eighteen.
Al día siguiente Hyunjin esperó a que fueran las 10 de la mañana para salir disparado hasta la oficina del mayor, todo el día de ayer y hoy en la mañana lo había estado evitando, y él realmente no entendía el porqué.
Cuando lo vieron en el edificio simplemente lo dejaron pasar, Jeongin les había dado la orden de dejar pasar al menor como si fuera el dueño, y eso hacían.
En estos momentos Hyunjin agradeció aquello, se metió al elevador y presionó el botón del piso de Jeongim y esperó impaciente.
Cuando llegó saludó a la secretaría y tocó un par de veces la puerta.
— Adelante. —la suave voz del rubio se escuchó, cuando entró pudo observar a Jeongin tecleando algo en su computadora y cuando sus miradas se encontraron, el mayor pareció tensarse un poco.
— Hyunjinnie, no te esperaba. —sonrió un poco, el menor pudo ver que era una falsa. —Entra.
Hyunjin cerró la puerta, y se sentó frente al escritorio del mayor.
— ¿Por qué estás actuando así? ¿Hice algo que te molestó? ¿Algo que te hizo dudar de nuestros planes? Por favor, deja de ignorarme y contesta.
Jeongin suspiró, había tomado un pequeño tiempo para poder calmarse y enfrentar a Hyunjin de una manera civilizada, no quería llorar o tartamudear.
— De hecho, sí pasó algo.
— Dímelo, por favor, Jeongin. —su voz salió casi rogándole, se sentía herido por el trato del rubio.
Jeongin apretó sus labios, se inclinó hacia la derecha para poder buscar en uno de sus cajones el sobre que le fue entregado ayer, cuando lo encontró lo puso en medio de su escritorio, mirando un poco asustado a Hyunjin.
— La razón está aquí. —Hyunjin agarró el sobre para sacar lo que estaba dentro, mirando sorprendido cada una de sus fotos. —Solo dime que todo es un mal entendido, de verdad, yo te voy a creer. —murmuró.
— Esa maldita me puso una trampa. —se susurró a sí mismo, apretó con fuerza las fotografías arrojándolas al escritorio del enojo.
— ¿Hyunjin?
— Jeongin, estas fotografías están sacadas de contexto, ¿quién te las dio? —el rubio bajó la mirada a las fotos, mirando con atención cada una.
¿Sacadas de contexto?
—¿Cómo una foto tuya besando a una chica va a estar sacada de contexto?
— Jeongin, te lo puedo jurar, de verdad, que yo no la besé, ella fue la que se acercó y me tomó desprevenido, yo claramente la empujé después de eso. —explicó, el mayor lo miraba atentamente, como si quisiera descifrar alguna falsa palabra.
— ¿Me estás queriendo decir que fue planeado?
— Por supuesto que fue planeado, esa chica me habló y la persona que estaba tomando las fotos solo capturó en los momentos convenientes. Así que dime, ¿quién te vino a dejar estas fotos?
— Fue Dahyun.
— Esa idiota, ¿en serio le creíste está mierda?
— No le creí, pero me dolió mucho ver esas fotografías. —se encogió de hombros, agachando su cabeza.
— Entiendo que pudieras desconfiar un segundo por esa maldita foto, pero déjamelo a mí, yo voy a arreglar esto. —se acercó a Jeongim y le dio un rápido beso en los labios.
Agarró las fotografías y salió corriendo de la oficina.
Jeongin sonrió un poco, definitivamente se siento mejor al escuchar la negación de Hyunjin.
Hyunjin llegó a su instituto tres minutos antes de que el descanso terminará, fue directo a su salón mirando a Yuqi ya sentada en el mismo banco de siempre.
Camino hasta su dirección y se sentó a su lado, sin siquiera mirarla, la chica lo volteó a ver nerviosa, bajando un poco la mirada.
— ¿Q-Qué haces aquí? Tu lugar siempre es más adelante. —cuestionó Yuqi, asustada de lo que Hyunjin quisiera hacerle.
— ¿Acaso los bancos ya tienen dueño? No, hoy se me dio la gana sentarme aquí.
La femenina asintió, volviendo su atención al frente, su profesor acababa de entrar y sería una tortura de hora.
Durante los 50 minutos de clase, Yuqi no pudo procesar alguna palabra que saliera de la boca de su profesor, sentía la mirada de Hyunjin, y no era una mirada buena.
¿Tanto la odiaba por lo de la mañana?
Así que, cuando la clase terminó fue la primera en empezar a recoger sus cosas, pero Hyunjin tenía otros planes.
— Quédate, tenemos que hablar. —habló el pelinegro, quien seguía sentado en su pupitre mirando atentamente los movimientos de la chica.
— ¿H-hablar? ¿Sobre qué?
— Quédate.
Yuqi suspiró, y se volvió a sentar tímidamente, cuando vieron el último alumno salir del salón fue Hyunjin quien se levantó.
— Dime, ¿todo lo que me dijiste hace rato fue verdad?
— S-Sí, fue verdad...
— Bien, entonces acepto tus sentimientos. —confesó, Yuqi lo miró sorprendido.
— ¿Qué? Pero si tienes pareja.
— Sí, pero he decidido que quiero estar contigo, ¿podemos?
— Es que yo...
