse con el minino o no en casa.

El resto del día, lamento no haber tomado una foto de la tierna escena, y tras pensarlo Armitage se prometió hablar con Ben seriamente, pues adoptar una mascota no era cualquier cosa.

Ni siquiera se dio cuenta de lo feliz que le hacía la idea aún cuando pasó a un autoservicio a comprar un par de latas de comida húmeda para el felino, pero cuando llegó a casa y escuchó al moreno bañarse sin tener rastro del gato, entonces si fue consciente de su desilusión.

Suspiró con pesadez, y simplemente se sentó en la cama, al tiempo que Ben salía del baño.

- ¿Pasó algo? – preguntó el menor al verlo de esa forma.

- No, nada, solo que no pensé que me harías caso y sacarías al gato – dijo el pelirrojo como si nada.

Al escucharlo, de momento Ben no dijo nada, hasta que terminó de ponerse la ropa.

- No lo hice – respondió entonces.

- ¿Dónde está? Lo busqué por toda la casa – preguntó confuso el mayor.

- Esta en el veterinario – dijo y miró el reloj en la mesa de noche – Es hora de ir por él.

- Te acompaño – la respuesta impulsiva de Armitage pone una sonrisa en los labios del moreno, entonces antes de irse se acerca a él y le besa largamente.

Sin comprender del todo el gesto, el pelirrojo responde a este y con ligera ansiedad sale con el moreno para ver al pequeño peludo.


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- ¿Ben Solo? – pregunta el veterinario, entonces ambos hombres se ponen de pie – Bien, aquí esta pequeña, está un poco desnutrida, esperemos que con algunas semanas de buena alimentación pueda recuperarse. Le dimos un baño, y le pusimos un par de vacunas, pero será necesario que la traigan de nuevo para ponerle las faltantes.

- Disculpe, ¿dijo "pequeña"? – preguntó el pelirrojo

- Si, es hembra – respondió el veterinario mientras terminaba de llenar el tarjetón con vacunas del felino – Entonces, ¿cuál es su nombre?

Ambos se miraron, sin haber pensado previamente en ello

- Millicent – termino por decir el mayor, a lo que Ben alzo una ceja.

- Perfecto – dijo el hombre con bata, poniendo el nombre en el papel – Nos vemos en un par de semanas, Millicent.

Salieron de ahí con Armitage cargando la jaula de la pequeña y Ben un par de bolsas de arena y de croquetas.

- ¿Millicent?

- Guarda silencio, es un nombre digno de mi pequeña

- Bienvenida a la familia, Milicent – dijo el moreno a la gatita.

Armitage sintió un agradable calor extenderse cuando Ben dijo la palabra familia para referirse a ellos, y sin más, nuevamente le beso. 


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Como mencioné en un inicio, la idea de los capítulos es plasmar situaciones cotidianas de esta linda shipp, si tienen alguna sugerencia, con gusto la leeré. 

Espero que les haya gustado, gracias por leer y por dejar algún comentario. 

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