Two
Jihyo entró a la habitación de su amiga, seguido de ella, Dahyun. Se aventaron a la cama, listas para soltar todos esos chismes que se habían guardado por años.
-Cuéntame todo, sigo tan sorprendida por verte casada con Dong Min, no es para nada tu tipo, siempre salías con hombres que medían casi los dos metros. -rio leve, mirando el puchero de su amiga.
-Tienes toda la razón, Min nunca fue mi tipo, ni lo será, pero es lo que hay, además ¿No me ves? ¿No ves mi casa? Me siento la gran diosa.
-No sabía que Dong Min terminaría siendo muy exitoso, pero igual, tenías a muchos hombres calientes detrás tuyo, no lo entiendo. -habló, quitándose los tacones.
-Todos esos chicos solo querían sexo, yo ya no estoy tan joven, necesitaba casarme y empezar a formar una familia, y en ese momento apareció Dong Min, y dije "¿por qué no?"
-¿Y cumplió con tus expectativas?- Dahyun se carcajeó, mientras negaba.
-Dios, no, para nada, Dong Min sigue siendo alguien inocente, para nada dominante, no sé ¿Tierno? Ese no era el tipo de esposo que quería, a la hora del sexo quiero que me maltraten y me den duro, pero solo hay tontas preguntas como: ¿Entro ya? ¿Quieres que vaya despacio? ¿Te duele? Joder, por eso casi no tenemos intimidad.
-Oye, tampoco seas así, ese hombre ha estado enamorado de ti desde la preparatoria, aún recuerdo cuando nos estábamos por graduar de preparatoria, y él apenas había entrado a la secundaria, aún así, te llevó unas lindas flores.
-Claro, arruinó mi cita con Min Hyuk- rodó los ojos al recordarlo.
Bin sonrió al escuchar la plática de las mayores, así que, ella creía que ese pequeño rubio se quedaría a su lado para pagarle todo. Oh, por supuesto que no.
Definitivamente se robaría a esa linda cosita.
Y solo él podría disfrutarlo.
Entro a la habitación, haciendo que las dos mayores saltaran del susto, Bin miró a su madre. - Mamá, mi papá dice que tiene una reunión en una hora, y quería saber si querías ya irte a la casa o quedarte aquí hasta que él regrese.
-Dile que lo esperaré aquí, cariño.
El pelinegro asintió, dándole una fría mirada a la pelirroja.
"Ni que estuvieras tan buena".
Dahyun volteó hacia su amiga, confundida por la mirada del menor hacia ella.
-¿Será que no le agradó a tu hijo?
-Para nada, Bin suele ser muy serio con personas desconocidas. -aseguró, volviendo a su plática.
Bin llegó a la sala, mirando a su padre y Dong Min reír, platicando de quien sabe qué.
-¿Qué dijo tu madre?
-Que se quedaría aquí, está muy emocionada de ver a su amiga. -rodó los ojos, echándose en el sofá que se encontraba solo.
-Bueno, entonces me despido, vuelvo en unas horas, un gusto Dong Min. Bin ¿vas a querer que te deje en la fiesta de tu amigo?
Tentador, se lo pensó unos segundos, mirando de reojo al rubio que se encontraba buscando algo que ver en Netflix.
-Creo que me quedaré a hacerle compañía a el señor Lee, mi madre y su amiga de seguro estarán platicando toda la tarde en el cuarto. Claro, si al señor Lee no le molesta.
Dong Min tragó saliva, negando lentamente. -Genial, entonces vuelvo más tarde.
Dong Min vio como el padre del menor salía apresuradamente, volteando lentamente hacia el pelinegro, quien lo miraba con una sonrisa.
"Joder, que aparezca una película de miedo"
-Estamos solos, cosita. -palmeó a un lado de él, insinuando que se sentara a su lado, vio a Dong Min negar mientras miraba nerviosamente la TV. -Vamos, precioso, sé que quieres mimos.
-Cierra la boca.
"Vamos, Dong Min, tienes que mostrarle que no caerás en sus juegos"
-Y deja de llamarme "cosita" ¿Quieres?- advirtió, colocando una película, tratando de ignorar la presencia del menor.
