eleven.

Hyunjin cerró la puerta, agarrando fuertemente la cintura del rubio para pegarlo a él, besándolo. Un beso en el cual maltrato los rosados y esponjosos labios, mordiéndolos.

- H-Hyunjin, ¿seguro que no llegará nadie pronto?

- Estoy seguro, mis papás siempre llegan después de las siete de la tarde, así que tenemos tres horas, cosita. -murmuró sobre sus labios, llevó sus manos a la cadera del mayor para alzarlo. -Así que podemos hacer lo que queramos. -aventó el cuerpo contrario a su cama.

Jeongin se sintió morir cuando vio la mirada hambrienta de Hyunjin, e inconscientemente abrió sus piernas, dejando un espacio para el menor entre ellas.

- Te quiero devorar. -murmuró el menor, se acomodó entre el rubio, Jeongin se sintió tan pequeño al ser atrapado por el grande y fuerte cuerpo de Hyunjin.

Lo único que ponía soltar el mayor de su boca eran jadeos, mirando atentamente los movimientos del pelinegro, su cuerpo se estremeció cuando Hyunjin comenzó a quitarle la ropa mientras era acariciado.

- ¿Se siente bien?

- Sí, mucho.

- Mira lo sensual que te ves. -halagó Hyunjin, viendo el cuerpo contrario, le encantaba la vista.

Jeongin tenía un cuerpo delgado a vista rápida, pero debajo de toda aquella ropa, sus brazos, piernas y abdomen estaban trabajados, nada exagerado, de hecho, era el tamaño perfecto para poder encajar con el de Hyunjin.

Llevó sus desesperadas manos a aquella cintura que lo volvía loco, y la apretó.

- ¿Por qué sigues con ropa tú? -preguntó el rubio, justo cuando Hyunjin iba a bajar el bóxer negro del mayor, este dio una sonrisa ladeada, quitándose su camisa en un abrir y cerrar de ojos.

Jeongin se sintió bendecido al ver el torso desnudó de Hyunjin, quería lamer cada parte de su marcado abdomen.

- Esa mirada traviesa dice muchas cosas, cosita. ―el menor agarró bruscamente la nuca del rubio, acercándolo a su boca para volver a besarlo.

Jeongin llevó sus manos a la ancha espalda de Hyunjin, y enredó sus piernas en la cintura contraria cuando el menor comenzó a simular embestidas.

- ¡Mgh! -gimió entre el beso, provocando una mordida por parte del pelinegro.

- Como había extrañado esos ruiditos. -Hyunjin se sentía tan caliente, su miembro rogaba por salir de aquellos apretados pantalones, así que de una manera desesperada llevó sus manos a su cremallera, desabrochando su pantalón para quitarlo finalmente.

Jeongin soltó una risita nerviosa cuando el menor comenzó a bajar su ropa interior, dejándolo expuesto ante sus ojos.

- Hyunjin, ¿estás seguro?

El nombrado asintió, bajando también su bóxer, Jeongin soltó un jadeo al ver aquel gran miembro salir a la luz, subió su vista, encontrándose con la coqueta sonrisa de Hyunjin.

- Duele, ya quiero joderte, cosita. -aquello sin duda calentó de más al rubio, quien por instinto elevó sus caderas, creando un roce entre ambos miembros. -Mierda.

El menor miró a su derecha, llevando su mano al pequeño mueble que tenía, para sacar la caja de condones.

- Necesito prepararte, bebé. -murmuró Hyunjin, sonriendo al ver la negación por parte del rubio. -¿Cómo que no? Lo tengo que hacer, será tu primera vez recibiendo, cosita.

El rostro de Jeongin enrojeció, sus nervios subiendo más, no se había puesto a pensar que en unos minutos tendría un pene dentro de él, cosa que era mucho más grande que los dedos del menor.

- E-está bien.

Hyunjin volteó al mayor sobre la cama, volviendo a apreciar aquel culo que en definitiva estaba obsesionado con poder mirar y tocar. Agarró ambos cachetes traseros para poder separarlos, dejando a la vista aquella pequeña entrada.

Agarro del mismo cajón el bote de lubricante, para untar un poco en sus dedos. Jeongin hundió su cabeza en la almohada cuando sintió el primer dígito del menor entrar, no era la primera vez que los tenía dentro, pero siempre le daría escalofríos por la excitación que sentía al ser llenado.

- ¿Duele? -preguntó el pelinegro, Jeongin negó con la cabeza ahogando sus jadeos en aquel cojín.

Hyunjin introdujo el segundo dígito, con su sonrisa victoriosa al poder escuchar aquellos ruidos sin sentido alguno salir de la boca del rubio.

Jeongin sentía tanta vergüenza que no quería ver nada, solo escucho como el menor rompía algo y un grito de sorpresa salió de su garganta al sentir aquel miembro rozando su entrada.

- Estás temblando, cosita.

- Es que esto es tan nuevo para mí, pero lo deseo mucho. -su voz salió ahogada.

Hyunjin volvió a acercar su miembro a la estrecha entrada del mayor, llevando sus manos a la arqueada espalda del rubio, acariciando su piel, quedando maravillado ante lo suave que era, y con ese color canela lo volvía todo perfecto.

Jeongin estaba tan concentrado en disfrutar aquellas caricias que cuando Hyunjin comenzó a introducir su miembro, el mayor lo disfrutó. Dolía, claro, dolía demasiado, pero aquella extraña sensación de por fin tener a Hyunjin clavado en él lo excitaba demasiado.

