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Sunghoon le dio la vuelta a JunMi, quedando rostro a rostro, sus manos bajaron hasta el delicioso trasero del rubio para apretario.
—Su-Sunghoonnie...
El nombrado lo guió lentamente hasta la cama, sentándose él, palmeó sus piernas un par de veces y JunMi acató la orden, sentándose encima de él.
—Te voy a joder tan bien, Kim JunMi—murmuró, cortando la distancia para poder saborear los labios del mayor.
JunMi jadeó y llevó sus brazos alrededor del cuello del pelinegro, queriendo juntarse más a él. Sunghoon besaba increible, así que, el rubio simplemente se dejaba llevar.
El menor metió su lengua en la boca ajena, buscando la sinhueso del mayor que parecía ser tímida. JunMi aprovechó para comenzar a moverse, jadeando sorprendido al sentir ya un duro bulto bajo él.
—Mierda, JunMi, necesito ya estar en ti
—¿Pues qué esperamos?
Sunghoon quitó la camisa del mayor, JunMi quiso reír al ver al pelinegro tan desesperado, lanzó la prenda al piso y procedió a quitarse la de él. El rubio se paró, dándole la espalda a Park para quitarse el pantalón junto al bóxer.
Sunghoon mordió su labio inferior al ver el expuesto trasero de JunMi, este lo estaba provocando de una manera tan caliente; ver al mayor agachado quitando por completo las prendas, dejando a la vista aquella deliciosa entrada.
El Park aprovechó para deshacerse también lo que restaba de ropa en su cuerpo, acercándose lentamente al rubio, lo atrajo de su cintura, pegando sus cuerpos, JunMi soltó un jadeó tras sentir la dura erección de Sunghoon pegar en su trasero.
—Vamos a la cama, bebé—Sunghoon levantó el cuerpo del mayor, y lo acostó, quedando el arriba del rubio.
No era la primera vez que lo veía desnudo, pero era inevitable no observar por largos minutos aquellas curvas.
—Honnie, deja de observarme así...
—Es que te ves delicioso—el menor acercó su rostro hacia los duros botoncitos de JunMi, metiendo uno en su boca, jugando con su lengua y chupando con desesperación.
JunMi cerró los ojos, soltando leves gemidos, llevó su vista hacia Park quien parecía un bebé lamiendo con exasperación. Sunghoon levantó su rostro y con una sonrisa traviesa le dio la vuelta al cuerpo del rubio, dejándolo de espaldas.
La polla de Park podría venirse de tan solo ver aquel respingón trasero esperando a ser llenado, se acercó a él, hundiendo su rostro, disfrutando de lo acolchonado que se sentía.
—¿Q-Qué haces?
—Disfrutando de los privilegios que tengo, mierda, podría vivir pegado aquí si me lo propusiera—sus manos agarraron cada cachete trasero del rubio, abriéndolos bruscamente para poder apreciar la pequeña entrada.
Se lamió los labios y se dedicó a pasar su lengua un par de veces por el orificio, JunMi arqueó su espalda, abriendo más sus piernas para hacer el trabajo más fácil a Sunghoon.
Dio una fuerte nalgada haciendo a JunMi saltar en su lugar, y sin previo aviso su lengua se introdujo en aquel reducido espacio, moviendo de una manera rápida su sinhueso.
JunMi apretaba sus sábanas mientras movía sus caderas hacia atrás para sentir la lengua del menor más en él. Cuando Sunghoon sintió su saliva escurrirse por los lados se levantó.
Rio al escuchar la queja de JunMi.
—¿Tan desesperado estás por una polla, cosita?—el rubio asintió frenéticamente, moviendo sus caderas de un lado a otro, mostrándole lo ansioso que estaba.
—Tómame ya, Sunghoonnie.
—Y eso voy a hacer—dio una última nalgada, amando lo rojizo que se encontraba—. Ahora si puedes gritar todo lo que quieras, cosita.
JunMi iba a responder, pero solo sé escucho como balbuceos al sentir la cabeza del pene del menor juguetear con su entrada, él estaba jugando con su autocontrol.
—H-Honnie.
—Dime, bebé.
—Follame ya, por favor.
Park sonrió, él también estaba ansioso de meterse en el rubio, le encantaba la dolorosa presión que sentía al estar en un lugar tan pequeño. Sin esperar más agarro fuertemente la cintura del contrario y se fue introduciendo poco a poco.
Echó su cabeza hacia atrás, disfrutando de la sensación de ser apretado y de escuchar los fuertes gemidos de JunMi.
—¡Mgh!—el mayor dejó caer su pecho en la cama al sentir el gran miembro entrar por completo, dejando solo su trasero en manos del menor.