Hyunjin levantó una de sus cejas, no pudiendo estar más entretenido, soltó un fuerte suspiro y dejó caer el sobre fuertemente sobre la mesa de Yuqi.
— Explícame esta mierda.
La castaña miró incrédula, sabiendo muy bien lo que estaba dentro de ese sobre amarillo. Se levantó de su asiento e hizo una marcada referencia.
— ¡Lo siento! ¡De verdad lo siento, Hyunjin!
— ¿De dónde la conoces? ¿Por qué aceptaste? —preguntó enojado. —Sabes que podías joder todo lo que tengo con mi novio, ¿no?
— ¡Sí! ¡De verdad lo siento mucho! Ella me dijo que me ayudaría a pagar el tratamiento de mi mamá, por eso acepté. —la chica levantó su rostro, pequeñas lágrimas corrían por sus mejillas.
Hyunjin rio.
— ¿Ella prometió eso?
— S-sí.
— Yuqi, ella no tiene ni una mierda de dinero, ¿cómo te va a pagar el tratamiento de tu madre? —se cruzó de brazos.
El rostro de la chica palideció, negando, ella no pudo mentirle, no, no pudo.
— Mientes, ella es la esposa de Jeongin, uno de los empresarios con más dinero.
— Ex esposa, ¿no sabías que ya se divorciaron? Así que no miento, esa señora no tiene ni donde caer muerta. —Yuqi comenzó a llorar, pensó que había una esperanza de poder ayudar a su madre cuando la mujer se acercó a ella.
— N-no...
— Ya, deja de llorar, yo pagaré el tratamiento de tu madre, solo porque no me gusta ver a la gente mayor enferma. —se encogió de hombros. —Pero no vuelvas a hacer algo para tratar de joderme.
— ¡G-Gracias! ¡Muchas gracias, Hyunjin!
— Sí, ahora, vas a quemar esa mierda que no quiero volver a ver. —Yuqi asintió, guardando las fotos en su mochila para en su casa hacer lo ordenado.
— Lo haré.
Hyunjin sin decir algo más, salió del salón, directo a su siguiente clase a la cual llegaría un poco tarde, bien, todo quedó claro, solo faltaba decírselo a Jeongin.
Jeongin miró la hora en su reloj, ya había acabado todos los asuntos de hoy, así que se permitió relajarse en su gran silla giratoria, tomó uno de los controles y apretó uno para que las negras cortinas comenzarán a bajar.
La puerta sonó.
— Adelante.
Jeongim estaba a punto de hacer un berrinche por la interrupción, pero se relajó al mirar que se trataba de Hyunjin.
— Jeongin, hablé con la chica.
— ¿Y? —preguntó, cerrando sus ojos.
— Me contó que acepto la propuesta de Dahyun porque prometió pagar un tratamiento para su mamá.
Jeongim lo miró sorprendido.
— Dahyun en serio es una desgraciada, jugar a la que tiene dinero le queda muy bien. —se enderezó en su silla, estirándose un poco.
Hyunjin caminó hasta él, haciendo que se parara del cómodo lugar.
— ¿Ya no estás enojado conmigo? Tú sabes que jamás te haría algo para dañarte, ya te he demostrado mi lealtad hacia ti, te adoro.
El mayor sonrió, bajando su rostro al sentirlo caliente, estaba sonrojado.
— Nunca estuve enojado, solo un poco dolido. Yo también te adoro, tanto que me aterra, Hyunjinnie. —el mencionado soltó una risa, llevando su mano a la mejilla contraria para acariciarla.
— Olvidemos esto, porque de igual manera yo hubiera visto una foto tuya siendo si besado por alguien más también me dolería, solo que yo sí iría a romperle el rostro a golpes. —Jeongin se permitió abrazar al menor, sintiendo el cálido calor del cuerpo ajeno de nuevo entre sus brazos.
— Me gustas mucho, Hyunjin.
— Tú a mí me encantas, cosita. —levantó su rostro, para poderse mirar directamente con una enorme sonrisa.
Hyunjin agarró delicadamente el rostro ajeno y lo acercó para poder besarlo, Jeongin suspiró encantado, dejándose llevar, el menor movía sus labios de una lenta manera, queriendo disfrutar del mayor. El pelinegro se separó un poco, juntando sus frentes.
— Estas consciente de que Dahyun hará de todo para separarnos, ¿no? —habló Hyunjin.
— Lo sé, ella lo que quiere es vernos alejados y odiándonos a muerte.
— Eso no pasará.
— Por supuesto que no pasará.
Por otro lado, Dahyun se encontraba sentada en un sofá, se había estado quedando con su hermana menor, ya que no tenía a dónde ir.
No tenía casi nada de dinero, pero eso no significaba que no quisiera vengarse de Yang y Hwang.
— Sobre mí cadáver terminan juntos. —murmuró para ella.
Miraba con una gran sonrisa su celular, en donde se encontraban fotos de su amado Jeongin en la cama con Hyunjin, teniendo relaciones.
Soltó un par de carcajadas antes de presionar el botón de enviar.
— Si tú me jodes, yo también lo hago, Yang Jeongin.
HE VUELTOOO.
Lamento mucho haber desaparecido, pero ahora comenzaré a ponerme al día con las historias, aunque no sé qué tanto me demore.
Nos vemos, besos!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top