Hyunjin jadeó, aquellas paredes lo apretaban demasiado, Jeongin era virgen, y él le estaba dando por primera vez. Cerró sus ojos, apretándolos del dolor que sentía por su miembro que se encontraba ahogado entre las paredes.

Después de unos segundos comenzó a moverse, los movimientos eran lentos, pero Jeongin gemía tan alto, y eso a Hyunjin lo motivó para ir aumentando la velocidad de sus movimientos, le encantaba como su pelvis rebotaba con ese esponjado trasero haciéndolo rebotar.

- ¡E-espera! ¡Mgh! ¡Para! ¡No! ¡No pares! -Jeongin no sabía lo que decía, estaba cegado por las nuevas sensaciones que estaba sintiendo.

A Hyunjin en vez de darle risa, le causó ternura, paro sus movimientos solo para cambiarlo de posición, quedando en posición de misionero.

Las mejillas de Jeongin estaban coloradas y sus ojos vidriosos, Hyunjin se mordió el labio al tener tal belleza junto a él, volvió a introducirse, moviéndose de una manera tan desesperada, haciendo que su pelvis chocará con el trasero del mayor.

- Que lindos gemidos salen de tu boquita.

La vergüenza había pasado, Jeongin se concentraba en dejar salir fuertes gemidos al sentir como el miembro de Hyunjin estaba dando fuertes golpes a su próstata, él era débil, demasiado.

El menor acercó su boca a los duros pezones del rubio, tomando uno en su boca para comenzar a maltratarlo, con fuertes succiones y mordidas en este, Hwang se detuvo al sentir un líquido caliente en su abdomen, y sonrió.

- Mira que travieso, te corriste antes de tiempo. -volteó a mirar al mayor, quien tenía una mirada avergonzada, mientras se mordía el labio inferior para poder callar sus jadeos de las embestidas por parte del pelinegro, que al sentir la llegada del mayor hizo movimientos más rudos.

- L-lo siento...

A Hyunjin le encantaba lo sumiso y obediente que se volvía Jeongin en la cama, negó con la cabeza, subiendo sus labios ahora a la boca contraria, lamiendo sobre estos, jugando con el control del mayor. Jeongin fue el que se acercó a dejar un beso, un beso sin ritmo, solo se sentían sus lenguas entrelazadas.

Hyunjin agarró fuerte la cintura del rubio, y volvió a cambiar de posiciones, Jeongin se encontraba encima de él.

- Sé obediente y salta como la perra que eres, cosita. -el mencionado jadeó por las palabras de Hyunjin.

Y sin que el menor se lo pidiera, se levantó para sentarse de espaldas, dejando la vista de su culo a Hwang. Y fue bajando lentamente, tratando de tragar todo.

Hyunjin mordió su labio inferior, agarrando con fuerza la cintura del mayor cuando pudo quedar totalmente sentado en su pelvis.

Jeongin comenzó a saltar, echando su cabeza hacia atrás al poder disfrutarlo tanto, subía y bajaba su trasero tan rápido como él podía, y eso sin duda fascinó a Hyunjin, quien lo ayudaba a marcar sus saltos guiándolo con el agarre de la cintura.

La vista que tenía Hwang ahora mismo era envidiable. Sin poder evitarlo, el menor se enderezó, dejando caer a Jeongin en la cama con su culo alzado, Hyunjin se sentía cerca, es por eso que tan rápido se acomodó sus embestidas fueron bruscas, jalando del cabello rubio, los gemidos de Jeongin eran tan altos y aunque su voz fuera ronca, justo ahora se escuchaba tan aguda que le encantaba.

Sus últimas estocadas fueron profundas, dejando salir toda su esencia en el condón. Los gemidos de Jeongin fueron desapareciendo, dejando escuchar solo las respiraciones agitadas de ambos.

- Eso estuvo tan bueno. -Hyunjin fue el primero en hablar.

- Sí, se sintió distinto, excitante. -el menor salió de su interior, quitando el preservativo lleno de sus fluidos. -Me dolerá por días.

- Y mira que fui gentil esta vez, deja te haga mío de nuevo. -Hyunjin volteó al menor y agarró las piernas del rubio, dejándolas abiertas sobre la cama para que descansaran de estar dobladas un buen rato. -Sangraste.

- Me voy a morir, ¿verdad?

- Es normal, cosita, son pequeñas cortadas que quedan por el grosor de mi miembro, solo debes cuidarte y lavarte. -Jeongin asintió, tomó el brazo del menor para que se acostara con él.

El cómodo silencio se vio interrumpido al escuchar la puerta principal abrirse y cerrarse, ambos se voltearon a ver alarmados, Hyunjin se enderezó rápidamente al escuchar la voz de su madre llamarle.

- Mierda. -se apresuró a ponerse su bóxer. -¿Por qué llega justo ahora? Falta mucho para su salida del trabajo.

- Tal vez surgió algo. -Jeongin también se levantó de la cama a paso lento, las punzadas en su parte trasera lo estaban matando, así que aunque quisiera moverse rápido no podía.

- Iré a ver qué quiere, ten, bonito, usa este short y camisa mía, para que andes cómodo. -le tendió las prendas perfectamente dobladas. -Mi mamá siempre va a dormir una siesta después de llegar, usaremos ese tiempo para poder salir.

- Está bien, Hyunie.

Hyunjin ya cambiado se volvió a acercar al rubio para darle un casto beso antes de salir por la habitación.

La sonrisa le duró poco a Jeongin, al recordar que su auto estaba estacionado justo frente al jardín de la casa.

- Ah, mierda.

¿Que creen ustedes que va a pasar? Los estaré leyendo.

No se olviden de votar y comentar, besos!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top