Sunghoon respiraba fuerte, si se movía iba a dolerle, el interior de JunMi era tan perfecto, miró al nombrado, rendido entre las sábanas mientras soltaba pequeños jadeos, su suave espalda ya llena de sudor.
Dio la primera estocada, JunMi aprovechó que estaban solos y grito, eso animó a Park a comenzar a moverse de poco a poco.
Pero cuando vio como JunMi comenzaba a mover tambien su cadera hacia atrás fue cuando su agarre de la cintura de afirmó y comenzó a dar embestidas más rápidas.
JunMi cerró los ojos, gimiendo cada vez más fuerte, Sunghoon daba estocadas rápidas y profundas, tanto que juró sentir un bulto en su vientre.
—Que bien te escuchas gimiendo, tendré que follarte a diario para no olvidarme de esta melodía—Kim solo asentía, de un momento a otro había comenzado a llorar, el placer que estaba sintiendo era mucho.
Sunghoon bajo su vista, queriendo aumentar más la velocidad al ver aquel esponjado trasero rebotar contra su pelvis de una manera tan placentera.
Kim llevó su mano hasta su miembro, comenzando a tocarse al ritmo de las embestidas, era tanta la estimulación que fue el primero en correrse.
El pelinegro bajó la intensidad de las estocadas al sentir cómo se contrae la entrada del rubio por la corrida, apretándolo aún más.
—Mierda, JunMi—jadeó, lo volteó, para que quedaran pecho junto a pecho, el rubio sin poder evitarlo llevó sus diestras al tonificado abdomen de Sunghoon, apretando en cada cuadro—. ¿Te gusta?
—M-Me gusta, me gustas.
—Tú me encantas, cosita—sacó su miembro para meterlo de una sola estocada, mirando la mueca de placer en JunMi—. Verte y escucharte será mucho mejor.
Lo volvió a tomar de las caderas y comenzó con sus bruscos movimientos, JunMi se abrazó de la espalda de Sunghoon, no importándole sacarle sangre con los rasguños que estaba provocando, no cuando tienes a un adolescente follándote de una manera desgarradora.
—T-Tócame, Honnie—la erección del mayor había vuelto, y por supuesto que Park lo iba a ayudar.
Comenzó solo a estimularlo en la punta, sin dejar de moverse en ningún momento. JunMi era alguien muy sensible, y eso a Sunghoon le encantaba.
Se acercó a los labios contrarios para estirarlos en una mordida, el aliento de los gemidos del mayor pegaban en la boca de Sunghoon.
—Enrolla tus piernas en mi cadera—ordenó.
JunMi hizo caso, colgándose como un oso panda en el fuerte cuerpo, de esa manera Sunghoon tenía absoluto control sobre el rubio, corto la distancia, besándolo agresivamente, el beso no tenía ritmo alguna, solo se podían sentir lengua y labios chocar, y un poco de la saliva de JunMi escurrir por sus comisuras.
El rubio se corrió y manchó la mano de Sunghoon de su líquido, quien al ver eso simplemente llevó sus dedos entre el beso, haciendo que ambos probaran del semen del mayor.
—Mierda, me voy a venir—murmuró Park. Se separaron del beso, e hicieron contacto visual, JunMi amaba ver esa mirada tan dura de Sunghoon en cada penetración y Sunghoon amaba ver los gestos de placer de JunMi.
Sunghoon jadeó, dio sus últimas embestidas y logró venirse tan fuerte en el interior de JunMi. Las estocadas se volvieron lentas, el pelinegro miraba como su semen chorreaba por el trasero del mayor, se estaba saliendo al seguir dentro de él.
Sin cuidado sacó su pene de la maltratada entrada del rubio y se dejó ver más de su esencia escurrir, un escenario muy caliente para Sunghoon.
—Es delicioso—uno de sus dedos limpió los alrededores y volvió a meter su semen en el orificio de JunMi, quien gimió al sentir un dedo invadir su irritada entrada.
—S-Sunghoonnie...
—Me encanta joderte, cosita, ve acostumbrándote—sonrió de lado, dejando un par de besos en los labios de JunMi, que se mantenían en un lindo puchero.
—Me duele, Sunghoonnie.
—Lo siento mucho, bebé, bueno, no lo siento porque me encanto, pero prometo cuidarte, ¿sí?—el mayor asintió, su cintura fue tomada para guiarlo al regazo de Sunghoon— Durmamos para descansar un poco y después nos limpiamos a nosotros y a este lugar—rió un poco, JunMi se le unió y se acostó en el pecho del pelinegro.
Ambos cayendo en un dulce sueño, sin saber que no eran los únicos cerca.
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