"Si lo ignoro tal vez se vaya"
Era todo lo contrario, Bin tenía una gran sonrisa en el rostro, cada que Dong Min hablaba, más le fascinaba ese rubio. Se levantó de su lugar, dejándose caer en el sofá en donde se encontraba el mayor, suspirando alto.
-Me encanta que te hagas el difícil, cosita.
-Dije que te callaras, le diré de esto a tu padre y a tu madre. -gruñó, dispuesto a levantarse del sofá, pero unos fuertes brazos lo impidieron, jalándolo hasta el regazo del menor.
-¿Sabes? Estarías mucho mejor conmigo, que con esa bruja que tienes como esposa, de seguro ella no te valora lo suficiente, no como yo lo haría. - susurró cerca de su oído.
-Tú no sabes nada de mi vida de casado, así que te agradecería si te qui-¡agh!
Dong Min tapó su boca, avergonzado, y volteó a ver furioso a Bin, este sonreía, pues había movido sus caderas hacia arriba, rozando su miembro con el trasero del mayor.
-¿Qué decías, cosita? ¿Te gusto como se sintió? Y eso que solo fue una pequeña prueba. -Dong Min de nuevo trató de levantarse del regazo del menor, pero era inútil, Bin era fuerte. -Solo te estás removiendo, y sabes que eso no es bueno para ti, ¿O lo es?
El rubio se quedó quieto en su lugar, era cierto, lo podía sentir.
-¿Qué mierda quieres, Bin?
-Te quiero a ti, sobre mí, tal vez montándome, o saltando en mi cara- murmuró, bajando su vista al trasero del mayor, que se encontraba sobre su miembro.
-Yo no meto mi pene en hombres, déjame pararme. -lo único que es escuchó fue la alta risa del menor.
-¿Quién te dijo que me la vas a meter?Joder, aquí el único que meterá su polla, seré yo, así que tranquilo, no se la meterás a ningún hombre. - agarró la cintura fuerte, para voltear su cuerpo, quedando cara a cara.
-Tampoco dejaré que me la metes, púber hormonal. -dijo, tratando de no mirarlo a la cara. Dong Min sintió su cuerpo temblar cuando las manos del menor comenzaron a acariciar sus piernas, después subiendo a su cintura.
"Lee Dong Min, no puedes verte como un sumiso"
Quería hacerle caso a su mente, pero al momento en el cual Bin agarró su cintura para empezar a moverlo sobre él, perdió todo razonamiento, dejando caer su cabeza en el hombro contrario.
"No, no, no"
-¿Te gusta, cosita? -susurró, lamiendo el apetitoso cuello del mayor.
"SÍ"
-No, me parece asqueroso...
-Tus reacciones dices lo contrario, puedo escuchar tus pequeños jadeos. -una de sus manos bajo hasta el trasero del rubio, apretando a su gusto, los movimientos se hicieron más fuertes.
Bin sonrió, porque él ya no estaba guiando los movimientos, era Dong Min. El rubio se estaba encargando de dejar tímidos movimientos sobre la entrepierna del menor. El pelinegro se dejó caer contra en sofá, haciendo que Dong Min saliera de su escondite, mirando como se encontraba sonrojado, pero con el ceño fruncido.
-Que tierno te ves excitado, cosita. - Dong Min tapó su cara, dejando de moverse.
-Esto está mal, esto está mal...
-¿Te digo algo, cosita? Lo malo y peligroso siempre se siente mejor, tu querida esposa está en el cuarto platicando animadamente con mi madre, nosotros estamos aquí abajo, y te estas excitando por el toque de otro hombre, ¿no es caliente? - Bin se acercó al rostro sonrojado del mayor, mirando como este negaba. -Y a mí me encanta como tratas de negarlo, vamos, bésame, cosita.
Era cierto, estaba excitado por el toque de otro hombre, cosa que nunca pensó que pasaría, no entendía el porqué, él siempre había estado enamorado de Dahyun, y ahora que eran esposos podía decir que era el hombre más feliz del mundo, pero, ¿Por qué estaba deseando tanto besar a ese chico frente a él? ¿por qué quería sentir su cuerpo junto al contrario?
Junto su rostro al del menor, haciendo que sus narices chocaran, Bin lo miraba con esa sonrisa coqueta.
-Es hora de que tu cuerpo disfrute, cosita, peca conmigo...
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